José Luis esperó cinco meses para obtener una cita para una cirugía de próstata en el Hospital General de Zona 20 del IMSS en Puebla. Tras realizarse los estudios preoperatorios, el instituto le notificó que se habían suspendido este tipo de procedimientos debido a la falta de insumos médicos. Ahora su familia busca transferirlo al Hospital Universitario de Puebla para que lo atiendan, ya que no cuentan con los recursos para acudir a un hospital privado.
José Luis de 70 años se encuentra en tratamiento desde 2023 por prostatitis, una enfermedad que consiste en la inflamación de la glándula prostática que provoca dolor y dificultad al orinar. Para asistir a las consultas de especialidad se debe trasladar desde el municipio de Tehuacán a la capital de Puebla, donde se encuentra el Hospital General de Zona 20 La Margarita, lo que implica un trayecto de casi dos horas en automóvil.
En marzo de 2024, le realizaron una biopsia de próstata para revisar el crecimiento de la glándula. Aunque los resultados fueron positivos, las molestias se agudizaron. En julio de ese mismo año, el especialista le dijo que era necesario someterlo a una cirugía, pero al solicitarla le informaron que ese tipo de procedimientos se encontraban suspendidos porque no contaban con el equipo médico necesario.
“En el momento en que mis papás buscan agendar, en la Jefatura de Cirugía les dicen que no hay más cirugías urológicas en La Margarita y ahí les toca ver a más pacientes hombres de la tercera edad con sonda y con bolsas de catéter que requieren una cirugía urgente. De verdad le lloraban a los médicos pidiéndoles por la cirugía y la respuesta es que no había equipo”, relata su hija Patricia en entrevista con Animal Político.
José Luis continuó en tratamiento oral hasta que el pasado 16 de diciembre su hija Patricia recibió una llamada del hospital en la que le informaron que las cirugías urológicas se habían restablecido. En esa misma semana, José Luis inició con sus estudios preoperatorios y obtuvo una orden de internamiento para el 20 de enero de 2025.
Patricia y su hermana se ofrecieron como donantes de sangre y José Luis pidió permiso en su trabajo para poder faltar desde el 17 de enero, cuando se sometería al último de sus estudios, el de anestesiología. Todo marchaba sin inconvenientes hasta que el lunes 13 de enero por la tarde el hospital volvió a llamar para notificarles que las cirugías se habían suspendido nuevamente de manera indefinida por falta de insumos.
Animal Político buscó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para que diera una postura al respecto, pero hasta el cierre de edición no hubo respuesta.
“Para nosotros es una falta de atención, un mal servicio, que así nada más cancelen de un día para otro después de que hicimos todos los arreglos, si bien no es una cirugía urgente, sí es necesaria y la estamos esperando desde julio”, apuntó Patricia.
Luego de hacer pública una queja en redes sociales, personal del IMSS contactó a Patricia para pedirle sus datos y levantar el reporte correspondiente ante la Jefatura delegacional; posteriormente pidieron que su padre acudiera a las instalaciones a recibir indicaciones.
El viernes 17 de enero, Patricia se presentó en la Jefatura de Cirugía del hospital de La Margarita junto con sus padres donde les comentaron que el año pasado la suspensión se debió a la escasez de clorhexidina, un antiséptico que entre otras cosas, se utiliza para desinfectar heridas y quemaduras. Mientras que el problema actual se debe a que el equipo empleado en las operaciones urológicas, el cual consiste en una especie de pinzas para cortar órganos o tumores, está descompuesto.
Lee también | Falta de higiene y atención provocan dos muertes más en el IMSS-Bienestar; los pacientes llegaron a tener larvas
Este no ha sido el único hospital público en Puebla que ha presentado fallas en sus servicios por la falta de insumos. A inicios de este año, al menos seis hospitales que pasaron a manos del IMSS Bienestar, denunciaron escasez de víveres para brindar servicios de alimentación tanto al personal como a pacientes, así como deficiencias en el suministro de medicamentos.
Los problemas se presentaron en el Hospital de la Mujer y Neonatología de Tehuacán; en los hospitales generales de Tehuacán, de Huejotzingo, de Teziutlán y del Sur, así como en el Hospital de la Mujer en la ciudad de Puebla.
Días después de que se hicieran públicas las denuncias, el 14 de enero, el coordinador estatal de los Servicios de Salud del IMSS-Bienestar en el estado, Gerónimo Lara Gálvez, informó que hasta ese momento se había registrado un avance del 73.9 % en el abasto de medicamentos y del 79.71 % en material de curación en las 742 unidades médicas transferidas a este organismo descentralizado.
Lee también | Tardan meses para detectar el cáncer a paciente en el IMSS y reclaman a la familia por hacerlo público
En cuanto al abasto de víveres y alimentos, al corte del 12 de enero, se registraron 24 unidades con entregas completas, 21 con entrega parcial y siete seguían pendientes de entrega, pero con suministros suficientes para prestar el servicio de alimentación.
Sin embargo, estos datos no abarcan al Hospital General de la Zona 20 de la Margarita que es gestionado directamente por el IMSS. Animal Político solicitó información sobre los insumos que hacen falta para llevar a cabo las cirugías urológicas en esta unidad en específico, así como una fecha tentativa de abastecimiento, pero tampoco hubo respuesta.
El lunes 20 de enero, el día en el que había sido agendada la operación de José Luis, su hija Patricia pudo hablar con el subdirector del hospital de La Margarita quien le brindó una alternativa a su situación: solicitar que su padre sea atendido en el Hospital Universitario de Puebla. Si bien se trata de un hospital privado, tiene un convenio con el IMSS para brindar atención médica a los pacientes que no pueden ser atendidos por falta de insumos o de equipo.
El Hospital Universitario de Puebla es una unidad administrativa dependiente de la Rectoría de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla que a su vez forma parte del sistema estatal de salud. Su cobertura se extiende a 139 mil usuarios y cuenta con 39 especialidades y subespecialidades médicas.
Te puede interesar | Sheinbaum regresa al modelo de compras de medicinas que AMLO eliminó, tras desabasto
Durante la pandemia de COVID-19, este hospital llevó a cabo las cesáreas y partos que no pudieron realizarse en el hospital de La Margarita debido a la saturación de pacientes infectados con el coronavirus.
“Si mi papá cumple con los criterios, puede ser admitido y operado en el Hospital Universitario de Puebla. Nos pidieron de nueva cuenta todos sus estudios. Espero poder tenerlos todos a más tardar el lunes (27 de enero) para que lo consideren lo antes posible”, señaló Patricia y aseguró que su familia no se dará por vencida hasta que atiendan a su padre, incluso si eso implica recibir malos tratos por parte del personal o seguir enviando quejas a través de los canales oficiales del instituto.
Lee | IMSS Bienestar: amplía infraestructura, pero falla en distribución de medicamentos estratégicos
“Vamos a seguir insistiendo. Por el momento no contamos con recursos para operarlo en un hospital privado, pedir un préstamo es una opción, pero también creemos que como derechohabiente es su derecho tener acceso a los servicios médicos del IMSS”, sostuvo.
El arquitecto de las políticas más radicales sobre migración del nuevo presidente de Estados Unidos también ha diseñado la estrategia para aplicarlas con eficacia y sin concesiones.
Si hay un cerebro principal detrás de las políticas migratorias más radicales del presidente Donald Trump, es Stephen Miller.
A sus 39 años, este republicano de ideología ultraconservadora que ya diseñó algunas de las medidas más extremas del primer gobierno de Trump -como la separación de familias migrantes- ahora ha aumentado su poder e influencia en la Casa Blanca con los cargos de subdirector de políticas y asesor de seguridad nacional.
El mismo día en que asumió su segundo mandato, Trump firmó órdenes ejecutivas que llevan la marca de Miller, como la eliminación de la ciudadanía por nacimiento o la declaración de la emergencia nacional en la frontera sur.
Estas medidas reflejan el enfoque nacionalista de línea dura que ha promovido desde los inicios del trumpismo este “halcón” republicano, muy activo a la hora de defender sus propuestas en medios de comunicación.
“Usaremos todo el poder de las fuerzas federales bajo el mando y dirección del presidente Trump para salvar a este país de esta ocupación”, declaró este miércoles a la cadena Fox News.
Te contamos quién es Stephen Miller, considerado una de las figuras más radicales, temidas e influyentes de la Casa Blanca.
Nacido en 1985 en el seno de una familia judía de Santa Mónica (California), Miller mostró desde muy joven un marcado interés por la política, influenciado por figuras y medios con posiciones conservadoras.
A los 16 años escribió una carta a un periódico local criticando la falta de patriotismo en su instituto, posicionándose como un activista conservador que, entre otras cosas, exigía a los estudiantes latinos que hablasen solo inglés en clase.
Su formación política se consolidó en la Universidad de Duke, donde se graduó en Ciencias Políticas en 2007 y protagonizó un episodio que, según expertos, daría un temprano impulso a su carrera.
Miller se erigió como un vocal defensor de un grupo de jugadores del equipo universitario de lacrosse acusados de violación que finalmente probaron su inocencia, en un caso que alcanzó cierta relevancia mediática.
Fue en este periodo cuando empezó a vincularse con figuras controvertidas como Richard Spencer, un conocido supremacista blanco, si bien el asesor republicano negó que tuvieran una relación cercana.
Tras graduarse, trabajó como asesor de comunicaciones para congresistas republicanos y en 2009 se puso al servicio del entonces senador Jeff Sessions, conocido por sus posturas de línea dura en inmigración.
Bajo la tutela de Sessions, Miller jugó un rol clave en la oposición al proyecto de reforma migratoria bipartidista en 2013, consolidando su reputación como detractor de las políticas de fronteras abiertas.
En 2016 se unió a la campaña presidencial de Donald Trump como asesor de políticas y redactor de discursos.
Se atribuye a Miller el tono nacionalista y antiinmigración de las alocuciones de Trump, como el discurso inaugural de 2017, así como el diseño de dos de las medidas más polémicas de su primer gobierno: el veto migratorio a países de mayoría musulmana y la separación de familias de migrantes irregulares.
Según el periódico especializado Politico, fue su capacidad para interpretar y amplificar la visión de Trump lo que lo consolidó como una figura indispensable dentro de su primer gobierno entre 2017 y 2021.
Desde entonces, Miller es conocido por su enfoque radical sobre inmigración y su habilidad para transformar ideas extremas en políticas concretas.
Según The New York Times, el asesor republicano ha perfeccionado su estrategia operando con secretismo y evitando oposiciones internas, lo que le ha permitido aplicar con éxito algunas de las medidas más radicales del trumpismo.
Para su segundo mandato, Donald Trump ha confiado a Stephen Miller un poder más amplio sobre la agenda migratoria, convirtiéndolo en la principal figura decisoria junto al nuevo “zar de la frontera”, Tom Homan.
Desde su puesto como subdirector de política y asesor de seguridad nacional, Miller ha liderado la redacción de una avalancha de órdenes ejecutivas para poner en marcha la agenda migratoria de Trump, que prometió acabar con el flujo de inmigrantes irregulares y deportar a aquellos que ya estén en suelo estadounidense.
Una de estas órdenes fue eliminar la ciudadanía por nacimiento, una medida que niega un derecho histórico garantizado por la 14ª Enmienda de la Constitución y que ya ha sido impugnada en los tribunales.
También reinstauró el Título 42, que permite cerrar la frontera con México en nombre de la salud pública, y declaró la emergencia nacional en la frontera sur, según expertos para justificar una militarización sin precedentes de los operativos de deportación.
Anuló, además, solicitudes de asilo pendientes, denegó la entrada al país a más refugiados e incluyó la designación de los carteles de droga como organizaciones terroristas extranjeras.
Miller es el cerebro de lo que algunos expertos han llamado una “estrategia de saturación”: inundar a la oposición y a los medios con un flujo constante de acciones ejecutivas y medidas para desbordar la capacidad de respuesta y maximizar su efectividad.
Politico destaca que el asesor ha trabajado con abogados externos, sin recurrir al Departamento de Justicia como suele ser habitual en su cargo, para blindar las nuevas políticas y garantizar que se lleven a la práctica con el menor número posible de obstáculos legales.
Este enfoque reflejaría las lecciones que Miller aprendió durante el primer mandato de Trump, cuando medidas como el veto migratorio enfrentaron bloqueos judiciales.
Además de su trabajo interno, Miller ha establecido relaciones estratégicas con figuras influyentes fuera del gobierno, como el empresario Elon Musk, que recientemente ha endurecido su postura sobre la inmigración.
El nuevo asesor de seguridad nacional de Trump también creó la organización de juristas conservadores America First Legal, que promueve litigios y campañas mediáticas contra instituciones y organizaciones a las que acusan de amparar o fomentar la inmigración ilegal.
Así, Stephen Miller no solo es el arquitecto de las políticas más radicales del trumpismo, sino también el estratega que ha perfeccionado las tácticas y herramientas para aplicarlas con eficacia.
Desde sus inicios en la campaña presidencial de 2016, Stephen Miller ha demostrado una lealtad inquebrantable a Donald Trump, convirtiéndose en uno de sus aliados más cercanos e incondicionales.
Miller se unió al equipo de Trump cuando este aún era considerado una apuesta improbable para la Casa Blanca y redactó algunos de sus primeros discursos, donde moldeó y amplificó con éxito su tono populista y nacionalista.
En el primer mandato de Trump, Miller evitó involucrarse en las disputas internas que marcaron la Casa Blanca, manteniendo buenas relaciones tanto con los elementos moderados como con los más radicales del gobierno, según The New York Times.
Sin embargo, nunca defendió a un aliado si caía en desgracia con Trump, como fue el caso de Jeff Sessions, su antiguo mentor y jefe en el Senado.
Cuando en 2017 Sessions renunció a su cargo de fiscal general tras perder el favor del entonces presidente, Miller no dudó en priorizar su lealtad al líder y se distanció del que había sido su benefactor.
Esa fidelidad absoluta también se refleja en su disposición a seguir las órdenes de Trump sin cuestionarlas, especialmente en público.
Según Politico, el estratega de 39 años nunca contradice al presidente, incluso en reuniones privadas, y se alinea rápidamente con cualquier decisión que tome Trump, lo que le ha permitido sobrevivir a múltiples cambios de gabinete durante el primer gobierno y enfrentamientos internos en el partido.
Por supuesto, Miller ha respaldado en todo momento la más que cuestionable teoría de que las elecciones que Joe Biden ganó a Trump en 2020 fueron fraudulentas.
Las políticas diseñadas por Stephen Miller, tanto en el primer como en el segundo mandato de Donald Trump, generan fuertes divisiones en la política y la sociedad estadounidenses.
Para sus detractores, incluidos legisladores demócratas y organizaciones de derechos humanos, su agenda asesta un ataque directo a los principios fundamentales de Estados Unidos y a las comunidades más vulnerables.
Grupos como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) o el Southern Poverty Law Center las describen como extremas y discriminatorias.
Analistas consultados por The New York Times advierten que las políticas promovidas por Miller podrían transformar la manera en que Estados Unidos gestiona la inmigración, cerrando puertas históricamente abiertas a refugiados y solicitantes de asilo.
Sus críticos también creen que las posibles deportaciones y la militarización de la frontera podrían tensar las relaciones con países vecinos, como México, y generar nuevas crisis humanitarias.
Para los simpatizantes del trumpismo, sin embargo, es un estratega visionario que ha redefinido las políticas migratorias con un enfoque nacionalista y de línea dura que ayudará a proteger la seguridad y el bienestar de los estadounidenses.
A falta de conocer los efectos definitivos de su legado, millones de migrantes ya están sintiendo de una o de otra manera el impacto de las políticas diseñadas e impulsadas por Miller, que prometen seguir siendo objeto de controversia y disputas en los próximos 4 años.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.