Entre contingentes movilizados y el “¡No estás sola!”, Sheinbaum rechaza señalamientos criminales y campañas sucias
Para entender mejor
“Venimos del grupo Nueva Generación, de autoproducción de vivienda en Iztapalapa… apoyamos a la presidenta y a los cambios de la 4T”, dice Rocío, mientras sostiene un tamal y un vaso de atole recién servidos. Detrás de ella, su camión permanece sobre Bucareli, donde coordinadoras pasan lista a cada persona antes de entregar el desayuno. La misma escena se repite en cadena: bajar, registrarse, recibir alimento y avanzar en grupo hacia el Zócalo.
Las calles del Centro, Morelos, Bucareli y las avenidas alrededor del Monumento a la Revolución, amanecieron saturadas de autobuses, microbuses y combis provenientes de Sonora, Hidalgo, Morelos, Guanajuato, Colima, el Estado de México, Naucalpan, Ecatepec, Iztapalapa y otras zonas de la capital. Los convoyes llegaban con banderas, mantas, mochilas y pancartas identificando colonias, sindicatos o programas sociales.
Entre los contingentes iba Armando, quien viajó tres horas desde Iguala, Guerrero. “Apoyamos a la presidenta Claudia”, dijo mientras intentaba mantener unido al grupo. Asegura que este gobierno ha beneficiado “a la gente más vulnerable” y que los cambios “se ven poco a poco”, aunque reconoce que aún hay cosas por mejorar.
La movilización también incluyó estructuras sindicales: la CROC, el SME, el Sindicato Petrolero, la CATEM, quienes con banderas, matracas y carteles, avanzaron por Reforma y Eje Central entre consignas como “¡Es un honor estar con Claudia hoy!”.
Entre las estructuras que acudieron destacó también el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación. En entrevista con medios, su dirigente, Alfonso Cepeda, informó que 45 mil maestros fueron trasladados en camiones pagados por el propio sindicato desde el Estado de México, Morelos, Tlaxcala y zonas del Valle de Toluca. Aseguró que la asistencia fue voluntaria.
“Vinieron 45 mil compañeros… llegaron desde las 2 de la mañana”, dijo. Argumentó que el magisterio acudió para “corresponderle al Gobierno de la 4T lo bien que nos ha tratado”.
El Zócalo recibió a los contingentes con la plancha ya llena. La celebración por los siete años de la 4T mezcló música, mantas, sombrillas y una operación de transporte que comenzó desde la madrugada y cubrió las calles del Centro con camiones de todo el país.
Según cifras del Gobierno federal, unas 600 mil personas asistieron al mitin en el Zócalo y calles aledañas.
“Ya votamos por la doctora y ahora hay que venir a apoyarla. Falta información confiable… la gente debería ver medios de derecha, de izquierda, y sacar su propia opinión. La fiscalía ya se está reparando; ese señor Hertz solo engordó su cartera.”
Edgar mantiene la mochila al hombro, todavía acomodándose después de bajar del camión. A unos metros, las coordinadoras continúan marcando nombres de quienes llegaron en ese mismo contingente en el que viajó Rocío, mientras otros ordenan chamarras, pancartas y mochilas sobre la banqueta para no estorbar. Él habla de desinformación y de la necesidad de “saber elegir las fuentes”.
Minutos después, su idea es amplificada desde el templete instalado en la plancha del Zócalo. Durante un mensaje que, en teoría, estaba dedicado a conmemorar los siete años de la llegada de Morena a la Presidencia y el inicio de lo que el expresidente Andrés Manuel López Obrador llamó la “Cuarta Transformación”, Claudia Sheinbaum decidió destinar buena parte de su mensaje a advertir sobre supuestos ataques coordinados en contra de su gobierno, información falsa circulada en ciertos medios y narrativas fabricadas por sus adversarios políticos.
En el discurso que apenas duró una hora, la presidenta Sheinbaum abrió su mensaje advirtiendo que, pese al despliegue de campañas de desprestigio, el uso de bots y las alianzas de grupos opositores dentro y fuera del país, esos esfuerzos no lograrán frenar a su gobierno. Sostuvo que “no vencerán al pueblo de México ni a su Presidenta”, frase que desató una respuesta inmediata del Zócalo: “¡No estás sola!”.
“Por más campañas sucias que paguen en las redes sociales, por más compra de bots y robots, por más alianzas con grupos de interés en México y en el extranjero, por más consultores de comunicación que contraten para inventar calumnias y mentiras difundidas en algunos medios, por más intentos de hacer creer al mundo que México no es un país libre y democrático, por más comentócratas o supuestos expertos que inventen historias de ficción, por más alianzas que quieran tejer con el conservadurismo nacional y extranjero, por más que hagan todo eso: ¡No vencerán al pueblo de México, ni a su Presidenta!”
Acompañada por gobernadores, integrantes del gabinete y dirigentes de Morena, PT y PVEM, Sheinbaum se lanzó contra la oposición, a la que acusó de difundir versiones que, afirmó, no corresponden con la situación del país.
“En los meses recientes, nuestros adversarios políticos se han dedicado a construir realidades virtuales en las redes sociales, en las columnas de opinión, que nada tienen que ver con el momento de Transformación que vive México.”
Después Sheinbaum agrupó tres señalamientos que, dijo, forman parte del mismo intento por desacreditarla: las acusaciones de ser un gobierno represor y la idea de que su gobierno limita la libertad de expresión.
“Nunca hemos reprimido al pueblo… Calumnian y critican en medios y redes, y no hay un solo acto de censura”, afirmó.
Además, remarcó que estos mensajes se han difundido en medios, redes y espacios de opinión para presentar a su administración como autoritaria.
Después, Sheinbaum rechazó cualquier vínculo entre su Gobierno y organizaciones criminales, y afirmó que esas acusaciones forman parte de “realidades virtuales” difundidas en redes, columnas y campañas mediáticas.
“Una calumnia más: que ‘los gobiernos de la Transformación están vinculados con grupos delincuenciales’. ¡Falso! Fueron ellos los que iniciaron una supuesta guerra contra el narco y pusieron al frente a García Luna, que hoy está preso en los Estados Unidos.”
Las afirmaciones de Sheinbaum ocurren mientras figuras de su propio movimiento enfrentan señalamientos, como el caso del senador Adán Augusto López, cuestionado por ingresos no declarados y por haber nombrado en su gobierno de Tabasco a Hernán Bermúdez Requena como secretario de Seguridad Pública, hoy detenido y acusado de liderar al grupo criminal La Barredora. López ha rechazado los señalamientos y sostiene que sus recursos provienen de actividades profesionales y herencias, además de defender que Bermúdez dio resultados mientras estuvo en su gabinete.
Añadió que su estrategia no contempla acuerdos con grupos delictivos y contrastó cifras de homicidios para desmentir esa narrativa.
“En el periodo de Calderón y de Peña… los homicidios dolosos subieron 250 por ciento. Del 2018 a la fecha, los homicidios se han reducido en 34 por ciento.”
En la parte final del discurso, Claudia Sheinbaum lanzó un mensaje directo hacia las élites políticas de su propio movimiento. Señaló que en un país donde millones viven con un salario mínimo “no puede haber justificación moral, ética ni política” para que quienes sirven al Estado disfruten de privilegios o lujos, y recordó el principio juarista de la “justa medianía”, al afirmar que gobernar “no es para acumular riqueza ni rodearse de excesos”, sino para servir con humildad al pueblo.
Sin embargo, poco después la tensión se disipó cuando se abrazó con los dirigentes de su partido, quienes ahora no estuvieron encerrados en un corral. Sheinbaum caminó hacia ese espacio, saludó primero a Adán Augusto López, coordinador de Morena en el Senado; luego estrechó la mano de Luisa María Alcalde y finalmente se abrazó con Andy López Beltrán. Desde ese mismo lugar, legisladores como Ricardo Monreal celebraron el gesto y señalaron que fue la propia Presidenta quien pidió eliminar el “corralito”.
Al final, mientras los contingentes emprendían el regreso a sus camiones, quedó el contraste entre el discurso que exigió austeridad y el despliegue masivo de estructuras, sindicatos y operadores movilizados desde la madrugada. En un mitin pensado para celebrar siete años de la 4T, Sheinbaum terminó respondiendo a sus críticos ante una plaza llena construida en buena parte por la propia maquinaria política que la sostiene.
