La diputada de Morena Inés Parra dijo este mártes que denunció presuntos desvíos por más de 6 mil millones de pesos (mdp) en la Secretaría del Bienestar, cuya titular es Ariadna Montiel.
“Presente en firme el pasado viernes 18 de agosto (…) por un probable quebranto al erario por 6 mil 68 mdp”, dijo Parra en conferencia de prensa.
Además, la legisladora enumeró los posibles delitos por los que acusa desvíos en la Secretaría del Bienestar: peculado, abuso de autoridad, cohecho, enriquecimiento ilícito, ejercicio abusivo de funciones y tráfico de influencias.
Su denuncia la presentó ante la Fiscalía Especializada en materia de Combate a la Corrupción, cuya titular es María Mijangos Borja, entidad adscrita a la Fiscalía General de la República (FGR).
“Sabemos de los antecedentes poco éticos del fiscal General Alejandro Gertz Manero, debemos estar atentos a que permita y no entorpezca la investigación de corrupción en la Secretaría de Bienestar”, advirtió.
Además, llamó a Mijangos Borja a queno haya “simulación en las pesquisas”.
Esta denuncia llega en medio de una acusación del aspirante a la candidatura presidencial de Morena Marcelo Ebrard de que en la Secretaría del Bienestar ha habido desvíos de recursos públicos para favorecer a su contrincante Claudia Sheinbaum.
Además, Inés Parra forma parte de un grupo de diputados federales que simpatizan con Ebrard y que previamente han denunciado desvío de recursos en favor de la exjefa de Gobierno de Ciudad de México.
En la denuncia que mencionó este martes, dijo que corresponde a irregularidades en los ejercicios de los años 2018, 2019 y 2021.
Parra dijo que entre las prácticas irregulares están: pagos y cobros indebidos de beneficiarios de diversos programas sociales, desvíos, no acreditación, deficiencias de los registros de los beneficiarios que no acreditan el manejo correcto de los recursos.
La legisladora expresó su confianza en que la Fiscalía realice la carpeta de investigación y presente a los “funcionarios corruptos” de la dependencia.
También llamó al presidente Andrés Manuel López Obrador que permita sanear de corruptos la Secretarái del Bienestar.
“La Secretaría de la Función Pública no ha cumplido con la presentación de denuncia de hechos que lleve a la cárcel a todo funcionario corrupto, le reitero con indignación e impotencia al presidente López Obrador que el efectivo combate a la corrupción es una asignatura pendiente de la llamada Cuarta Transformación”, comentó.
“Si no se castiga a los servidores o funcionarios públicos corruptos no habrá combate a la corrupción y todo estará en entredicho”, advirtió.
Un grupo de diputados de Morena afines a Marcelo Ebrard, aspirante a la candidatura presidencial de dicho partido, denunciaron acarreo y desvío de recursos por parte de funcionarios a favor de Claudia Sheinbaum, exjefa de Gobierno de la Ciudad de México.
En declaraciones a medios, los legisladores afirman que hay un uso indebido de recursos públicos para favorecer a Sheinbaum rumbo a la encuesta que se llevará a cabo en los próximos días para que Morena elija quién será su candidato presidencial.
“Denunciamos públicamente el uso de recursos públicos y de las estructuras gubernamentales, para beneficiar a Claudia Sheinbaum en la encuesta, dónde se elegirá al próximo Coordinador Nacional de Defensa de la 4T. Solicitaremos las comparecencias y denunciaremos a cualquier funcionario público que haya participado o usado recursos públicos. Ya estuvo suave de tanta mapachería PRIANISTA en un movimiento que lo combatió con firmeza por muchos años”, denunció el diputado Emmanuel Reyes.
La entrevista que le intentó hacer un periodista a un niño, en medio de una jubilosa celebración de aficionados de la selección de México en Los Ángeles, en California, se hizo viral en julio pasado.
-Nene, ¿cuál es tu nombre?
-Mmm… ¿mi name?
-¿Por qué ganó México?
-Mmm… what?
“Está muy emocionado”, dijo el periodista para justificar la falta de respuesta del niño, mientras otro comentarista en la transmisión en directo de la cadena ESPN señalaba: “Es una generación que ya no habla castellano”.
El video fue compartido miles de veces en redes sociales, en las que muchos comentarios incluían un término que se escucha en EE.UU. en este tipo de situaciones: “No sabo kid”.
La expresión es usada por algunos latinos para referirse de forma despectiva a otros latinos que no hablan español. La mayoría de las veces son niños o jóvenes, hijos de migrantes de América Latina que crecieron con el inglés como idioma materno, por eso se habla de “kids” (niños).
Y este fenómeno no es esporádico.
Un estudio del Pew Research Center (PRC), institución que analiza cuestiones demográficas de EE.UU., indicó que el 40% de los latinos en el país han escuchado bromas o burlas de otros latinos por no hablar bien el español.
“Fue muy llamativo que los comentarios de muchos cuestionaran que por qué ese niño [del video] no habla español, lo que es una lástima porque los padres no le están hablando en español a ese niño”, le dice a BBC Mundo Mark Hugo López, director del departamento de Raza y Etnicidad del PRC y coautor del estudio.
Y es que aunque EE.UU. sea considerado uno de los países con más hispanohablantes del mundo, el dominio del idioma varía mucho entre sus hablantes.
En la encuesta del PRC, un 75% de los consultados dijeron que podían mantener una conversación en español bien o muy bien. Pero del resto que no hablaba español, la mitad reconoció haber sido avergonzados por otros por no hablar bien el idioma.
Al mismo tiempo, 8 de cada 10 latinos entrevistados dijeron que no es necesario hablar español para ser considerado latino.
“Estos resultados muestran la importancia del español, por un lado, pero también que una persona puede ser latina en Estados Unidos sin hablar español”, dice López.
“Muchos dicen que es una lástima, porque esa persona está perdiendo su cultura, su identidad, por no hablar español. Pero para otros, no es importante hablar español en EE.UU. para ser latino”, añade.
Vanessa Ávalos, una estadounidense de origen mexicano que vive en Chicago, rechaza el término “no sabo kid”, pues señala que eso pone la carga negativa en los niños en lugar de los adultos de su entorno que no les dan los conocimientos del idioma.
Es algo que ha vivido de forma muy personal.
“Mis papás no quisieron que mi hermano y yo habláramos español”, explica a BBC Mundo.
Su familia vivía en la década de 1980 en el estado de Texas, donde entonces se vivía un ambiente de discriminación hacia quienes hablaban en español. “Mis papás querían que nosotros no pasáramos malos momentos de racismo”.
Ávalos y su hermano, que hablan inglés como lengua materna, aprendieron español en las clases de secundaria y preparatoria por iniciativa e interés propio. “Luchamos por el idioma, por recuperarlo. Sabíamos que queríamos el idioma”, dice con orgullo.
Tiempo después, Ávalos se dio cuenta que el español es importante no solo para saber más sobre su cultura, sino también porque es un factor que une a las familias latinas en EE.UU.
“Mi abuela no habla inglés. Desafortunadamente la mayoría de mis primos no hablan español. Entonces cuando estábamos en casa de ella, todos hablábamos inglés y ella se sentía como ‘Bueno, aquí estoy en mi casa y nadie me está hablando porque no hablan español’”, relata.
“No me gustó ver eso. Mis niños pueden hablar con mi suegro. A mi hija le gusta el fútbol y ellos ven los partidos juntos”.
Ese es un fenómeno arraigado en la cultura latina de EE.UU. Como los estudios del PRC muestran, la mayoría de los 40 millones de personas en el país que saben español lo hablan en casa. En especial, en aquellos hogares donde hay migrantes que nacieron fuera del país.
Y 6 de cada 10 latinos usan el Spanglish: la mezcla de español e inglés.
Ávalos dice que no quería que sus hijos tardaran en aprender español como le pasó a ella.
Su esposo también es de origen mexicano pero no habla español. “Pensé ‘Si nosotros no les hablamos nada de español a nuestros hijos, ellos lo van a perder también. En ese momento vi lo que podíamos hacer con nuestros hijos”, explica.
Otras personas de la comunidad latina en Chicago también querían que sus hijos hablaran español, por lo que puso manos a la obra y abrió este año un espacio que ofrece de manera didáctica y lúdica clases de acercamiento al idioma español para niños.
Los pequeños de 1 a 5 años aprenden español a través de canciones, conociendo las formas de cosas y hablando de situaciones básicas como el desayuno. Los de 5 a 9 años escriben, leen y hablan español a través de un método didáctico.
“Es algo divertido para los niños. Ahora mismo hacemos exploración de la música de Latinoamérica. Las mamás me han dicho que el español de sus hijos ha mejorado y me da gusto escuchar esto”, explica Ávalos.
“El currículo fue desarrollado por una maestra latina que tiene un programa para computadoras, una aplicación en la que los niños pueden practicar cuando se van a casa”, agrega. La meta es que en tres años los pequeños sean bilingües.
A diferencia del pasado, los latinos en EE.UU. han cambiado su perspectiva sobre lo valioso que es hablar español como un complemento para su vida e incluso como una herramienta laboral.
“Personas que fueron jóvenes en los años 50 y 60, dicen que sus padres decían que era más importante hablar inglés y no español, porque tenían miedo sobre el futuro de sus hijos en el mercado laboral y en la sociedad en EE.UU.”, explica López, del PRC.
“Pero ahora no. Ahora es diferente: una encuesta del PRC de 2019 indicó que la mayoría de los latinos que tienen hijos quieren que sus niños también hablen español”.
Además, el éxito de la música en español a nivel mundial ha despertado un gran interés entre los latinos por el idioma de su cultura.
Sin embargo, el español que hablan muchos latinos en EE.UU. parece tener un mayor uso en la comunicación cotidiana en casa y en situaciones informales, más que en el ámbito profesional.
La mayoría no tiene un nivel para hablarlo en un empleo que requiera un cierto nivel de formalidad, según los estudios del PRC.
Otro fenómeno que se da en EE.UU. es la pérdida del idioma de los padres o abuelos entre las nuevas generaciones.
El español no escapa a esta tendencia: un 65% de los latinos de tercera generación o más no pueden mantener una conversación en español, muestra el estudio del PRC.
“Las escuelas en EE.UU. no tienen muchas clases de español que sean obligatorias para obtener un diploma”, señala López.
“Tenemos tres, cuatro décadas con diálogos sobre la importancia de una educación bilingüe, pero no ha habido muchos cambios. El inglés es el idioma de las escuelas”, añade.
Ante esto, los padres se convierten en un factor clave para que sus hijos conozcan el español y lo hagan suyo.
“Para mí era duro que mi raza se burlara de mí, porque no supiera el lenguaje”, dice Ávalos.
“En vez de reprochar a una persona por no hablar español, debemos ayudarlo. Si vas a burlarte, nadie querrá hablar español y lo vamos a perder. Es el deber los padres guiar a sus hijos para que conozcan su cultura”.
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