En México, durante 2022 31.7 millones de personas se dedicaron a la labor de cuidados; 71.5% fueron mujeres y 24.9% hombres, así lo informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con el Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México, el cuidado incluye todas las actividades y prácticas necesarias para la supervivencia diaria de las personas.
Además, se detalla que los cuidados permiten el mantenimiento de la vida y la salud, el bienestar físico y emocional de las personas en todos los momentos de la vida. Es decir, de bebés, de niños, adolescentes, adultos y en la vejez, la humanidad necesita que se le brinden cuidados.
Si nadie dedicara tiempo, esfuerzo y recursos en la labor de cuidados, las familias, comunidades, los centros de trabajo e incluso las economías colapsarían.
Y para esas labores, son las mujeres quienes llevan la mayor carga no solo en México sino a nivel mundial.
De acuerdo con el informe Tiempo para el cuidado de la organización Oxfam, a nivel mundial las mujeres realizan más de tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerados.
Al hablar de México, datos de la primera edición de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC), se destaca que en México se estiman 58.3 millones de personas susceptibles de recibir cuidados en los hogares, de ese total, 64.5% los percibe por parte de una persona de su hogar.
De acuerdo con el Inegi, el grupo con la mayor cobertura de cuidados fueron niñas y niños hasta 5 años, con 99%. El segundo lugar lo ocupan las y los menores de 6 a 11 años con 93%, seguidos por las y los adolescentes de 12 a 17 años con 65.9%.
Durante 2022, las mujeres dedicaron en promedio 37.9 horas a la semana en labores de cuidados mientras que los hombres, 25.6, es decir, una diferencia de más de 12 horas semanales.
Las personas cuidadoras principales de las y los infantes de 0 a 5 años fueron la madre, con 86.3% y la abuela, con 7.6% mientras que para la población infantil y del grupo de niñas, niños y adolescentes fueron mujeres, con 96 y 90.3%, respectivamente.
En 2022, el trabajo no remunerado en labores domésticas y de cuidados reportó un valor de 7.2 billones de pesos, lo que equivale a 24.3% del PIB nacional.
De acuerdo con la Cuenta Satélite del Trabajo no Remunerado de los Hogares de México del Inegi, de dicho monto, las mujeres contribuyeron con 72% y los hombres 28%. Con sus labores domésticas y de cuidados, las mujeres aportaron a sus hogares 2.6 veces más valor económico que los hombres.
Además, el Instituto destaca que el valor que generó el trabajo no remunerado como porcentaje del PIB nacional fue superior al de actividades económicas como la industria manufacturera, el comercio y los servicios educativos.
Al medir este trabajo en número de horas y en valor económico, se destaca que las mujeres aportaron casi tres cuartas partes del total de esta actividad.
El Inegi menciona que al desglosar el trabajo por tipo de actividad, los cuidados y apoyo contribuyeron con 24.9% del valor económico total. Le siguieron actividades de limpieza y mantenimiento de la vivienda con 23.7%; las de alimentación 22.6%; compras y administración del hogar 11.6%; ayuda a otros hogares y trabajo voluntario 8.9% y limpieza y cuidado de la ropa y calzado 8.2%.
La carga desigual de trabajo de cuidados impacta en la vida de las cuidadoras. Por ejemplo, el Inegi destaca que en el ámbito de la salud, de las mujeres que proveen cuidados, 39.1% afirmó que por esa razón sintió cansancio, 31.7 % aseguró que disminuye su tiempo de sueño, 22.7% tuvo irritabilidad, 16.3% padeció depresión y 12.7% vio afectada su salud física.
En cuanto a su situación laboral, las mujeres no económicamente activas que brindan cuidados, 39.7% desearía trabajar por un ingreso y 26.5% señaló que no podía ingresar a trabajar porque no tiene quien cuide a las personas a su cargo.
Además, ONU Mujeres destacó que entre las principales consecuencias que tiene en la vida de las mujeres que se dedican exclusivamente a cuidar están:
Para que las niñas, adolescentes y mujeres no tengan que hacer doble jornada de trabajo, no paren su vida laboral o académica, es urgente la aplicación de una política pública que intervenga en la redistribución del cuidado y en la cual intervengan no solo las autoridades.
El Sistema Nacional de Cuidados es la distribución responsable de cuidados entre el Estado, el sector empresarial, la sociedad civil, las comunidades, las familias y entre hombres y mujeres. Dicha iniciativa busca articular las labores de la estructura disponible para que en el ámbito de sus atribuciones brinden atención y asistencia a las personas que requieran cuidados, desde menores de edad hasta adultos mayores.
Es decir, se busca que cada una de las intervenciones de política pública que se implementen logren la reducción de la sobrecarga del tiempo de cuidados a fin de que las mujeres tengan tiempo propio y disponibilidad para realizar sus proyectos de vida.
“La creación de un Sistema Nacional de Cuidados es también una cuestión de justicia para las mujeres, sobre todo para las más pobres de nuestro país que, sin posibilidades de delegar estos trabajos en otras personas, tienen obligatoriamente que realizarlos ellas mismas en dobles y triples jornadas laborales”, se lee en la iniciativa con proyecto de decreto de la Ley del Sistema Nacional de Cuidados presentada por un grupo de senadores encabezados por la morenista Martha Lucía Micher.
También se propone que el Sistema Nacional de Cuidados dependerá del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y contará con una Junta Nacional de Cuidados que será el órgano rector y que estará conformado por la Secretaría de Bienestar -quién presidirá la junta-, así como las Secretarías de Hacienda, Educación, Trabajo, Salud y Cultura.
Además estarán presentes el IMSS, ISSSTE, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, el DIF y todas las secretarías del Bienestar estatales.
Sin embargo, la iniciativa se encuentra en pausa.
El 18 de noviembre de 2020, la Cámara de Diputados aprobó reformas para elevar a rango constitucional el derecho al cuidado digno. Con ello se establece la obligación del Estado a promover la corresponsabilidad entre mujeres y hombres para lo cual deberá expedirse una ley general que establezca la concurrencia de los tres órdenes de gobierno en materia del Sistema Nacional de Cuidados.
La reforma fue turnada al Senado de la República para que la votaran, sin embargo, el dictamen está congelado en la Comisión de Puntos Constitucionales.
Pero por una propuesta de la morenista Aleida Alavez, se establece que en la Ley del Sistema Nacional de Cuidados se procure que con esto no se genere ninguna estructura orgánica nueva ni compromisos económicos adicionales, es decir, no darle presupuesto.
En México, mil 352 municipios –de los 2 mil 469 que hay en total, según el Inegi– no cuentan con servicios de cuidado para personas con discapacidad.
El Mapa de Cuidados de México –una iniciativa de ONU Mujeres, el Colegio de México y el Instituto Nacional de las Mujeres– destaca que el 92.9% de establecimientos que ofrecen servicios de cuidado, directos e indirectos, está destinado únicamente a la infancia.
A nivel mundial, Oxfam detalla que no hay ningún lugar en el que los hombres se encarguen de mayor trabajo de cuidados que las mujeres.
Si se trata de personas enfermas o que viven con alguna discapacidad, las mujeres cuidan en promedio hasta 26.6 horas y los hombres menos de 10 horas.