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Biden pide no dañar las relaciones de Estados Unidos con México y Canadá con aranceles
Biden pide no dañar las relaciones de Estados Unidos con México y Canadá con aranceles
Joe Biden se posicionó sobre las amenazas de aranceles lanzadas por Trump contra México y Canadá | Foto: AFP
2 minutos de lectura

Biden pide no dañar las relaciones de Estados Unidos con México y Canadá con aranceles

El aún presidente de los Estados Unidos alertó por las amenazas de Trump sobre imponer aranceles altos a productos de México y Canadá.
28 de noviembre, 2024
Por: AFP
@AFP 

El presidente Joe Biden pidió este jueves que no se dañe la relación de Estados Unidos con sus socios comerciales México y Canadá, luego de que el próximo presidente de ese país, Donald Trump, amenazó con imponer aranceles de 25 % a los productos de exportación de esos dos países cuando llegue a la Casa Blanca.

Lee: Banxico considera “prematuro” hablar de implicaciones económicas en México ante amenaza de Trump de aranceles

“La última cosa que necesitamos hacer es comenzar a arruinar esas relaciones”, dijo Biden a reporteros cuando le preguntaron sobre los planes arancelarios de Trump.

“Espero que reconsidere, es algo contraproducente”, añadió el todavía presidente de los Estados Unidos, hasta enero, cuando Donald Trump tome el poder.

Trump va por 25 % de aranceles a México y Canadá

El lunes pasado, el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció que tiene la intención de imponer un arancel del 25 a los productos procedentes de México y Canadá por “sus ridículas fronteras abiertas”.

“Este arancel permanecerá en vigor hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los migrantes ilegales detengan esta invasión de nuestro país”, escribió Trump en su red Truth Social cuando faltan menos de dos meses para que asuma el cargo.

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Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos. Foto: AFP/Archivo

“El 20 de enero, como una de mis primeras órdenes ejecutivas, firmaré todos los documentos necesarios para cobrar a México y Canadá un arancel del 25% sobre todos los productos que entren en Estados Unidos y sus ridículas fronteras abiertas”, escribió.

Claudia Sheinbaum, presidenta de México, envió el martes una carta al magnate advirtiéndole que la migración y el consumo de drogas no se resuelven “con amenazas” y que si Estados Unidos impone aranceles, México tomaría una medida similar.

Pero este jueves, tras una llamada telefónica con Trump, descartó una “guerra arancelaria” con Estados Unidos.

“Es un tiro en el pie”: Ebrard

El aumento de aranceles del 25 % a productos mexicanos como lo propuso el presidente electo de EU, Donald Trump, representaría un “tiro en el pie” para las empresas estadounidenses y provocaría la pérdida de aproximadamente 400 mil empleos en ese país, principalmente de la industria automotriz y autopartes, advirtió el secretario de Economía mexicano, Marcelo Ebrard.

“Cuando dice el presidente voy a ponerle a México 25 % porque exporta demasiado a Estados Unidos, lo que está diciendo es que vamos a ponerles un impuesto a las empresas norteamericanas más importantes del mundo”, dijo Ebrard durante la conferencia de prensa matutina de este miércoles.

Durante la campaña, Trump presentó los aranceles como pilar de su política económica. La idea tiene como objetivo financiar un recorte de impuestos, incitar a las empresas a establecerse en Estados Unidos y usar los derechos aduaneros como moneda de cambio para futuras negociaciones comerciales.

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Imagen BBC
Varosha, la ciudad fantasma que estuvo abandonada desde la división de Chipre hace 50 años (y su reciente reapertura al turismo)
7 minutos de lectura

Despuntó como destino turístico internacional de primer nivel por más de una década hasta que el conflicto entre Grecia y Turquía la cambió para siempre.

17 de noviembre, 2024
Por: BBC News Mundo
0

De un lujoso destino turístico a una ciudad con un futuro incierto tras cinco décadas de abandono.

Varosha, suburbio de la localidad de Famagusta en el noreste de Chipre, tuvo su auge en la década de 1960 y la primera mitad de los años 1970.

Con sus hoteles de cinco estrellas, discotecas de primer nivel y más de dos kilómetros de playa bañada por el Mediterráneo, atraía a turistas y celebridades de todo el mundo, desde Elizabeth Taylor hasta Brigitte Bardot o Richard Burton.

Postal de Varosha
BBC
Las postales antiguas muestran cómo era este lugar antes de la división de Chipre.

Pero su destino cambió drásticamente en 1974, cuando la invasión turca de Chipre forzó a sus habitantes griegos-chipriotas a huir, dejando este territorio desierto y enjaulado en vallas militares.

Varosha quedó bajo el control del ejército turco como parte de un conflicto más amplio que dividió la isla en dos: al sur, la República de Chipre, reconocida internacionalmente y habitada en su mayoría por griegos-chipriotas; al norte, la República Turca del Norte de Chipre, un estado autoproclamado que solo reconoce Turquía.

Desde entonces, este enclave ha sido utilizado por ambas partes como una moneda de cambio en las complejas negociaciones que han intentado, sin éxito, reunificar el país.

Un paraíso cerrado por medio siglo

La invasión de Chipre por las tropas turcas en julio de 1974 obligó a sus 39.000 residentes, la amplia mayoría mayoría griegos-chipriotas, a huir en cuestión de horas.

Cuando esto ocurrió, Avghi Frangopoulou tenía 15 años y sus padres acababan de comprar dos apartamentos en la playa de Varosha, pero la guerra lo cambió todo de la noche a la mañana.

“Recuerdo que corría porque veía los aviones justo encima de mí”, comenta sobre los bombardeos turcos en una entrevista para el programa de radio Assignment, de la BBC.

Su familia, como otras miles, tuvo que dejar atrás todas sus pertenencias y huir para salvar sus vidas.

Tras tomar el control, el ejército turco cercó Varosha con una valla y la convirtió en una zona militar restringida, vacía e inaccesible para civiles, es decir, una “ciudad fantasma”.

Edificios en ruinas en Varosha
Getty Images
Los otrora concurridos edificios están vacíos y en su mayoría en ruinas.

Durante décadas, el destino de Varosha fue un asunto de negociación clave en los fallidos intentos de reunificar Chipre.

En 1984, la ONU adoptó la resolución 550, que declaraba que debía ser devuelta a sus legítimos propietarios, pero el gobierno turco-chipriota de facto no aceptó y la ciudad permaneció intacta, con sus casas, hoteles y tiendas vacías.

“No somos fantasmas, y nuestra ciudad no es una ciudad fantasma”, protesta Frangopoulou, quien, como muchos otros exresidentes, ha visitado Varosha en los últimos años tras su reapertura parcial en 2020.

El estado de abandono del lugar hace aún más dolorosos sus recuerdos. “No me gusta ver esto”, afirma sobre el deterioro de su barrio natal y el “turismo oscuro” que ha surgido en torno de él.

El “turismo oscuro” y la reapertura parcial

En 2020 Turquía decidió reabrir parcialmente al público este espacio.

El anuncio de su presidente, Recep Tayyip Erdogan, atrajo de inmediato a visitantes curiosos, convirtiendo al otrora destino de lujo en uno del llamado “turismo oscuro” que invita a lugares marcados por la tragedia, el abandono o el conflicto.

Los turistas que llegan a Varosha se enfrentan a una extraña combinación de belleza y decadencia.

Playa en Varosha
Getty Images
Pocos destinos turísticos ofrecen la posibilidad de bañarse en una playa junto a edificios en ruinas.

La playa está de nuevo abierta al público y en ella se observan bañistas disfrutando del mar y el sol rodeados de apartamentos en ruinas y hoteles destruidos, con ventanas rotas y fachadas corroídas por el paso del tiempo.

Muchos de los antiguos residentes no ven con buenos ojos esta transformación de su barrio en una especie de atracción turística.

“Conozco a la gente que vivió aquí. No pueden vender esto como un producto, como un pueblo fantasma”, comenta Avghi Frangopoulou, quien considera la reapertura como una forma de trivializar la tragedia de la invasión.

Mujer en bicicleta en Varosha
Getty Images
Muchos turistas vienen para pasear por una “ciudad fantasma”.

Parte de la comunidad internacional también ha condenado la decisión de Turquía de abrir Varosha sin un acuerdo previo con los grecochipriotas, lo que supone un paso más en la violación de la resolución 550 de la ONU.

Pero el barrio sigue recibiendo turistas y las autoridades turcochipriotas no parecen dispuestas a cambiar su postura.

La nostalgia de los antiguos habitantes

Para los antiguos residentes de Varosha, regresar a la ciudad tras casi 50 años de exilio es un intenso golpe emocional, ya que sus edificios ahora en ruinas les evocan recuerdos de una vida interrumpida de forma abrupta en 1974.

Avghi Frangopoulou ha vuelto varias veces desde que se abrió parcialmente en 2020.

“Mi casa está aquí”, dice, señalando la calle donde vivía, ahora cubierta de escombros.

Pese a la autorización de visitas turísticas, el barrio sigue bajo estricto control militar y muchas zonas permanecen inaccesibles para los antiguos residentes.

“Solo quieres pasar por esa puerta y subir las escaleras, pero hay policías que te detienen, así que no te arriesgas”, asegura Frangopoulou.

Hotel en Varosha
Getty Images
Los antiguos residentes de la ciudad recuerdan con nostalgia sus calles y edificios.

El caso de Andreas Lordos es similar. Su familia construyó uno de los primeros hoteles en Varosha, el Golden Marianna, aún en pie aunque abandonado y cubierto de enredaderas.

“Mi padre construyó este hotel en 1967 cuando tenía 27 años. Era un hotel con piscina, algo nuevo en esa época. Estaba frente a mi colegio, así que durante el recreo íbamos a curiosear qué hacían los turistas”, relata, mientras observa lo que queda del edificio.

Confiesa que su sueño es restaurarlo y abrirlo de nuevo algún día.

Sin embargo, es difícil que los antiguos propietarios huidos hace 50 años puedan recuperar sus inmuebles.

Las autoridades turcochipriotas han instado a los antiguos dueños a que reclamen sus tierras, pero estos aseguran que en la práctica es casi imposible debido a que el proceso legal está plagado de obstáculos.

El gobierno chipriota, además, ve con desconfianza esta oferta al temer que ayude a legitimar la ocupación turca.

¿Un futuro compartido?

El futuro de Varosha está en el aire.

Muchos locales tienen la esperanza de que el barrio pueda ser restaurado y convertirse en un símbolo de la futura reunificación de Chipre, donde griegos y turcos chipriotas coexistan en paz.

“Nos volvimos como familias con algunos de los grecochipriotas, porque pensamos y actuamos de la misma manera: que todos somos los perdedores en este conflicto”, afirma Serdar Atai, un activista turcochipriota comprometido con la preservación del patrimonio cultural de la zona.

Playa de Varosha
Getty Images
Muchos habitantes de la región sueñan con la reapertura de Varosha como destino turístico y símbolo de la futura reunificación de Chipre.

Sin embargo, las tensiones políticas siguen siendo un gran obstáculo.

Atai lamenta que tanto las autoridades turcochipriotas como las grecochipriotas han torpedeado continuamente los intentos de un acuerdo de paz.

“Siempre acuerdan estar en desacuerdo desde el principio”, ironiza, en referencia a las últimas cinco décadas plagadas de intentos fallidos.

Por otro lado, figuras políticas como Oguzhan Hasipoglu, miembro del parlamento turcochipriota, ven en Varosha un modo de reclamar la soberanía del norte de Chipre que la comunidad internacional rechaza.

“Perdimos la confianza en los grecochipriotas (…) Sus palabras son amables pero, a la hora de la verdad, no están dispuestos a compartir el gobierno ni la riqueza de esta isla con nosotros. Nos ven como una minoría”, sentencia.

Hasipoglu, quien cree inevitable la división de la isla en dos Estados, ansía ver renacer Varosha como un destino turístico de lujo bajo control turco.

Así, la incertidumbre sobre el futuro de Varosha persiste: ¿seguirá siendo un destino de “turismo oscuro” en ruinas, se convertirá en un nuevo y lujoso balneario del no reconocido Estado de Chipre del Norte, o será un puente hacia la reconciliación de una isla dividida?

Lo que es seguro es que el tiempo se agota poco a poco para los antiguos residentes que sueñan con regresar al barrio donde crecieron.

línea
BBC

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