Para entender mejor
Desde el día de su desaparición, el 24 de julio de 2020 en la alcaldía Iztapalapa, y hasta el día de su regreso a casa sin vida este 31 de enero de 2025, Jael Montserrat Uribe Palmeros fue revictimizada una y otra vez por las autoridades.
Con ese reclamo empezó y terminó el discurso de su mamá, Jacqueline Palmeros, durante la ceremonia de bienvenida del cuerpo de Montse “de regreso a casa”, que solo inició después de un último reclamo al Estado por la dilación en la entrega de sus restos.
“Hoy es un día muy importante para todas, hoy Montse regresa a casa, pero no fue fácil, nada fácil. Quisiera resumir en breves palabras literal todo el viacrucis que tuve que vivir para llegar hasta mi hija y una serie de constantes revictimizaciones que vivimos mi hija, mi familia y yo por parte de las autoridades”, comenzó Jacqueline.
Cuatro horas atrás, integrantes del colectivo de familiares de personas desaparecidas de Ciudad de México “Una luz en el camino” y otras madres buscadoras la esperaban en la Glorieta de las Mujeres que Luchan con la expectativa de que llegara a tiempo, pues el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo) había sido notificado sobre la entrega del cuerpo desde mucho antes.
Desde el 20 de enero pasado, la mamá de Montserrat había anunciado su “promesa cumplida” con el hallazgo de segmentos óseos que coincidieron con el perfil genético de su hija de 21 años de edad al momento de su desaparición, el cual ocurrió en noviembre pasado durante la cuarta brigada regional Ajusco 2024, organizada e impulsada por el colectivo “Una luz en el camino”.
Sin embargo, el tiempo se prolongó una vez más, como ocurrió durante los últimos cuatro años de búsqueda de Jacqueline. Una vez más, las autoridades dieron muestra de su ineficiencia y falta de coordinación hasta el último minuto.
Cuando habían pasado cerca de dos horas de espera después de la hora inicial citada para que el cuerpo de Montse llegara a la Glorieta, que eran las 11 de la mañana, en el micrófono se escuchó una voz que pedía paciencia a los presentes, porque Jacquie seguía sin salir del Incifo. La entrega final de los restos de su hija se había prolongado.
“Como suele suceder, no es sorpresa, nos comparte en un mensaje que hay varias negligencias y una vez más la falta de coordinación ha hecho que sean más de cuatro horas, porque tuvieron que hacer en Fiscalía de Ciudad de México una reunión de emergencia y no compartieron información del Incifo de la entrega el día de hoy, a pesar de que ella estaba notificada desde la semana pasada y a pesar de las búsquedas”, anunció una de sus compañeras al micrófono.
Unos minutos antes de las 2 de la tarde, una carroza blanca finalmente se acercó por Paseo de la Reforma hacia el acordonamiento que cortaba un tramo el tránsito vehicular a la altura de la Glorieta de las Mujeres que Luchan, le dio la vuelta y un féretro blanco descendió para después ser cubierto de pétalos de rosas rojas.
También lee: Familia busca a joven desaparecido hace seis meses en Álvaro Obregón; denuncia lentitud de autoridades en la búsqueda
La familia que Jacquie conoció a lo largo de estos cuatro años, los “ángeles en todo el país”, como diría en su discurso, hicieron dos vallas humanas y varias de ellas cargaron el ataúd blanco hacia una cruz en el centro de la Glorieta, mientras ella lo seguía al lado de su otro hijo y de los niños pequeños de Montse.
“No estás sola” y “Montse, escucha, tu madre está en la lucha”, se escuchaba entre lágrimas al paso de la comitiva. Al llegar a la cruz, un grupo de mujeres recibió a la familia cantando “a dónde están, a dónde están, que no los miro, me acuerdo de ellos, tengo un suspiro… sabrá Dios dónde andarán, todos me dicen que por ahí andan, que por ahí andan… ojitos negros, sabrá Dios dónde andarán…”
Luego, el ataúd fue colocado frente a un altar de flores y fotos que se había montado en las horas previas sobre la avenida. Vivir Quintana y la Coraza entonaron la Canción sin miedo y un par más antes de darle paso a la voz, al reclamo, de Jacqueline:
“Aún recuerdo cuando fui a levantar la denuncia y me dijeron que me esperara pues tal vez andaba de fiesta o se había ido con el novio. A Montserrat la revictimizaron por sus tatuajes, por qué la dejaba yo ponerse tantos tatuajes, nunca aplicaron el protocolo homologado de la búsqueda inmediata, fueron constantes revictimizaciones, citaciones, sin ni siquiera algún indicio, me decían que me esperara…
“Nunca nadie creyó la teoría de que un mensaje anónimo me había dicho que probablemente la habían asesinado y tirado en el Ajusco. Tuve que hacer con mis propios recursos y sin conocer el camino, convoqué a una búsqueda, la primera búsqueda, que se llamó Justicia por Montse en el Ajusco, donde conocí a ángeles de todo el país, ángeles de todo el país que creían en una mamá que para la fiscalía estaba loca”.
Luego de que más de cuatro años después fueran hallados los restos de su hija, volvieron a revictimizarla, recordó, porque el Incifo no quería perfilar los restos y la Fiscalía tuvo que hacer el trabajo. Todo lo que escuchó fue brutal: cómo las dependencias no se ponían de acuerdo, así como la confrontación frente a ella por la falta de recursos humanos y materiales para identificar a las personas o los restos óseos.
Es absurdo, calificó Jacqueline, que el gobierno siga gastando tantos recursos en conciertos y cosas banales, mientras muchos hijos e hijas siguen desaparecidos e incluso probablemente ya están en una fosa común sin identificar.
“Grité, les grité a las autoridades, no me quedé callada; estuvimos así durante más de cuatro horas. Pasaba del dolor al coraje, a la rabia, volvía a caer en el dolor y volvía a caer en la rabia, y ese cúmulo de emociones es lo que nos enferma”, relató.
Agradeció a las más de 117 mil familias de personas desaparecidas que le enseñaron el camino y le dijeron que siguiera su corazón, pero volvió a reclamar la falta de atención por parte de las autoridades y la simulación, dijo, de un Estado fallido en el que la jefa de gobierno, Clara Brugada, apenas se reunió con las familias de personas desaparecidas, sin que existan acciones y políticas públicas reales.
“La historia de Montse tiene que resonar, porque la historia de Montse es una muestra más de toda la indolencia, la negligencia, la omisión que tenemos en un Estado fallido”, concluyó. El féretro con su cuerpo avanzó, sobre los brazos de todas, hacia la Secretaría de Gobernación para después regresar a casa, a ser velado en Iztapalapa, donde este sábado será sepultada. No sin que antes su mamá le hiciera una nueva promesa: luchar hasta su último suspiro para tener acceso a la verdad y a la justicia.
El peso ha sido una de las monedas más apreciadas de 2024, lo que ha vuelto al país caro no solo para los extranjeros, sino también para los propios argentinos.
“Argentina está cara en dólares”, me dice Manuel, un empresario gastronómico de 37 años, durante mi última visita a Buenos Aires en diciembre. “Te habrás dado cuenta rápido, vos que venís de Estados Unidos”.
Ya el primer día en la ciudad, noto lo que me dice Manuel en el precio del café.
En Palermo, un barrio turístico de Buenos Aires, una taza de café vale $3.300, US$3.2 al tipo de cambio oficial, unos pocos centavos menos que al paralelo, que los argentinos llaman “dólar blue“.
Es un dólar más de lo que pago por el café en la misma cadena de cafeterías en Coconut Grove, Miami.
Pero no solo los lugares que frecuentan los extranjeros están caros en dólares. La situación se repite en lugares menos turísticos y con productos más buscados por los argentinos.
Lo vemos en un pan en rebanadas que cuesta US$4 o en la manteca a US$3. También en los productos importados. Por ejemplo, un termo Stanley vale US$140 en Buenos Aires, mientras que en Estados Unidos no supera los US$30.
De acuerdo con el índice de precios Big Mac de McDonald’s, creado por The Economist en 1986, Argentina con US$7.37 tiene el precio más caro de la hamburguesa de América Latina y el segundo del mundo, detrás de Suiza.
Hace un año, el Big Mac costaba en Argentina la mitad en dólares.
Según estimaciones del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés), el peso argentino se revalorizó un 40% en términos reales entre diciembre de 2023 y octubre del año pasado.
No obstante, estos cambios no se tradujeron en una mejora del poder adquisitivo de los argentinos, ya que los salarios se mantuvieron congelados y las llamadas correcciones del gobierno de Javier Milei generaron una dura recesión que provocó una caída del consumo.
“No estamos ni mejor ni peor. Tenemos problemas distintos a los del año pasado”, me dice el dueño de una panadería con más 30 años en el rubro, que votó por Milei y que lo sigue apoyando, cuando le pregunto cómo afecta la apreciación de la moneda local en sus ventas.
Por eso, el impacto de la baja en el ritmo de la inflación en Argentina, que es el mayor logro de Milei en su primer año como presidente, combinada con la apreciación de la moneda local, sorprenden a cualquiera que no haya visitado el país en el último año.
En BBC Mundo te explicamos por qué este país se volvió “caro en dólares” después de haber sido uno de los más baratos de América Latina y qué impacto tiene en su economía.
“Necesito más dólares que hace un año para vivir en Argentina”, me dice Thiago, un programador brasileño que cobra en la moneda estadounidense y que hace dos años eligió vivir en Argentina favorecido por el tipo de cambio.
Desde que el peso se fortaleció en Argentina y el real cayó en Brasil, liderando las pérdidas de las monedas de América Latina, Thiago está pensando volver a São Paulo porque “con menos dólares vivo mejor allá”.
Pero Thiago no es el único. En agosto de 2024, BBC News Brasil reportaba una oleada de brasileños que dejaban Argentina porque era “inviable” para ellos mantenerse allí.
Pero ¿cómo llegó la moneda argentina, que Milei devaluó un 54% apenas asumió, a convertirse en un solo año en lo que los medios de comunicación locales han apodado un “súper peso”?
La respuesta está en la estrategia que utilizó Milei para bajar la inflación –su principal meta al asumir– que en 2023 había alcanzado el 211% según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Se trata de una herramienta que los economistas llaman “ancla inflacionaria”. Es decir, se “ancló” la cotización de dólar oficial, aumentando su cotización -es decir, devaluando el peso- un 2% fijo por mes, muy por debajo de la tasa mensual de inflación.
Eso, sumado a un “ancla fiscal” que redujo fuertemente el gasto público y un “ancla monetaria” que dejó de emitir dinero para financiar al Tesoro, ha sido clave para que Argentina cerrara el 2024 con una inflación anual del 118%, lo que representa una reducción del 44,5% en un año.
Sin embargo, el lado negativo es que mientras el peso se ha ido fortaleciendo al devaluarse menos que la inflación, el dólar oficial ha quedando retrasado con respecto al costo de vida, perdiendo mucha de su capacidad de compra.
El resultado fue un fenómeno nuevo para los argentinos: la inflación en dólares, que según las estimaciones de varios economistas locales superó el 70% el año último.
En otras palabras: lo que hace un año pagabas con US$100, ahora te cuesta US$170.
Pero no solo el dólar “oficial”, que es controlado por el gobierno, perdió poder de compra. El libre o de mercado también está en niveles similares a cuando asumió Milei, a pesar de que la inflación superó el 100% en ese período.
Lorenzo Sigaut Gravina, economista de la consultora Equilibra, lo atribuye principalmente a una exitosa iniciativa que realizó el gobierno para que los argentinos ingresaran al sistema financiero los dólares en efectivo que tenían ahorrados en sus casas o depositados en el exterior sin declarar.
“La calma del mercado cambiario se consolidó gracias al blanqueo de capitales”, le dijo a BBC Mundo. “El gobierno logró, con mucha mucha confianza y pragmatismo, un blanqueo de capitales que le habilitó un ingreso muy generoso de dólares en efectivo”, dice el economista.
La iniciativa resultó mejor de lo esperado. En la primera etapa, Argentina consiguió que ingresaran US$19.023 millones, según la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA).
Esto llevó a contener el dólar paralelo y que se mantenga a una tasa levemente superior al tipo de cambio oficial, a diferencia de años anteriores cuando la brecha era muy amplia.
El “peso fuerte” tiene aspectos positivos y negativos para el país.
Por un lado, el gobierno destaca que los salarios han aumentado en dólares.
Según un informe de Bumeran, una plataforma de empleo en línea, el sueldo promedio pretendido en este país es de US$1.234, por encima de la media regional. Mientras que hace un año era uno de los más bajos de América Latina.
Sin embargo, la apreciación de la moneda también ha generado una caída en el número de turistas extranjeros que visitan el país y el aumento de los argentinos que aprovechan el “dólar planchado” para viajar al exterior.
Según datos del Indec, la cantidad de turistas internacionales en el país registró una baja interanual del 19,2% en noviembre.
Pero el impacto que más preocupa a muchos locales es en sectores como la industria, dado que ahora es más caro producir, tanto para el mercado local como para el exterior, lo que hace menos competitivos a la industria y al agro argentino.
A esto se suma la apertura de las importaciones que realizó el gobierno para incentivar la competencia y bajar los precios locales.
El resultado es que “cada vez será más barato acceder a productos importados y cada vez será más cara la producción nacional”, afirma Sigaut Gravina.
En este sentido, desde el sector industrial han advertido que esto podría generar una caída en la producción, que llevaría a una consecuente reducción de puestos de trabajo.
Los más críticos al gobierno incluso alertan sobre un posible “industricidio”, como el que ocurrió en la década de 1990 cuando el peso argentino estaba atado al dólar y muchas empresas terminaron cerrando.
Entre los economistas que advirtieron sobre los efectos negativos del “súper peso” está Domingo Cavallo, quien fue ministro de Economía durante ese período (1991-1996) del presidente Carlos Menem, apodado el “padre de la convertibilidad” en Argentina.
Cavallo dijo en diciembre que la actual “apreciación real exagerada del peso” es “parecida” a la que ocurrió a finales de 1990, “una deflación muy costosa porque transformó a la recesión que se había iniciado a fines de 1998 en una verdadera depresión económica”.
En Argentina, la lectura de que el peso está artificialmente alto en comparación con su valor real o competitivo en el mercado internacional se expande en la opinión pública e incomoda al presidente.
Pero Milei asegura que sus críticos están equivocados.
“El tipo de cambio desde mi perspectiva no está atrasado”, aseguró en una entrevista a comienzos de enero en la radio El Observador. “Es irritante e insultante la estupidez que dijo [Cavallo]”.
Para el mandatario, la poca distancia en la cotización entre el dólar oficial y el de mercado, además del hecho de que el Banco Central logró acumular unos US$25.000 millones en reservas con la actual cotización, son prueba de que no hay retraso.
“Además hay equilibrio fiscal”, destacó.
La economía de este país, según la lectura de Milei, no debe ganar competitividad debilitando al peso sino desregulando la economía, reduciendo los impuestos y mejorando el acceso al crédito.
Para Sigaut Gravina, las palabras de Milei buscan contener la presión para que el gobierno vuelva a devaluar la moneda argentina.
“Si todos tenemos la idea de que hay un atraso cambiario significativo, todos van a pensar que el peso así como está no se sostiene”, señala.
No obstante, el experto dice que “el principal activo del gobierno hoy es que bajó la inflación y devaluar implica, como efecto inmediato, más inflación”.
Por eso, Milei ha asegurado que no hará otra gran devaluación del peso, como la que hizo al asumir.
Por el contrario, el Banco Central argentino anunció que a partir de febrero reducirá la devaluación mensual del tipo de cambio oficial del 2% al 1%, lo que fortalecerá aún más al peso.
Se espera que la estrategia ayude a seguir bajando la inflación, que en diciembre pasado alcanzó un 2,7% mensual.
Pero muchos se preguntan cuál será el perjuicio de seguir siendo “caros en dólares”.
De todas formas, lo que realmente podría definir la cotización del dólar es lo que ocurra una vez que Milei levante los controles de capitales que hoy restringen el acceso al billete estadounidense y deje flotar al peso, algo que ha prometido hacer en 2025.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.