Fragmentos humanos, dientes o maxilares, entre ellos partes de mandíbulas, en buen estado de conservación, son parte de los primeros hallazgos en Panamá por parte del equipo especializado de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) enviado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador hace 36 días, junto con 20 militares, 60 marinos y funcionarias de la Secretaría de Relaciones Exteriores, con la única misión de dar con los restos del revolucionario Catarino Erasmo Garza para traerlos de regreso al país.
Los restos fueron encontrados hace dos semanas, pertenecen a más de una persona y se cree que tienen más de 100 años, confirmó Jahir Torres, planificador de obras y proyectos del municipio de Bocas del Toro, Panamá, a Animal Político.
Torres es el encargado de la oficina que expidió los permisos de excavación arqueológica para los trabajos de la comitiva mexicana en el cementerio antiguo de Isla Colón, cabecera de la provincia de Bocas del Toro, donde se cree que fueron arrojados los cuerpos de Garza y de sus compañeros en la primavera de 1895, después del fallido asalto al cuartel de policía local.
Las labores siguen, de acuerdo con el funcionario. “Ha llovido, eso ralentiza las labores”, comentó. “Hay otros puntos marcados, aún falta (por excavar)”.
A cinco semanas de que zarpó de Veracruz a Panamá el buque Huasteco AMP 01 de la Secretaría de Marina, el gobierno mexicano no ha informado cómo van las labores en Panamá, a pesar de haber dispuesto de 80 elementos de las fuerzas armadas y de 11 arqueólogos, antropólogos, criminólogos o genetistas que han sobrevivido a los despidos masivos o “reestructuración” de la CNB. Y a pesar de los cuestionamientos de familiares de personas desaparecidas y organizaciones que consideran que la prioridad es atender la emergencia humanitaria en el país, que rebasa las 115,000 desapariciones y acumula miles de cuerpos sin identificar.
En el cementerio antiguo de la Isla Colón, el equipo de búsqueda de la CNB también habría encontrado balas o fragmentos de proyectil.
Aún no es posible saber si los restos pertenecen a Garza. “Los análisis darán las luces”, dijo Torres. Deben hacerse pruebas de odontología, antropología y genética, entre otras.
Genetistas de la CNB tienen la encomienda de tomar las muestras de ADN en Panamá y luego viajar con estas para analizarlas en México. Los dientes son un buen recurso para recoger material genético si están en buenas condiciones.
Luego, los resultados deben ser confrontados con los perfiles genéticos de las familiares descendientes del revolucionario. Y, en caso de que se confirme el parentesco, el equipo mexicano volvería a la Isla Colón por los restos de Garza para traerlos al país.
Los fragmentos se localizaron a una profundidad aproximada de 2 metros, enterrados en un perímetro del antiguo cementerio donde no hay tumbas. Investigadores que han escrito del caso de Garza señalan que el cuerpo de él y sus compañeros fueron arrojados a una fosa irregular.
La comitiva mexicana tiene permisos de excavación arqueológica en ese cementerio de Bocas del Toro, aunque no de exhumación. El arqueólogo principal de la CNB y uno de los especialistas en georradar de la misma institución estuvieron a finales del año pasado en el panteón haciendo investigación y marcando diversos puntos donde consideraron que podrían haber quedado los restos de Garza.
A decir de sus compañeros y ex compañeros en la Comisión Nacional de Búsqueda, el gobierno mexicano “envió a los mejores” especialistas, “a los más expertos”.
Garza fue un periodista tamaulipeco que quiso derrocar a Porfirio Díaz en el siglo XIX. Cambió la pluma por las armas, como él mismo escribió en una de sus cartas, y conformó su propio ejército. Vivió al norte de México y en Estados Unidos junto a su familia. Asediado por Díaz y oficiales texanos, Garza huyó a otros países latinoamericanos para hacer alianzas.
Durante los años de una guerra civil entre liberales y conservadores en Colombia, del que Panamá entonces era parte, Garza desembarcó con unos 20 hombres en el archipiélago de Bocas del Toro. Ahí, durante el asalto al cuartel de policía, fue abatido por fuerzas de seguridad entre la noche del 7 de marzo y la madrugada del 8 de marzo de 1895.
Ante el hermetismo de ambos países en las tareas de búsqueda de Catarino Garza, entre los habitantes de la Isla Colón, en Panamá, elaboran hipótesis y relatos del barco mexicano en sus aguas y de la expedición mexicana.
“La gente dice (que) están saqueando tumbas de antigüedad de la misma gente de aquí del área y se están sacando el oro, supuestamente en el cementerio hay oro. Hay muchas hipótesis”, describió un lugareño de Isla Colón en un mensaje de voz.
La población de Isla Colón es de un poco más de 17 mil personas, según el censo, una localidad de mar, cielo azul, manglares y mucha vegetación que atrae a los turistas.
“Los bocatoreños y a nivel nacional esperamos que lo encuentren y lo regresen”, mencionó el funcionario Torres. “Para nosotros es una aventura al pasado de nuestro amado Bocas. Estamos a la expectativa de que lo logren encontrar y podamos contar una historia más a nuestros visitantes”.
Los militares, marinos y personal de la CNB zarpó el 19 de febrero pasado del puerto de Veracruz y llegaron a Bocas del Toro el 25 de febrero sin una autorización escrita y firmada para formalizar el plan de búsqueda. Empezaron a trabajar al menos cuatro días después. Y mientras el equipo de la CNB ha buscado en el cementerio, marinos han realizado labores de pintura y restauración en la biblioteca principal y en escuelas.
Según el permiso otorgado por el Senado de la República, el buque mexicano debe regresar el próximo 16 de abril.
Desde hace un mes, Animal Político solicitó al Gobierno panameño y al Gobierno mexicano las copias de los planes y los permisos para trabajar en el cementerio de Bocas del Toro, pero ninguno de los dos ha entregado los documentos a la prensa, tampoco los ha hecho públicos como parte de un ejercicio de rendición de cuentas.
En un correo electrónico, Linette Montenegro, titular de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, solo respondió que existe el acuerdo firmado entre los dos países, que lleva por nombre: “Arreglo de cooperación complementario del convenio de cooperación educativa y cultural entre el gobierno de la República de Panamá y el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos para la búsqueda, exhumación y repatriación de los restos mortales de Catarino Erasmo Garza Rodríguez”.
Y agregó que corresponde al Ministerio de Cultura de Panamá a través de su dirección, evaluar la propuesta arqueológica presentada por la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB), según la Ley 14 del 5 de mayo de 1982.