Luigi Mangione, acusado de asesinar a tiros al director ejecutivo de una importante empresa de seguros de salud en Nueva York, se declaró este lunes no culpable de los cargos que enfrenta ante la justicia del estado, incluido el de cometer el crimen como un acto “terrorista”.
“No culpable”, expresó ante el tribunal el hombre de 26 años, que entró en la sala del tribunal de Manhattan esposado y escoltado por varios policías, constató un corresponsal de la AFP.
Mangione está acusado de asesinar al director ejecutivo de UnitedHealthcare, Brian Thompson, en una calle de Manhattan el 4 de diciembre, y enfrenta tanto cargos a nivel federal como del estado de Nueva York.
La semana pasada ya había comparecido ante un tribunal federal.
El acusado, diplomado en ingeniería y proveniente de una familia acomodada de la ciudad portuaria de Baltimore, llegó exhibiendo una actitud calmada y vistiendo una camisa blanca y suéter bordó.
Si es condenado por la justicia del estado, podría recibir pena de cadena perpetua sin libertad condicional. Pero por los cargos a nivel federal, técnicamente podría ser sentenciado a la pena de muerte.
Karen Friedman Agnifilo, abogada de Mangione, pidió aclaraciones sobre cómo funcionarían en simultáneo las acusaciones de esos dos ámbitos judiciales y calificó la situación de “muy inusual”.
En la justicia del estado de Nueva York, Luigi Mangione fue acusado por un gran jurado (un panel de ciudadanos con poderes de investigación) de 11 cargos, incluido el asesinato perpetrado como un acto “terrorista”.
Mangione fue detenido en el estado de Pensilvania el 9 de diciembre, tras varios días de búsqueda policial y fue trasladado a Nueva York para responder ante la justicia.
Según el Departamento de Justicia, Mangione viajó a la ciudad de Nueva York desde Atlanta en autobús unos 10 días antes del crimen.
Se registró en un hostal de Manhattan con una identificación falsa y se cree que luego hizo un reconocimiento de las cercanías del hotel donde se quedaba Thompson, así como del lugar donde se organizaba la conferencia en la que participaba el alto ejecutivo.
La mañana del 4 de diciembre, se estima que Mangione siguió a Thompson, se le acercó por detrás y le disparó varias veces con un silenciador, según el Departamento de Justicia. Después, huyó de la escena del crimen en bicicleta.
Cinco días más tarde, Mangione fue reconocido en un local de comida rápida de la pequeña ciudad de Altoona, a unos 500 km al oeste de Nueva York y poco después fue detenido por la policía local. Agentes del FBI fueron a esa localidad rural para interrogarlo y trasladarlo para responder ante la justicia neoyorquina.
Muchas pruebas recabadas por los investigadores involucran a Mangione: sus huellas dactilares fueron encontradas cerca de la escena del crimen, además de casquillos de un kit de armas, incluidos algunos elementos fabricados con una impresora 3D, que se le confiscaron.
Entre sus pertenencias, la policía también encontró un manuscrito de tres páginas dirigido contra el sector de los seguros de salud.
El asesinato de Thompson precisamente puso de manifiesto la profunda frustración de gran parte de los ciudadanos en Estados Unidos con el lucrativo sistema de seguros y atención médica. Muchos acusan a estas empresas de privilegiar las ganancias sobre el cuidado de los pacientes.
Muchos usuarios de las redes sociales se refirieron a Mangione, de brillante pasado estudiantil, como un héroe y criticaron duramente a las empresas de seguros médicos. Esto ha generado cierta preocupación en las autoridades por la posibilidad de que otras personas puedan cometer actos similares.
Tras un intento fallido de votación la semana pasada, el Parlamento logró los votos necesarios para la acusación y Yoon Suk-yeol será suspendido inmediatamente de su cargo.
El Parlamento de Corea del Sur ha votado a favor de iniciar un proceso de impeachment para destituir al presidente del país Yoon Suk Yeol.
La medida viene después de que el pasado 3 de diciembre el presidente declarara la ley marcial en el país democrático por primera vez en 40 años.
La drástica medida de Yoon, anunciada en un programa de televisión nocturno, mencionaba a “fuerzas antiestatales” y la amenaza de Corea del Norte. Pero pronto quedó claro que no había sido impulsada por amenazas externas, sino por sus propios y desesperados problemas políticos.
La decisión provocó protestas masivas en el país y Yoon Suk Yeol tuvo que retractarse y retirar la ley marcial.
Los diputados de oposición se organizaron rápidamente para impulsar un impeachment, es decir, una acusación en su contra.
Tras un intento fallido de votación la semana pasada, este sábado el Parlamento logró los votos necesarios para la acusación. Esto significa que Yoon será suspendido inmediatamente de su cargo y el primer ministro pasará a ser presidente interino.
Participaron los 300 legisladores, con 204 votos a favor, 85 en contra, tres abstenciones y cuatro votos nulos.
Al poco de saberse el resultado, Yoon emitió un comunicado.
“Estoy deteniendo temporalmente mi viaje”, dijo el presidente.
“Aunque me detenga por ahora, el viaje hacia el futuro que he recorrido durante los últimos dos años y medio nunca debe detenerse. Nunca me rendiré. Tomaré en serio sus críticas, elogios y apoyo y haré lo mejor que pueda por el país hasta el final”, añadió.
Aún así, el proceso de destitución podría durar semanas, ya que todavía debe celebrarse un juicio ante el Tribunal Constitucional. Si seis de los nueve miembros del consejo votan a favor de mantener el impeachment, sólo entonces se destituirá al presidente.
En este escenario, se convocarán elecciones para elegir al próximo presidente dentro de los 60 días siguientes a la sentencia.
Según el presidente del Parlamento, Woo Won-shik, los poderes y deberes presidenciales de Yoon quedarán suspendidos después de que se le entreguen a él y al Tribunal Constitucional copias de un documento sobre el impeachment.
Y, en ese momento, será el primer ministro Han Duck-soo asumirá el cargo de presidente interino.
Sin embargo, incluso después de que se suspendan sus poderes, Yoon permanecerá en el cargo hasta que el Tribunal Constitucional decida si mantiene su impeachment.
En el momento en que se anunciaron los resultados, estallaron vítores en el Partido Demócrata, mientras que los miembros del partido gobernante abandonaron silenciosamente la cámara. Durante el recuento de votos, se vio a algunos legisladores del partido gobernante juntando sus manos en oración.
“Esperamos que el fin de año sea un poco más feliz y que se puedan reanudar todas las celebraciones que se habían cancelado”, dijo el presidente del Parlamento, Woo Won-shik, tras anunciar los resultados.
“El futuro de la República de Corea y nuestra esperanza están en manos del pueblo, nuestra esperanza es fuerte. Muchas gracias”, dijo al finalizar la sesión.
La semana pasada, cuando el Parlamento no logró reunir los votos necesarios para sacar adelante esta moción, miles de surcoreanos salieron a las calles de Seúl para exigir la renuncia del presidente del país después.
El ambiente este sábado a las puertas del Parlamento era distinto.
La respuesta inmediata de la gente al conocer el resultado de la votación fue de alegría inmediata, según cuenta Leehyun Choi, reportando desde Seúl.
La gente empezó a cantar y encender fuegos artificiales.
“La canción Into the New World del grupo de K-pop Girls’ Generation vuelve a sonar a todo volumen en las puertas de la Asamblea Nacional. La misma canción se escuchó aquí antes, antes de la votación del impeachment”, narra Choi.
En cambio, al otro lado de la ciudad, en la plaza Gwanghwamun, en una manifestación a favor de Yoon, los partidarios del presidente se mantuvieron en silencio tras conocerse la noticia.
Son Bang-gle, una manifestante de unos 30 años, dijo que se había unido a la manifestación porque sabía que se sentiría aún peor si estaba sola en el momento de enterarse del resultado. Estaba llorando y dijo que estaba preocupada por el país.
La aprobación de la moción de impeachment “no es el fin de la agitación política de Corea del Sur”, según contó a la BBC Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha de Seúl.
“Ni siquiera es el principio del fin, que en última instancia implicará la elección de un nuevo presidente”, afirmó.
El tribunal constitucional tiene ahora hasta 180 días para decidir si el presidente Yoon debe ser destituido o reinstaurado. Si decide destituirlo, se deben convocar elecciones para el próximo presidente dentro de los 60 días siguientes a la sentencia.
El líder del principal partido de la oposición, el Partido Democrático, Lee Jae-myung, que perdió por un estrecho margen frente a Yoon en 2022, es el favorito para ganar las elecciones para reemplazarlo. Pero Lee también corre peligro legal, señaló el profesor Easley.
Lee tiene una condena en apelación y varias otras sentencias pendientes que podrían descalificarlo para el máximo cargo.
“Por lo tanto, antes de la carrera final en las urnas, habrá una carrera en los tribunales”, afirmó.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.