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Después de tres meses de retraso, IMSS-Bienestar recluta a médicos a quienes había ofrecido plazas; “nos dieron largas”, denuncian
Después de tres meses de retraso, IMSS-Bienestar recluta a médicos a quienes había ofrecido plazas; “nos dieron largas”, denuncian
Cuartoscuro
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Después de tres meses de retraso, IMSS-Bienestar recluta a médicos a quienes había ofrecido plazas; “nos dieron largas”, denuncian
Médicos que aspiraron a plazas del IMSS-Bienestar debían haber empezado labores el 16 de marzo. Apenas en los últimos días, la institución comenzó a llamarles. Muchos de ellos invirtieron en cambios de residencia, perdieron ingresos o dejaron ir otras oportunidades de empleo. 
27 de junio, 2023
Por: Marcela Nochebuena
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Durante los tres meses que permanecieron sin respuesta sobre su inicio de labores, en diversas entidades del país médicos que optaron por plazas del IMSS-Bienestar tuvieron que sortear las dificultades que generó la incertidumbre: desde renunciar a otras oportunidades de empleo o aceptar trabajos temporales hasta resolver cambios de residencia que ya se habían concretado.

Desde el 16 de marzo, cuando supuestamente debían haber empezado labores, tras una convocatoria para ocupar plazas del IMSS-Bienestar que se promovió en el evento “Unidos transformaremos la atención en los servicios de salud. FAMILIA IMSS 2023”, más de 600 médicos se quedaron sin respuesta ni certezas sobre su ingreso a diferentes instalaciones hospitalarias del país a cargo de ese órgano público descentralizado. Apenas hace unos días, empezaron a ser llamados de manera paulatina, solo en algunos estados e instalaciones. 

Francisco, médico recién egresado de la especialidad de hematología que cursó en el IMSS Centro Médico Guadalajara, tenía ya una oferta laboral en esa misma ciudad, pero decidió aplicar a una de las plazas que conoció de última hora para el IMSS-Bienestar. El IMSS, dice, siempre ha sido confiable, por lo que no creyó que en ese organismo fuera a existir ningún problema con el inicio de labores. 

Como tiene familiares en Los Mochis, Sinaloa, decidió optar por una base en una de las instalaciones hospitalarias de esa ciudad. Dejó la oferta previa que tenía en Guadalajara, donde comentó que ya tenía otra oportunidad y que no podría tomarla. Además, para ese momento —con el proceso de supuesta contratación ya avanzado— incluso se había mudado y empezado a rentar en Los Mochis con su familia nuclear.

Nunca me imaginé que fuera a pasar esto. Además tengo familia; entonces, mover la escuela y todo fue un show”, lamenta. Sin noticias de cuándo empezaría a laborar, solo le quedó esperar por un poco de fortuna mediante consultas privadas.

Consultado en diversas ocasiones sobre el aplazamiento y la falta de certidumbre, el IMSS no dio respuesta. Francisco cree que él contó con la ventaja de tener una subespecialidad, que permite que, de a poco, puedan presentarse consultas particulares o en hospitales privados; sin embargo, aclara, al inicio es difícil conseguir mucho trabajo. “En el medio privado son como uno a tres años para que ya tengas un flujo más continuo”, agrega.

Aunque, en su caso, concluyó el proceso de reclutamiento y obtuvo la cédula de asignación de plaza, que se entregó a la mayoría de quienes optaron por las plazas del IMSS-Bienestar, confiesa que su expectativa de que la dependencia cumpliera era cada vez menor y si las consultas privadas no resultaban, tendría que volverse a mudar o encontrar alguna opción, si la hay, en otro servicio público de salud.

“Como subespecialista, yo tengo alguna oportunidad, pero la mayoría de las plazas son de medicina familiar, creo, y desafortunadamente ellos sí no tienen otro trabajo; la mayoría de los compañeros sí están totalmente dependientes de esas plazas”, señala. Médicos que dieron su testimonio aseguraron que, de palabra, el sueldo que les prometieron para las plazas rondaba entre los 30 y 40 mil pesos mensuales. 

Luis también quedó a la espera de que caiga alguna consulta privada. Terminó su especialidad en cirugía general en el Hospital General de Acapulco, por parte de la UNAM. Como originalmente reside en Jiquilpan, Michoacán, aplicó a una plaza en una instalación hospitalaria del IMSS-Bienestar en Sahuayo, pero el proceso de entrega de documentos y cursos de inducción se hizo en Morelia. 

Por ello, hizo la inversión en todos los traslados necesarios a la capital del estado durante al menos dos semanas. Después, el ingreso se aplazó y se quedó sin respuestas. Casi un mes después, seguía teniendo expectativas de que el ingreso pudiera darse el 16 de abril, pero la confirmación nunca llegó. “Yo sé que la delegación de Morelia no tiene la culpa, sino que es a nivel central, y básicamente que nos iban a avisar y a avisar y así estuvieron, nada más dándonos largas”, lamenta.

Como al resto de sus colegas, específicamente quienes han podido viajar a la Ciudad de México para contactar a autoridades de la delegación central del IMSS, le dijeron que en algún momento se daría, pero que la Secretaría de Hacienda aún no liberaba el presupuesto. Esa es la misma respuesta que varios reportaron desde hace meses. Mientras tanto, se mantuvo “de la consulta que caiga” como médico particular y de lo que ahorró durante la residencia. 

“Ahorita como egresado no hay mucho movimiento, porque uno va saliendo, y también eso implica gastos. Entonces (trabajo hay) muy poco, casi nada”, comenta. 

“No me quedó de otra que conseguir trabajo”

Mientras unos trataron de abrirse camino en el sector privado o lidiaron con las consecuencias y sostenibilidad de un cambio de residencia que podía resultar infructuoso, otros médicos optaron por tomar empleos con menos garantías de estabilidad o en condiciones más precarias mientras esperaban la respuesta del IMSS-Bienestar. 

Ana egresó de la especialidad de oftalmología, que cursó como residente en la unidad de alta especialidad de Torreón, Coahuila. Cuando surgió la convocatoria de IMSS-Bienestar, eligió esa plaza porque podría laborar en su ciudad. Sin embargo, tuvo que elegir entre esa y otra de IMSS ordinario porque no había compatibilidad de horario. Se decidió por la primera.

Como los demás, el 15 de marzo recibió la noticia de que las labores no se iniciarían al día siguiente. Inicialmente, pensó que solo tomaría una quincena más, pero conforme fue avanzando el tiempo, empezó a preocuparse y se sumó a la organización y presión que han ejercido sus colegas. “Si yo hubiera sabido que no íbamos a entrar el 16 de marzo y que nadie nos iba a asegurar una fecha de inicio, ni de loca agarro esta plaza”, lamenta. 

En IMSS ordinario habría tenido la ventaja, además, de que existían muchas bases disponibles para su especialidad. Ahora se dice frustrada porque le mintieron como a muchos. A principios de mayo, no le quedó más que conseguir otro empleo en una clínica privada de oftalmología, donde trabaja para otro médico.

“No tengo para poner un consultorio y comprar mis propios aparatos; el plan era ir sacando de lo que me iban a pagar, ir generando para comprar mis propias cosas y ya no lo pude hacer, y de hecho apenas me van a pagar a fin de mes. Si hubiera sabido que no íbamos a iniciar, por lo menos hubiera empezado a trabajar desde antes”, cuenta Ana.

Para la especialidad que estudió Teo en Puebla, anatomía patológica, había muy pocos espacios en el IMSS-Bienestar. Él reside en Xalapa, Veracruz, de donde es originario, y encontró solo seis lugares en oferta: al sur de esa entidad, en Guerrero y en Sinaloa. Mientras otros rechazaron ofertas o renunciaron a otras oportunidades, él solo tenía esa opción. No le quedó de otra que empezar a trabajar en un consultorio de Farmacias Similares. 

En Tlaxcala, incluso ya había conseguido un lugar donde rentar, porque les dijeron que empezarían muy pronto, prácticamente en menos de un mes —el evento del IMSS, conocido por ellos como “draft”, se realizó a principios de marzo—. De hecho, se quedó allá durante el proceso de reclutamiento, pero al ver que no tendría ingresos, renunció a la renta y regresó con sus familiares a Xalapa.

Me siento frustrado porque soy médico especialista; hemos invertido más de 10 años de formación, queremos trabajar, y básicamente es eso, seguimos en las mismas. De hecho, es frustración y enojo porque se nos prometió una cosa que no sabíamos si se cumpliría. Muchos compañeros, por ejemplo, que son de un estado, se fueron confiados a rentar, por ejemplo, desde la Ciudad de México hasta Sinaloa o Baja California, y ahí siguen, sin ingresos”, lamenta Teo.

A Teo le quedó la fe de que el aplazamiento se resolviera, situación que solo ha sucedido parcialmente, y que alguna autoridad explicara lo sucedido. “Vemos que las autoridades dicen que no hay médicos especialistas, y sí, aquí estamos, estamos laborando aquí en las farmacias, en contratos, ya que ellos no cumplieron; eso es lo que ocurre. De que hay, sí habemos”, agrega.

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“Tuve que escoger entre salvar a mis padres o a mi hijo”: las historias que deja el devastador terremoto de Marruecos
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“Tuve que escoger entre salvar a mis padres o a mi hijo”: las historias que deja el devastador terremoto de Marruecos
Médicos que aspiraron a plazas del IMSS-Bienestar debían haber empezado labores el 16 de marzo. Apenas en los últimos días, la institución comenzó a llamarles. Muchos de ellos invirtieron en cambios de residencia, perdieron ingresos o dejaron ir otras oportunidades de empleo. 
12 de septiembre, 2023
Por: BBC News Mundo
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Tayeb ait Ighenbaz se vio obligado a elegir entre salvar a su hijo de 11 años o a sus padres cuando estos quedaron atrapados bajo los escombros tras el devastador terremoto en Marruecos del pasado viernes.

El pastor de cabras de una pequeña comunidad en las montañas del Atlas dice que está atormentado por la decisión que tuvo que tomar.

Tayeb estaba con su esposa, sus dos hijos y sus padres el viernes por la noche en su pequeña casa de piedra cuando esta fue sacudida por el mayor terremoto que ha sufrido el país en 60 años.

Acompaño a Tayeb a su antigua casa que ahora está en ruinas.

Todavía se puede ver parcialmente el interior de la construcción. Él señala los escombros mientras me dice: “Allí es donde estaban”.

“Todo pasó muy rápido. Cuando sucedió el terremoto, todos corrimos hacia la puerta. Mi padre estaba durmiendo y yo le grité a mi madre que saliera, pero ella se quedó a esperarlo”, dice.

Del otro lado, él solo podía ver a su esposa y a su hija.

Cuando regresó a la casa derrumbada, Tayeb encontró a su hijo y a sus padres atrapados entre los escombros. La mano de su hijo se asomaba entre los cascotes.

Sabía que tenía que actuar rápidamente, y se dirigió hacia donde estaba su hijo Adam, y comenzó a cavar deseperadamente para sacarlo.

Cuando fue a buscar a sus padres, atrapados bajo una gran losa de piedra, dice que ya era demasiado tarde.

“Tuve que escoger entre mis padres y mi hijo”, dice con lágrimas en los ojos.

“No pude ayudar a mis padres porque una pared cayó sobre sus cuerpos. Es muy triste. Vi como morían mis padres”.

Tayeb señala las manchas sobre su pantalón, y me dice que es la sangre de sus padres. Toda su ropa está dentro de su casa. No ha podido cambiarse desde que se produjo el sismo.

La familia vive ahora junto a sus parientes en carpas improvisadas cerca de su antigua casa. Tayeb cuenta que todo su dinero está en la casa, y que la mayoría de sus cabras han muerto.

“Es como haber nacido otra vez en una nueva vida. Sin padres, sin casa, sin comida, sin ropa. Tengo 50 años y tengo que empezar de nuevo”, dice.

Él no puede ahora pensar en cómo continuar, pero se acuerda de las lecciones que le enseñaron sus padres.

“Siempre me decían ‘sé paciente, trabaja duro, nunca te rindas’”.

Mientras conversamos, su hijo Adam se acerca vestido con una camiseta del club de fútbol Juventus con el nombre de Ronaldo en la espalda, y abraza a su padre.

“Mi papá me salvó de la muerte”, dice sonriendo.

“Éramos cinco en mi familia. Ahora somos dos”

Unos metros más lejos, camino a la ciudad de Amizmiz, otro hijo abraza a su padre.

Abdulmajid ait Jaefer dice que estaba en su casa con su esposa y sus tres hijos cuando comenzó el terremoto y “el piso se cayó”.

Su hijo Mohamed, de 12 años, salió del edificio, pero el resto de la familia quedó atrapada.

Abdulmajid cuenta que sus piernas quedaron atrapadas bajo los escombros, pero que un vecino lo ayudó a salir.

Luego pasó dos horas tratando de rescatar a su esposa y a una de sus hijas.

Las dos estaban muertas cuando logró sacarlas de entre los escombros.

Al día siguiente, el cuerpo sin vida de otra de sus hijas fue rescatado.

Abdulmajid, de 47 años, duerme ahora bajo un toldo frente a lo que quedó de su casa.

Puede ver la cocina, con la nevera aún de pie y ropa colgada puesta a secar.

Dice que no puede abandonar la zona porque necesita “hacer guardia” para proteger sus posesiones, y el recuerdo de su vida allí.

“Esa es mi cocina y mi nevera. Todos estábamos allí. Ahora solo puedo mirar hacia allí”, dice.

Antes del viernes, Abdulmajid dice que nunca jamás pensó en un terremoto. “Incluso ahora, no lo puedo creer”.

Mientras conversamos, un auto para cerca de nosotros y un grupo de gente baja para ofrecer sus condolencias. Otros que caminan por la calle se detienen para darle un abrazo al padre y esposo.

“Éramos cinco en mi familia. Ahora somos dos”, me dice con tristeza.

“Por el momento, solo puedo pensar en una cosa: mi hijo”.

Reporteo adicional: Wahid El Moutanna.

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BBC

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