A solo siete meses de que la alcaldesa de Álvaro Obregón, Lía Limón, presentara siete denuncias por presuntas irregularidades por casi 120 millones de pesos en contra de la administración de su antecesora y actual gobernadora de Campeche, Layda Sansores, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) propone dar carpetazo al asunto sin realizar mayores investigaciones ni agotar todas las diligencias.
La Fiscalía de Servidores Públicos, encargada del caso, envió las carpetas de investigación al auxiliar de la FGJCDMX, y propuso que en cuatro de ellas se determine el no ejercicio de la acción penal y que tres sean remitidas a “archivo temporal”. Estas propuestas de terminación de las investigaciones actualmente se encuentran en espera del visto bueno de la institución a cargo de la fiscal Ernestina Godoy.
El planteamiento de determinar el no ejercicio de la acción penal significa que para la fiscalía capitalina no existe delito por perseguir, mientras que el archivo temporal implica que el Ministerio Público no cuenta o no ha buscado activamente datos suficientes para establecer líneas de investigación; esto, a pesar del cúmulo de información y documentos que la alcaldía ha proporcionado a la FGJCDMX.
Consultada por Animal Político, la alcaldía Álvaro Obregón informó que el único requerimiento que le ha hecho formalmente la fiscalía desde que inició su investigación fue solicitar copias certificadas de los expedientes laborales de los entonces servidores públicos. La demarcación criticó que esa haya sido la única petición de la FGJCDMX, cuando tenía “un mundo de documentos” que pudo haber revisado; además, de acuerdo con esta versión, la Policía de Investigación “nunca se presentó” al lugar ni realizó algún acto de investigación, tampoco se realizaron los peritajes correspondientes.
“No investigaron, porque forzosamente si hubieran investigado nos hubieran tenido que buscar a nosotros para acceder a la información propia de la investigación y nunca sucedió; entonces, no investigaron. O sea, no había forma de que pudieran investigar sin tener acceso a nosotros y nunca lo hicieron”, dijo en entrevista la alcaldesa Lía Limón, quien llegó al cargo en 2021 postulada por una alianza PAN-PRI-PRD.
De acuerdo con la denuncia presentada por la actual administración, las presuntas irregularidades cometidas por Sansores y diversos servidores públicos configuran los delitos de ejercicio ilegal del servicio público y uso ilegal de atribuciones y facultades, irregularidades administrativas y probables daños al patrimonio de la alcaldía, cuya población ronda las 800 mil personas.
Las denuncias partieron de presuntas irregularidades en el programa social llamado Mercomuna, que tenía como objetivo principal apoyar la economía de familias vulnerables, así como de comercios locales afectados por la pandemia de COVID-19. Según el Ejecutivo de Lía Limón, no hay evidencia de que 31.2 millones de pesos (mdp) efectivamente hayan llegado a quienes estaban destinados.
Otros dos programas sociales, llamados Promotores del Desarrollo Social y Promoción del Autocuidado y Envejecimiento Digno, que tenían por objetivo atender a la población de zonas de bajo y muy bajo Índice de Desarrollo y brindar diversos cursos de apoyo a personas adultas mayores y población prioritaria, respectivamente, tuvieron irregularidades por 39.6 mdp. De acuerdo con la actual administración obregonense, no hay pruebas de que dichos programas siquiera hayan sido reales.
Además, la alcaldía denuncia presuntas irregularidades cometidas en tres contratos de adquisiciones y servicios por 40 mdp para la adquisición de calentadores solares, calentadores de paso que no llegaron a sus destinatarios finales, un contrato de difusión del quehacer gubernamental y un convenio con una asociación civil para la supuesta digitalización de bibliotecas y zonas de Wi-Fi en edificios públicos, por 8.2 mdp y que tampoco tiene evidencias de haberse concretado.
Te puede interesar: Layda Sansores, al registro de personas sancionadas por violencia política
“Todo este dinero que desapareció era de programas sociales que tendrían que haberse destinado a la población más vulnerable de la alcaldía. Por eso estamos aquí denunciando y dando cuenta de ello. Es nuestro deber denunciar estas irregularidades y reiterar que es lamentable que se haya hecho un mal uso de los recursos públicos, principalmente de recursos públicos de programas sociales y recursos públicos, insisto, destinados a los más vulnerables y a los más afectados por la pandemia”, dijo la alcaldesa Lía Limón afuera de las instalaciones de la fiscalía capitalina cuando dio a conocer el asunto.
En mayo de 2020, con el objetivo de “atenuar el impacto económico en las familias más vulnerables de la demarcación” y “reactivar el comercio local” afectado por la pandemia, la alcaldía encabezada entonces por Layda Sansores, militante de Morena, publicó un aviso por el cual se dieron a conocer los lineamientos del programa social Mercomuna (Mercado, Comunidad, Alimentación y Abasto), al que se le destinaron 31.2 millones de pesos.
De acuerdo con el documento publicado en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, a los beneficiarios se les debían entregar vales por montos de entre 500 y mil 050 pesos para adquirir bienes básicos en comercios que se afiliaran al programa. La intención era que, al final, los comercios cambiaran los vales en la alcaldía por dinero en efectivo.
Sin embargo, la administración de Lía Limón denunció que no hay evidencia de que los recursos públicos hayan llegado a quienes estaban destinados, no se realizó el censo para determinar la condición de vulnerabilidad de los beneficiarios y el padrón de comercios ni siquiera existe.
También se encontró a beneficiarios que recibieron vales más de una vez, se detectaron personas fallecidas y personas de la alcaldía, y firmas de servidores públicos que recibieron dinero en efectivo a cambio de los vales. En resumen —de acuerdo con la denuncia—, la administración de Sansores no dejó ninguna evidencia de la entrega de los recursos a los beneficiarios.
“Tenía destinado una inversión de 31.2 millones de pesos, mismo que no se llevó a cabo y sí, en cambio, la entonces directora de finanzas, Aurora Yolanda Martínez, hizo cheques a su nombre por los mencionados 31.2 millones de pesos, que fueron cobrados por ella misma y por funcionarios de la alcaldía”, señala la actual administración. Posteriormente, agrega, se entregó mediante acuses de recibo dinero en efectivo a los entonces servidores públicos.
Los contratos por la compra de calentadores solares y calentadores de paso para diversas colonias de la alcaldía, así como un contrato firmado con Walter David Patrón Bacab, actual titular de la Unidad de Comunicación Social del gobierno de Campeche, constituyen otras de las presuntas irregularidades cometidas por la administración de Sansores.
Así lo denunció Lía Limón en las denuncias, en las que afirmó que la adquisición de 5 mil 658 calentadores solares para 81 colonias fue por un monto de 31.2 mdp, mientras que para mil 078 calentadores de paso para 14 colonias fue por 5.4 mdp, ambos como parte de los presupuestos participativos de 2019.
De acuerdo con la alcaldía, de igual forma no se pudo comprobar que los calentadores comprados fueron los recibidos en almacén y no existe evidencia en las facturas y las notas de remisión cuentan con sello de cancelado.
Además, la entrega de los calentadores no se hizo a los beneficiarios finales, sino a los coordinadores ciudadanos, por lo que no se tiene certeza de su destino final, mientras que no hay evidencia de entrega de 765 calentadores solares y 181 de paso.
Respecto del contrato de servicios firmado en 2020 con Patrón Bacab, cuyo objeto fue un servicio de difusión del quehacer gubernamental en internet y redes sociales, cuyo monto fue de 3.4 millones de pesos, la alcaldía asegura que se trató de un “contrato simulado”.
“No hay evidencia del servicio brindado; es decir, no hay entregables según se especificó en el contrato”. Todos los contratos anteriormente expuestos representan un presunto daño patrimonial por 40 mdp.
La actual administración local señala que existió un presunto daño por 39.6 millones de pesos en recursos destinados a la población más vulnerable de la alcaldía: personas adultas mayores y grupos prioritarios.
En primer lugar, apunta al programa Promoción del Autocuidado y Envejecimiento Digno de las personas mayores y grupos de atención prioritaria, que tenía por objeto brindar cursos, talleres, bailoterapia, ejercicio físico y mental a adultos mayores y población prioritaria; tuvo un presupuesto por 12 mdp.
En este punto, la alcaldía denunció que no se encontró evidencia de que se hayan realizado los 240 mil servicios programados para tres años de gestión. En especial, cuando en 2020 y 2021 las instalaciones de la alcaldía estuvieron cerradas por la pandemia.
Lo más grave, según la alcaldía, fue que este programa se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México del 9 de diciembre de 2019 y se autorizó internamente el 12, pero se pagó a los beneficiarios por servicios prestados en noviembre y diciembre. Es decir, antes que el programa fuera autorizado y publicado.
Por su parte, el programa Promotores del Desarrollo Social, que tenía como objetivo atender a la población de zonas de bajo y muy bajo Índice de desarrollo social, tuvo un presupuesto por 27.6 mdp para el mismo periodo.
Sin embargo, tampoco se encontró evidencia de que se haya alcanzado la meta de usuarios finales: 70 mil 500 en 2019 y 190 mil en 2020 y 2021.
Adicionalmente, los padrones de los facilitadores y promotores tuvieron irregularidades como que no se encontraron todas las pólizas y los comprobantes de pago, y se detectaron cheques cobrados donde el RFC del beneficiario demuestra que eran servidores públicos de la alcaldía.
Finalmente, entre las denuncias se encuentra una por un convenio con una asociación civil para la ejecución de un proyecto llamado Alcaldía Inteligente, que tenía por objeto instalar puntos Wi-Fi en edificios públicos de la demarcación y digitalizar sus bibliotecas por 8.2 mdp.
Sin embargo, la administración de Lía Limón detectó que no se realizó la conversión de bibliotecas públicas a digitales y no hay evidencia de que las zonas de Wi-Fi se hayan instalado, ni se formalizó el convenio de donación para la entrega de equipos y software a la alcaldía, por lo que no se justifica el gasto.
El 7 de febrero de este año, la alcaldesa Lía Limón presentó siete denuncias ante la fiscalía capitalina y la Contraloría General de la Ciudad de México en contra de Sansores y diversos servidores públicos de su administración por presuntas irregularidades que implican un presunto daño al erario público por casi 120 millones de pesos.
La fiscalía capitalina clasificó los delitos como uso ilegal de atribuciones y facultades y ejercicio ilegal del servicio público, que podría ameritar de tres meses a nueve años de prisión y de uno a tres años de prisión, respectivamente, de acuerdo con el Código Penal para la capital, dejando fuera la investigación de otros probables ilícitos.
El 6 de marzo, a petición de la propia fiscalía, la alcaldía Álvaro Obregón presentó copias certificadas de los expedientes laborales de los entonces servidores públicos, y un mes después se ratificaron ante la fiscalía las siete denuncias presentadas, según pudo constatar este medio.
El 3 de mayo, casi dos meses después, la alcaldía Álvaro Obregón amplió dos de las siete denuncias presentadas. La administración de la demarcación encontró nuevas irregularidades, tales como no haber publicado ante la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social el programa social de Promoción del Autocuidado para 2019 y que no se cobraron las penas convencionales al proveedor de calentadores solares por incumplir el contrato.
Pese a ello, la Fiscalía de Servidores Públicos envió las carpetas al auxiliar de la fiscalía capitalina “sin que se haya realizado una investigación exhaustiva y sin que se hubieran agotado todas las diligencias”, según ha acusado la propia alcaldía que además denuncia que no ha sido notificada de nada en el proceso.
“Te voy a poner un ejemplo: en el cheque del que tenemos copia, que fue expedido a la directora de Finanzas, Aurora Yolanda Martínez, se tendría que haber cotejado la firma de ese cheque. No se hizo. O sea, no hubo periciales, nunca vinieron a revisar los originales, no nos pidieron ampliar las denuncias. Digo, nosotros ampliamos las denuncias por nuestra cuenta, pero no nos pidieron ampliarlas o ampliar la información”, señaló la alcaldesa.
Mediante un comunicado, la alcaldía precisó que las mismas denuncias serían presentadas ante la Secretaría de la Contraloría, “instancia donde ya se han entregado 150 observaciones a actas de entrega-recepción, de las cuales no se ha recibido respuesta”.
Estas denuncias fueron turnadas, a su vez, al Órgano Interno de Control de la alcaldía, sin que a la fecha de esta publicación se tengan más noticias al respecto.
* Este reportaje fue posible gracias al apoyo parcial del Departamento de Estado de los Estados Unidos y la Fundación Panamericana para el Desarrollo. Su contenido es responsabilidad de Animal Político, en colaboración con México Evalúa, y no necesariamente reflejan el punto de vista del Departamento de Estado o el Gobierno de los Estados Unidos ni de la Fundación Panamericana para el Desarrollo.
“¿Quién diría que un vestido puede cambiar al mundo?”, decía entre risas la actriz y cantante Jennifer López luego de que un llamativo Versace que usó en el año 2000 puso en evidencia una necesidad de los usuarios de internet.
En el primitivo buscador de Google la gente quería ver cómo era el vestido que López había usado en la gala de los Grammy, pero en ese entonces no había una opción para buscar únicamente imágenes. Todo lo que la página arrojaba eran resultados en texto con links a páginas web.
Tal fue el furor por el vestido de J-Lo que los ingenieros del buscador lanzaron Google Imágenes para encontrar resultados de fotos.
Alexa vs Google vs Siri: ¿Qué asistente digital es mejor y cuáles son las diferencias?
Ese fue uno de varios momentos que han marcado la historia de Google, el motor de búsqueda que crearon los estudiantes universitarios Larry Page y Sergey Brin y que fue lanzado oficialmente el 27 de septiembre de 1998.
En este cuarto de siglo, se ha convertido en el buscador más usado en el mundo, al tiempo que ha enfrentado numerosas críticas y hasta acciones judiciales por su posición dominante y sus prácticas para aumentar sus ingresos publicitarios.
¿Cuáles son algunos hitos y controversias que ha protagonizado esta poderosa herramienta?
Larry Page y Sergei Brin eran dos estudiantes de doctorado de la Universidad de Stanford (EE.UU.) en la década de 1990 cuando comenzaron a trabajar en un proyecto que a la postre sería uno de los mayores éxitos de la industria de la tecnología mundial.
Aunque han confesado que no se llevaron bien de inmediato, se hicieron amigos mientras desarrollaban un nuevo sistema de motor de búsqueda en internet desde su dormitorio.
Inicialmente lo llamaron BackRub, un software mediante el cual el motor de búsqueda enumeraba los resultados según la popularidad de las páginas, ya que se dieron cuenta que la mayoría de las veces el resultado más popular también es el más útil.
“Lo que hizo único a Google al principio fueron dos cosas: por un lado, el algoritmo PageRank y, por otro, el diseño de página claro, centrado en la búsqueda y sin publicidad”, explica a BBC Mundo el profesor Dirk Lewandwski, un especialista en ingeniería de motores de búsqueda de la Universidad Duisburg-Essen (Alemania).
Page y Brin cambiaron el nombre a Google, basado en el término matemático “gúgol”, que es el número 10 elevado a la potencia de 100. Salieron de la universidad con el software listo, pero faltaba el dinero.
Reunieron un US$1 millón gracias a familiares, conocidos y otros inversores, y el 4 de septiembre de 1998 lanzaron comercialmente su compañía desde el garaje de un amigo. En 2005 trasladaron la celebración oficial de su aniversario al 27 de septiembre.
“Cuando Google nació, los competidores siguieron una estrategia de portal, es decir, la integración de tantos servicios como fuera posible (como correo electrónico, noticias, etc.) en un sitio web. Por lo tanto, la búsqueda pasó a un segundo plano y los usuarios se enfrentaron a sitios web abarrotados”, destaca Lewandoski.
Google comenzó a andar con unas 10 mil consultas por día en las primeras semanas. Hoy su motor de búsqueda llega a responder a más de mil millones de búsquedas por día en 150 idiomas y 190 países.
Así como los motores de búsqueda surgieron por la necesidad de encontrar páginas web en la inmensidad de información que hay en internet, el buscador Google Imágenes nació en respuesta a otra demanda de los internautas de hace dos décadas.
Jennifer López fue una de las nominadas a los premios Grammy que se entregaron en el año 2000 en Los Ángeles, en los que causó un gran furor por el llamativo vestido que llevaba con una gran abertura en la parte delantera.
“Literalmente pusimos cinta adhesiva para mantener el vestido ahí y salir”, contó en una entrevista con el programa Access Hollywood de la cadena NBC.
“Cuando comenzamos a caminar [con su acompañante], de repente solo se escuchaba un murmullo y yo me preguntaba ‘¿quién llegó?, ¿qué está pasando?’. Y al llegar a la alfombra roja había un delirio”, recordó.
Google ha señalado que este momento fue clave en la historia del buscador, pues a partir de 2001 lanzó la opción de mostrar imágenes cuando se hace una consulta.
“Su atrevido vestido Versace se convirtió en una leyenda de la moda de forma instantánea, y la consulta más popular en Google en ese momento”, explica la compañía en uno de sus blogs.
“En aquel entonces, los resultados de búsqueda eran solo una lista de enlaces azules, por lo que las personas no podían encontrar fácilmente la imagen que buscaban. Esto nos inspiró a crear Google Imágenes”.
Por ello, Jennifer López dijo tiempo después al recordar aquel furor por su Versace: “¿Quién diría que un vestido puede cambiar al mundo?”.
En las últimas dos décadas, Google ha añadido herramientas útiles para navegar en internet, como el traductor que permite leer las páginas en otros idiomas, o la búsqueda mediante la voz que se popularizó con los celulares.
Pero uno de sus más importantes avances tecnológicos se lanzó en 2017: Google Lens, la tecnología capaz de usar la lente de la cámara del usuario para obtener información de internet.
Si una persona quiere saber el nombre de una planta, es difícil obtener el resultado perfecto describiendo con palabras cómo son las hojas o las flores. Igual que cuando se está ante un cuadro del que se quiere saber su título o autor. También, cuando se está de viaje en un lugar donde se habla otro idioma, usar la cámara para traducir al instante letreros resulta muy útil.
Eso es lo que puede hacer Lens que, en términos generales, funciona a través de una comparación de los objetos que aparecen en la lente con otras imágenes similares en línea y luego clasifica su relevancia, lo que arroja una respuesta pertinente.
“Supongamos que Lens está mirando a un perro que identifica con una probabilidad del 95% como pastor alemán y con una del 5% como corgi. En este caso Lens podría mostrar solo el resultado correspondiente al pastor alemán, por considerarlo más parecido desde el punto de vista visual”, señala Google.
Según su más reciente informe, Lens recibe más de 12 mil millones de consultas cada mes.
Una de las mayores innovaciones para que las máquinas entiendan el lenguaje humano surgió hace poco en Google, aunque seguramente los usuarios no lo percibieron: el sistema BERT.
“Si en una receta de panqueques te indicaran que mezcles la masa con el plátano, probablemente no pensarías en usar la banana como cuchara para mezclar. Pero lo que es obvio para los humanos –cosas como el contexto, el tono, la intención– en realidad es muy difícil de captar por las computadoras”, explica la compañía.
Los ingenieros crearon el Bidirectional Encoder Representations from Transformers (BERT), un sistema basado en la ingeniería de redes neuronales que permite entrenar a los modelos de comprensión de lenguaje de Google sobre cómo hablan los humanos.
Fue implementado en las búsquedas a partir de 2019 en más de 70 idiomas.
BERT ayuda a procesar las consultas de los usuarios al encontrar la definición de las palabras en el contexto en el que son planteadas. Y es un sistema que aprende, por lo que cada vez refina más sus resultados.
“Hay una gran diferencia entre conocer las palabras y comprender el significado”, explica Google.
Antes del modelo BERT, la omisión de preposiciones, el orden incoherente de palabras o la intención del usuario generaba respuestas menos útiles que las que hoy se presentan, según los desarrolladores.
Cuando un usuario realiza una consulta en un motor de búsqueda, pocas veces revisa más allá de la primera página o lista de resultados que se presentan. Esto hace una enorme diferencia en cuanto a qué sitios y qué tipo de información son los que llegan a los internautas.
Como ha sido el caso desde hace dos décadas, los resultados presentados en Google no son una lista al azar: el algoritmo del buscador es el encargado de filtrarlos.
Cómo se maneja el algoritmo del buscador, con qué fines y los efectos que tiene, es una crítica de los analistas en tecnología que se ha acentuado en los últimos años.
“La gran promesa de Google era organizar la información mundial, pero durante el último cuarto de siglo, una enorme cantidad de información mundial ha sido organizada para Google: para posicionarse en los resultados de Google”, expone en un artículo Nilay Patel, editora en jefe del sitio tecnológico The Verge.
“Vivimos en un ecosistema de información cuyo diseño está dominado por las necesidades de la máquina de búsqueda de Google: un robot cuya mirada benéfica puede crear industrias enteras con la misma facilidad con la que su fría indiferencia puede destruirlas”, añade.
Lewandowski explica que el algoritmo original, PageRank, se encargaba de evaluar la estructura de los enlaces en la web y obtener información sobre su popularidad o calidad. “No todos los enlaces cuentan igual, pero el valor del enlace, a su vez, depende del número y la calidad de los enlaces que apuntan a él”, explica.
“Esto significa que un enlace de un sitio popular cuenta mucho más que uno de un sitio impopular. Entonces, por ejemplo, si la BBC enlaza a una página en particular, cuenta mucho más que si yo enlazo a la misma página desde mi blog”, señala el experto.
No existe un motor de búsqueda perfecto, continúa, pues cada uno interpreta el contenido de la web de forma diferente “y, por tanto, en la mayoría de los casos no puede haber un resultado de búsqueda correcto o incorrecto”.
“Pero eso no quiere decir que Google no haga muy bien su trabajo. Para innumerables necesidades de información, este motor de búsqueda ofrece resultados que son útiles para responder a nuestras preguntas”, sostiene Lewandowski.
Al ser el dominante del sector, y por mucho, la compañía ha enfrentado desafíos por parte de entidades gubernamentales en Europa y Estados Unidos, que han intentado ponerle controles.
En la actualidad Google se enfrenta al primer gran juicio en EE.UU., en el Departamento de Justicia acusa a la compañía de realizar prácticas monopólicas ilegales mediante acuerdos de distribución anticompetitivos con fabricantes de celulares y firmas telefónicas para que éstas usen sus servicios y no los de otros.
Los abogados de Google han rechazado los cargos y argumentan que gozan de su buena posición en el mercado “por méritos propios”.
Antes de irte: Unión Europea multa a TikTok con 435 millones de euros por mal manejo de datos de menores
El manejo del algoritmo está estrechamente vinculado a otra crítica que se le ha hecho a Google: los anuncios en sus resultados.
En sus inicios, Google no mostraba publicidad y sus creadores incluso se opusieron explícitamente a los motores de búsqueda financiados con publicidad cuando publicaron un artículo en el que presentaban su proyecto de motor de búsqueda.
Pero hoy Alphabet, la empresa matriz de Google, tiene otros objetivos.
Una de sus principales fuentes de ingresos es la publicidad que se despliega entre los enlaces de los resultados de cada búsqueda que hace un usuario. “A la gente le encanta hacer preguntas a Google y a Google le encanta ganar dinero respondiéndolas”, critica Nilay Patel.
Un problema entorno a esto es que mucha gente no presta atención a si está accediendo a un enlace pagado, que responde a los intereses de quien lo promueve, o una página “auténtica” o “legítima”, dicen los expertos.
Google, por su parte, asegura que actúa con “transparencia” y que los anuncios pagados tienen una identificación clara.
“Lo que definitivamente no hace bien Google tiene que ver con su modelo de negocio, la publicidad basada en el contexto. Estos anuncios se muestran como resultado de una consulta de búsqueda en la página de resultados de búsqueda y se parecen mucho a los resultados de búsqueda habituales”, señala Lewandowski.
“Y aquí hay que tener en cuenta que no solo hay anuncios de productos y servicios sino también, por ejemplo, de temas políticos y sociales”, añade.
En la actualidad Larry Page y Sergei Brin están alejados del ojo público. El director ejecutivo de Alphabet Sundar Pichai ha dado la cara ante las críticas y desafíos legales que ha enfrentado la compañía en los últimos años.
En una carta por la celebración por los 25 años de Google reconoció que ha habido “algunos tropiezos”, de los cuales “aprendes las lecciones y trabajas para mejorar”.
Pero sobre otras cosas destacó la innovación que aplicaron los fundadores de la empresa y los ingenieros a lo largo de estos años.
“Una verdad esencial de la innovación es que en el momento en que superas los límites de una tecnología, pronto pasa de lo extraordinario a lo ordinario. Es por eso que Google nunca ha dado por sentado el éxito”.
Recuerda que puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga la última versión de nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.