Por unos minutos, la grilla se detuvo. Desde la tribuna del Senado, el panista Juan Pablo Adame expuso su lucha personal en contra del cáncer, presentó una iniciativa para atender a las familias de quienes padecen este mal y propuso un punto de acuerdo para que en el próximo Presupuesto de Egresos no se recorten los recursos públicos dirigidos a la atención de la enfermedad.
Presenciaban la escena su esposa y sus tres hijos; su padre, el exgobernador de Morelos Marco Antonio Adame; su mamá, sus amigos, y más de 70 senadores presentes en el recinto parlamentario.
Cuando tenía 36 años, en abril de 2022, Juan Pablo Adame -entonces secretario técnico de la bancada del PAN en el Senado- dio a conocer que tenía cáncer de estómago y que ese mismo día iba a someterse a una primera cirugía.
Desde entonces, sus amigos en el PAN y en la Cámara alta -incluidos varios legisladores- lo acompañaron en una larga y tortuosa lucha contra la enfermedad. Le mandaban videos para animarlo, mensajes de solidaridad y algunos lo iban a ver después de las pesadas sesiones de quimioterapia.
Uno de los senadores que estuvo cerca de él fue el perredista Miguel Ángel Mancera, quien fue electo en 2018 postulado por la alianza PAN-PRD-MC, llevando como suplente a Adame, quien acababa de ser diputado federal y era un joven cercano al entonces candidato presidencial, Ricardo Anaya.
El pasado martes, en medio de sus impugnaciones por el proceso del Frente Amplio por México, Mancera anunció sorpresivamente que solicitaría licencia temporal al Senado. Pero su separación temporal del cargo no se debió a sus problemas con el PRD y con la alianza opositora, sino a un gesto humanitario.
El exjefe de Gobierno de la CDMX quería cumplir un compromiso que había hecho con su suplente: darle la oportunidad de rendir la protesta de ley ante el pleno del Senado y dirigir un discurso para proponer una iniciativa.
Este mipercoles se cumplió ese sueño, y el discurso de Adame provocó un silencio conmovedor en el recinto.
“Estoy aquí, dando una batalla por mi vida. El cáncer volvió, he sobrevivido a tres cirugías, a 11 sesiones de quimioterapia y aún me faltan 13 más, pero no me voy a detener, no me voy a rendir. Les cuento esto para hacer conciencia de lo más importante que tenemos todos los seres humanos: la vida”, dijo al arranque de una intervención de 10 minutos, sólo interrumpida por los aplausos de legisladores de todas las fuerzas políticas.
Adame, quien no niega el azul de su militancia, su fe católica y su apellido paterno, pidió a sus pares olvidarse por un momento de la coyuntura política, de la contienda que viene en 2024 y de los muchos motivos para la discordia.
Narró su vida y puso en tribuna su testimonio como ejemplo de lo que padecen millones de personas en México, aunque aclaró que él habla desde el privilegio de un servidor público que no perdió su empleo, y que puede pagar un seguro para atenderse.
“Afortunadamente tuve todo el respaldo y todo el apoyo, pero sé que no todos los que padecen esta enfermedad pueden contar la misma historia; hay experiencias inadmisibles en donde un enfermo carga con el cáncer y con la necesidad de pagar el tratamiento y el acompañamiento. Pido una reflexión pública en este momento para comprometernos más con los enfermos de cáncer, con la discapacidad que queda después de un tratamiento tan fuerte y cómo podemos ayudar a cambiar esas historias que no tienen esta oportunidad”, dijo.
Al narrar lo que ha sido de su vida en estos años, el joven panista morelense pidió desde tribuna romper los tabúes que suelen acompañar a quienes sufren de cáncer y, a los que lo padecen, no ocultarse ni avergonzarse por ello. Contó cómo él mismo tuvo que decidir si escondía o asumía públicamente su enfermedad, desde aquel día en el que un diagnóstico inesperado le rompió cualquier plan de futuro.
Mirando a su esposa Ely; a sus hijos, María, Rodrigo e Inés ―que lo escuchaban en el salón de sesiones―, el senador aprovechó su día en tribuna para agradecer la oportunidad de estar ahí, en el Congreso, exponiendo su propio caso para pedir a los partidos que lo ayuden a materializar la ayuda a quienes, como él, tienen los días contados por culpa del cáncer.
“En mi ignorancia sobre el futuro, sé que estoy aquí para amar más al prójimo, para hacer el mayor bien posible cada día de mi vida, para aprovechar cada oportunidad mientras respiro y para desarrollar mis talentos al servicio de la sociedad… ¿Cuánto tiempo me queda?, no lo sé y nadie lo sabe, pero nunca me sentí tan vivo como cuando estuve cerca de la muerte; sentirla me hizo más consciente de cómo quiero vivir el resto de mis días”, agregó.
Adame se disculpó ante sus compañeros por usar más tiempo del reglamentario en la tribuna, pero nadie protestó. Todo lo contrario, su discurso fue recibido con afecto, respeto y solidaridad. Y, tanto su iniciativa como su punto de acuerdo, recibieron el respaldo de senadoras y senadores, algunos de los cuales subieron a tribuna a felicitar su entereza.
Verónica Delgadillo, de Movimiento Ciudadano, contó entre lágrimas cómo su padre fue uno de quienes no sobrevivió, y pidió a la Mesa Directiva suscribir la iniciativa.
Manuel Añorve, coordinador del PRI, anunció el respaldo de su bancada, y lo llamó “guerrero”.
Noemí Reynoso, del PAN, también contó su experiencia como sobreviviente de cáncer. “Cómo olvidar ese 17 de abril en el que yo recibía mi última quimio y recibo tu mensaje para preguntar si la quimio dolía, si el catéter dolía y, entonces, a partir de esas preguntas, llegar a tu diagnóstico”, narró.
También hablaron Eduardo Ramírez Aguilar, del Partido Verde; José Narro, de Morena; Dante Delgado, de MC; Alejandro Armenta, ex presidente de la Cámara; los ex priistas Miguel Ángel Osorio Chong y Nuvia Mayorga; Juan Manuel Fócil, del PRD; Germán Martínez, del Grupo Plural; Damián Zepeda, Sylvana Beltrones, Beatriz Paredes, Xóchitl Gálvez…
Fue larga la lista de oradores para elogiar un discurso que quizás llegue a ser el más memorable de la LXV Legislatura. Un discurso que, por unos minutos, rompió la inercia de polarización en la que se ha sumido el Poder Legislativo.
Inmediatamente después, la presidenta del Senado sometió a consideración de la asamblea el punto de acuerdo que, en su primer resolutivo, dice: “se exhorta al Ejecutivo federal a que dentro del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2024 se destine un presupuesto suficiente y adecuado para el combate del cáncer, con el objetivo de fortalecer los programas de prevención, detección temprana y tratamiento de esta enfermedad”.
El punto se consideró de urgente resolución, se le dispensaron los trámites, y fue aprobado en tres minutos, con 71 votos a favor, cero en contra y cero abstenciones.
Juan Pablo sonrió desde su escaño. Con el tiempo en contra, logró que valiera la pena haber sido senador por una sesión.
Como dijo él mismo en la tribuna, su diagnóstico terminó siendo un parteaguas, “una señal para transformar la vida y dedicar el tiempo a lo importante”.
Hamás e Israel intercambiaron rehenes y prisioneros este viernes como parte del acuerdo que incluye cuatro días de alto el fuego en la Franja de Gaza, el primero desde el inicio del conflicto el 7 de octubre.
El grupo islamista Hamás liberó a 24 rehenes, mientras Israel entregó a 39 prisioneros palestinos.
La organización palestina que gobierna Gaza, considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, entregó a los secuestrados a la Cruz Roja, que los trasladó en varios vehículos por la frontera sur de la Franja hasta Egipto.
El grupo liberado por Hamás se compone de 13 ciudadanos israelíes, 10 tailandeses y un filipino, informó el Ministerio de Exteriores de Qatar, mediador en las negociaciones.
Israel confirmó que sus 13 ciudadanos ya se encuentran en el país.
El grupo forma parte de los 50 rehenes -entre ellos mujeres y menores de edad- que, en virtud del acuerdo, Hamás se comprometió a liberar en varias tandas durante la tregua de cuatro días.
La organización islamista radical palestina secuestró a 240 personas durante un ataque masivo a territorio israelí el pasado 7 de octubre, en el que murieron 1.200 personas.
La respuesta de Israel ha provocado en Gaza unos 14.000 muertos.
Los rehenes trasladados a Israel se encuentran bajo custodia de las fuerzas especiales y los servicios de seguridad del país, informaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Indicaron que los liberados se sometieron a una evaluación médica inicial y fueron trasladados a hospitales en Israel, donde podrán reunirse con sus familias.
“Las FDI, junto con todo el sistema de seguridad israelí, seguirán trabajando hasta que todos los rehenes regresen a casa”, expusieron las FDI en un comunicado.
Todos los integrantes del grupo parecen estar en buen estado de salud, informaron autoridades médicas israelíes.
El jefe del servicio de ambulancias de Israel, Eli Bin, también confirmó que 13 de los rehenes eran israelíes y 11 ciudadanos extranjeros.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró sobre la liberación que “es sólo el comienzo, pero hasta ahora todo ha ido bien”.
“No pararemos”, afirmó el presidente estadounidense, hasta que todos los rehenes hayan sido devueltos a sus hogares.
Horas después de la liberación de los rehenes de Hamás, Israel envió de vuelta a territorio palestino a 39 prisioneros condenados por diversos delitos, en su mayoría ataques violentos contra las fuerzas de seguridad israelíes.
La entrega se produjo en el puesto de control fronterizo de Beitunia en Cisjordania, cerca de la ciudad de Ramala, confirmó Israel.
Los 39 prisioneros palestinos fueron elegidos de una lista compilada por las autoridades israelíes, compuesta de 300 mujeres y jóvenes, quienes han sido acusados de diversos delitos, desde arrojar piedras hasta intento de asesinato.
La gran mayoría de ellos se encuentran detenidos sin haber sido sometidos a un juicio y muchos de los que figuran en la lista son adolescentes varones: el 40% tiene menos de 18 años.
El acuerdo contempla que unos 150 prisioneros palestinos que están en cárceles israelíes salgan en libertad.
El alto el fuego entró en vigor este viernes después de un comienzo inestable, salpicado de sonidos esporádicos de explosiones.
Ambas partes informaron que la pausa sería temporal y que se extenderá por cuatro días.
La periodista de la BBC Anna Foster, quien se encuentra en el sur de Israel, señaló que el ejército israelí continuó su operación hasta que comenzó el alto el fuego, y parece que también hasta poco después de iniciado.
Desde que comenzó la tregua, han entrado en Gaza al menos 60 camiones con suministros de ayuda.
Israel indicó que ocho de ellos llevaron combustible en cumplimiento del acuerdo, que especifica la entrega de 130.000 litros diarios.
Este recoge que, cada uno de los cuatro días, entrarán en Gaza a través del cruce egipcio de Rafah 200 camiones que transportan ayuda como insumos médicos, agua y alimentos, cuatro camiones cisterna de combustible y cuatro camiones que transportan gas para cocinar.
“Israel insistió durante muchos días en que el combustible no debía pasar a Gaza porque decían que ya había combustible que Hamás estaba acaparando y temían que si enviaban más combustible, los militantes lo tomarían y lo utilizarían como parte de sus operaciones contra Israel”, señala la periodista Anna Foster.
Sin embargo, la garantía estipulada en el acuerdo es que el combustible será llevado directamente a los lugares que lo necesiten, como hospitales, y no se permitirá que le llegue a Hamás.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que supervisa la aplicación del pacto, destacó que la operación también “incluirá la entrega de asistencia humanitaria adicional” a Gaza.
También expresó su intención de enviar suministros médicos a los hospitales de la franja como parte de la operación.
La mayoría de los hospitales, especialmente en el norte, han dejado de funcionar o están sobrepasados por la avalancha de pacientes.
Sin embargo, el proceso sigue siendo muy complejo: las agencias de asistencia de la ONU también están enviando suministros a Gaza, pero hoy expresaron dudas cuando se les preguntó si podrían entregarlos en el norte de la Franja.
Aunque el acuerdo de alto el fuego de cuatro días sugiere que todas las áreas deberían ser accesibles para las organizaciones que entregan ayuda, Israel exigió a los palestinos ahora desplazados en el sur que se queden allí.
En un mensaje publicado en árabe en las redes sociales, el ejército israelí recordó a los palestinos que la pausa humanitaria es solo temporal y advirtió que la guerra no había terminado y que tenían prohibido desplazarse hacia el norte del territorio.
De acuerdo con Foster, las FDI han estado lanzando panfletos desde la mañana advirtiendo a los civiles dentro de Gaza que no se desplacen hacia el norte.
“Debido a esta calma inusual, sabemos que muchos de ellos van a aprovechar esa oportunidad, y ya lo han hecho, para iniciar el regreso a sus casas para tal vez recoger algunas posesiones y, en algunos casos, para comprobar si sus casas siguen en pie”.
Las FDI les han dicho que deben permanecer en la parte sur de la Franja de Gaza. Han reiterado que la parte norte sigue siendo una zona de guerra.
“La pausa está teniendo un efecto enorme en los civiles dentro de Gaza. Nos enteramos de que se llevarán a cabo las primeras oraciones públicas del viernes, desde que comenzó la guerra, en un estadio de fútbol abierto en Jan Yunis”.
Ismail Haniya, líder político de Hamás, dijo que el grupo está comprometido con la tregua con Israel y con el acuerdo de intercambio de rehenes, siempre y cuando “todas las partes” lo respeten .
Se reportó que Haniya, que reside en Qatar y dirige el buró político de Hamás, también señaló que las negociaciones eran “difíciles”.
Por otra parte, en una entrevista con la BBC, James Elder, un portavoz de Unicef, señaló que los palestinos en Gaza podrían aprovechar la tregua para buscar a los niños que están bajo los escombros.
“Tal vez el alto el fuego dé a la gente la oportunidad de buscar a sus familiares, quizás les dé a las familias la oportunidad de enterrar a los muertos”, indicó el funcionario que llegó a Gaza el jueves.
Elder indicó que todo tiene las marcas de la devastación. “Ya sean esas caras asustadas de niños o esas paredes destrozadas y ventanas rotas, todo cuenta la historia de este asalto implacable”.
Lucy Williamson, periodista de BBC News desde Cisjordania
El autobús avanzaba lentamente entre un mar de entusiastas partidarios palestinos.
A través de las ventanas se podía ver a algunos de los prisioneros bailando, entre ellos uno envuelto en una bandera palestina.
Fuera, teléfonos móviles pegados al cristal de las ventanas entre gritos de bienvenida y proclamas de “Dios es grande”.
Algunos entre la multitud ondeaban banderas de Hamás, mientras otros aludían esta noche a la unidad palestina, a un pequeño momento de victoria para los palestinos en medio de una guerra agotadora.
Para Israel, los prisioneros liberados esta noche son una amenaza a su seguridad. Para los palestinos que los reciben son víctimas de la ocupación de Israel, y su liberación es un símbolo.
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