Guadalupe Acosta Naranjo, integrante del Frente Cívico Nacional, una de las organizaciones que impulsaron la coalición opositora y la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez, no descarta la creación de un nuevo partido a partir de la llamada “marea rosa”, pero advierte que no debe ser la decisión de unos cuantos, sino que debe hacerse a través de una amplia consulta.
Ante el desprestigio de los institutos políticos en el país, el expresidente nacional del PRD advierte sobre la necesidad de renovar el sistema de partidos. Asegura que para empujar este cambio desde las organizaciones de la “marea rosa” tendría que ser con condiciones: una consulta entre sus integrantes y tener una comisión de ética con facultades para sancionar.
El también representante del PRD ante el Instituto Nacional Electoral, advierte la necesidad de ser cuidadosos en este proceso para que las personas que han respaldado ese movimiento, que nació como protesta a la intención presidencial de reformar el INE, no sientan que los líderes buscan aprovecharse. “No puede ser una decisión de unos cuantos. Tiene que ser una decisión consultada”, insiste.
Acosta Naranjo asegura que personajes como el historiador Enrique Krauze y el antropólogo Roger Bartra le han señalado la necesidad de valorar la creación de un nuevo partido. El político enfatiza en la necesidad de recuperar la confianza de los electores desencantados de los partidos políticos PAN, PRI y PRD con los que participó en coalición en torno a la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez.
“Yo sí veo la necesidad de una renovación del sistema de partidos y como ellos no quieren cambiar ni de marca, si nosotros no cambiamos de marca y seguimos siendo el ‘PRIAN’, aunque algunos no tengamos que ver con Alito ni Marko Cortés, es una desventaja estratégica. No es solamente que alguien tenga ganas de tener su estructura sino que a cómo están planteadas las cosas si no le ofrecemos a la ciudadanía algo que les genera más confianza va a ser difícil revertir esto durante un largo tiempo”.
Por lo pronto, el Frente Cívico Nacional y otras organizaciones de la sociedad civil están convocando a un encuentro para el próximo 6 de julio para reunirse en mesas de trabajo, en una sede aún sin definir en la Ciudad de México.
Con el llamado a “construir la resistencia”, Acosta Naranjo anunció que esa reunión será la primera de otras que vendrán realizando en las demás entidades del país.
En su artículo 10, la ley electoral señala que quien busque crear un nuevo partido político debe realizar 20 asambleas estatales con 3 mil personas o 200 asambleas distritales con al menos 300 personas por asamblea, verificadas por representantes del INE. Además deben contar con al menos el 0.26 por ciento del padrón electoral federal que haya sido utilizado en la elección anterior, alrededor de 250 mil participantes.
Sobre la posibilidad de crear un nuevo partido, Acosta Naranjo remarca la necesidad de contar con un órgano que garantice que habrá un manejo transparente de los recursos y respeto a las reglas, una especie de dirección externa que vigile y sancione, para evitar que se enquisten las cúpulas.
“Tenemos que hacer una cosa distinta a la manera actual cómo se está, cómo se concibe hoy a los partidos. Si somos un partido más con un nombre distinto, no habremos revolucionado el sistema de partidos. Si metemos estos temas eso será una presión para los otros partidos, porque la gente puede valorar entonces la conducción distinta, la manera distinta de tomar las decisiones y representar las causas”.
Uno de los retos que tiene su movimiento, señala Acosta, es responder al compromiso que les representa los más de 16 millones de votos que obtuvieron para la Presidencia y el Congreso.
“No quiere decir que en el futuro no haya un diálogo productivo para el país, pero primero cada quien representa a su segmento y nuestro primer compromiso es con esos 16 o 17 millones de personas que votaron por esta opción”.
Acosta Naranjo, quien fue uno de los oradores en el cierre de campaña de Xóchitl Gálvez en el Zócalo capitalino el 19 de mayo, advierte que la “marea rosa” deberá continuar con o sin el acompañamiento de la candidata presidencial. Argumenta que se trata de un movimiento nacido antes de que la política hidalguense fuera elegida aspirante al Ejecutivo.
“Nosotros surgimos como un movimiento año y medio antes que Xóchitl. Nuestra primera movilización fue el 13 de noviembre de 2022. La marea rosa no surge por Xóchitl, tal vez Xóchitl surge porque surge la marea rosa, porque ese impulso ciudadano le junta 1 millón de firmas rápidamente y la hace la candidata más potente de los que estaban en el barco de la oposición. Nosotros no surgimos por Xóchitl. ¿Qué va a hacer Xóchitl? Ojalá decidiera participar, es un activo. ¿Dependemos de lo que haga Xóchitl? Yo creo que no deberíamos”.
El político argumenta que el movimiento no debe girar en torno a “caudillos” sino a instituciones democráticas y causas. “No buscar un caudillo para que se chingue al otro”.
Acosta Naranjo argumenta que “no pueden dejar abandonada” a la gente que les demanda limpieza electoral.
La entrevista con Guadalupe Acosta Naranjo ocurre apenas unos días después de las elecciones en las que la coalición opositora fue derrotada con más del doble de votos por la alianza encabezada por el partido Morena.
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Acosta Naranjo confiesa que como muchos otros no preveía un resultado tan arrollador en su contra. Incluso, añade, estaba seguro que ganarían la capital mexicana. El político dice que ya vendrán balances más a detalle de las razones de las derrotas y la forma en que sucedieron, pero relata que ante el desgaste de los partidos que participaron en la coalición opositora, él propuso sin éxito cambiar sus emblemas antes de que arrancara el proceso electoral.
“A mí se me ocurría que podías poner un cuadro amarillo con una franja que dijera Alianza y un cuadro azul con una franja que dijera alianza y un cuadro rojo que dijera alianza. Y ponerle un nombre a la alianza. A mí siempre me gustó ‘País’, que votáramos por ‘El país’ (…), pero mi propuesta no fue bien recibida por los partidos porque los que son militantes se encariñan con sus partidos”.
El político destaca el descrédito que tenían los partidos de la coalición opositora. Asegura que argumentó alejarse de esas marcas desprestigiadas.
“La gente tiene una idea del PRI y del PAN y también del PRD que son lo viejo, que son lo que superaron en 2018 y por qué tendría que regresar a lo viejo. Propongamos algo nuevo una cosa distinta… pero no pude convencerlos (…) No sé si después de este resultado estén listos para hacer un corte de caja y comprender que un segmento de la sociedad muy amplio no quiere regresar a lo que ellos consideran es el pasado, aunque el presente este de la chingada”.
Esa imagen desgastada de los partidos políticos causó que la aspirante presidencial Xóchitl Gálvez tuviera que dar explicaciones buena parte de su campaña, principalmente en foros con estudiantes, del porqué representaba a esas marcas. A partir de la segunda mitad de su campaña, después del segundo debate, la candidata remarcó que también era candidata de los partidos más allá de no militar en ninguno de ellos.
“De que le afectó a Xóchitl y a todos sí afectó, y esta indecisión de tomar una estrategia, la que fuera, de estar tantos meses dubitativos entre sí voy a hacer campaña con los partidos y no voy a hacer campaña con los partidos… yo les decía es para psicoanálisis: si está Xóchitl arriba de un templete y no van los líderes partidarios la crítica es que le están dejando sola y si van los líderes partidarios dicen ‘qué chingados hacen arriba’, por donde le buscaras. La indecisión pegó más que la toma de la decisión, cualquiera que fuera”.
“Sí afectó. Hay que tomar esta experiencia para ver qué es lo que tenemos que hacer hacia delante, pero a mí me parece que este tipo de zigzagueos, falta de decisiones estratégicas, sí terminaron golpeando”.