Desde el acceso a derechos hasta la violencia en espacios físicos y digitales, que implica muchas veces la disminución de oportunidades laborales y la condena a ciclos de pobreza, una instalación en Paseo de la Reforma pretende hacer conciencia de diversos tipos de agresiones este 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, pero sobre todo, de la acción y la resistencia de ellas mismas ante las omisiones del Estado.
La organización Mujeres Vivas, Mujeres Libres recuerda que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años viven al menos una situación de violencia de algún tipo, por lo que su propuesta de acción colectiva busca visibilizar sus distintas caras en la instalación “Florecemos ante el miedo”, a un costado de las “Alas de México” en Paseo de la Reforma este lunes 25 de noviembre.
La idea, detalla Angie Contreras, de la agrupación, surge como una respuesta de resistencia, pero también de sororidad entre mujeres. Más allá de la conmemoración del 25N, que visibiliza la violencia y marca el inicio de los 16 días de activismo, acciones y campañas que buscan hablar de diferentes tipos de violencias, es necesario –subraya– voltear a mirar la acción de las mujeres ante la falta de respuestas del Estado.
“Ante la falta de acciones específicas, concretas, planes, proyectos, programas que realice el Estado, somos nosotras quienes realizamos acciones para cuidarnos entre nosotras, con nuestras redes de apoyo, nuestras amigas, las estrategias de seguridad que hacemos entre nosotras, y esa es una forma de resistir ante el miedo”, sostiene.
La intención es invitar a todas a compartir en un espacio de creación los temores que nacen de la violencia de género y florecer juntas, lo que da nombre a la instalación. “Resistir ante el miedo” es también, señala la activista, cómo seguimos viviendo, accionando, tomando las calles, trabajando, acompañando, disfrutando y ejerciendo nuestros derechos.
“Esa también es una forma de resistencia, porque este mundo, este sistema, nos quiere calladas, tímidas, nos quiere asustadas y una forma de resistir es también cómo hablamos de estos miedos”, añade Contreras. Al mismo tiempo, la instalación busca no perder de vista las distintas formas de violencia que siguen viviendo las mujeres y para las que no existe hasta ahora respuesta suficiente:
Feminicidios, que son su forma más extrema, y superan los 10 diarios; violencia sexual, que va desde las insinuaciones no deseadas, el abuso, el acoso cibernético, callejero, en centros educativos o de trabajo hasta actos sin consentimiento; la psicológica, que genera daños emocionales; o la económica, una forma de control que impide la autonomía financiera de las mujeres y coarta su capacidad para ganar, administrar y disponer de ingresos, y que últimadamente, provoca el aislamiento.
Por otro lado, la organización llama la atención respecto a que invisibilizar, gritar, controlar, manipular, silenciar y celar también son actos de violencia que muchas veces pasan desapercibidos porque se han normalizado, pero son inaceptables. Todo tipo de violencia, subrayan como uno de los mensajes principales este 25N, es dañino y cada acto suma a una espiral que debe detenerse.
“Las redes de mujeres salvan, y esta idea es un llamado a reconocer que el miedo no es una limitante, que el miedo no nos va a detener, y que tal vez, respetando los procesos de cada una, sabemos que al final, nos tenemos entre nosotras justo para accionar, y que al final son nuestras voces, nuestras acciones, nuestras decisiones, lo que nos va dando esta esperanza de cómo seguimos ante un mundo que nos quiere promover el miedo”, resalta Contreras.
Agrega que muchas veces las estrategias que se impulsan desde la autoridad parten de culpar a las mujeres por las acciones que precedieron a cualquier tipo de violencia, lo cual en el fondo es una forma de incentivar el miedo. Las acciones emprendidas en diversas ocasiones apuntan a que las propias mujeres cambien sus rutinas o acciones cotidianas para no ser violentadas.
“Queremos proyectar que sí tenemos que hablar de esto. Tenemos que hablar de las violencias, pero también de cómo nosotras resistimos ante esto, y que al final somos nosotras generando nuestras acciones, hablando, y que al final el miedo no nos va a detener, sino que nos lleva a tomar las calles, a organizarnos de forma individual, colectiva, con nuestras pares, con nuestras amigas, con nuestras compañeras del trabajo, pero nos lleva a accionar entre nosotras, y eso es lo importante”, destaca.
“Florecemos ante el miedo” también tendrá el objetivo de recordar este 25N que no existen víctimas perfectas, y aunque cada una pasa por procesos diferentes, puede hacerlo siempre acompañada.
Cuando una mujer vive agresiones, subraya la organización, las consecuencias son profundas y devastadoras, pues sus efectos físicos y psicológicos no impactan solo el presente, sino que dejan cicatrices a lo largo de la vida y limitan las oportunidades educativas, laborales y sociales, lo que conduce a sufrir en silencio.
Diversas estadísticas, que no han registrado descensos importantes, lo recuerdan y confirman: el 30% de las mujeres experimentará violencia a manos de su pareja en algún momento de la vida; a nivel global más de 650 millones de niñas son obligadas a contraer matrimonio, y solo en México, el 85% de las víctimas de trata son niñas y mujeres.
Aunado a ello, recuerda la agrupación, una herramienta útil como la tecnología ha traído beneficios, pero también ha llevado al espacio virtual ciertas violencias cuando se utiliza para vigilar, controlar o manipular la vida en línea de una mujer o tener acceso a la esfera íntima de una niña.
Contreras hace énfasis en que las violencias que, en particular, tienen que voltearse a ver con mucha fuerza en este 25N son precisamente aquellas que están viviendo las niñas y adolescentes, porque nadie debería tocarlas, y sin embargo, también se han documentado incrementos en las agresiones hacia ellas.
“Un mundo, un México que no está garantizándoles un espacio seguro, tendría que preocuparnos, pero también nos debería seguir preocupando que el hecho de no permitir nuestros derechos sexuales y reproductivos también es un tipo de violencia”, apunta la activista.
Uno de los temas centrales este 25N, en ese sentido, es el aborto, por el que se sigue cuestionando, castigando y penalizando las decisiones de las mujeres sobre sus cuerpos, lo cual igualmente representa un ejercicio de violencia, remarca Contreras.
“Aunque vamos avanzando, y aplaudimos a cada uno de los estados que están logrando la despenalización, también es decirles que no es solamente establecer un periodo de gestación permitido, sino que se necesita sacar por completo del código penal, porque se criminaliza de todos modos la decisión”, apunta.
Recientemente, la discusión en la Ciudad de México para aprobar una iniciativa que eliminaba de manera definitiva el aborto como delito del Código Penal –y se daría en el pleno del congreso local el 7 de noviembre– fue pospuesta, bajo el argumento de que se requería mayor consenso político y social, así como frenar la desinformación que se generó alrededor de la causa.
Organizaciones como el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) han destacado la relevancia de esta propuesta, basada en una exigencia largamente expresada, desde años atrás, por colectivos y organizaciones: 17 años después de la reforma que despenalizó parcialmente –hasta la semana 12– el aborto, esta nueva iniciativa implica abandonar el abordaje del tema desde el derecho penal para plantearlo como un derecho reconocido plenamente como servicio de salud, que deberá ser regulado por la normativa en esa materia.
Contreras apunta la necesidad de hablar al mismo tiempo de otras acciones, como educación, acompañamiento e información que se brinde desde diferentes instancias sin amenazas, miedo o violencia. Desde su perspectiva, son temas de los que hay que seguir hablando cuando se refiere la violencia hacia las mujeres, porque no basta con despenalizar si no existe una protección real, por ejemplo, para las niñas que viven violencia sexual.
“Este llamado es, y lo hacemos cada año, a que entre nosotras somos muy fuertes: esos espacios de escucha, de acompañamiento, un 25 más que tomamos las calles, los espacios, las redes sociales, los curules, para gritar que esta violencia no nos detiene, que al contrario, nos hace más fuertes porque una vez más salimos a exigir que vivas y libres nos queremos”, concluye.
La ciudad está invirtiendo millones de dólares en medidas de sostenibilidad en áreas que van desde la conservación del agua hasta la ampliación de la red de energía solar.
Las Vegas es famosa por sus luces brillantes, los excesos y el hedonismo. Pero el patio de recreo de Estados Unidos (o, para usar su apodo más conocido, la ciudad del pecado) se está volviendo verde. La ciudad ha invertido millones en impulsar iniciativas de sostenibilidad, que van desde medidas de conservación del agua y de gestión de residuos hasta la energía solar.
“El esfuerzo comenzó en serio en 2005”, dice Marco Velotta, quien trabaja como funcionario de sostenibilidad de la ciudad, “y se aceleró con la ley de recuperación en 2009”. La ley federal estableció objetivos para la energía renovable, la conservación del agua, el reciclaje y los edificios ecológicos.
“Con la ley de recuperación y la dirección del ayuntamiento, la ciudad pudo realizar una inversión inicial de US$75 millones en proyectos de sostenibilidad”, dice Velotta.
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A pesar de registrar un aumento dramático de su población, el consumo de agua en Las Vegas ha disminuido “significativamente”, dice.
Para 2030, se espera que el 50% de toda la electricidad de Nevada se genere a partir de recursos renovables.
En particular, la franja de Las Vegas ha redoblado sus esfuerzos para adoptar energías renovables. La mayoría de los complejos hoteleros han desarrollado iniciativas de sostenibilidad gracias a un programa de promoción que ofrecía la ciudad, con el cual se reducía en un 50% el impuesto sobre la propiedad durante diez años (el programa ya no está vigente).
Los complejos hoteleros también deben cumplir con el estándar estatal de obtener energía de fuentes renovables en un 40%. “La mayoría ha superado el 40%”, afirma Velotta.
“Las Vegas ha avanzado mucho en poco tiempo”. Al principio, los turistas también se sorprendieron por los esfuerzos de sostenibilidad de la ciudad. Sin embargo, desde que Las Vegas se ha convertido en líder en este ámbito, la sostenibilidad se ha convertido en parte de la historia general de la ciudad”.
Y aunque el progreso logrado por la calle principal de Las Vegas —conocida como The Strip-—pudiera parecer impresionante (el sector comercial de Las Vegas representa un tercio del consumo total de energía de Nevada), el área partió desde un “punto inicial relativamente bajo”, señala Steffen Lehmann, profesor de arquitectura y urbanismo en la Universidad de Las Vegas.
Añade, sin embargo, que “en particular, la zona está dando pasos adelante, con un esfuerzo concertado para mejorar la eficiencia energética de los hoteles del complejo turístico mediante la integración de la energía solar y el aumento de la luz natural”.
Las Vegas es la segunda ciudad de Estados Unidos en cuanto a capacidad solar per cápita, mientras que Honolulu, en Hawái, es la primera. “La ciudad del pecado podría llamarse la ciudad solar”, dice Lehmann. Y los resorts han estado aprovechando los 320 días de sol que recibe la ciudad cada año.
La empresa hotelera MGM Resorts International desarrolló su propio sistema solar de 100 megavatios, que proporciona energía a 11 de sus propiedades en Las Vegas, el equivalente necesario para abastecer a 27 mil hogares.
Pero ni siquiera esta cifra, más la cantidad de energía adicional que le compra a un proveedor solar, es suficiente para abastecer las 11 propiedades durante las 24 horas del día. La empresa tiene el objetivo de obtener toda su energía de fuentes renovables para 2030.
Las Vegas se encuentra en el desierto de Mojave, donde escasea el agua, lo que hace que la conservación del agua sea “primordial” en los esfuerzos de la cadena hotelera por hacer que sus operaciones sean sostenibles, dice Michael Gulich, vicepresidente de sostenibilidad ambiental de MGM Resorts International.
Lehmann afirma que, desde 2007, las propiedades hoteleras de MGM en Las Vegas han conservado 16 mil millones de galones de agua, gracias a políticas hídricas “agresivas”.
Estas incluyeron reemplazar el césped por plantas locales, instalar grifos que ahorran agua en todas las propiedades y reutilizar el agua de los acuarios y en la fuente del famoso hotel Bellagio.
“El uso general de agua per cápita [en Las Vegas] sigue siendo demasiado alto”, advierte Lehmann. “Había un desperdicio excesivo antes de que [los complejos hoteleros] comenzaran a conservar agua en 2007”.
En 2023, Resorts World Hotel anunció que había alcanzado un hito: funcionar completamente con fuentes de energía renovable, dos años después de su apertura. NV Energy suministra al complejo de 3.500 habitaciones energía renovable, derivada de plantas solares, geotérmicas y eólicas en Nevada.
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El director de sostenibilidad del hotel, Brandon Morrison, dice que durante la construcción, se rescataron 13.000 toneladas de acero de la estructura de un desarrollo que fue abandonado durante la crisis económica de 2008. La empresa invirtió más de US$1.000 millones en mejoras de eficiencia energética, añade.
“Aunque Resorts World presenta cifras de sostenibilidad impresionantes, se trata de una anomalía entre los hoteles de Las Vegas, muchos de los cuales tienen un rendimiento deficiente en términos de responsabilidad medioambiental”, afirma Lehmann.
Las importantes iniciativas de energía solar y ahorro de agua que están utilizando muchos complejos turísticos de Las Vegas son “pasos necesarios para una ciudad desértica en rápido crecimiento”, añade. “El Strip se ha convertido en un notable caso de estudio en el uso eficaz de la energía solar renovable y la conservación del agua”.
Esta ciudad, con su gran consumo de energía, tiene grandes retos por delante.
“Las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad son dos: el transporte, en particular los automóviles y camiones, y el uso excesivo del aire acondicionado”, afirma Lehmann. “Como ciudad joven en el desierto (con tan solo 119 años), Las Vegas debe trabajar con diligencia para ser ingeniosa y sostenible”.
Cada vez más complejos turísticos están desarrollando sus propios sistemas de energía solar, que incluyen sistemas de respaldo con baterías para que la energía solar pueda almacenarse y utilizarse cuando se ponga el sol.
Más del 97% del agua que se utiliza en Las Vegas se recicla, añade Lehmann, algo vital teniendo en cuenta el rápido agotamiento del río Colorado, del que la ciudad depende para obtener agua dulce.
“Es gratificante para nosotros observar que en un momento Las Vegas se consideraba una ciudad de desperdicios y excesos”, afirma Velotta. “Sin embargo, gracias a nuestros amplios esfuerzos en materia de sostenibilidad, ahora somos reconocidos como un líder mundial en sostenibilidad y compromiso medioambiental”.
Este artículo apareció en BBC Future. Puedes leer la versión original en inglés aquí.