El Senado de la República prevé elegir este martes a la persona que presidirá la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en medio de un proceso polémico por la inclusión entre las finalistas de la actual titular del organismo, Rosario Piedra Ibarra, debido a un acuerdo político, por encima de la evaluación de su proyecto.
Hasta el último día, la probable reelección de la actual presidenta de la CNDH mantiene dividida la bancada de Morena, que este martes llevará a cabo una reunión previa en busca de un consenso que evite votaciones divididas en la sesión del pleno.
Las bancadas del oficialísimo (Morena, PVEM y PT) tienen los 86 votos necesario para reunir la mayoría calificada, necesaria para aprobar el nombramiento de una nueva titular de la CNDH para el periodo 2024-2029, pero existe una división entre Rosario Puedra y Nashieli Ramírez, dos de las tres aspirantes que conforman la terna.
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Rosario Piedra Ibarra, hija de la respetada defensora de derechos humanos y fundadora del Comité Eureka, Rosario Ibarra de Piedra, ha sido cuestionada por un ejercicio cercano al gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, y no cuenta con el consenso de la bancada morenista.
Muchos de los senadores de Morena apoyan a la actual presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México Nashieli Ramírez Hernández, que coincidiría nuevamente con una gestión de Claudia Sheinbaum ahora en la Presidencia.
Finalmente, como tercera en discordia está Paulina Hernández Diz, quien ha evitado posicionarse respecto a propuestas gubernamentales como la militarización de la seguridad o la prisión preventiva oficiosa.
Para la inclusión de Rosario Piedra Ibarra la bancada de Morena desplazó a la segunda aspirante mejor evaluada por la Comisión de Justicia, Tania Ramírez Hernández, quien junto con organizaciones civiles han exhortado al Senado a corregir el proceso, algo descartado por algunos legisladores de la coalición mayoritaria.
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Se prevé que las y los senadores elijan a la titular de la CNDH este martes con las dos terceras partes de los votos, a través un voto secreto que depositarán en una urna.
De acuerdo con legisladores de la coalición mayoritaria encabezada por Morena, su grupo no ha definido por cuál candidata votarán y esperan hacerlo previo al inicio de sesión para lograr un consenso y, con ello, cerrar la posibilidad a polémicas como la ocurrida cinco años atrás, justo en la elección de Rosario Piedra Ibarra, quien fue elegida entre acusaciones de fraude por parte de la oposición.
Rosario Piedra Ibarra busca continuar un lustro al frente de la CNDH, luego que en 2019 se enfrentó a la resistencia a su nombramiento por senadores que acusaban fraude, bloquearon las instalaciones del Senado y protagonizaron una atropellada sesión con jaloneos y empujones.
Los reclamos de senadores principalmente del PAN obedecieron a que la Mesa Directiva del Senado contabilizó 114 votos en vez de 116, con el argumento de que en la urna fueron depositados una hoja en blanco y un sobre vacío. De esa forma, se alcanzó el porcentaje necesario de las dos terceras partes para designar a Piedra Ibarra como titular de la CNDH en 2019.
Ahora, Piedra Ibarra enfrenta el rechazo de legisladores que argumentan que fue incluida entre las finalistas por un acuerdo político más que por la evaluación de su perfil.
Rosario Piedra Ibarra es psicóloga y maestra en psicopedagogía. Desde joven formó parte del comité Eureka y participó en el Frente Nacional contra la Represión y por las libertades democráticas, que aglutinó a organizaciones sindicales, estudiantiles y partidistas para la defensa de los derechos humanos.
Antes de encabezar CNDH, Piedra también fue secretaria de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional de Morena. Una de los principales señalamientos sobre la gestión de la funcionaria en la CNDH es precisamente mantener una cercanía con el primer gobierno morenista y priorizar investigaciones de casos previos al sexenio de AMLO.
La funcionaria ha defendido que en su primera gestión, la CNDH triplicó el número de recomendaciones y redujo un 36 por ciento el presupuesto de la comisión.
Entre las propuestas de la funcionaria están realizar cambios en la CNDH para que la persona que la lidere sea electa por voto popular. También, tener un modelo de defensa de los derechos humanos más efectivo y expedito, y menos caro, lo que implicaría una reforma constitucional para crear la Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo, según ha señalado.
En su comparecencia ante senadores, Piedra Ibarra defendió un modelo basado en la defensa de los derechos económicos, sociales, culturales ambientales y político-electorales. Y se comprometió a transformar el Programa de Atención a Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en un programa de prevención efectiva a través de la consolidación de 16 oficinas regionales de atención ciudadana.
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El regreso de Piedra Ibarra al Senado para exponer su proyecto ante los legisladores fue ríspido con representantes de la oposición, que le pidieron renunciar en su intento de continuar en el cardo. Ahí, la funcionaria rechazó que en México exista militarización y una crisis de derechos humanos.
En la comparecencia Piedra Ibarra sostuvo su mala relación con organizaciones de la sociedad civil especializadas en la defensa de los derechos humanos. Mantuvo su postura de trabajar con o sin las organizaciones civiles que han criticado su gestión y que le acusan de usar recursos de la CNDH para desacreditar a defensores de derechos humanos, periodistas, medios de comunicación y órganos internacionales.
La propuesta de Nashieli Ramírez Hernández para la CNDH está dividida en cinco ejes: participación activa de las víctimas en investigación de la Comisión; una estrategia de territorialidad y proximidad de la CNDH en todas las entidades; cooperación y coordinación con los organismos estatales, organizaciones civiles y los poderes de los tres niveles de gobierno.
La funcionaria plantea también adaptar las estrategias para la protección, defensa y promoción de los derechos humanos con un contexto de mujeres, géneros y diversidades; así como trabajar en el cambio hacia una cultura laboral orientada en la promoción y protección de derechos humanos.
Nashieli Ramírez Hernández fue la aspirante mejor evaluada por la Comisión de Justicia para encabezar la CNDH. Frente a la posibilidad de reelección de Rosario Piedra Ibarra al frente de la CNDH, se colocó como una de las candidatas con altas posibilidades entre algunos legisladores.
Aunque la carencia de un título de licenciatura pone en tela de juicio su cumplimiento de uno de los requisitos de la convocatoria: “Tener preferentemente título de licenciado en derecho”, integrantes de las comisiones evaluadoras lo han desestimado y señalan que no se trata de una obligación.
Su gestión como titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México durante el gobierno de la actual presidenta Claudia Sheinbaum en la Jefatura de Gobierno le juegan a favor y en contra. Una razón para ser vista con buenos ojos entre integrantes de la bancada de Morena, pero que genera críticas sobre su posible cercanía con el gobierno.
Al respecto, durante su comparecencia ante el Senado, la aspirante destacó que fue reelegida en la CDHCM por unanimidad de todos los grupos parlamentarios en el Congreso local y defendió su independencia del Ejecutivo con una frase: “Yo nunca recibí una instrucción de la ahora presidenta”.
Nashieli Ramírez tiene estudios de licenciatura en la Facultad de Medicina de la UNAM, sin título; además de una especialidad en ejercicio de la docencia por parte del Centro de Investigaciones y Servicios de la UNAM y otros cursos sobre gobernanza, justicia, seguridad y trabajo infantil. Destaca su experiencia de más de dos décadas en la defensa de los derechos humanos, principalmente en infancias.
Con 35 años de edad, Paulina Hernández Diz es la integrante de la terna para presidir la CNDH menos conocida a nivel nacional pero la que fue la tercera mejor calificada por parte de una de las comisiones legislativas.
En su comparecencia ante el Senado, la aspirante evadió posicionarse sobre la prisión preventiva oficiosa —cuyos delitos pretenden ampliarse a través de una reforma propuesta por la coalición morenista en el Congreso— y el mando militar de la Guardia Nacional, aprobado en la actual Legislatura. Sin embargo, argumentó que desde la CNDH buscaría prevenir la violación de derechos humanos ante la mayor presencia militares en las calles.
Como parte de su proyecto para el organismo, Hernández Diz propone una reestructuración de las visitadurías para que sean especializadas, garanticen una atención adecuada a víctimas y emitan medidas cautelares efectivas. También plantea realizar un sistema de monitoreo y evaluación de las recomendaciones que emita la Comisión.
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Otro punto que destaca es la obligación de la observancia que tiene la CNDH, para vigilar el cumplimiento de la normatividad en derechos humanos y regir desde el organismo la política en el área para orientar el trabajo de las comisiones estatales.
Hernández Diz también propuso fortalecer el Sistema Nacional de Alerta de Violaciones a derechos humanos, para identificar las omisiones y prácticas recurrentes que se convierten en violaciones sistemáticas.
Hernández Diz tiene licenciatura y posgrado en derecho, y forma parte de la Unidad para la Igualdad de Género en la Universidad de Guadalajara. Antes fue secretaria ejecutiva del Instituto Jalisciense de las Mujeres durante la administración del gobernador Aristóteles Sandoval, con quien colaboró desde su transición al gobierno estatal.
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Hernández Diz también fue visitadora adjunta de la Relatoría Especializada en Derechos Humanos de las Mujeres de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco.
La especialista en derecho fue elegida como la tercera mejor candidata por integrantes de la Comisión de Justicia en el Senado, una de las dos encargadas de llevar a cabo el proceso para encabezar la CNDH.