La Secretaría de Salud confirmó un caso importado de sarampión en la Ciudad de México que fue detectado el pasado 14 de marzo e hizo un llamado a completar esquemas de vacunación.
A través de un comunicado, la Dirección General de Epidemiología (DGE) de la entidad de salud mexicana dio a conocer que se trata de un niño de cuatro años y ocho meses que arribó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) proveniente de Londres.
La madre del menor detalló que su hijo comenzó a manifestar síntomas un día antes al vuelo.
En el aeropuerto se llevó a cabo la detección inicial y se evaluó al niño en el consultorio de Sanidad Internacional de los Servicios de Salud Pública de la CDMX.
Tras llevar a cabo las pruebas correspondientes, el resultado dio positivo a sarampión y se confirmó el diagnóstico al día siguiente.
La Secretaría de Salud señaló que el niño presentó síntomas compatibles con la enfermedad como un exantema maculopapular, conocido como la característica erupción cutánea, en cabeza, brazos y tórax, así como conjuntivitis, fiebre, tos y coriza, la cual se define como inflamación aguda de la mucosa nasal que es de origen viral.
“Actualmente se encuentra estable (el menor) y en recuperación en domicilio. Es originario de Rumania y residente de Hungría; los países de tránsito en los últimos tres meses fueron: Gran Bretaña, Francia, Rumania y Hungría”, se detalló en el comunicado.
Ante el caso, la dependencia hizo un llamado a padres, madres y cuidadores de niñas, niños y adolescentes para que completen el esquema de vacunación de los menores.
En abril de 2020, hace casi 4 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó sobre un brote epidémico de sarampión en México, señalando que entre el 1 de enero y el 2 de abril de ese año, se notificaron 1364 casos probables de la enfermedad, de los cuales se confirmaron 124 por laboratorio.
El pasado mes de febrero la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) alertó sobre el posible resurgimiento del sarampión y señaló que los casos más frecuentes se presentan durante los primeros cuatro meses del año.
Tras confirmar el caso de la enfermedad vírica, considerada como muy contagiosa, la entidad de salud compartió que el plan que lleva a cabo y que está conformado por estas acciones:
Lee: El niño francés sin vacunar que reintrodujo el sarampión en Costa Rica
La insalubridad puede favorecer la propagación de virus y bacterias que pongan en riesgo la salud de residentes, efectivos de emergencia y voluntarios.
Casi una semana después de las mayores inundaciones en la historia reciente de España, los afectados se enfrentan a un nuevo riesgo: la insalubridad.
Las lluvias torrenciales causadas por una DANA (depresión aislada en niveles altos) en la región de Valencia desencadenaron el pasado martes enormes riadas que se llevaron todo a su paso, desde vehículos hasta mobiliario urbano, anegaron edificios y dejan por el momento 217 muertos y centenares de desaparecidos.
Los vecinos de localidades como Paiporta -la más afectada-, Picanya, Sedaví, Alfafar, Massanassa o Catarroja están muy lejos de retomar su vida normal, ya que varias zonas siguen sin electricidad o agua corriente y las calles acumulan lodo, basura y vehículos apilados.
La situación de insalubridad en varios lugares podría favorecer la propagación de virus y bacterias que afecte a residentes, efectivos de emergencia y voluntarios.
Las autoridades pidieron a quienes se hallan en la zona que tomen precauciones y emprendieron una campaña de vacunación contra el tétanos al considerar que hay riesgo de epidemia de esta enfermedad.
“Se han destruido las redes de agua sanitaria y hay contaminación ahora mismo en toda la zona. Las aguas residuales se han mezclado y se han esparcido por donde ha pasado el agua, lo que incluye bacterias patógenas o potencialmente patógenas, como E. coli, Salmonella, virus intestinales y algunos tipos de parásitos como Cryptosporidium“, le explica a BBC Mundo José Manuel Bautista, catedrático del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid.
Bautista advierte de que “esto puede generar brotes de diarrea, gastroenteritis y enfermedades de ese tipo”.
Por otro lado, las aguas estancadas podrían favorecer la proliferación de mosquitos, lo que causaría un riesgo adicional.
“El frío ayuda a reducir esto, pero en la zona de Valencia el clima es relativamente bueno, así que podría haber casos de enfermedades transmitidas por mosquitos, como la fiebre del Nilo. Aunque no es común en esa zona, podría ser un riesgo potencial”, afirma el epidemiólogo.
El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, anunció que no descarta una posible epidemia.
Este lunes inició una campaña de vacunación contra el tétanos, que en este momento se considera la enfermedad de mayor riesgo en las zonas afectadas.
“El Clostridium tetani es una bacteria que se encuentra en el suelo y en lugares relacionados con el hierro y el barro. Cuando hay cortes o heridas en condiciones de poco oxígeno, esta bacteria puede crecer y contaminar las heridas, lo que aumenta el riesgo de tétanos”, explica el epidemiólogo José Manuel Bautista.
Y agrega que “todos los escombros en esta situación pueden estar expuestos al Clostridium tetani“.
Las autoridades han aconsejado especialmente ponerse la vacuna a quienes hayan sufrido alguna herida durante las labores de limpieza y reconstrucción.
Otro riesgo importante para la salud en las zonas afectadas por el temporal es la leptospirosis, una infección bacteriana transmitida por animales, especialmente en ambientes húmedos.
“Esta bacteria se encuentra en aguas fecales. Con el desbordamiento, las bacterias que estaban contenidas en sistemas cerrados ahora se han diseminado con el agua“, indica Bautista.
La leptospirosis puede entrar en el cuerpo a través de pequeñas heridas, suele tardar entre una semana y 15 días en manifestarse, y se trata con antibióticos.
“Es importante la vigilancia epidemiológica, ya que los roedores también pueden transmitir esta bacteria. Toda la comida y restos biológicos en descomposición pueden atraer ratas“, advierte el experto.
Si hay un elemento común en la mayoría de las imágenes procedentes de Valencia estos días, es el lodo.
Esta sustancia marrón que impregna las calles, los edificios y la ropa de quienes colaboran en las tareas de limpieza también plantea un importante riesgo de salud.
“Si el lodo procede de aguas fecales o aguas residuales que se han desbordado, podría contener bacterias patógenas que contaminan las manos y, al llegar a casa, los alimentos”, afirma Bautista.
Y advierte que “también podría haber residuos químicos ya que, si hay industria en la zona, el agua podría haber arrastrado sustancias químicas, lo que puede causar infecciones cutáneas”.
“Además, en ambientes muy húmedos al limpiar también puede haber riesgo de enfermedades respiratorias, ya que hay hongos y bacterias que pueden causar infecciones y esto podría agravar la condición de quienes ya padecen este tipo de enfermedades”, agrega.
Los expertos consideran prioritario retirar cuanto antes de las calles la basura y los cadáveres de animales, ya que son peligrosas fuentes de enfermedades contagiosas.
“Se trata de materia orgánica en descomposición, lo que facilita el crecimiento de bacterias y hongos, ya que encuentran nutrientes para crecer. Además, si el agua está estancada, esta contaminación se disemina”, apunta el epidemiólogo español.
La descomposición de materia orgánica, explica, “produce bacterias como estafilococos y estreptococos, entre otras, que pueden causar infecciones relacionadas con Salmonella, infecciones cutáneas y respiratorias, y toxinas gastrointestinales que producen algunas de estas bacterias, como la gastroenteritis”.
“Creo que esta será una de las afecciones más frecuentes que podríamos ver”, afirma.
El Ministerio de Sanidad español publicó una lista de recomendaciones y medidas para quienes estos días retiran de las calles el lodo y los desechos.
Entre otras cosas, les recomienda usar ropa de manga larga y pantalón largo, así como mascarilla, guantes y otros elementos para proteger la nariz, boca, ojos y manos.
También se pide a la población evitar consumir alimentos potencialmente no seguros, solo tomar agua embotellada y desinfectar sus casas en la medida de lo posible.
Del lado de las autoridades, también es fundamental “que haya una vigilancia constante para monitorear si la gente se enferma y poder actuar rápidamente en caso de brotes“, indica José Manuel Bautista.
“Por un lado, protección personal con equipos y desinfección; y por otro, vigilancia epidemiológica por parte de la administración sanitaria”, resume.
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