La Secretaría de Salud (Ssa) de México emitió un aviso preventivo para evitar viajes no esenciales a Ruanda debido a un brote de la enfermedad por el virus de Marburgo en ese país africano.
El aviso preventivo de viaje ocurre en respuesta a la situación actual respecto a la enfermedad luego de que el Ministerio de Salud de Ruanda confirmara, hasta el pasado 10 de octubre, 58 casos y 13 defunciones con una letalidad de 22 %.
Además, ante la notificación de casos en la capital de Ruanda, Kigali, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha considerado que existe riesgo de propagación internacional, debido a que la ciudad cuenta con un aeropuerto internacional y redes carreteras hacia varias ciudades de África oriental.
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A través de la Unidad de Inteligencia Epidemiológica y Sanitaria, Salud México informó que la enfermedad de Marburgo se trata de un padecimiento grave y que a menudo es mortal, pues tiene una tasa de letalidad del 24 al 88 %.
Por ello, señaló que el nivel de riesgo es alto e hizo un llamado a no viajar a Ruanda si no es necesario. “El brote es de alto riesgo para los viajeros”, indicó en un comunicado.
Si bien no se han notificado casos de esta enfermedad en México, la principal recomendación que emitió la dependencia fue la de posponer el viaje, en caso de no ser esencial. Además, compartió un conjunto de indicaciones para las y los mexicanos que viajen a ese país.
Se trata de un padecimiento grave provocado por el virus de Marburgo, el cual pertenece a la familia Filoviridae, al igual que el virus del Ébola, por lo que ocasionan enfermedades con características clínicas similares, explica la OMS.
La transmisión de esta enfermedad entre personas ocurre por contacto directo de la piel lesionada o mucosas de sangre, así como con secreciones, órganos u otros fluidos corporales de alguien infectado.
El contagio de la enfermedad de Marburgo también se presenta al tener contacto con superficies y materiales contaminados con dichos fluidos.
De acuerdo con la OMS, también se han presentado casos de transmisión a través de materiales para inyección contaminados o por uso de agujas contaminadas, los cuales se han relacionado con una gravedad mayor de la enfermedad, “un agravamiento más rápido y, posiblemente, a una mayor tasa de letalidad”.
Asimismo, señala que la transmisión del virus puede ocurrir en ceremonias funerarias en las que se tiene contacto directo con el cuerpo del difunto, pues “la infectividad persiste mientras haya virus en la sangre”.
En cuanto a los síntomas, la OMS indica que la enfermedad por el virus de Marburgo comienza bruscamente con síntomas como fiebre elevada, dolores de cabeza intensos, malestar y dolores musculares frecuentes.
Estos síntomas puede presentarse entre 2 y 21 días después de tener contacto con el virus.
Al tercer día la persona afectada puede presentar diarrea acuosa intensa, que puede persistir durante una semana, así como cólicos abdominales, vómitos y náuseas.
“En esta fase se ha descrito que los pacientes presentan aspecto de fantasma debido al hundimiento de los ojos, la inexpresividad fácil y el letargo extremo”, señala la OMS.
Hasta el momento no existen tratamientos específicos ni vacunas para la enfermedad, sin embargo, algunas de éstas se encuentran en fase de desarrollo aunque no están disponibles de manera general.
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El virus de Marburgo se identificó por primera vez en 1957 tras registrarse brotes de forma simultánea en Marburgo y Frankfurt, en Alemania, y en Belgrado, Serbia. Los casos asociaron al trabajo en laboratorios con monos verdes africanos (Cercopithecus aethiops) que fueron importados de Uganda.
Posteriormente se notificaron brotes y casos esporádicos en Angola, Kenia, República Democrática del Congo, Sudáfrica y Uganda.
En 2008 se informó sobre dos casos independientes en viajeros que visitaron una cueva habitada por colonias de murciélagos Rousettus en Uganda, mientras que en 2023 se notificaron dos brotes separados por este padecimiento en Guinea Ecuatorial y la República Unida de Tanzania.
Barack Obama y Kamala Harris han estado en órbitas políticas superpuestas desde que se conocieron en California hace dos décadas. Ella colaboró en sus campañas y él le está devolviendo la mano en la actual carrera por la Casa Blanca. Pero su relación va más allá de la política.
Se conocieron hace 20 años en California y, desde entonces, han colaborado para potenciar sus respectivas carreras políticas.
Barack Obama, de 63 años, y Kamala Harris, de 59, han estado en órbitas políticas superpuestas desde que él estaba en campaña en 2004 para llegar al Senado de Estados Unidos.
Harris fue una de las primeras en apoyar su candidatura y, unos años más tarde, en 2008, trabajó como voluntaria en la campaña que convirtió a Obama en el primer presidente negro de Estados Unidos.
Ahora su aliado demócrata le está devolviendo la mano con su apoyo para que se convierta en la primera presidenta de ese país.
“Querida, querida amiga mía”, es una de las frases con las que Obama se ha referido públicamente a ella, dejando en claro que su relación va incluso más allá de la arena política.
Recientemente, en su discurso en la Convención Demócrata de agosto, el expresidente dijo que Harris “no nació con privilegios”, estableciendo un vínculo entre su propia vida y la de la candidata.
Y en la recta final de la actual campaña, Obama se ha comprometido a hacer “todo lo posible” para ayudarla a llegar a la presidencia, incluyendo asesoría estratégica, recaudación de fondos y esfuerzos para que la gente vaya a las urnas el próximo 5 de noviembre.
Te presentamos seis momentos clave en la relación política de Harris y Obama.
Harris, entonces fiscal de distrito de San Francisco, se encontraba entre la multitud de más de 15.000 personas cuando el entonces senador anunció su sorpresiva candidatura a la Casa Blanca en las escaleras del antiguo Capitolio Estatal en la ciudad capital de Illinois, Springfield, en febrero de 2007.
Luego, ella iría a tocar puertas y recaudaría dinero para Obama antes de las elecciones primarias de Iowa en 2008, y más tarde se desempeñaría como copresidenta de su campaña en California.
Obama compartió con ella parte de su estrellato nacional dos años más tarde, cuando Harris presentó una candidatura para fiscal general de California contra el republicano Steve Cooley, un popular fiscal de distrito de Los Ángeles.
En esa época, la presentadora de noticias de PBS Gwen Ifill se había referido a ella cariñosamente como “la Barack Obama femenina”, pero Harris seguía enfrascada en una reñida contienda.
Para darle otro empujón a su campaña, Obama, que sufriría derrotas generalizadas en el Congreso en ese año electoral, hizo tiempo para aparecer en un mitin en Los Ángeles en octubre de 2010, en el que se refirió a Harris como “querida, querida amiga mía”.
“Quiero que todos hagan lo correcto por ella”, dijo a la multitud. Harris logró una victoria por menos de un punto porcentual, posicionándose en el camino hacia un cargo más alto.
Obama le dio a Harris un codiciado papel como oradora en la Convención Nacional Demócrata de 2012, cuando el presidente aspiraba a la reelección.
Ella ya se había hecho famosa en California al ser la primera persona de color o mujer en ocupar el cargo de fiscal de distrito de San Francisco. También fue la primera mujer negra y de origen surasiático elegida como la principal abogada del estado.
Como fiscal general, generó titulares por mantenerse firme en las negociaciones para lograr un acuerdo financiero entre los fiscales generales estatales y los bancos responsables de la crisis de hipotecas que había en el país, asegurando más de US$25.000 millones en nombre de los propietarios de viviendas.
En la convención, Harris se refirió a su logro, entretejiendo su historia personal, elogiando a Obama por defender a los estadounidenses durante la crisis de la vivienda y atacando a su rival republicano, Mitt Romney, como aliado de Wall Street.
“Necesitamos avanzar”, dijo en su discurso, una frase que ha repetido en su campaña de 2024.
“El presidente Obama luchará por las familias trabajadoras. Luchará por nivelar el campo de juego económico y por dar a cada estadounidense las mismas oportunidades que tuvo mi familia”.
Su discurso fue justo antes de las palabras del expresidente Bill Clinton y se ganó un lugar que seguramente llamaría la atención de los demócratas a nivel nacional, los poderosos y los donantes clave.
Aunque Obama apoyó discretamente a Harris mientras ascendía en la política de California, en 2013 sorprendió a todos cuando se refirió a ella como “la fiscal general más guapa del país”.
“Hay que tener cuidado, en primer lugar, de decir que es brillante, dedicada y dura, y que es exactamente lo que uno espera de alguien que administra la ley y se asegura de que todo el mundo reciba un trato justo”, dijo el entonces presidente en un acto de recaudación de fondos en San Francisco.
“Resulta que también es, con diferencia, la fiscal general más guapa del país”.
Horas más tarde llamó por teléfono a Harris para disculparse por el comentario.
“Son viejos amigos y buenos amigos y él no quería de ninguna manera restar importancia” a sus logros, dijo más tarde a los periodistas el entonces portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.
En 2016, cuando estaba en su apogeo como demócrata y llegando al fin de su segundo mandato como presidente, Obama intervino en la reñida carrera por el Senado de California para apoyar a Harris, quien lanzó una candidatura para reemplazar a la senadora saliente Barbara Boxer.
En julio de ese año, él y su vicepresidente, Joe Biden, anunciaron formalmente su apoyo a Harris, quien se postulaba contra su compañera demócrata y congresista estadounidense Loretta Sanchez.
En el sistema de primarias de California, los dos candidatos con más votos pasan a las elecciones generales, independientemente del partido al que representen.
“Kamala es una fiscal de toda la vida con un solo cliente: el pueblo del estado de California. Ese es el enfoque que adoptará en el Senado de Estados Unidos”, señaló Obama en una declaración publicada por la campaña de Harris.
Biden dijo que la conocía a través de su hijo Beau Biden, quien, cuando ocupó el cargo de fiscal general de Delaware, forjó una amistad con ella.
Harris ganó cómodamente las elecciones y se convirtió en la segunda mujer negra en ocupar un cargo en el Senado de Estados Unidos.
La campaña de Harris para las primarias presidenciales de 2020 comenzó con un evento en su ciudad natal de Oakland, California, ante una multitud de 20.000 personas en 2019.
Al igual que otros competidores por la nominación demócrata, se reunió con Obama para exponer sus argumentos a favor de su candidatura.
Pero Obama, cuyo propio vicepresidente estaba preparando una candidatura electoral, quería mantenerse al margen de la contienda política y esperar hasta que el partido seleccionara a su candidato antes de ofrecer su codiciado respaldo.
La campaña de Harris se derrumbó en menos de un año, y Joe Biden le ofrecería una especie de recompensa política como su compañera de fórmula.
Obama apoyó la selección de Harris por parte de Biden.
“Elegir un vicepresidente es la primera decisión importante que toma un presidente. Cuando estás en la Oficina Oval, sopesando los temas más difíciles y sabiendo que la decisión que tomes afectará las vidas y los medios de vida de todo el país, necesitas a alguien contigo que tenga el criterio y el carácter para tomar la decisión correcta”, dijo Obama en un comunicado.
Desde 2020, Obama ha estado en contacto regular con Harris, brindándole asesoramiento y actuando como caja de resonancia siempre que ella lo solicita.
Barack Obama y su esposa, Michelle, esperaron varios días para respaldar a Harris tras la dimisión de Joe Biden como candidato a la reelección, hasta que quedó claro que no había rivales y que ella era la elegida por el partido.
La pareja publicó un video en el que la llamaban para anunciar formalmente su apoyo a su campaña.
“Nos conocemos desde hace 20 años. He visto cómo te has destacado en cada puesto que has ocupado”, le dijo Obama en una llamada telefónica.
“El simple hecho de ver que se reconoce todo ese trabajo duro es algo que nos emociona muchísimo. Por eso, lo principal que queríamos hacer era informarle a usted y a Doug [Emhoff], nuestro futuro primer caballero, que vamos a hacer todo lo posible para ayudarla a llegar a la presidencia”.
En los últimos meses, los dos han estado en estrecho contacto. Obama ha apoyado su campaña, incluyendo asesoramiento político o estratégico, recaudación de fondos y esfuerzos para conseguir votos.
Harris también ha contado con la ayuda de muchos de los veteranos aliados de Obama para dirigir su campaña.
Eric Holder, quien fue fiscal general de EE.UU. bajo el mandato de Obama, encabezó los esfuerzos para examinar la lista de candidatos a vicepresidente de Harris, mientras que David Plouffe, director de campaña de Obama en 2008, es ahora uno de sus asesores más importantes.
La campaña de Harris también ha reclutado a otros aliados de Obama, entre ellos, Jennifer O’Malley Dillion, su directora de campaña, y la asesora principal Stephanie Cutter. La exdirectora de comunicaciones de Obama, Jennifer Palmieri, también está ayudando al marido de Harris, Doug Emhoff.
(*Esta nota es una adaptación hecha a partir de un artículo de Courtney Subramanian, periodista de BBC News).
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