Israel anunció este domingo la suspensión del ingreso de ayuda humanitaria en Gaza, una decisión que Hamás denunció como una violación del estancado acuerdo de alto el fuego en el territorio palestino, donde el Ministerio de Salud informó de mortales ataques israelíes.
Tras el vencimiento de la primera fase de la tregua, que entró en vigor el 19 de enero tras ser negociada por mediación de Catar con la ayuda de Egipto y Estados Unidos, Israel y el movimiento islamista palestino no logran ponerse de acuerdo sobre la siguiente etapa del proceso.
Israel indicó que había aceptado una propuesta de último minuto presentada por el enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, que prevé una extensión de la tregua durante la fiesta musulmana del Ramadán y hasta la Pascua judía, es decir hasta mediados de abril.
Según Israel, la propuesta prevé también durante este periodo la liberación de todos los rehenes aún cautivos en Gaza en dos etapas, la segunda de las cuales está condicionada a un acuerdo de alto el fuego permanente aún por negociar.
Hamás rechazó esta propuesta y exige que se aplique la segunda fase prevista en el acuerdo inicial de tregua, estimando que el compromiso estadounidense equivale a que Israel “reniegue de los acuerdos que firmó”.
“Frente a este rechazo de Hamás de aceptar el marco (propuesto por Witkoff) para continuar las negociaciones”, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu “decidió que, desde esta mañana, se suspende cualquier entrada de mercancías y suministros en la Franja de Gaza”, indicó su oficina en un comunicado.
“Israel no aceptará un alto al fuego sin liberación de nuestros rehenes”, añade el texto, y “si Hamás persiste en su rechazo, habrá otras consecuencias”.
Hamás denunció inmediatamente la decisión como “un chantaje barato, un crimen de guerra y un golpe descarado contra el acuerdo” de tregua.
El movimiento palestino, en el poder en Gaza desde 2007, pidió a “los mediadores y a la comunidad internacional (que) presionen” a Israel para que “ponga fin a sus medidas punitivas e inmorales contra más de dos millones de personas en la Franja de Gaza”, asolada después de 15 meses de guerra, iniciada por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel.
El acuerdo inicial de alto el fuego comprende tres fases de una duración de 42 días cada una.
Durante la primera fase, que estuvo al borde del colapso varias veces, Hamás liberó a 25 rehenes y devolvió los cadáveres de otros ocho a Israel, a cambio de la excarcelación de unos mil 800 presos palestinos.
La segunda fase, por ahora hipotética, prevé la liberación de los rehenes que quedan en Gaza, a cambio de varios cientos de presos palestinos, y el fin definitivo de la guerra.
La última etapa debe centrarse en la reconstrucción del territorio palestino.
El acuerdo inicial incluye una cláusula que prolonga automáticamente la primera fase mientras se negocia la segunda.
Hasta ahora, Hamás rechazó discutir sobre otra cosa que no sea la aplicación de la segunda fase, que prevé la retirada de las tropas israelíes de Gaza.
Pero Israel exige que la Franja sea desmilitarizada y Hamás eliminado. El movimiento islamista insiste, no obstante, en quedarse.
En este contexto de bloqueo, que hace temer que se reinicien las hostilidades, el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás anunció el domingo la muerte de cuatro personas “tras ataques israelíes en varias partes del territorio”.
El ejército israelí afirmó que había atacado a sospechosos que manipulaban un “artefacto explosivo” en el norte de Gaza, ante lo cual la Cruz Roja pidió que “no se escatimen esfuerzos” para mantener el alto al fuego.
El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 resultó en la muerte de mil 218 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP de datos oficiales. Ese día, 251 personas fueron secuestradas y trasladadas a la Franja de Gaza.
Israel “es responsable” de la suerte de los rehenes, afirmó Hamás el domingo, añadiendo presión al gobierno de Netanyahu.
La Yihad Islámica, movimiento aliado de Hamás en la guerra, también responsabilizó a Israel de “las consecuencias de sabotear” la tregua.
La campaña militar de represalia de Israel en Gaza dejó más de 48 mil muertos, según los datos del Ministerio de Salud del enclave, que la ONU considera fiables, y sumió a sus 2.4 millones de habitantes en una situación humanitaria desastrosa.
Las adopciones internacionales en Corea del Sur comenzaron en la década de 1950 con el pretexto de rescatar a los huérfanos de guerra; sin embargo, ante la alta demanda, organizaciones consideran que se creó una “industria” por lo que muchos menores llevados al exterior pudieron ser víctimas de desaparición forzada.
“Tienes un nuevo hermano, ¿verdad? Tu mamá dice que ya no te necesita porque ahora tiene un bebé. Así que, ven conmigo”.
Esas fueron las palabras que una mujer le dijo a Kyung-ha, de 6 años, mientras la pequeña jugaba frente a su casa en Corea del Sur. Kyung-ha siguió a la mujer hasta un tren y se quedó dormida. Cuando despertó, había llegado a la última estación. La mujer había desaparecido.
Perdida y confundida, Kyung-ha fue a una comisaría cercana y pidió ayuda para encontrar a su madre. En su lugar, la enviaron a un orfanato en la ciudad de Jecheon. Unos siete meses después, fue adoptada por una familia en Virginia, Estados Unidos.
Así fue como Shin Kyung-ha fue separada de su familia en 1975, desapareciendo de su hogar en la ciudad de Cheongju, en la provincia surcoreana de Chungcheongbuk-do.
Su madre, Han Tae-soon, quien ahora tiene 73 años, nunca pudo dormir en paz a causa de la desaparición de su hija. Visitaba comisarías a diario y llegó a viajar hasta tres horas de ida y tres de vuelta para repartir folletos y participar de programas de televisión y radio.
Han Tae-soon hacía todo lo posible por encontrar a su hija.
Tras 44 años de búsqueda, Han finalmente encontró en 2019 a su hija, que vivía en Estados Unidos, gracias a las pruebas de ADN y a la ayuda de 325Kamra, una organización que conecta a las personas adoptadas con sus familias biológicas.
Sin embargo, el reencuentro no fue del todo feliz.
“¿Por qué robarías a la hija de otra persona y la enviarías a Estados Unidos? Mi hija creía que la habían abandonado, sin saber que su madre la había buscado toda la vida. Mi salud está destrozada por haberla buscado durante 44 años, pero ¿quién me ha pedido disculpas por esos años? Nadie”, dice Han a BBC News Corea.
Pasaron cuatro décadas desde la desaparición de su hija hasta de que Han Tae-soon conoció la verdad de la adopción.
Esta historia no es exclusiva de Han.
Un informe publicado hace unos días por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Corea del Sur, una entidad independiente, reveló que muchos niños enviados en adopción a países como Estados Unidos, Dinamarca y Suecia entre las décadas de 1960 y 1990 sufrieron violaciones de derechos humanos en el proceso.
El informe reveló que sus identidades originales y su información familiar fueron distorsionadas o falsificadas, y que no se tomaron las medidas de protección adecuadas tras su envío al extranjero.
La comisión examinó los registros de adopción de 367 niños adoptados en 11 países y reconoció a 56 adoptados como víctimas de violaciones de los derechos humanos.
“Muchas familias han perdido a sus hijos debido a las adopciones ilegales en Corea del Sur en el exterior“, dice Cho Min-ho, representante de la Coalición por los Derechos del Niño, quien ayuda a las personas adoptadas en el exterior a encontrar sus raíces.
Cho asesoró a más de 100 familias afectadas por este problema.
Kim Do-hyun, director de Root House, un refugio para personas adoptadas en el exterior, califica este caso de “desaparición forzada” y responsabiliza al gobierno surcoreano.
“Los padres no perdieron a sus hijos. Sus hijos fueron desaparecidos de manera forzosa. Tanto los niños como los padres son víctimas”, declaró a la BBC.
Kim afirma que durante las décadas de 1970 y 1980, el gobierno surcoreano creó huérfanos para satisfacer la demanda de adopciones internacionales.
El director de Root House dice que los niños eran vendidos como mercancía en la industria de la adopción, mientras que los padres cargaban con la culpa de por vida por haber perdido a sus hijos.
Lee Kyung-eun, doctora en Derecho Internacional por la Universidad Nacional de Seúl, afirma: “Hasta que se implementó la Ley de Adopción Especial en 2012, el número de registros de huérfanos emitidos para niños abandonados era notablemente similar al número de niños adoptados internacionalmente”.
“Esto plantea interrogantes sobre si la adopción internacional fue realmente un proceso para encontrar hogares a los niños huérfanos que necesitaban familias o si fue la manera para crear huérfanos con fines de adopción internacional”, agrega.
El registro de huérfanos hace referencia a la creación de una identidad para un niño abandonado, en la que se le asigna un apellido y orígenes familiares sin ninguna información parental.
Noh Hye-ryeon, profesor honorario de la Universidad de Soongsil y antiguo miembro de Holt Children’s Services, la agencia de adopción más grande de Corea del Sur, especula con que “los niños fueron declarados huérfanos falsamente para facilitar el proceso de adopción, porque en ese momento era difícil enviar a niños con padres para su adopción”.
Sin embargo, Boo Cheong-ha, expresidente de la agencia Holt en la década de 1970, niega haber creado huérfanos ilegalmente para su adopción internacional.
“En la década de 1970, el 90% de los niños eran abandonados y los niños con padres no eran enviados para su adopción internacional”, afirma Boo.
Las adopciones internacionales en Corea del Sur comenzaron en la década de 1950 con el pretexto de rescatar a los huérfanos de guerra y a los hijos que los soldados extranjeros tuvieron con mujeres coreanas.
Con el rápido crecimiento económico de Corea del Sur, el número de niños enviados al extranjero para su adopción alcanzó su punto máximo en la década de 1980. Solo en 1985, más de 8.800 niños fueron adoptados internacionalmente, lo que representa aproximadamente 13 de cada 1.000 recién nacidos.
Las cifras muestran que, desde la década de 1950, Corea del Sur ha enviado más niños al extranjero para su adopción que cualquier otro país, con al menos 170.000 niños adoptados en el extranjero para 2022.
Según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de ese año, “más del 60% de los padres adoptivos recibieron información incorrecta sobre el significado y el impacto de la adopción”.
Estos padres en ningún momento dieron su consentimiento para la adopción y no abandonaron a sus hijos.
Tras la guerra de Corea, Corea del Sur era uno de los países más pobres del mundo y pocas familias estaban dispuestas a adoptar niños.
El gobierno surcoreano inició entonces un programa de adopción transnacional gestionado por agencias privadas, a las que se les otorgaron importantes poderes mediante leyes especiales de adopción.
Sin embargo, según el informe, existía una “falla sistémica en la supervisión y la gestión”, lo que condujo a numerosas omisiones por parte de estas agencias.
El informe señala que las agencias extranjeras exigían un número determinado de niños cada mes y que las agencias surcoreanas cumplían, “facilitando adopciones internacionales a gran escala con una mínima supervisión del proceso”.
Al no existir una regulación gubernamental sobre las tarifas, las agencias coreanas cobraban grandes cantidades y exigían “donaciones”, lo que convirtió las adopciones en una “industria con fines de lucro”.
Además, otras omisiones incluyen adopciones realizadas sin el debido consentimiento de las madres biológicas y una evaluación inadecuada de los padres adoptivos.
Las agencias también inventaron informes que presentaban a los niños como si hubieran sido abandonados y puestos en adopción, dándoles intencionalmente identidades falsas.
Debido a que muchos niños adoptados tenían identidades falsas en su documentación, ahora tienen dificultades para obtener información sobre sus familias biológicas y carecen de protección legal adecuada, según dice el informe.
La comisión ha recomendado al Estado que presente una disculpa oficial y cumpla con las normas internacionales sobre adopciones transnacionales.
Shin Pil-sik, investigadora de adopciones internacionales y estudios de la mujer en la Universidad de Seokyeong, dice que si bien el Estado creó los procedimientos institucionales para las adopciones internacionales, los gobiernos de aquella época permitieron que las agencias de adopción llevaran a cabo el proceso.
Shin afirma que esto ha dado lugar a una prolongada “relación de culpabilización” entre ambos.
“El gobierno era el capitán y las agencias de adopción remaban el bote”, sintetiza.
Shin explica que el gobierno de esa época intervino en las políticas de adopción internacional estableciendo cuotas sobre el número de niños que podían ser adoptados en el exterior cada año o suspendiendo por completo la adopción en ciertos países.
Sin embargo, esta participación en las políticas no se extendió a la supervisión y gestión de las prácticas ilegales de las agencias privadas, que eran las que gestionaban el proceso de adopción.
El Ministerio de Salud y Bienestar surcoreano respondió a la BBC News sobre los problemas del pasado vinculados a las adopciones internacionales y la responsabilidad del Estado: “Reconocemos profundamente el contexto histórico y social en el que se llevaron a cabo las adopciones internacionales y seguimos esforzándonos por fortalecer la responsabilidad del Estado en materia de adopción”.
Corea del Sur sigue siendo el único país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que continúa enviando niños para la adopción internacional.
En 2022, se ubicó como el tercer mayor exportador de niños a nivel mundial.
Según datos recopilados por el investigador Peter Selman, a pesar de que muchos países detuvieron las adopciones internacionales debido a la guerra de Ucrania, Corea del Sur envió el tercer mayor número de niños al extranjero, detrás de Colombia e India.
Han, quien encontró a su hija desaparecida después de 44 años, presentó una demanda contra el Estado el año pasado, lo que puso de manifiesto por primera vez el problema de la adopción ilegal de niños desaparecidos.
El Ministerio de Salud y Bienestar respondió: “Nos solidarizamos profundamente con quienes han estado separados de sus familias durante tanto tiempo y estamos profundamente consternados por su situación”.
Muchos de los adoptados siguen vivos hoy en día y la mayoría de ellos ha alcanzado la mediana edad.
“Muchos de los padres que se vieron obligados a dar a sus hijos en adopción aún no se han encontrado con ellos. Para estos padres, esta podría ser su última oportunidad. Para estos padres, esta podría ser su última oportunidad. Si no lo hacen ahora, podría ser demasiado tarde”, dice Han Bun-young, una de las personas adoptadas.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.
Utilizamos cookies propias y de terceros para personalizar y mejorar el uso y la experiencia de nuestros usuarios en nuestro sitio web.