Javier Tovarich lo mismo ha sido productor de la Compañía Nacional de Teatro que chofer de taxi, coordinador técnico de la Muestra Nacional de Teatro que valet parking, coordinador técnico del Festival Internacional Cervantino que carpintero.
“Uno tiene que trabajar en cuestiones alternativas, también mal pagadas, para solventar los gastos. No puedo dedicarme 40 horas a la semana a una misma actividad, tengo que diversificarme”, relata Javier en entrevista con Animal Político.
Cuando ha participado en proyectos culturales, Javier ha empezado temporadas de obras de teatro sin haber firmado un contrato, ha esperado hasta tres meses para que le paguen por su labor, ha trabajado sin tener acceso a aguinaldo, vacaciones o seguridad social.
Son casi 40 años los que Javier ha vivido las inclemencias de la industria cultural en México, y advierte sobre otro duro golpe para este sector: un recorte de cuatro mil millones de pesos para el próximo año.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público propuso destinar 12 mil 81 millones de pesos a la inversión cultural para el 2025. En números nominales, esto significa una reducción de 27 % respecto al presupuesto de 2024, cuando se le destinó 16 mil 754 millones de pesos.
La reducción en el presupuesto ha prendido la alerta de artistas y organizaciones sociales. “De todos los años, este es el más crítico”, advierte Javier, quien considera que el recorte terminará por pegarle principalmente a los creadores de contenido.
“Tú no deberías enfocar como tu piedra angular del derecho a la cultura solamente al consumidor. No es ahí, el esfuerzo es en el generador de los contenidos, de lo que va a recibir el espectador. Al final de cuentas, cada peso que le des a los creadores de contenido le va a llegar potenciado al espectador”, explica Javier, quien es integrante del Movimiento Colectivo por la Cultura y el Arte en México (MOCCAM).
El MOCCAM es una de las organizaciones que se han pronunciado contra el recorte presupuestal. Esta asociación civil incluso estimó que 40 mil empleos podrían estar en riesgo dentro del sector debido a la disminución de recursos económicos.
Esta ONG también calculó que el recorte podría afectar la operación de mil 200 recintos culturales en el país, el mantenimiento de 193 zonas arqueológicas abiertas al público, la conservación de 162 museos nacionales, el funcionamiento de 32 orquestas y ensambles profesionales, y las actividades de más de 7 mil 500 bibliotecas públicas.
Fue el pasado 15 de noviembre cuando la Secretaría de Hacienda presentó a la Cámara de Diputados el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2025 (PPEF 2025), un documento que los legisladores todavía pueden modificar.
Ricardo Monreal, coordinador de los diputados federales de Morena, informó que serán unos 15 mil millones de pesos los que se podrían reasignar dentro del PPEF. Sin embargo, la “cobija presupuestal” es chica y las necesidades son muchas. Los rubros de salud y educación sufrieron recortes presupuestales. Los legisladores también quieren dar más recursos a la inversión en el campo, agua, carreteras y universidades públicas.
“Hay muchas exigencias, muchas peticiones, y el presupuesto no alcanza”, admitió Monreal este jueves 28 de noviembre, unos días antes de que los diputados arranquen la discusión del presupuesto para el siguiente año.
Dentro del sector cultural, en comparación a este año, el PPEF 2025 propone recortar 45% al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); 9% a la Dirección General de Bibliotecas; 6% al Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL); 3% al Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI); 2% a la Dirección General de la Fonoteca Nacional, y 1% a la Dirección General del Centro Nacional de las Artes (Cenart).
Son solo algunos ejemplos de áreas que podrían ver disminuido su presupuesto si los y las diputadas no lo corrigen antes del 13 de diciembre, el día previsto para la aprobación del presupuesto. Mientras esa fecha llega, asociaciones civiles han alzado la voz en contra de los constantes recortes a la inversión en cultura.
“Lo que fuimos viendo durante este periodo que acabó fue que teníamos un exceso de precarización, que las condiciones de trabajo no han mejorado y hay cero reconocimiento a los trabajadores (de la industria cultural)”, critica Tamara Ibarra, una artista visual integrante de la Asamblea de Artes de la Ciudad de México.
Tamara llevó estas críticas a un parlamento abierto de la Cámara de Diputados el pasado miércoles 27 de noviembre. Al término de ese evento, explicó en entrevista los impactos que la disminución presupuestal ha tenido en la comunidad artística.
“Se demuestra la precarización de los trabajadores del arte en que tienen que trabajar en otras áreas que ya no es el arte. Antes, por ejemplo, si eras pintor también eras curador o eras gestor. Ahora eso ya no es suficiente, ahora también eres cocinero, trabajas en el Didi o como repartidor de Uber”, lamenta Tamara.
El sector artístico mexicano reclama especialmente al gobierno por qué le planea dedicar el siguiente año hasta 12 veces más presupuesto a la Secretaría de la Defensa Nacional, en comparación al Ramo 48 de inversión en cultura. La Secretaría de Marina también tendría hasta cinco veces más recursos, según el PPEF 2025.
La Agrupación Queremos Trabajo Digno prepara una manifestación para el domingo 1 de diciembre al mediodía frente al Palacio de Bellas Artes. La organización convoca al público en general y pide al gremio artístico llevar alguna obra para compartirla ese día.
A pesar de los reclamos, Reginaldo Sandoval, coordinador de los diputados federales del Partido del Trabajo, reconoció en el parlamento abierto con artistas que será difícil modificar el presupuesto para 2025, ya que éste fue trabajado por la Secretaría de Hacienda desde mediados de 2024 y la Cámara de Diputados tiene un par de semanas para aprobarlo.
Tamara lo tiene claro, por lo que su plan es, junto con otras organizaciones, tratar de incidir en el presupuesto de 2026, y que de esa forma mejoren las condiciones de la comunidad artística, que nunca deja de trabajar.
“El problema es que los artistas no dejamos de producir y en eso se confía el gobierno. El público siempre va a seguir recibiendo música, arte o tradiciones porque siempre hay algún artista que está incidiendo en su barrio. El gobierno lo que ha promovido es el derecho al acceso a la cultura, pero se le olvida quién produce la cultura”, critica Tamara.
Javier Tovarich y Tamara Ibarra son solo algunas de las personas que han alzado la voz contra el recorte presupuestal. Otros artistas y asociaciones civiles se han sumado a los reclamos desde que la Secretaría de Hacienda entregó el PPEF 2025.
El colectivo No Vivimos del Aplauso criticó que la promesa de garantizar los derechos de los trabajadores del sector cultural han quedado en el discurso con los gobiernos de Morena.
“Es evidente que se prosigue con una ‘simulación’; además de que persiste la terciarización; el desconocimiento de la antigüedad; se invisibiliza la trayectoria de los elencos artísticos; se precarizan los salarios y no se cambia la vieja ingeniería administrativa donde primero se trabaja, después de meses se firman contratos y mucho después recibimos el pago por el trabajo realizado”, expresó el colectivo.
El Sindicato Nacional de Restauradores del INAH lamentó el recorte a las partidas que garantizan los derechos laborales de los 166 restauradores y otros empleados.
“Esta cantidad (166 restauradores) es claramente insuficiente para un país que posee abundante patrimonio cultural distribuido a lo largo y ancho, por lo que es imperante contar con personal y recursos suficientes para su protección”, expresó el Sindicato.
Otras instancias que se pronunciaron en el mismo sentido son la Asociación Mexicana de Ilustradores, el Foro de Diseño Interactivo, Concepto & Contexto, el Colegio de Coreógrafos de México, Ciclo Arte Para Todos, la Asociación de Escritores de México y la Asamblea de Artes.