De las 18 mil 515 personas usuarias de tratamientos de profilaxis preexposición (PrEP), pastillas que previenen la transmisión del VIH, que registra el Centro Nacional para la prevención y control del virus (Censida) en todo el país, la mitad corresponden a la Ciudad de México y han sido enroladas por las clínicas Condesa mediante un esquema colaborativo con organizaciones de la sociedad civil.
De acuerdo con una ficha de usuarios activos en PrEP distribuidos por unidad, con corte al 31 de agosto de 2024, la capital del país suma 9 mil 771 personas que toman estos medicamentos como medida preventiva para no contraer VIH. La PrEP está indicada mediante una toma diaria para personas que pueden tener mayor riesgo de contraer el virus.
La cifra total de personas usuarias en la Ciudad de México es incluso superior a la estadística de la PrEP otorgada por el IMSS en todo el territorio nacional (5 mil 559) y 44 veces más grande que la registrada por el ISSSTE (222), según datos recabados por Censida y publicados este miércoles por Animal Político.
Además, la ficha de la capital muestra que un 56.4% de los tratamientos en la Ciudad de México dependen del trabajo de siete asociaciones con sede en la capital y una en Jalisco. Pese a ello, durante esta administración se determinó que las organizaciones de la sociedad civil ya no recibirían apoyos directos por parte del gobierno federal.
Esto ha llevado a que en estados como Jalisco y Baja California centros comunitarios hayan dejado de proporcionar servicios relacionados con la prevención, detección, diagnóstico y tratamiento del VIH, dados los diversos obstáculos y el escaso apoyo al que hoy se enfrentan ante un Censida que desplaza a los programas estatales la responsabilidad de decidir cómo y con qué organizaciones trabajan.
Derivado de ello, activistas de más de 30 entidades hoy consideran que el único esquema con resultados exitosos es el de la Ciudad de México, mismos que no serían posibles sin la estrecha colaboración con organizaciones civiles, que en la capital son responsables del enrolamiento de 4 mil 903 usuarios en PrEP, el 26.4% del total nacional.
En la capital, Fundación Unidos por un México Vivo (213), Inspira AC (481), VIHve Libre (2 mil 404), Casa de las muñecas (114), Centro de Apoyo a las Identidades Trans AC (122), Colectivo Alfa (27) y Red Mexicana de Personas que viven con VIH (70) han enrolado a 3 mil 431 personas usuarias activas en PrEP, mientras que Checcos, de Jalisco, lo ha hecho posible para mil 472 personas mediante la colaboración con clínicas Condesa. Juntas, suman el 56.4% de los tratamientos.
En tanto, ambas sedes de las clínicas Condesa, en Cuauhtémoc e Iztapalapa; la Unidad de Salud Integral para Personas Trans; el CIENI-INER y el Reclusorio Norte, con 18 usuarios activos de PrEP, concentran el 49.8% restante, es decir, 4 mil 868 personas usuarias de profilaxis preexposición.
“Existen diferentes intervenciones que permitirían prevenir infecciones por transmisión sexual, incluida la profilaxis con antirretrovirales (conocidas como PrEP y PEP), pero no se han creado estrategias efectivas para ofrecerla de forma universal a las poblaciones más expuestas a la infección; durante el año 2023 se reportaron 17 mil 739 nuevos casos de VIH. Podemos señalar que durante la actual administración, a nivel federal no ha existido capacidad ni compromiso claro para implementar un programa eficaz que contenga la epidemia del VIH en México; nunca existió comunicación con las comunidades mayormente afectadas”, señalaron más de 30 organizaciones de todas las entidades en una carta difundida hace varias semanas.
De acuerdo con activistas de esas asociaciones, ellas son las que llegan, prioritariamente, a los lugares a donde el gobierno no alcanza: universidades, escuelas, discotecas, lugares de encuentro y poblaciones que no llegan a las instituciones de salud pública. Algunas, las que nacieron durante esta administración, siempre han trabajado con sus propios recursos, pero otras dejaron de recibir fondeos, lo que las obligó a cerrar centros de detección y atención comunitaria.
Ricardo Hernández Forcada, director de prevención y participación social del Censida, reconoció en entrevista con Animal Político que el trabajo de los centros comunitarios es indispensable, pero justificó que es responsabilidad de las entidades la decisión de con quiénes y cómo trabajan. Además, aseguró que la falta de medicamentos reportada en diversos estados se debe a problemas de distribución, no de desabasto.
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Sin embargo, el funcionario se dijo apenado de admitir que son poco más de 18 mil las personas usuarias de PrEP a nivel nacional, pues las poblaciones objetivo, aquellas que tienen prevalencias de VIH superiores a la población general, se cuentan por millones y alcanzan a alrededor de un 11% de todos los habitantes del país, es decir, por lo menos 12 millones.
“Si sumamos todos, nos estamos quedando muy cortos”, admitió.
Diecisete deportistas han logrado la hazaña de competir tanto en Juegos Olímpicos como en Paralímpicos. Cuatro mujeres lo harán la versión de París 2024.
Han sido 17. Ese es el número de deportistas que han cumplido la hazaña de competir tanto en los Juegos Olímpicos como en los Paralímpicos.
La historia sitúa a una pionera: la neozelandesa Neroli Susan Fairhall, quien pese a quedar paralizada por un accidente automovilístico que la dejó en silla de ruedas, logró competir en los Juegos Paralímpicos de Heidelberg 1972 en atletismo y tiro con arco.
En 1984 compitió en los Olímpicos de Los Ángeles.
Y solo uno de esos 17 ha logrado una medalla en ambos eventos: el húngaro Pál Szekereses, quien logró la presea de bronce en esgrima en los Olímpicos de Seúl 1988.
En 1991, poco antes de participar en Barcelona 1992, un grave accidente de autos lo dejó en silla de ruedas.
Pero eso no lo detuvo en su espíritu deportivo: logró tres medallas de oro, también en esgrima, en los distintos Juegos Paralímpicos que participó desde 1992 hasta 2012.
Los Juegos Paralímpico de París 2024, que comenzaron el pasado 28 de agosto, no serán una excepción para ver a deportistas paralímpicos que también estuvieron en unos Juegos Olímpicos y en BBC Mundo te los presentamos.
La jugadora de tenis de mesa Bruna Costa se convertirá en la primera brasileña en haber competido en ambos certámenes.
Con 29 años, la atleta paralímpica compitió en París 2024, y ahora se prepara para lograr nada más ni nada menos que la medalla de oro para su país en los Paralímpicos.
A Costa le amputaron su brazo cuando tenía pocos meses de edad, luego de que una vacuna mal suministrada le provocara una trombosis.
De niña siempre amó el deporte y a los 7 años, como ha contado en diversas entrevistas, descubrió el tenis de mesa.
Su inspiración fue otra de las deportistas que han pasado por las Olimpiadas y los Juegos Paralímpicos y que, como ella, también juega tenis de mesa: Natalia Partyka.
La deportista celebró en sus redes sociales la doble convocatoria y particularmente su participación en las Olimpiadas de julio.
“Hoy es un día diferente a cualquier otro día con el que me haya despertado en estos 29 años de existencia: ¡me convertí en la primer atleta en la historia de Brasil en ser convocada para jugar en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos en los mismos Juegos Olímpicos!”, escribió en su cuenta de X.
La tenista de mesa espera que “algún día esto sea algo normal, que una persona con discapacidad compita contra los deportistas olímpicos con dos brazos”.
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La polaca que sirvió de inspiración a la brasileña, nació sin un antebrazo, es zurda y debutó a los 11 años en tenis de mesa en los Juegos Paralímpicos de Sídney 2000.
En ese momento se convirtió en la deportista más joven en participar en unos juegos paralímpicos.
En Beijing 2008 completó otra hazaña: participó tanto en las competencias olímpicas como en las paralímpicas.
Ha ganado cinco medallas de oro paralímpicas.
Para ella la posibilidad de que personas con capacidades diferentes puedan competir como los atletas olímpicos es una fuente de inspiración. “(Los Paralímpicos) muestran que nada es imposible”, ha dicho en varias ocasiones.
La dos veces campeona paralímpica, Asunta Legnante, volverá al ruedo en las próximas semanas para competir por un galardón en el lanzamiento de bala.
La oriunda de Italia, que tiene 46 años y compitió en las Olimpiadas de Beijing 2008, creció con problemas de visión.
Pero no fue hasta cuatro años después que quedaría completamente ciega por un glaucoma congénito.
La atleta paraolímpica tiene el sueño de llegar a los próximos Juegos Olímpicos de Los Ángeles, fecha que coincidirá con su cumpleaños número 50.
Legnante ha señalado en distintas entrevistas que lo que la ha motivado a mantenerse en el deporte es la necesidad de “seguir desafiándome a mí misma, demostrarme que no estaba acabada ni como atleta ni como mujer”.
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La australiana Melissa Tapper, de 34 años, hizo historia en los Juegos Olímpicos de Río 2016, luego de convertirse en la primera deportista de su país en participar de ambas competencias.
En la disciplina del tenis de mesa, Tapper hizo lo mismo en las Olimpiadas de Tokio 2020, donde ganó una medalla de plata para el equipo femenino.
Una lesión en el plexo braqueal (ubicado en el cuello) le provocó una paralísis en uno de sus brazos, algo que no le impidió enfrentar desde muy joven competencias de personas sin capacidades diversas.
“Las complicaciones del parto hicieron que Tapper naciera con una lesión en el plexo braquial tras desgarrarse los nervios entre el cuello y el hombro derecho cuando los médicos la sacaron del vientre de la madre”, detalla su sitio web oficial.
La joven australiana también participó en los Juegos Olímpicos de Paris 2024.
En octavos de final tuvo un desempeño que pese a no darle el triunfo a su equipo, la dejó más que satisfecha.
Ahora, la australiana se prepara para seguir haciendo historia en los Paralímpicos.