El régimen de excepción en El Salvador, instaurado por el presidente Nayib Bukele desde marzo de 2022, ha dejado hasta ahora al menos 72 mil detenciones arbitrarias y 185 muertes ocurridas bajo la custodia del Estado, de acuerdo con los casos documentados por la asociación salvadoreña Cristosal.
Esto se da en un contexto en el que el estado de excepción ha dejado de ser una norma temporal para convertirse en una forma de gobernar permanente, y en la principal herramienta de seguridad del gobierno salvadoreño, acusaron el director ejecutivo y el abogado de la organización, que están en México para presentar la actualización de las estadísticas del informe “Un año bajo el régimen de excepción”.
La Asamblea Legislativa del país centroamericano ha aprobado ya 17 prórrogas a los decretos que determinan el régimen de excepción, mediante el que se suspende el derecho a recibir información sobre los motivos de las detenciones, así como los de no ser obligado a declarar y tener acceso inmediato a una defensa técnica.
Hoy, de facto, hay una suspensión permanente de esos derechos y garantías, así como del de presunción de inocencia y el de inviolabilidad de la morada.
Esta medida, acusa Cristosal, está basada en la represión y ha derivado en capturas masivas sin investigación previa, así como violación sistemática y continua de los derechos fundamentales de las personas detenidas y sus familias.
“La aplicación de este régimen ha sido acompañada de una intensa campaña publicitaria extendida a nivel nacional e internacional que promueve la imagen del presidente Nayib Bukele a partir de la denominada ‘guerra contra las pandillas’, el supuesto desmontaje de estas estructuras y la disminución de los homicidios en el país”, señala la agrupación.
De acuerdo con David Morales, abogado de Cristosal, este supuesto no es verídico, pues no existe realmente una política de seguridad que explique una disminución de homicidios con el éxito sobre grupos delictivos. Al contrario, existe la presunción –documentada por investigaciones periodísticas en El Salvador– de que altos funcionarios de la administración de Bukele han negociado con liderazgos de pandillas.
Mientras tanto, el otro punto fuerte de la actual administración salvadoreña es su política comunicacional, que, con cargo al erario, consiste en la máxima publicidad del régimen no sólo mediante la captación de medios tradicionales, sino con la creación de nuevos medios totalmente afines al gobierno. A ello se suma, denunciaron, una estructura informal de cuentas de redes sociales que reaccionan con ataques masivos ante cualquier oposición o cuestionamiento al régimen de Bukele.
Las decenas de miles de detenciones arbitrarias que ha contabilizado y documentado Cristosal a 18 meses del régimen de excepción en El Salvador muchas veces son resultado únicamente de poseer tatuajes –incluso si son artísticos–, vivir en zonas asediadas por pandillas, o incluso derivadas de llamadas anónimas de denuncia.
Además, las prácticas de tortura sistemática al interior de centros de reclusión son igualmente una constante. Mientras que apenas en marzo de este año, Cristosal documentaba 139 muertes bajo la custodia del Estado, para este septiembre ya han crecido a 185. La mayoría son personas jóvenes –entre 38 y 48– y pertenecientes a poblaciones en pobreza, comerciantes, agricultores, taxistas o albañiles.
Aunado a esto, Morales explicó que ni siquiera son los centros penitenciarios quienes avisan a la familia, sino que las funerarias han terminado haciendo esa labor. De acuerdo con lo documentado por Cristosal, muchas de estas personas han presentado laceraciones, hematomas, golpes, enfermedades de la piel y desnutrición.
En los centros de reclusión se han registrado hacinamientos de más de 250 personas en lugares destinados a 70. Esto apoyado abiertamente por un discurso de Bukele que privilegia malos tratos y el otorgamiento de menos alimento del necesario a internos, recordó Noah Bullock, director ejecutivo de Cristosal.
El régimen de excepción, denunciaron los activistas, ha terminado por ser una medida permanente gracias a la toma total del Estado que ha logrado Bukele mediante una purga judicial y fiscal, la cooptación de tribunales estratégicos, y una política de opacidad que ha neutralizado el acceso a la información pública, la cual ahora está totalmente reservada.
A esto se suma que todos los juicios del régimen de excepción han quedado bajo resguardo y son llevados –a partir de casos sin pruebas– por jueces con menos experiencia que expiden sentencias colectivas, es decir, agrupan varios casos para establecer condenas de 20 a 40 años. Esto aunado a detenciones indefinidas que pueden durar más de tres años.
Este sistema judicial paralelo está permitiendo que continúen los abusos, señalaron los activistas. Denunciaron, además, el peligro de que otros países de Centroamérica ya hayan dado señales de tener intenciones de replicar ese régimen.
Hoy, en El Salvador hay 112 mil personas privadas de la libertad, una cifra que supera por 22 mil a las 90 mil que se contabilizan, por ejemplo, en Venezuela, mientras que el país centroamericano tiene apenas una tercera parte de la población que hay en este último.
Los activistas denunciaron que además de la arbitrariedad y la cooptación del sistema de justicia, se han detectado patrones como familias que denunciaron detenciones arbitrarias solo para ver cómo los soldados regresaban y capturaban a otros integrantes, o personas que han sido puestas en libertad, concluido el protocolo de salida y al final, esperadas por la policía en la puerta de los reclusorios para detenerlas de nuevo y procesarlas por organización terrorista.
La noche del viernes, a las 11:11, se registró un terremoto en Marruecos con consecuencias devastadoras.
Un terremoto de magnitud 6,8 sacudió el centro del país y por ahora se cuentan alrededor de 2.500 personas fallecidas en una decena de provincias, y el número de heridos ha ascendido a más de 2.420.
El epicentro se situó 71 kilómetros al sur de Marrakech, una ciudad muy turística y uno de los centros económicos de Marruecos, a una profundidad de 18,5 kilómetros, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Unos 20 minutos después hubo una réplica de magnitud 4,9.
Se trata de uno de los mayores terremotos de la historia de Marruecos, al menos desde 1.900, según registra el USGS. El anterior con dimensiones similares fue el 24 de febrero de 2004, de magnitud 6,4.
El más mortífero se registró el 29 de febrero de 1960 en la ciduad de Agadir y aunque su magnitud fue de 5,8, dejó más de 12.000 víctimas.
El epicentro del terremoto estuvo en las montañas del Atlas, una zona escasamente poblada. Pueblos enteros de la zona quedaron arrasados y familias enteras atrapadas bajo los escombros.
Podrían pasar muchos días antes de que sepamos exactamente la magnitud de esta gran catástrofe.
Se han reportado grandes dificultades para llegar a esas aldeas remotas de las montañas del Atlas, señala Mohamed Taha, periodista del servicio árabe de la BBC.
“Podrían pasar días antes de que los rescatistas puedan acceder a esas comunidades, compuestas principalmente de edificaciones antiguas”.
A lo largo del fin de semana el ejército marroquí ha despejado una de las carreteras principales que conducen a las zonas más afectadas, lo que permite que llegue ayuda vital a la población.
Los hospitales de Marrakech han visto una afluencia de heridos y las autoridades han pedido a los residentes que donen sangre.
El rey de Marruecos Mohamed VI suspendió sus vacaciones en Francia y regresó a Rabat para presidir una reunión de emergencia del Gobierno y las fuerzas de seguridad.
El monarca fue informado de las medidas extraordinarias que se tomaron para hacer frente la emergencia, como “el reforzamiento de los medios y los equipos para acelerar las operaciones de salvamento y de evacuación de heridos”, el “aprovisionamiento en agua potable” y la distribución de “kits alimentarios, tiendas y mantas” a los siniestrados”.
Se decretaron 3 días de luto nacional.
Muchas de las víctimas se encontraban en las provincias y municipios de Al Haouz, Marrakech, Ouarzazate, Azilal, Chichaoua y Taroudant, en el centro y sur del país, dijeron previamente las autoridades.
Pero el terremoto no solo se ha sentido en Marruecos.
Tanto en el país vecino, Argelia, en la frontera este, como en las Islas Canarias, al frente de la costa de Marruecos, sintieron el temblor. También en algunas partes de Andalucía, concretamente en la zona occidental de la región del sur de España.
“Sentimos un violento temblor y me di cuenta de que era un terremoto. Vi los edificios moverse”, contó Abdelhak El Amranim, de 33 años y que vive en Marrakech, a la agencia AFP.
“Luego salí y había mucha gente allí. La gente estaba en estado de shock y pánico. Los niños lloraban y los padres estaban angustiados”.
Michael Bizet , un ciudadano francés con varias propiedades en el casco antiguo de Marrakech, le dijo a la agencia de noticias: “Pensé que mi cama se iba a volar. Salí a la calle medio desnudo e inmediatamente fui a ver mis riads (casas tradicionales marroquíes)”.
“Fue un caos total, una verdadera catástrofe, una locura”.
La periodista marroquí Aida Alami, quien creció en Marrakech y ha estado en contacto con sus padres, que se encuentran en esa ciudad, dice que el terremoto fue totalmente inesperado.
“No es un país donde la gente sabe qué hacer en caso de terremotos y simplemente salieron. Estaban realmente preocupados por las réplicas y no sabían qué hacer y nadie les decía qué hacer”, dijo a la BBC.
“Algunas de las imágenes impactantes que vimos esta mañana (son de) las antiguas murallas que rodean la ciudad vieja por las que han caminado todos los que han estado en Marrakech”.
“Y estamos viendo escombros y mucha destrucción en el interior. Estos son edificios muy antiguos, probablemente no estén construidos con la solidez suficiente”.
También hay informes de familias atrapadas bajo los escombros de sus casas y daños en partes de la Medina de Marrakech, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Los hospitales de la ciudad están atendiendo a los heridos y las autoridades han pedido a los residentes que donen sangre.
Los videos que llegan desde las zonas afectadas por el sismo muestran edificios colapsados y calles cubiertas de escombros.
Tras el terremoto los lugareños decidieron quedarse fuera de sus casas en la noche del sábado por si había réplicas.
El gobierno de la vecina Argelia, que rompió lazos con Marruecos hace dos años, informó que abriría su espacio aéreo para vuelos humanitarios a Marruecos,
España, por su parte, se ha ofrecido a enviar rescatistas, según dijo el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en delcaraciones a periodistas durante la cumbre del G20 en India.
“España ha ofrecido a Marruecos, si lo considera necesario, tanto sus capacidades de rescate, que en estos momentos son las más importantes, como su capacidad de reconstrucción una vez pasado este momento. Lo importante ahora mismo es salvar el mayor número de vidas posibles”, apuntó.
El presidente estadounidense, Joe Biden, expresó su solidaridad con las víctimas del terremoto y afirmó que Estados Unidos estaba “dispuesto a proporcionar toda la ayuda necesaria”.
Por su parte, el primer ministro Rishi Sunak dijo que “el Reino Unido está dispuesto a apoyar a nuestros amigos marroquíes”, según escribió en la red social X.
“Mis pensamientos están con todos los afectados por el terrible terremoto que azotó anoche Marruecos”, añadió.
Y en China, el presidente Xi Jinping envió un “mensaje de condolencia” a Marruecos, según dicen los medios estatales.
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