Luisa María Alcalde, la abogada millennial que avanza sin competencia por la dirigencia de Morena
Cuando Morena buscaba nacer como asociación civil, una estudiante de derecho llamaba a la ciudadanía a afiliarse a bordo de un autobús mientras cantaba el primer “himno” creado para esa organización. Fue la primera vez que la imagen de Luisa María Alcalde Luján alcanzó popularidad entre los seguidores obradoristas.
Ese spot causó que en mítines morenistas algunas personas la identificaran como “La Morena” y ella se convirtiera en el rostro de la organización con que Andrés Manuel López Obrador impulsó su segunda candidatura presidencial.
Trece años después, esa joven que alguna vez quiso ser actriz se perfila para dirigir la organización que ya como partido político ganó dos veces la Presidencia de México, y controla las dos Cámaras legislativas, 23 gobiernos estatales y más de la mitad de los congresos locales en el territorio nacional.
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La carrera política de Luisa María Alcalde Luján se ha desarrollado en estrecha relación con el obradorismo, desde su etapa como bachiller cuando participó en las protestas contra el intento de desafuero a López Obrador, hasta su llegada como la integrante más joven de su gabinete presidencial.
Ése es uno de los argumentos de quienes la han respaldado en su intención de dirigir Morena, un camino que cruzó sin contendientes desde que manifestó su intención dos meses atrás.
Influencia familiar
Luisa María es hija de los chihuahuenses Arturo Alcalde Justiniani y Bertha Luján Uranga, que se conocieron en el Frente Auténtico del Trabajo, una agrupación encargada de brindar capacitación y organización de sindicatos.
Integrantes de su familia han tenido responsabilidades tanto en gobiernos obradoristas como en ese partido.
Bertha Luján Uranga, madre de Luisa María, fue contralora en la capital mexicana durante la gestión de AMLO. También fue secretaria general de Morena en de 2012 a 2015 y presidenta del Consejo Nacional desde ese año hasta 2022.
Bertha Alcalde, la hermana mayor de Luisa María por un año, también es abogada egresada de la Facultad de Derecho de la UNAM. Y ha sido propuesta sin éxito por López Obrador como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y consejera del Instituto Nacional Electoral. Desde febrero pasado, fue nombrada como titular del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste).
Niñez y formación
Nacida en 1987, para Luisa María Alcalde era común, desde su niñez, salir a marchar en contingentes de manifestantes con pancartas de demandas laborales.
La todavía secretaria de Gobernación estudió en el Colegio Madrid, fundado por exiliados españoles y famoso por haber acogido también a exiliados de las dictaduras chilena y argentina en los años 70. Una escuela cuyo modelo enfatiza la formación de estudiantes activos y autónomos, con asambleas grupales.
En 2004, aún en la preparatoria, participó en las protestas contra el desafuero de López Obrador. También estuvo en el plantón contra los resultados de la elección presidencial de 2006. Meses después, ingresó a la Facultad de Derecho de la UNAM.
En 2011 Luisa María Alcalde conoció a López Obrador a nivel personal cuando estaba por terminar la carrera y él la invitó a formar parte de Morena.
El 2 de octubre de ese año, tomó la palabra en la Asamblea Constitutiva de Morena en el Auditorio Nacional.
Al siguiente año fue nombrada coordinadora nacional de Jóvenes y Estudiantes de Morena. Le tocó construir comités de ese partido en todo el país. Formó parte del templete en el encuentro de jóvenes con AMLO en mayo de 2012, donde se aludió a un relevo generacional.
La cercanía de Luisa María con personajes políticos fue permanente. Desde que se inició en la política, comía una vez al mes con Porfirio Muñoz Ledo a invitación de él mismo. Así lo hizo público la propia Luisa María cuando éste falleció en 2023.
Secretaria de Estado o presidenta partidista
Dos momentos en el Congreso retratan la evolución de Luisa María Alcalde en poco más de una década.
Con 24 años de edad, en la tribuna de la Cámara de Diputados, la diputada pedía al presidente de la mesa directiva que llamara a los legisladores a guardar silencio.
Desde las curules, destacaban los gritos de “¡Fuera!”.
—No me pueden decir eso —reclamaba la joven a la mesa directiva.
—Escuchémosla con atención y con respeto —indicaba el panista Francisco Arroyo, presidente de la Cámara.
Era diciembre de 2012, apenas unos días del inicio del gobierno de Enrique Peña Nieto y los primeros meses de una Legislatura en la que Alcalde Luján llegó a través del partido Movimiento Ciudadano, uno de los que cobijó a López Obrador en su segundo intento de ser presidente meses atrás.
Alcalde Luján intentaba sin éxito que en el presupuesto de egresos para 2013 se retirara un bono de 45 mil pesos destinado para gafas de los ministros de la Corte.
La mayoría de votos impuso el rechazo, con 214 integrantes del PRI, 120 del PAN y 99 del PRD, cohesionados con el Pacto por México.
Movimiento Ciudadano apenas tenía un puñado de legisladores.
Doce años después, Luisa María Alcalde volvió a la Cámara para entregar el último informe de Gobierno presidencial y fue arropada por una mayoría calificada de 364 curules.
Más como militante morenista que como titular de Gobernación, Alcalde apoyó con su voz y su puño en alto el coro “Es un honor estar con Obrador”. Habló de la “Cuarta transformación”, del “Humanismo mexicano” y de los resultados electorales que le dieron la victoria a su movimiento. Esta vez recibió más aplausos que repudio
Entregó los documentos a la diputada Ifigenia Martínez y se retiró con una sonrisa.
Antes, llamó a la coalición encabezada por Morena a votar las reformas incluidas en el Plan C presidencial, incluida la reforma al Poder Judicial.
Legisladores de oposición ya la habían acusado de actuar más como presidenta de Morena que funcionaria de Gobernación, por sus participaciones en las conferencias presidenciales en las que con base en los números del INE defendió la sobrerrepresentación en el Congreso.
Secretaría del Trabajo
Admiradora de Roger Federer, Luisa María Alcalde es aficionada a los deportes que se practican con una raqueta: tenis, ping pong, squash.
En algún momento de su vida también tocó la jarana, según publicó en sus redes sociales.
Fue asistente en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, también laboró en un juzgado penal en la cárcel de mujeres de Santa Martha Acatitla. Hizo una maestría en Derecho, en Berkeley, California, donde se especializó en políticas públicas.
Previo a la campaña electoral de 2018, fue invitada a formar parte de un grupo de especialistas sobre la agenda laboral. Poco después, López Obrador la citó en su oficina para proponerle que fuese la titular de la Secretaría del Trabajo. Con 31 años de edad, fue la integrante más joven en el gabinete de López Obrador.
En su gestión como secretaria del Trabajo destaca el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, cuya implementación no ha logrado impactar de forma en la disminución de la violencia entre ese sector.
También resalta el aumento paulatino del salario mínimo y la iniciativa “vacaciones dignas”, que derivó en más días de descanso obligatorios a los trabajadores, además de la reforma que restringió las subcontrataciones (outsourcing).
Luego, a los 35 años de edad, Luisa María Alcalde se convirtió en la secretaria de Gobernación más joven en la historia de México.
Respaldos
Luisa María Alcalde dio a conocer su aspiración de presidir Morena dos meses antes de que saliera la convocatoria correspondiente. En ese lapso, nadie más se sumó. Incluso, quien ya estaba dio un paso al costado.
La senadora Citlalli Hernández había dado a conocer su intención de buscar la presidencia de Morena. Pero desistió cuando Luisa María Alcalde informó de sus propias aspiraciones. En entrevista, la próxima titular de la Secretaría de Mujeres explicó que evitó generar fisuras entre equipos de integrantes fundadoras de su partido. Aseguró que un perfil como el de la secretaria de Gobernación le da confianza.
“Me tranquilizó porque Morena es un partido político que ha crecido mucho. Un partido político que ha crecido tanto y ha ganado tantas elecciones en los últimos tiempos implica un partido con mucho presupuesto, un partido con capital político”.
Citlalli Hernández confía en que Luisa María Alcalde entiende la profundidad de su partido mas allá de lo electoral.
“Yo tenía una demanda de muchos militantes que exigían que Morena no se convierta en un partido político más”.
El Consejo Nacional de Morena sesionó de forma extraordinaria el 8 de septiembre para perfilar su convocatoria a la renovación de la dirigencia. Al día siguiente, morenistas de distintas entidades formalizaron su apoyo a Luisa María Alcalde para presidir Morena. Son militantes cercanos a la campaña de Claudia Sheinbaum, que conformaron un movimiento con las mismas siglas que el nombre de la mandataria electa: “CSP 24-30, Construyendo el Segundo Piso”.
El anuncio se ha replicado en entidades como Baja California, Querétaro, Morelos, Tamaulipas, Tlaxcala, Guerrero, Jalisco y el Estado de México.
La senadora guerrerense Beatriz Mugica asegura que en su tierra consejeros nacionales y estatales acordaron ir con Luisa María Alcalde. Argumenta la experiencia que tiene como fundadora y funcionaria.
“La primera mujer joven, secretaria de Gobernación, secretaria del Trabajo; esa experiencia va a ayudar mucho al fortalecimiento institucional de Morena sobre todo en esta nueva etapa en la que se requiere una visión muy clara entre lo que es el partido y lo que es el gobierno”, dijo.
Uno de los coordinadores de este grupo es Alonso Ramírez, hijo del ahora vicecoordinador de los diputados morenistas Alfonso Ramírez Cuéllar, exsecretario de Gobierno de Claudia Sheinbaum.
Unas horas antes del Congreso nacional del 22 de septiembre donde se definirán a los nuevos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, el vocero de los diputados y consejero nacional Arturo Dávila anunció el respaldo a la planilla en que Luisa María Alcalde aparecía como presidenta de su partido.
Relevo generacional
A sus 37 años de edad, Luisa María Alcalde resulta una inspiración para jóvenes morenistas como Camila Martínez, excandidata a una diputación en Ciudad de México y aspirante a la Secretaría de Comunicación nacional de Morena.
La activista de 27 años de edad, que apoya de forma abierta a Luisa María Alcalde para la presidencia de Morena, la describe como una política que sabe negociar, con capacidad crítica. Y destaca el mensaje del relevo generacional en su partido.
“Que ahora tengamos a una mujer joven queriendo un espacio tan importante sí es un mensaje para todas las mujeres, para todos los jóvenes y por supuesto para las mujeres jóvenes de que podemos ocupar esos espacios”, dijo en entrevista.
