Para entender mejor
Claudia Sheinbaum se comprometió a gobernar para “todos y todas” en su primer discurso como presidenta de México ante el Congreso de la Unión, sin embargo, su toma de protesta estuvo marcada por un desencuentro con la oposición, a quienes no mencionó ni una vez en su discurso de 44 minutos, y Morena intentó evitar que legisladoras de otros partidos salieran a recibir a la mandataria cuando llegó a la Cámara de Diputados.
Durante la sesión de Congreso general, las legisladoras de oposición pedían más diálogo a Claudia Sheinbaum, pero recibieron su primer revés: las diputadas y senadoras del PAN, PRI y Movimiento Ciudadano quedaron fuera de la comitiva especial que recibiría a la presidenta en la Cámara de Diputados.
Previo a los posicionamientos de los partidos políticos, Sergio Gutiérrez Luna, presidente en funciones del Congreso General, anunció el nombre de las personas que recibirían a la primera presidenta de México. La lista solo estaba conformada por legisladoras de Morena, ni siquiera estaban sus aliadas del Partido del Trabajo o del Partido Verde Ecologista de México.
Este hecho es inédito, ya que las comitivas de recepción de los presidentes siempre habían sido plurales, con representación de todas las fuerzas políticas, incluso cuando Andrés Manuel López Obrador rindió protesta el 1 de diciembre de 2018.
Noemí Luna, coordinadora de los diputados federales del PAN, dijo a Animal Político que Sergio Gutiérrez Luna le llamó antes de iniciar la sesión del Congreso General para informarle que, por petición de Claudia Sheinbaum, solo mujeres de Morena saldrían a recibirla.
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“Recibí una llamada del presidente (Sergio Gutiérrez Luna) pidiéndome comprensión porque, a su decir, fue la presidenta quien decidió que su comisión de recepción de cortesía fueran puras (legisladoras) de Morena, lo cual me parece un agravio a la oposición”, señaló Luna.
Ivonne Ortega, coordinadora de los diputados de Movimiento Ciudadano, criticó que desde el pasado domingo 29 de septiembre ya se había elegido a las integrantes de la comitiva que recibiría a Sheinbaum para su toma de protesta.
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La líder del partido naranja aseguró que Sergio Gutiérrez Luna, presidente en funciones del Congreso General, fue quien la llamó el domingo para avisarle que la lista de la comitiva estaba cerrada, a pesar de que los grupos parlamentarios aún no se habían reunido.
“Fue una cerrazón brutal. Esa cerrazón de algo yo diría inclusive banal, es algo de cortesía, de protocolo”, dijo Ortega a Animal Político sobre este tema.
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Para la comitiva que recibiría a la presidenta, Movimiento Ciudadano había elegido a la diputada Patricia Mercado, excandidata presidencial, y Alejandra Barrales, excandidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Debido a que la oposición fue excluida, ellas salieron por la presidenta de forma voluntaria. “No fueron protocolariamente, fueron sororamente”, narra Ortega.
A las 11:24 horas, Claudia Sheinbaum atravesó uno de los accesos de la Cámara de Diputados y fue recibida por legisladoras de Morena, pero al final también se sumaron por iniciativa propia las integrantes de Movimiento Ciudadano, además del Partido del Trabajo y el PRI.
Patricia Mercado y Alejandra Barrales salieron a recibir a la presidenta, junto con la senadora priista Cynthia López Castro, quien incluso se tomó una foto con la presidenta.
Si bien las opositoras no habían sido convocadas oficialmente a la comitiva de recepción, tampoco tuvieron conflicto con las integrantes de Morena. Incluso las tres aplaudieron y se sumaron al grito de “¡Presidenta! ¡Presidenta!” en cuanto Sheinbaum llegó.
Otra comitiva especial que se conformó con integrantes de Morena fue la que recibió al expresdiente Andrés Manuel López Obrador, en esa sí participaron hombres. Entre ellos, Félix Salgado Macedonio, senador que ha sido acusado por violencia sexual; Daniel Asaf, exjefe de la Ayudantía de López Obrador, quien incluso ya como diputado siguió acompañando al exmandatario hasta en sus últimos recorridos por el país, e Higinio Martínez, exaspirante a la gubernatura del Estado de México.
En el palco asignado para los jefes de Estado, como el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva o el de Chile, Gabriel Boric, también estuvieron los invitados especiales, como el boxeador Saúl “El Canelo” Álvarez, los magnates Carlos Slim y Emilio Azcárraga, y la élite morenista: Epigmenio Ibarra, Rafael Barajas “El Fisgón”, y Pedro Miguel, consejero nacional de Morena.
En ese palco convivieron los hijos de Andrés Manuel López Obrador: Andy, José Ramón y Gonzalo con la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden.
Mientras tanto, se designó un área junto a la prensa, menos privada, para los gobernadores en funciones y electos de Morena y partidos de oposición. Al finalizar la sesión en San Lázaro, las y los gobernadores de Morena salieron para abordar camiones tipo turista que los llevaron al Zócalo capitalino, donde continuaron los festejos de la presidenta.
En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, que se extendió a las calles aledañas del recinto legislativo para disuadir a los manifestantes en contra de la recién promulgada reforma judicial, Andrés Manuel López Obrador se despidió de la presidencia de México y Claudia Sheinbaum fue bienvenida como la nueva jefa de Estado.
“Es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres”, dijo Sheinbaum en un discurso fuertemente marcado por la continuidad del gobierno de López Obrador.
“Por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación. Y digo llegamos porque no llego sola, llegamos todas”, añadió.
Sin mencionar a las víctimas de la violencia en México, en su primer mensaje a la nación, Claudia Sheinbaum le dedicó los primeros 4:39 minutos de discurso a su antecesor Andrés Manuel López Obrador, pero terminó hablándole a las mujeres durante 4:48 minutos.
“Hoy lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos, la historia y el pueblo lo ha juzgado, Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes. El dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, solo comparable con Lázaro Cárdenas”, así arrancó su discurso como presidenta.
“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y, a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y para todas, y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria”, y así terminó.
La última parte de su discurso sobre mujeres se dio en un contexto en el que las titulares de los tres poderes de la Unión, todas presentes en la sesión, son mujeres: ella en el Ejecutivo; Ifigenia Martínez en el Legislativo y Norma Piña en el Judicial.
A diferencia del presidente saliente, quien la evitó, Sheinbaum se acercó a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, y la saludó. López Obrador miró la escena a la distancia. La acción provocó vítores de algunos legisladores. “¡Bravo!, ¡bravo!”, retumbaron algunos gritos en el recinto.
Sin embargo, durante su discurso, Sheinbaum defendió la reforma judicial. A pesar de las protestas de trabajadores de juzgados y tribunales, que se han extendido por más de 43 días y que, incluso el día de su toma de protesta, llegaron a las puertas de la Cámara de Diputados, aseguró que sus derechos están garantizados.
“Piénsenlo solo por un momento, si el objetivo hubiera sido que la presidenta controlara la Suprema Corte hubiéramos hecho una reforma al estilo Zedillo. No, eso es autoritarismo, nosotros somos demócratas”.
“Estoy segura que en unos años todas y todos estaremos convencidos que esta reforma es lo mejor. Aprovecho para decirle a las y los trabajadores del Poder Judicial, que sus derechos y salarios están totalmente salvaguardados”, afirmó.
Poco antes de que la presidenta se refiriera a la reforma, una decena de trabajadores del Poder Judicial lograron irrumpir en la Cámara de Diputados. La forma en la que entraron no quedó muy clara, pero al final pudieron hacer una pequeña protesta por unos minutos.
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“¡Diálogo con Claudia!”, gritaban las personas que protestaban en el vestíbulo de la Cámara de Diputados, hasta que fueron retirados por elementos de seguridad.
“Con esta reforma se excluye por completo nuestros derechos a la carrera judicial”, criticó Hermelinda Martínez, quien se presentó como integrante del Juzgado Tercero de Distrito en el estado de Hidalgo.
Legisladores de Morena no podían creer que manifestantes hubieran logrado burlar la seguridad e ingresar al palacio de San Lázaro. Nada en esa zona se movía sin que la policía de la Ciudad de México, y los elementos de seguridad que resguardaban la Cámara vestidos de negro, lo autorizaran. Solo pasaron esos filtros los diputados, senadores, funcionarios, invitados especiales y personas acreditadas.
Los cercos más amplios fueron colocados desde la avenida Ignacio Zaragoza, hasta la central de autobuses TAPO, y sobre la avenida Congreso de la Unión, hasta el Parque de los Periodistas Ilustres.
En un recinto donde su partido tiene mayoría y junto a sus aliados conforman una súper mayoría, y acompañada por jefes de Estado de 16 países, una y otra vez se escucharon los gritos de “¡presidenta!”, “¡es un honor estar con Obrador!” y “¡es un honor estar con Claudia hoy!”.
El “besamanos” de casi 10 minutos cuando llegó López Obrador y las selfies de los legisladores con la presidenta entrante y el presidente saliente fueron la tónica de la sesión. Las porras a favor de Sheinbaum y AMLO se confundían y chocaban por momentos.
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El traspaso de mando, simbolizado por el traslado de la banda presidencial de antecesor a sucesor, tuvo un momento emotivo cuando la líder histórica de la izquierda, Ifigenia Martínez Hernández, llegó en silla de ruedas y con oxígeno suplementario para cumplir con su encomienda y entregarle la banda presidencial a Claudia Sheinbaum.
“Te la paso a ti y tú se la das”, le explicó AMLO a Ifigenia Martínez.
Sheinbaum, con un aire de ternura, tomó la banda de las manos de Ifigenia y con ayuda de una cadete se la colocó ella misma.
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El vestido color marfil, sencillo, bordado en las esquinas de la falda y los puños, elaborado por Claudia Vásquez Aquino, artesana de Santa María Xadani, Oaxaca, contrastaba y resaltaba con los colores de la bandera.
Ya con la banda de presidenta puesta, Sheinbaum le besó la mano al senador Manuel Velasco, exgobernador de Chiapas, lo que dio de qué hablar durante la tarde de su primer día de gobierno.
Al finalizar su discurso, la presidenta fue rodeada por una multitud de senadores, senadoras, y diputadas y diputados morenistas, quienes querían tocarla, abrazarla y tomarse fotos. En contraste, del lado opuesto de la mesa directiva, legisladores panistas hacían fila para saludar a la ministra Norma Piña.