México tiene la peor cobertura de salud entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE); entre los peores indicadores están los altos niveles de prevalencia en obesidad y diabetes.
La OCDE publicó su informe Panorama de la Salud 2023, donde proporciona los resultados de varios indicadores sobre los sistemas de salud de los países miembros, como los factores de riesgo, el acceso y la calidad de la atención médica y los recursos.
En el caso de México, la cobertura de salud entre la población es la peor pues alcanza un 72.4%, porcentaje muy por debajo del 97.9% que es el promedio entre los demás países de la organización.
Otros dos factores donde México destaca son: 1. la obesidad pues su prevalencia fue del 36%, superior al promedio de 25.7%; y 2. la prevalencia de la diabetes mayor al promedio, relacionada con la amputación por esta enfermedad con 19.4%, comparado con el 7.5% en los demás países.
El informe Panorama de la Salud 2023 de la OCDE indica que en México, hasta 2022, la esperanza de vida es de 75.4 años, 4.9 años por debajo del promedio en los demás países, donde sus habitantes viven, por lo menos, hasta los 80.
Las muertes por contaminación de aire aumentaron pues hubo 28.7 por cada 100 mil habitantes y en cuanto a la atención primaria en salud, hubo 195 ingresos evitables por cada 100 mil, menos que el promedio de la OCDE con 463.
En materia de atención preventiva, la organización retoma que en México, el 20% de las mujeres se sometieron a pruebas de detección de cáncer de mama, menos que el promedio que es de 55%.
Y aunque el 72% de la población tiene cobertura de salud básica, el 57% se dicen satisfechos con la atención médica y el 41% gasta en servicios privados.
La OCDE indica que México destina 1.181 dólares per cápita en salud, lo que es menos del promedio; y que hay 2.5 médicos y 2.9 enfermeros en ejercicio por cada 1.000 habitantes, así como una cama de hospital por cada mil.
Los otros indicadores de salud donde México empeoró para 2022 fue en la mortalidad infantil, mortalidad materna y vacunación infantil. Al contrario, mejoró en bajar la tasa de suicidio, la prevalencia de fumar y tomar alcohol, y la vacunación de adultos mayores contra la influenza.
En agosto pasado, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) publicó su más reciente informe sobre medición de la pobreza, donde se detalla el problema de falta de acceso a servicios de salud.
De acuerdo con estos resultado, esta situación se agravó en todo México entre 2018 y 2022 —en medio de la pandemia de COVID-19 y de las reformas del gobierno federal en esta materia—, tuvo un escenario aún peor en cinco de las 32 entidades del país: Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán y Oaxaca.
Hombres jóvenes con jeans y chanclas hacen fila como en un cortejo fúnebre frente al hospital Nasser en Jan Yunis.
Desde que Israel comenzó a bombardear intensamente el sur de Gaza el 1 de diciembre, cientos de personas han muerto.
Es otra noche en la densa penumbra frente a las salas de emergencias.
Afuera hay hombres vestidos con batas, serenos. Se alzan voces y los hombres se agolpan a su alrededor.
Cualquier orden está empezando a desmoronarse: la gente está traumatizada y agotada.
Un auto se detiene, suena la bocina y las luces parpadean, sacan a un joven, lo colocan en una camilla y luego lo llevan al interior.
Llega otro vehículo cubierto con polvo y ayudan a un niño a salir. Sabe caminar y es pequeño, sólo tiene cuatro o cinco años.
Al día siguiente, en el centro de la ciudad, Samah Ilwan, madre de seis hijos, pide ayuda.
“Quiero enviar un mensaje al mundo entero y al árabe”, dice.
“Quiero decirle al mundo que somos inocentes. No hicimos nada malo“, agrega.
La mujer agita en el aire dos botellas de agua vacías y dice que sus hijos, cinco niñas y un niño, tienen sed.
“Nos hemos vuelto como perros y gatos. Quizás los perros y los gatos encuentren refugios. Nosotros no tenemos ninguno. Estamos abandonados en la calle“, afirma.
Desde el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, la vida ha quedado destrozada.
Hamás, una organización terrorista proscrita en la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, mató al menos a 1.200 personas y llevó a más de 240 como rehenes a Gaza.
A estos hechos le siguieron semanas de intensos bombardeos y una invasión terrestre israelí en el norte.
El Ministerio de Salud dirigido por Hamás dice que más de 15.800 personas han muerto, en su mayoría mujeres y niños.
Una tregua de siete días se acordó para permitir el intercambio de algunos rehenes por prisioneros palestinos.
Pero ahora la guerra se reanudado y estoy solo en Jan Yunis, mientras mi familia está en el centro de Gaza.
Este era el lugar más seguro para el camión satélite, con buena señal para transmitir, hasta hace unos días.
Yo siempre he estado orgulloso de ser periodista, pero mis opciones se están acabando. Me siento acorralado.
Pude viajar al centro de Gaza cada pocos días para ver a mi familia. Pero ahora los israelíes han cerrado una carretera y la otra es muy peligrosa.
Soy originario del norte, pero huí al sur con mi familia después de que el ejército israelí me lo ordenara, diciendo que el sur era un “lugar seguro”.
Ahora nos advierten de una “operación terrestre peligrosa” en Jan Yunis y nos dicen que debemos avanzar más al sur, hasta Rafah, justo en la frontera con Egipto.
A pesar de todo lo que nos ha sucedido a mí y a mi familia desde el comienzo de la guerra, esta es la primera vez que me siento completamente perdido.
Me han arrebatado toda la fuerza de voluntad y el control.
Estoy acostumbrado a mantener a mi familia segura y protegida, ideando un plan. Ahora la indecisión se ha apoderado de mi
¿Debería ir a Rafah, seguir trabajando y esperar que mi familia esté bien? ¿O debería intentar volver con ellos, dejar de informar y, si pasa lo peor, al menos moriremos juntos?
Espero que nadie más tenga que enfrentarse nunca a esta terrible elección, que no es una elección en absoluto.
Desde el inicio de las operaciones militares israelíes en Gaza al menos 63 periodistas han muerto y otros 11 han resultado heridos, de acuerdo con los registros del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ).
“La envergadura, la gravedad y la recurrencia de los crímenes internacionales contra los periodistas en Gaza exigen una investigación prioritaria de la Corte Penal Internacional (CPI)”, reclamó la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF).
El pasado 31 de octubre organización que protege a los comunicadores presentó una denuncia contra las autoridades israelíes ante el juzgado con sede en La Haya (Países Bajos).
Las fuerzas israelíes han dicho a las agencias de noticias que no pueden garantizar la seguridad de los periodistas que trabajan en Gaza.
Aunque no son defensores de los derechos humanos, “muchos periodistas actúan como tales cuando, por ejemplo, informan de abusos y actos que han presenciado”. Y, por lo tanto, deberían ser protegidos al momento de realizar sus labores, escribió el relator especial de Naciones Unidas para los defensores de derechos humanos.
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