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Llevan a la ONU 5 casos de niñas víctimas de maternidad forzada para buscar un precedente de acceso a la justicia
Llevan a la ONU 5 casos de niñas víctimas de maternidad forzada para buscar un precedente de acceso a la justicia
Diseño: Andrea Paredes / @driu.paredes
6 minutos de lectura

Llevan a la ONU 5 casos de niñas víctimas de maternidad forzada para buscar un precedente de acceso a la justicia

Norma, Fátima, Lucía, Susana y Camila, son niñas víctimas de maternidad forzada en América Latina cuyos casos fueron llevados juntos a la ONU para buscar un precedente que garantice acceso a la justicia y medidas para prevenir otros a futuro, también en México.
13 de septiembre, 2024
Por: Marcela Nochebuena

A los 13 años, Norma vivía con su papá y su hermano mayor porque su mamá se había ido con su padrastro. “Un día mi papá creo que tomó mucho, no sé, y comenzó como que a gritarme que todas las mujeres somos unas cualquiera, a usar palabras malas, y entonces fue cuando abusó sexualmente de mí”, relata en un testimonio grabado.

Al otro día, le advirtió que no le dijera nada a nadie. La amenazaba con hacerle daño a su hermano y a sí mismo, si ella hablaba. Por eso se quedó callada. “Mi hermano me preguntaba, pero yo no le contaba nunca; la verdad es que en ese instante me quería morir, no quería hacer nada, no sabía qué era lo que me estaba pasando”, señala.

Odiaba a la persona que la había dañado, pero al mismo tiempo tenía miedo de llevar a término un embarazo que llegó sorpresivamente, y del que no sabía siquiera cómo había ocurrido. Norma quería abortar, pero la doctora argumentó que era muy riesgoso. Cuando hizo la denuncia por el abuso, acompañada de su hermano, la policía incluso le preguntó si le había gustado o no. 

Lee | Violencia sexual: Niñas tienen que convertirse en madres porque les niegan la interrupción del embarazo

Pero no hicieron nada: su agresor siguió en las calles. El temor de ella creció. Finalmente, tuvo que dar a luz, en medio de violencia obstétrica por no querer que le hicieran un tacto. “Hay que buscar a las personas que más confianza les tenemos y a las que más confían en nosotras, y a ellas contarles lo que nos está pasando; a las niñas que ya no se callen, que el silencio ya se acabó”, aconseja Norma ahora. 

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Foto: facebook.com/NinasNoMadres

 

Su caso, ocurrido en Ecuador, junto con el de Fátima, de Guatemala; Lucía y Susana, de Nicaragua, y Camila, de Perú, llegaron al Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas entre 2019 y 2020 gracias a un litigio promovido por ocho organizaciones que impulsan el movimiento Son Niñas, No Madres. Ninguna de las sobrevivientes ha recibido reparación o justicia. Las asociaciones esperan que en noviembre el comité se pronuncie al respecto.

Con ello, la ONU podría dictaminar que los Estados señalados tengan la obligación de modificar su legislación sobre interrupción del embarazo, para que todas las niñas puedan acceder a él de forma segura y oportuna; regular este servicio en el sistema de salud y no en el penal; adoptar medidas para que el personal sanitario ofrezca suficiente información al respecto; impulsar que las niñas sean escuchadas; garantizar educación sexual integral; asegurar recursos judiciales efectivos, y tomar medidas para erradicar estereotipos de género y violencia obstétrica.

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Esto, de acuerdo con el Centro de Derechos Reproductivos, Planned Parenthood, Promsex, Surkuna, Mujeres Transformando al Mundo, el Observatorio de Salud Reproductiva de Guatemala, Clacai, Amnistía Internacional y GIRE –las organizaciones promoventes– sentaría un precedente en el acceso a la justicia para niñas embarazadas como resultado de violencia sexual para toda la región, donde 5 de cada 100 menores de 15 años se convierten en madres.

América Latina y El Caribe sigue siendo la región en el mundo con la segunda tasa más alta de embarazos en niñas de menos de 15 años, y es la única donde la tendencia va en aumento. Además, 8 de cada 10 violaciones de niñas y adolescentes en la región tienen por víctima a una niña de entre 10 y 14 años; el 90% se da en un contexto de violación reiterada. Aunado a ello, la mortalidad materna sigue siendo una de las principales causas de muerte entre jóvenes de entre 15 y 25 años; cuando son menores de 16, la probabilidad de morir es cuatro veces más alta.

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México y sus estadísticas de casos de maternidad forzada en niñas

En México, la estadística de maternidades forzadas en niñas menores de 15 años no es más alentadora. Durante 2022 ocurrieron 7 mil 255 registros de nacimientos que tenían como madre a una niña de entre 10 y 14 años, destacó Rebeca Ramos, directora ejecutiva de GIRE, durante el relanzamiento del movimiento Niñas No Madres previo a las resoluciones que se esperan de la ONU.

Sin embargo, el acceso al aborto de niñas menores de 15 años corresponde únicamente al 1.23% del total de abortos practicados. “En México en teoría el acceso al aborto por violencia sexual debería estar garantizado; hay diferentes regulaciones que establecen que toda institución de salud pública y no pública debe proporcionar a las víctimas de violencia sexual atención inmediata sin exigirles ninguna condición ni establecer ningún plazo”, recordó.

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Tanto en la Ley General de Víctimas, como en la Norma Oficial Mexicana 046, la violación sexual se cataloga como un servicio de urgencia médica. No obstante, destacó la activista, mujeres, niñas y personas con capacidad de gestar enfrentan todos los días diversas barreras para poder ejercer el derecho a la interrupción de un embarazo.

A ello se suman los altos índices de impunidad de los agresores, que Ramos calificó como desalentadores, lo que significa un panorama preocupante de desprotección para las niñas. “Es un imperativo moral poder hacer algo para cambiar ese panorama, para cambiar las vidas de esas niñas, y ahí fue donde emprendimos un proceso legal que esperamos genere condiciones reales de acceso a la justicia para cambiar el futuro de estas niñas”, añadió.

El proceso internacional

Catalina Martínez, vicepresidenta para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos, puntualizó que los casos seleccionados que se llevaron al Comité de Derechos Humanos de la ONU permiten ilustrar una problemática más grande, que se replica en toda la región.

“Lo revolucionario de este litigio estratégico es que incluimos cuatro casos que, si bien son peticiones individuales, los presentamos al mismo tiempo y los hemos ido llevando conjuntamente durante todas las etapas de litigio, de tal forma que ojalá, y es lo que estamos esperando, sean decididos al mismo tiempo, y salgan por primera vez y de manera muy histórica cuatro decisiones, que representan una problemática regional”, agregó.

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Foto: facebook.com/NinasNoMadres

 

Martínez subrayó que estos litigios tienen todo que ver con México, porque es un país que hace parte de los pactos internacionales y ha aceptado la competencia del Comité de Derechos Humanos para examinar, y si estos casos –como expuso GIRE– también están ocurriendo en México, a nuestro país le corresponde igualmente hacer cambios estructurales. 

Las organizaciones reiteraron que a pesar de ser un servicio esencial de salud, América Latina y el Carible contempla gran parte de las regulaciones restrictivas y prohibitivas de interrupción del embarazo. La falta de opciones, junto con los altos índices de violencia sexual en la región, son una manera de forzar a las niñas a la maternidad

Ante ello, el movimiento Niñas No Madres no solo busca justicia para los casos específicos, sino un precedente que orille a los Estados a regular el acceso al aborto; garantizar la vida digna, autonomía y no discriminación de las niñas, lo que incluye no obligarlas a llevar a término embarazos no deseados; asegurar educación sexual; considerar la maternidad forzada en niñas como una violación de la prohibición de tortura y tratos crueles, y lograr un antecedente histórico en jurisprudencia internacional. 

“Soñamos con que todas las niñas puedan vivir su infancia y completar sus estudios, sin tener que renunciar a sus sueños por un embarazo forzado. Queremos darles fin a los ciclos de violencia, exclusión y discriminación que generan los embarazos y maternidades forzadas en niñas”, reiteraron las organizaciones en su invitación a sumarse al movimiento www.ninasnomadres.org  

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Imagen BBC
Por qué el universo está creando menos estrellas (y qué dice eso sobre su futuro)
6 minutos de lectura

Los astrónomos han detectado señales de que nacen cada vez menos estrellas. Podría ser parte de un declive gradual del Universo y de todo lo que contiene. Pero ¿por qué? ¿Y cuánto deberíamos preocuparnos?

22 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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Nada dura para siempre, ni siquiera nuestro universo.

En las últimas dos décadas los astrónomos han ido notando pistas de que el cosmos tal vez ha pasado su mejor momento.

Una de esas señales es que menos estrellas han ido naciendo.

Ahora, eso no significa que el universo se está quedando sin estrellas. Hay estimaciones de que hay por lo menos un septimillón de ellas -eso es un número seguido de 24 ceros.

Pero los astrónomos creen que la producción de nuevas estrellas se está reduciendo.

Una estrella nace… y muere

El consenso científico actual es que el universo tiene una edad de 13.800 millones de años.

Las primeras estrellas se formaron poco después de que el Big Bang apareciera.

De hecho, el año anterior, el telescopio espacial James Webb halló un trío de estrellas en nuestra galaxia, la Vía Láctea, que se cree tienen una edad cercana a los 13.000 millones de años.

Las estrellas son esencialmente bolas gigantes de gas caliente que comenzaron su vida de la misma forma.

Ellas se forman en nubes enormes de polvo cósmico conocidas como nebulosas. La gravedad junta los gases, que eventualmente se calienta y se convierte en una estrella bebé, o como se le conoce, protoestrella.

Una pequeña silueta de una persona que lleva una linterna en la cabeza, mirando hacia un vasto cielo nocturno lleno de innumerables estrellas, con la galaxia de la Vía Láctea asomándose hacia arriba en el medio.
Anadolu via Getty Images
Las estrellas no solo han sido un objeto de fascinación para la humanidad, sino un factor clave dentro del universo.

A medida que el corazón de la estrella se calienta a millones de grados centígrados, los átomos de hidrógeno que están contenidos allí comienzan a agitarse para formar helio a través de un proceso llamado fusión nuclear. Esta reacción emite luz y calor y la estrella ahora está en una fase estable de “secuencia principal”.

Los astrónomos estiman que las estrellas en secuencia principal, incluido nuestro propio Sol, son aproximadamente el 90% de todas las estrellas del universo. El rango varía entre una décima parte hasta 200 veces la masa de nuestro Sol.

Eventualmente esas estrellas consumen su combustible y pueden tomar diferentes caminos en su manera de morir.

Estrellas con masas pequeñas como nuestro Sol entran en un proceso de desvanecimiento que puede durar miles de millones de años.

Para estrellas “hermanas” más grandes, con al menos ocho veces el tamaño del Sol, su final es más dramático: ellas se destruyen en una gran explosión conocida como supernova.

Un diagrama de flujo que ilustra el ciclo de vida de las estrellas: una nebulosa formadora de estrellas produce una protoestrella, que puede tomar uno de dos caminos; si se convierte en una estrella masiva, se convertirá en una supergigante roja, luego en una supernova que conduce a un agujero negro o una estrella de neutrones; si se convierte en una estrella similar al Sol, se convertirá en una gigante roja, luego en una nebulosa planetaria que conduce a una enana blanca.
BBC

Las viejas estrellas dominan

En 2013, un equipo internacional de astrónomos dedicados a estudiar las tendencias en la formación de estrellas afirmó que de todas las estrellas que iban a nacer en la historia del Universo, el 95% ya lo había hecho.

“Vivimos en un universo dominado por estrellas viejas”, dijo en ese momento el autor del estudio, David Sobral, en un artículo publicado en la revista Subaru Telescope.

En la línea del tiempo del universo, parece que su momento de mayor producción de estrellas ocurrió hace unos 10.000 millones de años, en un período conocido como el “Mediodía Cósmico”.

“Las galaxias convierten el gas en estrellas y lo están haciendo a una tasa decreciente”, explica el profesor Douglas Scott, cosmólogo de la Universidad de British Columbia en Canadá.

Scott es el coautor de un informe, que aún no se ha publicado, en el que se analiza información de los telescopios de la Agencia Espacial Europea, Euclides y Herschel.

Él y su equipo de investigadores espaciales fueron capaces de estudiar de forma simultánea cerca de 2,6 millones de galaxias, lo que fue posible gracias al mapa 3D del universo creado por la misión Euclides.

Se ven nubes anaranjadas que giran sobre un fondo de estrellas distantes, con tres centros brillantes de formación estelar brillando en una línea vertical.
Misión Euclides
La misión espacial Euclides ha capturado detalles de viveros en el universo cercano en los que nacen nuevas estrellas.

Los astrónomos estaban particularmente iuteresados en el calor que emiten las estrellas. Las galaxias con mayor tasa de formación de estrellas tienden a tener un polvo cósmico más caliente a medida que contienen estrellas más grandes y calientes.

El equipo halló que las temperaturas de las galaxias han ido disminuyendo en los últimos mil millones de años.

“Ya se nos pasó el momento de mayor formación de estrellas, y habrá cada vez menos formación de nuevas estrellas en el universo”, agrega Scott.

La gran helada

Es verdad que la muerte de las viejas estrellas puede llevar a la formación de nuevas usando el mismo material, pero no es tan simple.

Asumamos que tenemos una pila de materiales de construcción y la usamos para hacer una casa. Si queremos construir uno nuevo, podemos reciclar cosas de una casa vieja, pero no todo será útil.

“Eso significa que solo podemos hacer una casa más pequeña. Cada vez que hagamos una demolición, habrá menos materiales que sean útiles hasta que no se pueda construir nada”, señala Scott.

Eso es lo que pasa con las estrellas.

“Cada generación de estrellas tienen menos combustible para gastar y eventualmente no habrá suficiente combustible para hacer una estrella”, añade.

Y concluye: “Ya sabemos que las estrellas menos masivas son más comunes que las estrellas masivas en el universo”.

El Sol se ve como una bola brillante con remolinos brillantes y oscuros; un gran destello en la superficie frontal representa una poderosa llamarada solar.
Nasa/SDO
Los astrónomos estiman que a nuestro Sol aún le quedan otros 5 mil millones de años antes de que finalmente se desvanezca.

Los científicos han teorizado durante mucho tiempo que el universo llegará a su fin algún día. Simplemente no pueden estar seguros de cómo ni cuándo.

Una de las teorías más aceptadas actualmente es la muerte térmica.

También conocida como la “Gran Helada”, predice que a medida que el universo continúa expandiéndose, la energía se dispersará hasta que finalmente se enfríe demasiado para sustentar la vida. Las estrellas se alejan cada vez más, se quedan sin combustible y no se forman nuevas.

“La cantidad de energía disponible en el universo es finita”, explica Scott.

Muchos ceros

Pero antes de que mires con melancolía el cielo, la desaparición de las estrellas tomaría una cantidad astronómica de tiempo.

Se ven filamentos de gas y polvo de color gris y marrón que se extienden en espiral hacia afuera desde un brillante cúmulo de estrellas azules en el centro de una galaxia.
NASA
La formación de estrellas continuará durante mucho, mucho tiempo en muchas galaxias.

Scott estima que seguirán apareciendo nuevas estrellas durante los próximos 10 a 100 mil millones de años, mucho después de que nuestro Sol probablemente haya desaparecido.

En cuanto a la “Gran Helada”, podría tardar aún más: a principios de este año, astrónomos de la Universidad Radboud de los Países Bajos estimaron que el final llegaría en aproximadamente un quinvigintillón de años, es decir, un uno seguido de 78 ceros.

Hay tiempo de sobra, entonces, para apreciar las estrellas la próxima vez que haya una noche despejada.

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