La edición 46 de la Marcha del Orgullo LGBTTTIQ+ este sábado 29 de junio estuvo marcada por todas las expresiones que cupieron en ella: aquellas que celebran los tramos recorridos en el reconocimiento de derechos y las que remarcan, con más fuerza, las agendas que han quedado olvidadas o a medio camino. La jornada fue de orgullo y protesta, de visibilidad y exigencia.
Incluso se generó una contrapropuesta que, tomando el mismo punto de partida, el Ángel de la Independencia, decidió marcar una ruta distinta en sentido contrario, geográfica e ideológicamente.
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Con rumbo a Auditorio Nacional en lugar del Zócalo capitalino, la contramarcha hizo suyo el activismo en contra del genocidio en Palestina tanto como el rechazo al pinkwashing y al espíritu festivo, pero también al oportunismo de marcas comerciales, que ha permeado la marcha en los últimos años.
Este 29 de junio, 260 mil personas -entre integrantes de comités, colectivos, activistas y población en general- ejercieron su derecho a la libre manifestación, según estimaciones de autoridades capitalinas, quienes añadieron que el saldo de todas las movilizaciones fue 3 lesionados.
Desde antes de las 10 de la mañana, algunas agendas pendientes en materia de salud –como la atención a infecciones frente a las que las poblaciones LGBT se encuentran en mayor vulnerabilidad– comenzaron a expresarse en la aplicación gratuita de pruebas de detección de VIH, sífilis y hepatitis C, iniciativa que sostuvieron organizaciones e instancias públicas.
Daniel Vallejo, del Centro Escolar Newton explicó que, por ejemplo, su brigada asistió para hacer pruebas diagnósticas de manera oportuna y gratuita, pues una de sus líneas de trabajo es la promoción a la salud. Desde antes de que se alinearan los primeros contingentes, citados a las 10 de la mañana, la institución ya realizaba tres o cuatro pruebas simultáneas.
A esa hora, aún parecía poca la afluencia en torno al Ángel de la Independencia, mientras lo evidente era la dispersión de los asistentes que iban llegando con sombrillas, diademas y vestimentas de colores a un monumento en el que, esta vez, a diferencia de otros años, no se había colocado podio ni templete. La presencia de instancias públicas –además de aquellas que aplicaron pruebas o resguardaron a algunos asistentes– fue mucho menor.
Los carros alegóricos, igualmente, tomaron mucha más distancia, física y de presencia. La fila empezaba solo después de la Glorieta de la Diana y aunque extensa, quedó muy por detrás de la vanguardia, de las organizaciones de la sociedad civil y de los bloques disidentes. Durante varias horas y kilómetros, la marcha tuvo un aire más personal y menos comercial que en otros años.
“Este año todos nuestros esfuerzos están enfocados en la marcha a pie con los distintos contingentes registrados, poniendo las causas y las exigencias al frente… Les invitamos a que este año marchemos a pie juntes para exigir el ‘Alto’ a los discursos y crímenes de odio por orientación sexual, expresión o identidad de género”, había dicho hace unos días el Comité IncluyeT, organizador tradicional de la marcha.
Mientras las escalinatas e inmediaciones del Ángel iban llenándose, los integrantes de ese comité pasaban lista a un grupo de voluntarios que, más tarde y a lo largo de toda la ruta, sostendrían diversas atenciones: orientación, necesidades específicas en caso de algún incidentes o contención y guía de los contingentes.
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Uno de ellos, Kevin Zepeda, cuenta que su presencia tuvo por objetivo dar un poco más de organización a la marcha, tomar en cuenta a todos los grupos LGBT y ayudar, en lo posible, a que todas las voces fueran escuchadas. “Principalmente, darle ese sentido a todo el sonido que tiene esta comunidad, tanto personas como organizaciones y grupos vulnerables; vamos a estar al pendiente para generar un ambiente de armonía y respeto”, asegura.
Él cree que las dos vertientes, de orgullo y de protesta, caben en la marcha, pues si bien hay mucha visibilidad que expresar, aún hay demasiado que avanzar en leyes, programas, situaciones injustas o por mejorar. Entre ellas, aún hace falta trabajar, opina, con las personas que tienen otras ideologías, no respetan o incluso les agreden: “Tiene que ser un punto clave en estos tiempos que estamos disfrutando de nuestro orgullo, y todos los días, cada año”.
Entre esos pendientes figuran también la eliminación de todo tipo de violencias hacia las poblaciones de la diversidad sexual, la falta de legislaciones integrales para las personas trans y la atención a temas prioritarios de salud como el acceso a tratamientos para prevenir el VIH y los consumos problemáticos de cristal entre hombres que tienen sexo con hombres, según documentó Animal Político.
Alrededor del mediodía, finalmente, con varios contingentes ya formados para la salida, comenzó el avance sobre Paseo de la Reforma, con una diversidad de causas y exigencias, como recordó en su momento el comité: las personas refugiadas en México que buscan protección internacional por la persecución en sus países, el reconocimiento del trabajo sexual como trabajo, el acompañamiento a los padres y familias de personas que pertenecen a poblaciones LGBTTTIQ+, y el alto a los discursos y crímenes de odio.
Los organizadores y contingentes incluso promovieron un tramo de silencio de la Glorieta de las Mujeres que Luchan al Antimonumento a los 43. Ahí destacaban los puños en alto en señal de memoria a las víctimas de violencia, aunque cada tanto eran interrumpidos por la icónica canción ‘Todos me miran’ de Gloria Trevi o consignas más festivas como “Esos mirones, también son maricones” o “Educación sexual, a todo heterosexual”.
También desde las 10 de la mañana, los colores de la bandera de Palestina comenzaron a hacerse notar en las inmediaciones del Ángel de la Independencia. Incluso, en su cara poniente, el texto que conserva en una de sus placas fue sustituido por una bandera pintada, obra de un contingente que abrazaba al mismo tiempo la causa trans.
“No le interesamos (al gobierno); no les interesan las personas con VIH, no les interesan las personas con discapacidad, solo van a utilizarlas para instrumentalizarlas, y todo lo que puedan sacar de dinero lo van a hacer”, repetían en el micrófono frente a la pinta, mientras sostenían mantas que exigían la tipificación del transfeminicidio y la Ley Integral para las personas trans.
Unas cuantas escaleras abajo se congregaba el bloque disidente, un conjunto de organizaciones –entre ellas Divu, VIHve Libre, Lleca y Racismo MX– que se dio a conocer como tal el año pasado y que marchó bajo el principio “no es un día de fiesta, es un día de protesta”. A diferencia de 2023, cuando su énfasis estuvo en el desabasto de medicamentos para prevenir y atender el VIH, esta vez lo fue, con mayor fuerza, la agenda trans.
“Exigimos justicia para las mujeres trans, para todas las personas trans, ante un año sumamente violento, donde hasta ahora se han registrado 31 feminicidios en lo que va del año; exigimos justicia ahora que estamos vivas, que no nos quieran dar justicia una vez muertas, atrapando a nuestros agresores. Exigimos la tipificación del transfeminicidio en la Ciudad de México”, señaló al megáfono Victoria Sámano, de Lleca.
Añadió que las mujeres trans que principalmente son asesinadas son las trabajadoras sexuales, las pobres y las más precarizadas. Este año, en la Ciudad de México –remarcó– se han registrado ocho transfeminicidios, de los cuales solo hay tres agresores en el reclusorio. “¿Dónde está la justicia para ellas, dónde está la justicia para quienes siguen ejerciendo el trabajo sexual, el cual no es reconocido como un trabajo?”, cuestionó.
“Aquí está, la resistencia trans” y “Aquí se ve, la furia NB (no binaria)”, gritó el bloque disidente minutos antes de su salida junto con el resto de los contingentes de la marcha. Era poco su avance cuando incorporaron a la protesta un ataúd simbólico, que cargaron durante toda la ruta de la marcha que más tarde, en su caso, se desvió por Eje Central hacia el Congreso capitalino en lugar del Zócalo.
Ahí recordaron la deuda que los legisladores locales tienen con las poblaciones trans, colgaron de las estatuas que resguardan sus puertas mantas con exigencias en torno a la Ley Integral Trans y a la tipificación del transfeminicidio, colocaron el ataúd sobre las escalinatas –mientras un policía capitalino, corporación que comenzó a marcarles el paso desde que cambiaron de ruta, sugería que debían aprovechar para tirarlo de una vez cuando pasó por ahí un carro de limpia–, y aventaron a las paredes y puertas pintura blanca, rosa y azul.
“Estas disidencias sí me representan”, se escuchó entre el grupo seguido de un grito colectivo. Sámano destacó que las reformas para que las mujeres trans sean consideradas dentro del delito de feminicidio no son suficientes porque viven violencias distintas: “Aquí les dejamos los colores de la bandera trans para que se acuerden de la deuda histórica que tienen con las poblaciones trans –continuó–; este es un llamado también a la próxima jefa de gobierno, Clara Brugada”.
Para ese momento, pasadas las 4 de la tarde, al Zócalo capitalino le quedaba cada vez menos espacio transitable ante un cúmulo de sombrillas, banderas y vestimentas con banderas arcoíris. La fiesta y los conciertos –facilitados por un patrocinador diferente al comité organizador, que también renunció a ofrecer un evento artístico final para privilegiar las causas y las exigencias– habían comenzado. El baile, la celebración, la visibilidad y el orgullo, pero también la protesta y las disidencias, poco a poco dejaban kilómetros atrás, sobre Paseo de la Reforma, al afán comercial.
Mientras el tránsito se encontraba detenido rumbo al Zócalo, por carros alegóricos de empresas que participaron en la Marcha del Orgullo LGBT, del otro lado de la avenida Paseo de la Reforma avanzó la autonombrada “contramarcha”, cuyo destino fue la Embajada de Israel en México, para protestar contra la guerra que ha dejado a 37 mil víctimas asesinadas en Palestina.
Desde la estación del Metrobús El Ángel, donde se reunió la contramarcha, les organizadores –que llevaban banderas arcoíris, LGBT y de Palestina– dieron lectura a pronunciamientos en los que condenaron el genocidio palestino y contra el uso que hacen distintas empresas de los colores de la bandera LGBT+ el mes de junio, con campañas dirigidas a la comunidad.
“Convocamos a esta contramarcha porque los más de 30 transfeminicidios que van en 2024 rebasan nuestro luto y tenemos digna rabia, porque vivimos en un país colmado de LGBTfobia; seguimos sin tener algo qué celebrar. Este orgullo blanco, lleno de propaganda capitalista, no nos representa”.
“Mientras se asesine a compañeres, no hay orgullo; mientras se usen nuestros símbolos y colores para esconder la barbarie, no hay orgullo; mientras los mismos que nos discriminan, invisibilizan y explotan, sigan pintándose de nuestros colores, no hay orgullo”, expresaron antes de comenzar a marchar.
El contingente avanzó sobre Paseo de la Reforma, con dirección a Lomas de Chapultepec, mientras del otro lado de la avenida permanecían estacionados los carros alegóricos de la marcha que llegaría al Zócalo, con música a todo volumen y un ambiente de fiesta. A quienes se encontraban en estos vehículos, los manifestantes de la contramarcha los increparon con consignas como “empresa, entiende, mi orgullo no se vende” y “marica, consciente, se une al contingente”.
Al llegar a la entrada del Bosque de Chapultepec, la contramarcha se detuvo y algunes de les asistentes tuvieron la oportunidad de tomar el megáfono para hablar, entre elles la activista trans Mikaelah Drullard, quien recordó “a las 37 mil víctimas asesinadas y 21 mil desaparecidas que ha dejado el genocidio: es muchísima gente a la que se ha asesinado y es por eso que hoy parece que somos poquites frente a la multitud de la otra marcha, pero la rabia, la emoción, el sentimiento que nos trae hoy acá justamente no es el orgullo, la fiesta ni la celebración, sino más bien un profundo deseo de transformación del mundo”.
“Y el sueño de que hasta que Palestina no sea liberada, hasta que Haití, Sudán, El Congo sean libres, hasta que en México le den respuesta a las madres buscadoras y a los padres que les han desaparecido a más de 100 mil personas en este país, hasta que la tortura no sea sistemática y estructural, hasta que los feminicidios -que se asesinan 10 y 11 mujeres en promedio todos los días-, hasta que los asesinatos de nuestras compañeras trans y travestis no sean una realidad, hasta ese momento sentiremos orgullo”, subrayó Drullard.
Luego de estas palabras, el contingente continuó su avance hasta el Campo Marte, donde algunos de los asistentes lanzaron latas de aerosol, entre consignas como “militar, idiota, el gobierno también te explota”, y realizaron un pase de lista de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014, a lo que los soldados respondieron tomando video de quienes se acercaban a sus instalaciones.
Unos metros antes de la puerta de acceso a la Embajada de Israel en México, los manifestantes se encontraron con una valla metálica, detrás de la cual había decenas de policías con equipo antimotines, a quienes lanzaron consignas previo al mitin en el que distintos colectivos realizaron pronunciamientos y performances.
El primer acto fue el de une persone que se cortó el cabello y fue bañada en pintura roja, mientras un violinista interpretó una canción con una tonada triste, seguidos de dos representantes del grupo “Judíes por una Palestina libre”, quienes cantaron dos canciones y emitieron un pronunciamiento.
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“Como persona judía, como judíes nos solidarizamos con el pueblo palestino; los perpetradores en Israel, Estados Unidos y Europa afirman luchar en nuestro nombre, rechazamos esta pretensión; sabemos que nuestra libertad está entrelazada con la libertad de nuestros compañeres de Palestina, nadie será libre hasta que todes seamos libres”, señaló una de ellas.
Su compañera, entre lágrimas, compartió: “nuestres ancestres se han enfrentado al genocidio, la limpieza étnica y la violencia durante siglos, en honor a nuestres abueles, bisabueles y antepasades, no dejemos que la historia se repita, nunca más significa nunca más para nadie”.
Después de estos actos, siguieron algunos pronunciamientos en los que se abordaron temas como los derechos laborales de las personas LGBT+ –quienes aún no cuentan con las mismas condiciones que sus compañeros de trabajo, o son discriminados por su identidad u orientación sexual–, y reiteraron su reclamo contra el pinkwashing de las empresas que convierten las luchas de las disidencias en productos de consumo.
“No podemos permitir que las marcas que nos discriminan todo el año, nos pagan salarios de miseria, nos exigen cambiar nuestra apariencia o cometen violencia sistémica contra la comunidad, de repente en junio se pinten de colores, cambien sus logos y actúen como si fueran inclusivos todo el año. Recordemos que las primeras movilizaciones del orgullo tuvieron un signo sumamente combativo: contra las razzias, contra el autoritarismo, por la liberación de ser lo que somos sin sufrir”.
“No dejemos que ese espíritu de lucha sea diluido por un desfile que no nos representa. Además, este año tenemos una razón más por la cual alzar muy alto la voz: no puede haber orgullo con genocidio, no puede haber una fiesta del orgullo cuando decenas de miles de personas están siendo asesinadas por la ultraderecha sionista, supremacista y reaccionaria”, señalaron integrantes de Libres y Combativas MX.
Al finalizar los pronunciamientos, un grupo de manifestantes lanzó objetos y cohetones a los policías, quienes en respuesta accionaron extintores y lanzaron un gas que provocó que quienes estaban presentes tuvieran ardor en los ojos, tos y dificultad para respirar.
Con ese acto concluyó la movilización, y la contramarcha se retiró en colectivo rumbo a la estación más cercana del metro, donde los asistentes se despidieron entre abrazos, lágrimas y risas, con el compromiso de continuar con la exigencia de un alto al fuego en Gaza.
Quienes invirtieron el la criptomoneda promocionada por Milei perdieron grandes cantidades de dinero.
Subir un 1.300% en cuestión de horas para desplomarse en cuestión de segundos. Eso es lo que hizo el pasado 14 de febrero $LIBRA, la criptomoneda que el presidente de Argentina, Javier Milei, promocionó a través de sus redes sociales.
La publicidad del mandatario, quien luego se distanció del proyecto, ayudó a atraer a unos 40.000 inversores.
Según los expertos, la debacle de la criptomoneda, que hizo que miles de personas perdieran su dinero, podría tratarse de un caso de “rug pulling” (algo así como “tirar de la manta” o “tirar de la alfombra” en español), una estafa repetida muchas veces en el mundo de las monedas digitales y que lleva años en la mira de las autoridades financieras de todo el mundo.
En el “rug pulling”, se crea una criptomoneda y se promociona profusamente para convencer a los inversores de que la compren e inviertan dinero en ella.
“Por lo general, intentan generar la mayor expectativa posible -casi siempre contratando celebridades para respaldar el producto- antes de tomar el dinero de los inversores y desaparecer”, le explica a BBC Mundo Eduardo Valpuesta, director del Máster en Derecho Digital de la Universidad de Navarra, en España.
Cuando el valor de la moneda crece porque cada vez más inversores la quieren, los desarrolladores -que mantienen la mayor parte de las acciones del proyecto- las venden de golpe de forma masiva, lo que produce un abrupto desplome del valor. “Tiran de la manta” y todo se viene abajo.
Pese a que a primera vista el proyecto parece legítimo, la verdadera intención de los desarrolladores es acumular tantos fondos como sea posible y desaparecer abruptamente dejando a los participantes con tokens -monedas- sin valor.
En el caso de lo sucedido en Argentina con $LIBRA, cuyos impulsores aseguran que se trata de un negocio legítimo, el respaldo del presidente, quien cuenta con 3,8 millones de seguidores solo en la red social X, fue suficiente para llamar la atención.
Y quienes invirtieron probablemente tenían en mente lo que pasó en enero con la criptomoneda TRUMP, que en pocas horas subió como un cohete tras un mensaje en redes del presidente de Estados Unidos.
“Luego es muy difícil demandarles y recuperar el dinero. Para empezar habría que demostrar que hubo un fraude. Y sobre todo es complicado saber quiénes son, dónde hay que demandarles, conforme a qué normativa, y como ejecutar una posible sentencia condenatoria”, explica Valpuesta.
El profesor recuerda que entre 2015 a 2018 hubo muchísimas emisiones de monedas digitales en las que se repitió este patrón: “Los emisores lanzaban la moneda, y luego decían que el negocio no había funcionado y que no había dado rentabilidad”.
“No había forma de saber si realmente el negocio no había resultado, o es que ellos se habían quedado el dinero y no habían hecho nada. Un emisor de esos no es una sociedad tradicional que tiene una serie de controles. Son emisores constituidos en el ciberespacio, difíciles de someter a un poder concreto”.
Por lo general, las criptomonedas legítimas tienen un objetivo. “Sirven para algo en el entorno digital. Con Bitcoin podemos realizar pagos en el ciberespacio como alternativa a los pagos bancarios y Ethereum, por ejemplo, inventó los contratos inteligentes”, explica Andrea Baronchelli, profesor de Ciencias de la Complejidad de la City University de Londres y miembro del Instituto Alan Turing.
“Otras como Tether, tienen como objetivo mantener la paridad con el dólar, y son útiles, por ejemplo, si quieres enviar remesas al extranjero porque evitas muchas comisiones”.
“Entre los proyectos cripto establecidos y los fraudulentos hay una línea muy fina, pero los últimos se caracterizan casi siempre por ser pequeños desarrollos que no tienen nada detrás o en los que la moneda no tiene ninguna utilidad”, añade Baronchelli.
Según los expertos, no hay que dejarse engañar, más si no se entiende el objetivo de la criptomoneda. Pero si uno decide participar, hay que investigar al equipo detrás del proyecto y la tecnología que usan, y desconfiar de la falta de transparencia.
Normalmente, además, estos proyectos prometen fraudulentamente altos beneficios.
“Aparecen de la nada y no son conocidos en el ecosistema cripto. Sus creadores afirman que conseguirán resultados rápidos, pero como la moneda en realidad no tiene ninguna utilidad, eso significa que no tiene ningún sentido como inversión a largo plazo”, dice Baronchelli.
Para el experto, esas son las primera señales de alarma y al mismo tiempo las más difíciles de detectar por los inversores nuevos en el mundo cripto.
Como señales de advertencia, ten cuidado con los rendimientos y las ganancias poco realistas, el marketing excesivo y la presión para participar rápidamente. Evita el miedo a perderte algo.
“El caso de $LIBRA nos muestra cómo el entusiasmo generado en redes sociales puede inflar artificialmente el valor de un token, solo para derrumbarse cuando la especulación alcanza su punto máximo”, añade Javier Molina, asesor de Mercado de la plataforma eToro.
“Los inversores deben ser cautelosos y entender que, en este nuevo panorama digital, el impacto de los memes puede ser tan poderoso como efímero, convirtiendo la volatilidad en un factor clave a la hora de evaluar este tipo de activos”.
Aunque siempre hubo casos de “rug pulling” en la industria, algunas estafas han dejado una huella notable. Algunas incluyen OneCoin, Thodex, AnubisDAO, Uranium Finance y Squid Game Token. Estas estafas provocaron miles de millones de dólares en pérdidas para los inversores.
“Muchas criptomonedas son perfectamente solventes y serias, pero siempre hay personas que usan los mercados para aprovecharse de inversores sin experiencia, y sacarles el dinero”, añade Valpuesta.
“También hay una inmensa mayoría de compradores de criptomonedas que no las tienen para usarlas como medio de pago, sino simplemente como forma de inversión especulativa, porque esperan que suba su cotización y puedan obtener así una ganancia”, dice.
No es la primera vez que Milei promociona un criptoactivo que luego resultó ser fraudulento o de dudosa procedencia.
En febrero de 2022, el entonces diputado nacional elogió en sus redes el activo digital de la empresa de videojuegos Vulcano, otro emprendimiento de Mauricio Novelli (hoy asociado con $LIBRA).
“Muy interesante el proyecto de vulcano game NFT gaming. Un diagrama económico sostenible en el tiempo a diferencia de la gran mayoría”, expresó Milei.
Semanas después de su mensaje, el $VULC perdió todo su valor.
Ese mismo año, el economista libertario reconoció en una entrevista con Radio Con Vos que había cobrado para promocionar CoinX, una plataforma de inversión que terminaría siendo denunciada como una posible estafa piramidal.
“Tuve el placer de conocer las oficinas de CoinX World y su equipo. Están revolucionando la manera de inversión para ayudar a los argentinos a escapar de la inflación. Desde ya puedes simular tu inversión en pesos, dólares o criptomonedas y obtener una ganancia. Escríbanles CoinX World de parte mía así los asesoran con lo mejor”, había escrito el entonces legislador en una publicación de Instagram.
Consultado sobre su responsabilidad ante quienes se habían sentido engañados, Milei dijo que no se trató de una estafa y que lo suyo solo fue “una opinión”.
“El negocio estaba bien armado”, aseguró al periodista Ernesto Tenembaum, afirmando que en este tipo de negocio nunca se puede garantizar la ganancia que se promete.
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