Rusia afirmó este viernes que “no es posible” alcanzar sus objetivos en Ucrania por la vía diplomática, tras lanzar durante la noche el mayor bombardeo contra el país vecino desde que comenzó la guerra en 2022.
Este masivo bombardeo con drones y misiles se produce después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, declarara el jueves que una llamada con su homólogo ruso, Vladimir Trump, terminó sin avances.
Por su parte, el Kremlin declaró que el intercambio duró casi una hora y que Putin insistió en que Rusia “no renunciará a sus objetivos” en Ucrania.
El portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, enfatizó este viernes que en este momento “no es posible” alcanzar los objetivos fijados en Ucrania por la vía diplomática, por lo que proseguirá “la operación militar especial”.
Los periodistas de AFP en Kiev reportaron el sonido de los drones acercándose a la capital ucraniana y los estruendos de las explosiones cuando fueron repelidos por los sistemas de defensa antiaérea.
Un portavoz de la aviación ucraniana afirmó que este bombardeo fue el mayor ataque aéreo contra Ucrania desde el inicio de la guerra en febrero de 2022.
Timur, un residente de Kiev relató que nunca experimentó un ataque tan intenso. “Nunca había ocurrido nada parecido a este ataque. Hubo tantas explosiones”, contó.
El presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, afirmó que las alertas antiaéreas comenzaron a sonar en todo el país cuando se anunció la llamada entre los mandatarios ruso y estadounidense.
“Una vez más, Rusia demuestra que no tiene intenciones de terminar con la guerra y con el terror”, declaró Zelenski.
Para Zelenski, esto es una prueba de que “sin una presión a gran escala, Rusia no va a cambiar su comportamiento estúpido y destructivo”.
El mandatario reportó que 23 personas fueron heridas en la andanada de bombardeos y el ejército afirmó que Rusia lanzó 539 drones y 11 misiles. De ese total, fueron derribados 478.
Los ataques nocturnos de Rusia se han intensificado en las últimas semanas. Según un conteo de AFP, Moscú lanzó un número récord de drones y misiles contra Ucrania en junio, coincidiendo con el estancamiento de las conversaciones de paz directas entre Kiev y Moscú.
“Putin está mostrando claramente su absoluta desconsideración con Estados Unidos y con cualquiera que pida terminar la guerra”, declaró el canciller ucraniano, Andrii Sibiga.
En Kiev, decenas de personas se refugiaron en las estaciones de metro. “Pasamos todas las noches aquí, conocemos a los empleados y a la gente que viene”, relató Yulia Golovnina, una mujer de 47 años.
Este recrudecimiento de los ataques genera preocupación después de que Estados Unidos anunciara esta semana que suspenderá el envío de cierto armamento a Ucrania, un apoyo que es crucial para repeler los bombardeos.
El tono adoptado por Trump después de la llamada con Putin fue inusualmente sombrío.
En los cinco intercambios anteriores con el presidente ruso desde su retorno a la Casa Blanca en enero, Trump se mostró optimista y reportó avances para llegar a un acuerdo.
En cambio, el jueves el mandatario estadounidense dejó entrever su creciente frustración.
Ucrania también intensificó sus ataques con drones en Rusia, donde una mujer murió al estrellarse un dron contra un edificio de apartamentos, según informó el gobernador en funciones de la región.
Pese a los ataques, Rusia y Ucrania anunciaron este viernes que procedieron a un nuevo canje de prisioneros de guerra, como parte de un acuerdo alcanzado a inicios de junio en un diálogo indirecto en Estambul.
La ley aprobada en el Congreso, que será promulgada este viernes por el presidente, incluye cambios radicales en los impuestos, la seguridad social y más.
El Congreso de Estados Unidos aprobó el extenso proyecto de ley de impuestos y gastos de Donald Trump, lo que representa una victoria significativa y reñida para el presidente y su agenda nacional.
Tras una ardua sesión en el Capitolio, la Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley por 218 votos a favor y 214 en contra este jueves por la tarde. El martes, el proyecto fue aprobado en el Senado por un solo voto.
Trump había dado al Congreso, controlado por los republicanos, hasta el 4 de julio para enviarle la versión final del proyecto de ley y así promulgarlo, algo que hará este viernes en una ceremonia especial.
La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que el proyecto de ley podría añadir US$3,3 billones al déficit federal en los próximos 10 años y dejar a millones de personas sin cobertura sanitaria, una previsión que la Casa Blanca cuestiona.
La legislación genera ahorros mediante recortes a las prestaciones publicas para alimentación y sanidad, y la reducción de las exenciones fiscales para proyectos de energía limpia.
Además, cumple dos de las principales promesas de campaña de Trump: hacer permanentes sus recortes de impuestos de 2017 y eliminar los impuestos sobre las propinas, las horas extras y los beneficiarios de la Seguridad Social, con un coste de US$4,5 billones en 10 años.
Se destinarán unos US$150.000 millones a seguridad fronteriza, centros de detención y agentes de inmigración. Otros US$150.000 millones se destinarán a gasto militar, incluyendo el programa de defensa antimisiles “cúpula dorada” del presidente.
Los demócratas, que habían recurrido a maniobras procesales para retrasar la votación en la Cámara de Representantes, criticaron duramente el proyecto de ley final.
Lo describieron como una medida que priva a millones de estadounidenses de la atención médica y los subsidios alimentarios, a la vez que otorgaba recortes de impuestos a los ricos.
A continuación, te presentamos algunos de los puntos clave de la polémica ley.
En su primer mandato, Trump firmó la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos, que bajó los tributos a corporaciones y personas de la mayoría de los niveles de ingresos.
Trump había promocionado la ley como una norma que estimularía el crecimiento económico, pero expertos argumentan que ha beneficiado más a los estadounidenses adinerados.
Disposiciones clave de esa ley vencerán en diciembre, pero el extenso proyecto de ley presupuestaria votado este jueves hará que esas reducciones de impuestos sean permanentes.
Para ayudar a financiar los recortes de impuestos en otras áreas, los republicanos han añadido restricciones y requisitos adicionales a Medicaid, el programa de salud del que dependen millones de estadounidenses con discapacidades y bajos ingresos.
Los cambios a Medicaid, uno de los componentes más importantes del gasto federal, han sido una fuente importante de conflicto.
Uno de los cambios son los nuevos requisitos laborales para adultos sin hijos y sin discapacidades.
Para calificar, a partir de diciembre de 2026 deberán trabajar al menos 80 horas al mes.
Otro cambio propuesto al programa es exigir que la reinscripción a Medicaid pase de ser anual a semestral.
Los inscritos también tendrán que proporcionar verificaciones adicionales de ingresos y residencia.
La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que casi 12 millones de estadounidenses podrían perder su cobertura médica para finales de la próxima década como resultado de los cambios propuestos.
En la campaña electoral, Trump prometió eliminar los impuestos sobre las prestaciones del Seguro Social: pagos por jubilaciones o pensiones para personas con discapacidad.
El proyecto de ley no cumple esa promesa, pero sí aumenta temporalmente la deducción estándar hasta en US$6.000 anuales para algunas personas mayores de 65 años. Esta deducción estaría vigente entre 2025 y 2028.
No podrán beneficiarse las personas mayores con ingresos más bajos que ya no pagan impuestos sobre el Seguro Social, quienes optan por solicitar sus beneficios antes de cumplir los 65 años y quienes superan un umbral de ingresos definido.
También se han incorporado reformas al Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés), utilizado por más de 40 millones de estadounidenses de bajos ingresos.
El proyecto de ley exige que los estados contribuyan más al programa, que actualmente está financiado en su totalidad por el gobierno federal.
El gobierno seguirá financiando íntegramente las prestaciones para los estados con una tasa de error en los pagos inferior al 6%, pero los estados con tasas de error más altas asumirán entre el 5% y el 15% de los costos del programa.
El cambio entrará en vigor en 2028.
El proyecto de ley también añade requisitos de trabajo para los afiliados al programa SNAP sin discapacidades que no tengan dependientes.
La disposición de “sin impuestos sobre las propinas” del proyecto de ley fue una de las promesas de campaña de Trump.
La versión final del proyecto de ley permitirá a los trabajadores deducirse hasta US$25.000 en propinas y hasta US$12.500 (US$25.000 en el caso de una declaración conjunta) en horas extras, pero estas deducciones son temporales y terminan el 31 de diciembre de 2028.
Una de las divisiones más notables entre los republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado era la propuesta del Senado de exenciones fiscales para energías limpias.
Aunque ambos pedían el fin de los créditos fiscales federales para energías limpias de la era Biden, los republicanos del Senado aprobaron una eliminación gradual.
Por ejemplo, el Senado ha ampliado el plazo para que las empresas que construyen parques eólicos y solares sigan beneficiándose de los créditos fiscales.
Sin embargo, tanto la versión de la Cámara baja como la del Senado buscaron denegar los créditos a empresas cuyas cadenas de suministro puedan tener vínculos con una “entidad extranjera preocupante”, como China.
Las empresas que comiencen la construcción este año podrían calificar para la exención fiscal completa. Esta se reduce al 60% si comienzan la construcción en 2026 y al 20% si comienzan en 2027. El crédito desaparecería en 2028.
Ahora que el proyecto de ley ha sido aprobado por la Cámara de Representantes, su siguiente paso es pasar por el despacho del presidente para su promulgación oficial.
La Casa Blanca afirma que el presidente Trump lo firmará en una ceremonia el 4 de julio a las 17:00 hora local (21:00 GMT).
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reaccionó a la aprobación del proyecto de ley con un mensaje breve en redes sociales: “¡VICTORIA!”, escribió, junto a una imagen de la bandera estadounidense.
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