El expresidente de la Cámara de Senadores, Roberto Gil Zuarth, anunció que se postulará como candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para las elecciones de 2025.
“A mí me enseñaron en el PAN que frente a los tiranos no hay que arrodillarse, sino que hay que luchar”, declaró en su espacio de colaboración con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula.
Gil Zuarth dijo que cuando se publique la convocatoria para la elección de ministros, será el primero en presentar sus papeles.
El panista consideró que pese a que la reforma judicial desbarata a un poder, los ciudadanos deben organizarse, jugar con las nuevas reglas, y tratar de proteger a la ciudadanía mediante el amparo de ley.
“Vamos a defender la razón, la serenidad, la República. Yo sí le voy a decir a los mexicanos que esta reforma es una insensatez. Vamos a defender los derechos, vamos a participar porque son las reglas del juego y no nos podemos quedar en la casa”, sostuvo.
“Si no queremos Lenias Batres y queremos buenos jueces como (Juan Pablo) Gómez Fierro tenemos que defender la razón”, comentó.
Destacó que es mexicano de nacimiento, abogado de profesión y tiene un promedio de más de 8 en la licenciatura en Derecho y que sus vecinos le pueden compartir una carta de recomendación.
“Y de una vez le digo al Gobierno, yo voy a iniciar mi campaña en Chilpancingo, donde mataron un alcalde; luego me voy a ir a Sinaloa, donde la economía está colapsada por miedo’’, indicó.
Asimismo, el abogado informó que buscará, junto con otros miembros de la organización civil, constituir hacia enero de 2025 un movimiento político nacional y que tenga reconocimiento ante las autoridades electorales.
Durante el proceso electoral extraordinario y ordinario, que se abrirá luego de la aprobación de la reforma judicial, las y los ciudadanos tendrán que elegir entre 42 mil 145 candidatos para tener nuevos jueces, magistrados y ministros, un ejercicio electoral inédito.
Se trata de una elección en la que, de entrada, se votará de forma completamente distinta, pues las personas no votarán por un logotipo de un partido tachando un solo recuadro, sino que el elector tendrá que escribir un nombre, lo que cambia la forma en la que los ciudadanos han votado desde hace más de 100 años.