En busca de visibilizar las luchas feministas en todo el país y exigir justicia por la violencia de género, miles de personas se manifestaron en diferentes estados este 8 de marzo.
Sin embargo, algunas de las protestas fueron reprimidas y violentadas como sucedió en Chihuahua, Oaxaca e Hidalgo.
Según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en el primer mes de 2025 se iniciaron 54 carpetas de investigación por el delito de feminicidio, así como 187 por homicidios intencionales cometidos contra mujeres.
Un ataúd en hombros de mujeres recorrió las principales calles del municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México. Así protestaron las colectivas y contingentes que se dieron cita en “El Coyote”, una escultura instalada en la rotonda donde las avenidas Adolfo López Mateos y Pantitlán se cruzan.
“Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, gritaban las mujeres que se turnaban para cargar el féretro. Al mismo tiempo, una carroza fúnebre tocaba el claxón al ritmo de las consignas.
El Estado de México es la entidad que más víctimas de feminicidio concentra en el país. Son siete mujeres las que fueron asesinadas en el primer mes del año, lo que equivale a 13% del total, según el Informe de Violencia contra las Mujeres del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), actualizado al 31 de enero de 2025.
Detrás de la carroza fúnebre que encabezó la marcha, estaba el contingente que pedía justicia por las hermanas Alejandra y Andrea Ávalos Gutiérrez, quienes fueron asesinadas a balazos el 11 de enero afuera de su domicilio en Chimalhuacán, Estado de México.
Un hombre identificado como Sebastián, tío de la expareja de Alejandra, disparó en contra de ellas. Andrea murió en el lugar y Alejandra fue trasladada a un hospital, donde perdió la vida.
“Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, gritaba su mamá, María Teresa Gutiérrez. “Justicia para Ale, justicia para Andrea, justicia para todas”, continuaba.
La protesta llegó hasta la Fiscalía Regional de Nezahualcóyotl, que ya se encontraba roadeada de vallas. De acuerdo con una integrante de Nos queremos vivas Neza, ocho familias de víctimas de feminicidio y tres de desaparición forzada fueron recibidas y la institución se comprometió a brindarle seguimiento a sus casos.
Integrantes del llamado bloque negro intentaron tirarlas, pero desde dentro del edificio rociaron una especie de gas.
Fue en ese momento cuando Nos queremos vivas Neza, una de las colectivas que marchó en la periferia desde la Antimonumenta de cruces rosas, convocó a retirarse del lugar por la seguridad de las infancias.
“Las niñas marchando también están luchando” y “Escucha, idiota, las niñas no se tocan”, coreaban las manifestantes.
Juntas llegaron hasta el Parque La Llanta, un espacio sobre la avenida Vicente Villada que las mujeres mexiquenses han recuperado. En la expanada, una a una, fueron dejando sus pancartas para dar inicio al evento cultural.
Primero gritaron los nombres de mujeres que habían sido víctimas de feminicidio, como el de Mariana Lima. Y entre standup, teatro, música y una mercadita feminista concluyó la protesta en la periferia.
“La periferia existe porque resiste”, dijo al micrófono una de las organizadoras.
En la ciudad de Querétaro, mujeres y disidencias sexogenéricas realizaron actividades desde las primeras horas del sábado, con jornadas de asistencia jurídica y psicológica en el Jardín Guerrero, ubicado en el centro.
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Ahí, en las paredes del Templo de Santa Clara y del Palacio Municipal —cuyos edificios rodean la plaza pública—, manifestantes colocaron denuncias y señalamientos contra presuntos deudores alimentarios, violadores y feminicidas.
Yessica Olvera llegó al Jardín Guerrero con sus familiares y amigas para protestar por su hermana Nathaly, quien fue localizada sin vida en el municipio de Amealco en 2022.
Olvera explicó que Nathaly salió con un amigo el 15 de octubre, y fue hasta el día siguiente que su acompañante notificó a la familia que había fallecido en un supuesto accidente automovilístico.
La Fiscalía queretana cerró el expediente a raíz de la falta de pruebas, por lo que la familia de Nathaly, quien tenía 23 años al momento de su muerte, exige que se vuelva a investigar el caso como feminicidio.
“El proceso lo cerraron porque no hay más pruebas. Ellos dicen que fue un accidente cuando todo lo que hemos visto se ha demostrado”, señaló su hermana. “Queremos que nos reabran la carpeta, porque ya se había cerrado, y queremos que nos digan la verdad”.
Los contingentes de la marcha avanzaron a partir de las 16:40 horas por las calles principales del centro queretano con consignas como “¡Ni una más, ni una más, ni una asesinada más!”, y “Tranquila, hermana, aquí está tu manada”.
Las personas protestantes arribaron una hora después del inicio de la marcha al Jardín Zenea, donde cerraron la jornada con música de Mariachi Flores Queretanas, la rapera guatemalteca Rebeca Lane, y otras agrupaciones locales.
“Justicia para Cecilia Monzón”, “no llegamos todas, nos faltan miles”, “sin las voces de las mujeres indígenas el feminismo está incompleto”. Estas fueron algunas de las consignas que se vieron en la marcha del 8 de marzo en la ciudad de Puebla.
La jornada comenzó desde temprano en la Fiscalía General del Estado, con una marcha pacífica “por l@s que nos faltan” a las diez de la mañana, en donde participaron familiares de los desaparecidos. Después, a partir de las 12 del día se empezaron a reunir diversos colectivos en la Fiscalía y en el Paseo Bravo, alrededor del reloj “El Gallito”.
Entre las colectivas se encontraba Justicia para Cecilia Monzón, que busca una sentencia para el feminicida de la abogada y activista, a casi tres años de su asesinato. Este caso inspiró la Ley Monzón en Puebla, la cual retira la patria potestad a los padres condenados o vinculados a proceso por el feminicidio de la madre de sus hijos.
“Trabajo sexual es trabajo” gritaban las Chicas de la 14, una asociación civil que reúne a más de 60 trabajadoras sexuales del Centro Histórico de Puebla. Exigían reconocimiento al trabajo sexual y no discriminación.
La marcha avanzó hacia el Zócalo de Puebla, donde mujeres integrantes de la Policía Estatal cubrían las entradas de la catedral. La explanada del zócalo se llenó, mientras las asistentes a la marcha dejaban sus pancartas en la Fuente de San Miguel Arcángel, cuya agua estaba pintada de morado. Algunos contingentes continuaron su recorrido hasta la Fiscalía.
Grupos utilizaron el espacio de la explanada para hacer conocer sus consignas. Por ejemplo, las mujeres de la Asamblea Social del Agua quienes dieron a conocer su misión de desprivatizar el agua en el estado y recolectaron firmas para impulsar una consulta ciudadana sobre la calidad del agua potable en Puebla.
La explanada se llenó de música, mesas de manualidades y pancartas, así fue como terminó la jornada del Día de la Mujer en la ciudad de Puebla.
El Centro histórico de Oaxaca se llenó esta tarde por una ola violeta conformada por cientos de mujeres y colectivos feministas que salieron a marchar para exigir justicia por los feminicidios, violencia machista y desaparición forzada como el caso de la defensora indígena, Irma Galindo.
“Pinche gobierno cuéntanos bien”, fue una de las consignas que se escucharon en la protesta dónde manifestantes del llamado ‘bloque negro’ rayaron muros, rompieron vidrios en establecimientos y derribaron algunas de las vallas que resguardaban el palacio de gobierno de la entidad.
En respuesta, las manifestantes fueron dispersadas con gases presuntamente lacrimógenos lanzados por el grupo antimotines de la policía estatal. Dicha acción afectó a mujeres, infancias y bebés, según documentaron medios locales y usuarios en redes sociales que atestiguaron la presencia de oficiales armados en la azotea del recinto gubernamental.
Dos mujeres manifestantes fueron subidas a patrullas estatales durante la manifestación en Chihuahua. Según reportes de Raíchali, la detención ocurrió luego de que un grupo de hombres atacó a las manifestantes con un martillo.
#EMERGENCIA #8M 🚨 | Elementos de seguridad arrestan a dos mujeres manifestantes en patrullas estatales, con números PE-177 y PE-110, en la ciudad de #Chihuahua.
👉 La detención se da luego de que un grupo de hombres atacara a las mujeres con un marro. 🔨 pic.twitter.com/6gknjxMBbO
— Raíchali (@raichali) March 9, 2025
Una de las consignas que las manifestantes repitieron durante la marcha fue “Maru no es aliada, es privilegiada“, haciendo referencia a la actual gobernadora panista de la entidad. Este año, el gobierno que encabeza María Eugenia Campos Galván amplió el perímetro donde se colocaron vallas para evitar que las manifestantes llegaran. Dicho cerco, incluyó espacios culturales y espacios simbólicos de protesta, como la Cruz de Clavos o Cruz de la Impunidad, ubicada frente al palacio de gobierno.
La Verdad, también documentó como la marcha fue nutrida por mujeres de todas las edades, infancias, hombres, mujeres trans y miembros de la comunidad LGBTIQ+.
Durante la marcha del 8M en Pachuca, Hidalgo, se reportaron casos de detención arbitraria, uso de gases lacrimógenos y encapsulamiento en contra de manifestantes. Entre las detenidas se encuentra Ashley Odeth Pedraza Cerón, defensora de derechos humanos e integrante del Comité Cerezo México, quien denunció los hechos
De acuerdo con el reporte, elementos de la policía municipal y estatal lanzaron gases lacrimógenos y polvo de extintor en contra de manifestantes, entre ellas, algunas menores de edad que se encontraban en la Plaza Juárez, frente al Palacio de Gobierno del Estado de Hidalgo.
“Ashley Odeth Pedraza Cerón, integrante del Comité Cerezo México, fue detenida de manera arbitraria, gaseada, pateada e insultada por parte de los cuerpos de granaderos, así como también otras compañeras del Comité Cerezo México fueron gaseadas directamente a los ojos mientras ejercía su derecho a defender los derechos humanos”, denunciaron.
Mujeres, madres buscadoras, colectivas feministas y víctimas de la violencia machista marcharon en calles del Centro Histórico de Zacatecas en el que se registró la presencia de observadores de Naciones Unidas (ONU CNDH) para garantizar una marcha pacífica y segura para las manifestantes.
Numerosos establecimientos fueron protegidos por estructuras de madera, algunos otros sí resultaron con vidrios rotos y pintas de protestas, como el caso del Palacio de gobierno que tuvo afectaciones menores de acuerdo con reportes locales.
Vale la pena recordar que en 2024 las manifestantes fueron víctimas de abusos de autoridad, brutalidad policiaca, detenciones ilegales y violencia sexual por parte de elementos de la policía estatal por lo que este año las colectivas pidieron que el Estado no interviniera en durante la marcha de hoy.
“No pagar pensión también es violencia”, es una de las consignas con las que se protestó en las principales calles de Culiacán, Sinaloa. Las mujeres encabezadas por viudas de policías y madres buscadoras exigieron justicia por los feminicidios y violencia contra las mujeres en el estado.
Una de las historias que se recordaron fue la de Petra Emilia, mujer policía que desapareció junto con sus colegas Ezequiel y Alberto el 28 de febrero mientras asistían a un reporte policial en la zona sur de Culiacán. Fueron encontrados sin vida el 2 de marzo.
“Emilia es policía, Emilia también es mujer y Emilia no llegó. No es cierto que llegamos todas. Las viudas de policías no han llegado, ¿Cuándo las van a escuchar?”, señaló Yolanda Rojo Carrizosa, lideresa del colectivo Guerras Azules, según reportó Daniela Flores para el medio Noroeste.
Colectivos feministas se manifestaron en Guadalajara para exigir justicia por los feminicidios cometidos en la entidad, el más reciente del que se tiene registro es el caso de Astrid de 38 años y su hijo de 16.
El presunto responsable fue identificado como Eduardo N, expareja de Astrid, quien desde 2004 fue señalado por su presunta responsabilidad en el delito de feminicidio contra su entonces pareja, Martha Berenice, en Culiacán, Sinaloa.
A las protestas contra la violencia feminicida en Guadalajara, Jalisco, también se sumó una batucada infantil también, de acuerdo con reportes de Telediario.
A su paso por las calles del centro de Guadalajara, las manifestantes se encontraron con feligreses resguardando el templo del Exconvento de la Virgen del Carmen.
La manifestación de este 8 de marzo del 2025, se ve acompañada por la primera batucada femenina infantil.
📸: Usi Toledo @ToledoUsi pic.twitter.com/khkcM7vRx7
— Telediario Guadalajara (@TelediarioGDL) March 8, 2025
“Ellos han violado a sus hijos, por ellos deberían de ir”, reclamaron manifestantes a mujeres policías de la Fuerza Civil que les pedían retirarse de las vallas colocadas para proteger el Palacio de Gobierno de Nuevo León. Dicho espacio fue aprovechado para pintar consignas y señalar agresores antes de iniciar la marcha del 8 de marzo, según reportó ABC Noticias MX.
Amigas, hermanas, madres, hijas e incluso mascotas de la zona metropolitana de Monterrey se reunieron para marchar y exigir justicia en calles aledañas al centro, por los casos de feminicidios, desapariciones y toda la violencia machista que azotan en la entidad, el grito en común fue: “Ni una menos”.
“No estamos solas, nos falta Yolanda”, gritan un contingente en apoyo al padre y el hermano de Yolanda Martínez, joven que desapareció y días posteriores su cuerpo fue encontrado sin vida en 2022, quienes exigen justicia a las autoridades ante la falta de claridad en el caso, pues la línea de la investigación por parte de la fiscalía lo calificó como un suicidio.
Al paso de la marcha, algunas mujeres dejaron sus huellas con pintura morada en los muros del centro histórico y aunque algunos negocios cerraron por temor a posibles destrozos, otros establecimientos mostraron apoyo y empatía con las manifestantes que protestaron pacíficamente.
🟣 Miles de mujeres toman las calles de Monterrey en la marcha del 8M, exigiendo justicia e igualdad. El recorrido inicia en la calle Zaragoza, con pancartas, consignas y una sola voz: ni una menos.
📷: Dalia Manriquez / ABC Noticias. pic.twitter.com/ZmLmWz20hJ
— ABCNoticias.mx (@ABCNoticiasMX) March 8, 2025
Feministas, activistas, familiares de asesinadas y desaparecidas, niñas, mujeres todas, marcharon en Chilpancingo, Guerrero, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y exigir cese a toda violencia contra las mujeres.
Lo hicieron en dos contingentes, uno del Monumento a los 43 (antes Monumento a las Banderas) hacia la Fiscalía General del Estado (FGE) y otro de la alameda Granados Maldonado hacia el zócalo de la ciudad.
El primer contingente integró a familiares de mujeres desaparecidas y víctimas de feminicidio.
“Estamos aquí con las madres buscadoras, con familiares de víctimas de feminicidio. Les expresamos: ¡No están solas! ¡Gritamos fuerte por ellas! ¡Las que ya no tienen voz, las que no sabemos dónde están!”, dijo una de las convocantes al dar lectura a su pronunciamiento.
Gritaron varios nombres de mujeres víctimas de la violencia feminicida, entre ellos el de Ana Paulina, la adolescente de 17 años que fue asesinada a balazos una mañana de julio del 2024, en la calle Galo Soberón y Parra, en pleno centro de la ciudad de Chilpancingo.
El segundo contingente se reunió en la explanada de la alameda Granados Maldonado y llegó hasta el parque Unidos por Guerrero para retornar al zócalo de Chilpancingo, donde repitieron su consigna por “justicia, libertad y dignidad”.
Ambos contingentes exigieron cese a la violencia feminicida y de género, y destacaron la falta de justicia para las mujeres asesinadas y desaparecidas, además de la falta de atención por parte de las autoridades encargadas de impartir justicia.
En ambas marchas participaron integrantes del bloque negro, quienes encabezaron las marchas, lanzaron consignas e intervinieron las paredes de edificios y monumentos públicos con pintura en aerosol.
Estas son algunas consignas que escribieron: “Mi vida importa más que tu pared”, “La policía no me cuida, me cuidan mis amigas” y “Nos faltan muchas”.
Otras tantas las gritaron: “¡Alerta, alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América latina, y tiemblen y tiemblen los machistas que América latina será toda feminista!”.
Los dos contingentes cubrieron los dos extremos de la ciudad.
El premio Nobel Mario Vargas Llosa murió a los 89 años en su residencia de Lima. Deja una prolífica obra de la que te destacamos 5 novelas de ficción que marcaron su carrera.
La carrera prolífica del escritor Mario Vargas Llosa, fallecido a los 89 años en Lima, duró casi 7 décadas y le valió, entre otros, el Premio Nobel de Literatura en 2010 y el premio Príncipe de Asturias, gracias a sus novelas, cuentos, ensayos, piezas de teatro e infinidad de artículos periodísticos.
Vargas Llosa era además integrante de la Academia Francesa, uno de los mayores honores culturales e intelectuales en Francia. Sus miembros son conocidos como les immortels (los inmortales), y solo hay 40 asientos, numerados y vitalicios.
Entre sus miembros destacados han estado Voltaire, Montesquieu, Victor Hugo y Alejandro Dumas.
El gobierno peruano decretó “Duelo Nacional el día 14 de abril” y anunció banderas a media asta en locales estatales con motivo del deceso, indicó un Decreto Supremo divulgado a medianoche.
Su disciplina y compromiso lo llevaron a producir una obra de asombrosa abundancia: 20 novelas, un libro de cuentos, 10 obras de teatro, 14 libros de ensayo, dos de crónicas y uno de memorias.
Estas son las obras de ficción más célebres de Mario Vargas Llosa, nacido en 1936 en la ciudad peruana de Arequipa:
Con su primera novela, el autor peruano irrumpió en el panorama literario internacional de manera impactante, marcando también el inicio del llamado “Boom Latinoamericano”, un movimiento literario que revolucionó la narrativa del siglo XX en lengua española.
A este grupo pertenecen también los mexicanos Carlos Fuentes, Juan Rulfo y Vicente Leñero, el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y el uruguayo Juan Carlos Onetti, entre otros.
La historia, inspirada en sus vivencias personales, transcurre en el Colegio Militar Leoncio Prado, ubicado en Lima. Un internado de formación castrense donde jóvenes adolescentes se preparan para una posible carrera militar.
El colegio, sin embargo, representa cómo era a ojos de Vargas Llosa la sociedad peruana de la época: autoritaria, violenta, machista y profundamente desigual.
Al momento de su publicación, Perú atravesaba un periodo de fuertes tensiones políticas y sociales tras la dictadura del general Manuel A. Odría (1948–1956), por lo que la publicación de la novela fue polémica hasta el punto de que el ejército peruano quiso censurarla.
A Vargas Llosa le traería fama internacional y repudio local.
Como figura clave de la literatura latinoamericana, su segunda novela de ficción tampoco defraudaría. Ambiciosa y compleja, “Conversación en La Catedral” fue considerada por muchos críticos como una de sus obras maestras.
El libro se caracteriza por los cambios constantes de narrador, de tiempos verbales y de escenas, lo que obliga al lector a reconstruir por si mismo los hechos.
El 3 de octubre de 1968, el general Juan Velasco Alvarado lideró un golpe militar que derrocó a Fernando Belaúnde Terry, elegido en las urnas en 1963. En ese contexto y solo un año después se publicaría este libro.
La historia gira en torno a Santiago Zavala, conocido como “Zavalita”, un joven periodista que acaba desilusionado, trabajando como redactor en un periódico sensacionalista y viviendo una vida gris.
Un día, se encuentra casualmente con un antiguo chofer de su padre, y juntos se sientan a conversar en un bar llamado precisamente “La Catedral”. La conversación y los recuerdos de ambos sirven como eje central de la novela.
En un caso de rebeldía tribal, Vargas Llosa contrajo matrimonio en 1955, cuando aún contaba con 19 años, con su tía materna, la boliviana Julia Urquidi, 11 años mayor que él y divorciada. El escándalo en la familia fue enorme, no solo por la edad, sino por el parentesco.
De su relación con ella y su trabajo en Radio Panamericana saldría una de sus novelas más exitosas y graciosas: “La tía Julia y el escribidor”.
De nuevo, era una novela que contaba sus experiencias vitales, pero a diferencia de las anteriores obras, más densas y centradas en temas políticos, esta tiene un tono más ligero, casi humorístico y autobiográfico. Sí se mantiene la crítica al conservadurismo y clasismo de la sociedad peruana.
Cuando Vargas Llosa publicó “La tía Julia y el escribidor”, ya era un autor consagrado en América Latina y Europa.
Julia Urquidi publicaría luego una suerte de respuesta en su libro de memorias “Lo que Varguitas no dijo”.
Los críticos dicen que con este libro Vargas Llosa alcanzó la madurez literaria. Se nota, añade la crítica literaria, en la épica y las disertaciones filosóficas latentes en toda la narración.
Con “La guerra del fin del mundo” el escritor vira hacia la novela histórica de ficción.
Los acontecimientos que inspiran la historia son reales y ocurrieron en Brasil a fines del siglo XIX: la llamada Guerra de Canudos (1896–1897) fue una sangrienta rebelión religiosa que tuvo lugar en 1897 en Canudos, Brasil, y encabezada por el mesiánico Antonio Conselheiro.
Vargas Llosa toma este hecho real como base para una novela en la que múltiples personajes cruzan sus caminos: periodistas, soldados, bandidos, intelectuales, prostitutas, campesinos y políticos. El lector asiste no solo a una guerra física, sino también a una colisión ideológica entre modernidad y tradición, razón y fe.
Lo que empezó como un guión para una película que nunca se filmó terminaría convirtiéndose en una de sus obras más ambiciosas.
Más adelante regresaría a la novela histórica con “El paraíso en la otra esquina” (2003) y “El sueño del celta” (2010).
En 2000, cuando nadie lo esperaba, volvió a publicar una novela total con “La fiesta del chivo”, que rivalizaría con sus grandes logros en la escritura, como “Conversación en la catedral” o “La guerra del fin del mundo”.
Era el regreso del Vargas Llosa que se metía en el fragor de los grandes acontecimientos políticos y de la violencia. Y también el regreso a un tema muy atractivo para los escritores latinoamericanos: el caudillo devenido en dictador.
En esta ocasión, el foco se sitúa en la República Dominicana y la figura del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó con mano de hierro entre 1930 y 1961. Cómo haría antes, Vargas Llosa escribió esta novela tras una profunda investigación documental y entrevistas.
La trama gira en torno a Urania Cabral, hija de un antiguo funcionario trujillista, que regresa a Santo Domingo después de décadas en el exilio. Su viaje es el hilo conductor emocional y sirve para explorar el trauma personal y colectivo de una sociedad marcada por el silencio y la complicidad.
La novela denuncia cómo muchos sectores sociales –élite, iglesia, militares, empresarios– fueron cómplices del régimen, y cómo el miedo disolvió la responsabilidad individual.
Su literatura “estuvo marcada por la pasión por la literatura y el compromiso con la exploración de la condición humana a través de sus historias”, dijo La Casa de las Américas en su nota de despedida al genial escritor.
*Con información de Juan Carlos Pérez Salazar.
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