Hace 97 años, en 1926, México dependía en gran medida de la agricultura y la producción de petróleo también se estaba convirtiendo en una fuente importante de ingresos. Culturalmente, florecían en la escena artística figuras como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Frida Kahlo. Las películas en las pantallas de los cines mexicanos eran mudas. Emilio “El Indio” Fernández debutaba como extra en la película Torrent, que tenía como protagonista a Greta Garbo.
En ese mismo año, comenzó a operar en México Coca-Cola y, desde entonces, es notable la huella económica que ha dejado y el impulso que tiene como plataforma de bienestar para las comunidades.
Actualmente, de la mano con empresas mexicanas que hoy conforman la Industria Mexicana de Coca-Cola, se han creado marcas 100% mexicanas que son un referente a nivel nacional e internacional. Su presencia en el país es de 56 plantas embotelladoras que abastecen a negocios en todo el territorio mexicano y, gracias a la operación de sus socios embotelladores, proveedores y aliados, producen anualmente un valor económico agregado de 17.2 mil millones de dólares, lo que equivale a una contribución del 1.3% del Producto Interno Bruto del país.
Este impacto económico se ve reflejado en toda una cadena de valor que alcanza a proveedores locales, quienes son los principales beneficiarios al recibir 6.1 mil millones de dólares por la adquisición de sus bienes y servicios. También, por cada dólar que los consumidores destinan para adquirir alguna de las bebidas de la compañía, 81 centavos se quedan como aporte a la economía de las familias mexicanas.
Además de los aportes a la economía del país, la Industria Mexicana de Coca-Cola se ha convertido en una fuente vital de empleo en México. Junto con sus socios embotelladores, genera más de 96,000 empleos directos y 757,000 indirectos en labores que se relacionan con alguna actividad de su cadena de producción, creando oportunidades para miles de familias mexicanas.
La sostenibilidad es el latido del corazón de la Industria Mexicana de Coca-Cola. Más allá de las cifras económicas, se encuentra un compromiso arraigado con el medio ambiente y las comunidades, desde el reciclaje hasta proyectos hídricos.
Con la idea de que el bienestar del negocio solo es posible si es acompañado del bienestar de las comunidades en las que opera, los criterios de ambiente, sustentabilidad y gobernanza se han convertido en el eje rector de su negocio.
Como compañía, se han planteado el propósito de ofrecer marcas hechas de manera sostenible y el enfoque no se queda solamente en el negocio, sino que la sustentabilidad y el nexo con las comunidades es parte de su operación diaria. En correspondencia con lo anterior, la Industria Mexicana de Coca-Cola se propuso la meta de recolectar y reciclar el equivalente al 100% de los envases que pone en el mercado a través de sus productos y abastecer de agua a 1 millón de mexicanos, para el 2030.
Gracias a este esfuerzo, se ha convertido en el principal reciclador PET grado alimenticio del país, con una capacidad de acopio de más de 100 mil toneladas al año. En materia de seguridad hídrica, a través de distintos programas emprendidos junto a habitantes de las comunidades, ha beneficiado ya a medio millón de personas.
Todo lo anterior es posible gracias a la colaboración y el esfuerzo conjunto con los socios embotelladores mexicanos y las organizaciones aliadas. Juntos, seguirán trabajando en proyectos colaborativos que generen un impacto positivo y duradero en las comunidades.
Nota del editor: Esta publicación se realiza con información hemerográfica y de la Industria Mexicana de Coca-Cola como parte de las alianzas estratégicas de Grupo Editorial Criterio