Ernesto Zedillo, expresidente de México, criticó el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum a las reformas constitucionales que impulsó su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, y dijo que “está alimentando una crisis constitucional”.
En un artículo de opinión escrito en The Washington Post, el expresidente priista aseguró que la reforma judicial es la principal razón de esa crisis, pero no es la única, pues incluye la desaparición de organismos autónomos y la más reciente reforma de supremacía constitucional, que prohíbe a la Corte pronunciarse sobre cambios a la Carta Magna.
“La crisis constitucional que ella está alimentando no generará el buen gobierno democrático para el cual fue elegida. En cambio, debería utilizar su mandato para detener la regresión democrática orquestada por AMLO e iniciar un proceso de reforma genuino a integral para lograr un verdadero estado de derecho”, escribió Zedillo.
Zedillo también consideró que la última reforma de supremacía constitucional –misma que prohíbe a la Corte pronunciarse e invalidar reformas a la Constitución por contravenir derechos fundamentales– “desenmascaró” a Morena en su intento por convertir a México “en una autocracia” de partido hegemónico.
En ese sentido, el también académico reconoció que México solo ha sido un país “verdaderamente democrático” durante los últimos 30 años, pues antes de eso, su partido, el PRI, no tuvo oposición ni en el Poder Legislativo ni en el Judicial.
“El Congreso y el Poder Judicial estaban subordinados al presidente. Las reformas promulgadas entre 1994 y 1996, que yo promoví, pusieron fin a estas anomalías, permitiendo que México se convirtiera en una democracia multipartidista con alternancia regular en el poder y un poder judicial independiente que, en muchas ocasiones, ha defendido principios constitucionales frente a medidas imprudentes de otras ramas del gobierno”.
Sobre la reforma judicial, Ernesto Zedillo puso sobre la mesa una posibilidad que atenta contra la independencia judicial: bajo el nuevo mecanismo de elección de juzgadores, haya algunos que le “deban” su cargo a organizaciones “potencialmente criminales”.
“La sustitución del poder judicial se presenta como un proceso democrático, en el que los jueces serán elegidos por voto popular a partir de listas de candidatos. Este argumento es absurdo, ya que las listas serán determinadas efectivamente por el partido gobernante”.
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“Como resultado de estos cambios, todos los jueces, magistrados y magistrados de la Corte Suprema supuestamente serán reemplazados por personas que carecen de calificaciones profesionales significativas y deben sus puestos al partido gobernante o, peor aún, a otros patrocinadores y organizaciones potencialmente criminales”.