Juan, de 69 años, es un fotógrafo retirado que se niega a abandonar el oficio. Afuera de su domicilio colgó una manta para ofrecer el servicio de retratos a sus vecinos, aunque pocas veces le llega trabajo, por eso es que la Pensión de Adultos Mayores, un programa social del gobierno Federal, es fundamental para mantenerse. Es alto y delgado, y la edad, dice, le ha dejado problemas de audición y de memoria.
Pero aún con esas limitantes, cuando se le pregunta si es dueño de una empresa que recibió contratos multimillonarios, asienta con toda naturalidad. Recuerda bien que en 2019 familiares de su nuera le pidieron el “favor” de crear una empresa de construcción llamada Grupo Boca S. A. de C. V. Lo que Juan no sabe es que la compañía ha ganado 122 millones de pesos a través de 18 contratos con el gobierno de Cuitláhuac García en Veracruz. Y de ello no ha recibido ni una décima parte, aunque él aparezca como responsable de los contratos.
Juan –a quien se le ha cambiado el nombre para evitar represalias– es una de las personas utilizadas para constituir empresas fantasma que recibieron al menos 439 millones de pesos en contratos con dependencias como la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas, el Instituto de Espacios Educativos, el DIF estatal, la Secretaría de Salud y hasta la Administración del Sistema Portuario Nacional Veracruz.
Además, instituciones como Espacios Educativos de Veracruz entregó adjudicaciones directas a personas físicas para que hicieran remodelaciones en escuelas, por contratos de entre 700 mil y hasta 2 millones de pesos. En algunos casos recibieron más de un contrato que sumaron millones de pesos, y se comprobó que también son beneficiarios de programas sociales.
Uno de esos casos es el de Mariana, de 33 años y beneficiaria del programa Jóvenes Construyendo el Futuro en 2020. Registró un domicilio fiscal en la colonia popular 7 de noviembre en Xalapa, Veracruz. Se trata de una casa habitación pintada de rosa, con los barandales y la puerta oxidada, ubicada en un desnivel de la calle.
Quienes habitan ahí respondieron que hasta hacía un año, Mariana rentaba unos cuartos para ella y sus dos hijos, por eso descartaron que fuera empresaria. Sin embargo, sus datos aparecen en diversos contratos, como ganadora de adjudicaciones directas que suman 3.8 millones de pesos.
Después de no localizarla en su domicilio, fue buscada en el teléfono que registró como proveedora y reconoció ser beneficiaria del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, pero al preguntarle más sobre los contratos se portó evasiva.
Después de esa última frase, colgó.
Octavio N., de 26 años, aparece con 14 millones de pesos en contratos otorgados por el Instituto de Espacios Educativos de Veracruz. El domicilio registrado, a diferencia del resto de personas localizadas, era una unidad privada resguardada por vigilante y a la que sólo se puede acceder con el permiso de los propietarios.
En esa visita se pudo hablar con el padre de Octavio, quien respondió a través del teléfono del vigilante. Aseguró que su hijo no era empresario y que desde hacía tiempo se había mudado a otro estado.
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Octavio respondió al teléfono registrado en el padrón de proveedores, pero negó ser contratista del gobierno. “No, yo creo que es número equivocado porque ya ni siquiera resido en Xalapa”. Al explicarle el monto que supuestamente ganó y los datos de dirección coincidentes se mostró desconcertado. “No tengo conocimiento, me suena extraño que me diga todo eso”.
Al preguntarle si había estado en algún programa social dijo que “sí estuve, pero fue hace mucho tiempo, solo fue el de la beca estudiantil, cuando empezó López Obrador”.
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Jhovanny N. es beneficiario del Programa de Apoyo al Empleo, pero supuestamente es contratista de Espacios Educativos que ganó 2.1 millones de pesos para remodelar escuelas. Al buscarlo en su domicilio en la colonia Felipe Carrillo Puerto, Xalapa, resultó ser un local que ocupó para un negocio de fotocopias, pero que dejó de rentar hace meses.
Aunque se pudo localizar a su esposa a quien se le explicó que él aparece como empresario, la mujer respondió mediante mensajes que “no está disponible, y tampoco creo que quiera hablar”.
Entre las empresas utilizadas también está Grupo Freunde, S. A. de C. V., que tiene al mismo representante legal que la compañía Grupo Boca. Una de las obras que Freunde debía hacer, y por la que recibió 21 millones de pesos, fue la “pavimentación del camino el Cedral, Los Pichones y El Tejar, en varias localidades del municipio de Medellín de Bravo”.
Se trata de una demanda de los pobladores debido a que ese camino comunica a más de 300 familias asentadas en los alrededores y una vía indispensable para trasladar a los enfermos de esa región, sobre todo, adultos mayores, y para el transporte de mercancías de los campesinos dedicados a la siembra de maíz, frijol y pasto pangola para alimentar al ganado.
Según la licitación LPE-112T00000-6000-017-2023 la obra se concluyó en diciembre de 2023, pero para Jerónima López, comisariada del ejido San Francisco, también conocido como Los Pichones, se trata de una obra inconclusa porque hay tramos pavimentados y otros siguen en terracería.
“Todavía sigo comiendo tierra que avientan los carros porque no alcanzaron a pavimentar hasta acá”, dijo molesta la mujer de 64 años”.
En el recorrido que hizo Animal Político, la mujer mostró los puntos donde la falta de pavimentación provocará estancamiento de agua en la temporada de lluvias.
“Ellos me dicen que ya no las harán porque ya no alcanza el presupuesto y que quizá para el año que entra podría ser que lo hiciera”.