
Mientras el Gobierno de Clara Brugada alista a la Ciudad de México para ser anfitrión del Mundial de Futbol 2026, al sureste de la capital ha recurrido a la violencia para edificar una Utopía y despojar a ejidatarios y vecinos de unas canchas de futbol que durante 57 años impulsaron el compañerismo y deporte en el pueblo originario de San Fernando Tlaltenco, en Tláhuac.
El Deportivo El Triángulo fue donado por los ejidatarios a tres equipos de futbol locales en 1968. A partir de esa fecha, los clubes Real Tlaltenco (antes sólo Tlaltenco), Libertad y Madero echaron raíces y fomentaron la convivencia del pueblo mediante torneos y entrenamientos. Es por ello que, cuando se enteraron que habría una Utopía en ese sitio, interpusieron un amparo, el 6 de mayo, e inmediatamente expresaron su descontento al gobierno capitalino.
“En la mayor parte de la población, el sentimiento es de molestia y descontento, porque no somos solamente los representantes de los equipos y dirigentes [los afectados], sino los pobladores en general que ya no cuentan con ese espacio para que sus hijos, nietos y demás familiares practiquen su deporte favorito”, comparte en entrevista Gabriel Sirnes, coordinador del equipo Real Tlaltenco.
A esto se abona un sentimiento de humillación e impotencia después de que, el jueves 26 de junio, ejidatarios y coordinadores de equipos fueron agredidos por un grupo de choque que, acusaron, envió la administración de Brugada junto con trabajadores de construcción y de limpieza para desmantelar las canchas e iniciar la construcción de la Utopía. Lo anterior pese a que aún no se resuelve la situación jurídica del amparo.

Debido a la violencia utilizada en el despojo, los habitantes levantaron dos denuncias ante la Fiscalía local: una por desalojo e invasión; y otra por agresión física contra un individuo.
“No es posible que nos despojen de un predio que ha pertenecido a nuestras familias, a nuestros ancestros, y que hemos cuidado de la mejor forma posible. Verlo destruido, arado, como lo vemos ahora”, lamenta el futbolista. “Tienen que darse cuenta que si son representantes del pueblo, tienen que respetar los derechos del pueblo”.
En diciembre de 2024, la jefa de Gobierno anunció que una de las 16 primeras Utopías de su administración se ubicaría en el Deportivo El Triángulo.
“Yo ya me imagino la Utopía maravillosa, porque además va a beneficiar no solo a Tláhuac, también va a beneficiar a Iztapalapa, toda la zona de Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, Degollado, La Polvorilla, toda esa zona también”, dijo durante una jornada del programa “Casa Por Casa”, con el cual visita viviendas de diversas colonias de la ciudad.
Las Utopías son el programa estandarte que impulsó Brugada como Alcaldesa de Iztapalapa y luego como promesa de campaña para ganar la elección a jefatura de Gobierno.
Las instalaciones tendrán infraestructura deportiva como canchas de futbol, basquetbol, tenis y pista de atletismo; así como una oferta de actividades y talleres culturales y de atención a la ciudadanía.
Sin embargo, los habitantes del pueblo de Tlaltenco destacan que en la zona ya cuentan con estos servicios en las cuadras cercanas del Deportivo El Triángulo, entre ellos una alberca semiolímpica y una casa de la cultura, ambas a cargo de la Alcaldía de Tláhuac, encabezada por Berenice Hernández.
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Asimismo, recalcan que la tierra del deportivo fue donada de forma definitiva por los ejidatarios a la comunidad futbolera y que, contrario a lo que asegura el Gobierno, esa área no ha sido expropiada.
“¿Por qué quitarle su deportivo a los jóvenes?”, cuestiona María Elena López, ejidataria que ha defendido las canchas. “Les dimos otras opciones, o que compren o adquieran un terreno especialmente para esto”.
El señor Gabriel Sirnes ha jugado desde hace 55 años en el equipo Real Tlaltenco, del que ahora es responsable. Tras más de cinco décadas de haber jugado en el Deportivo El Triángulo, su primer instinto cuando se enteró que quería construir la Utopía fue defender el sitio.

“Nos prometieron que nos iban a reubicar en la Deportiva Ejidal, que es un espacio más grande que tiene Tlaltenco, pero nosotros les dijimos que ahí podían hacer la Utopía. No es tan cerca del metro, no generaría el caos vial y además hay espacio que no afectaría a los equipos como nos afecta a nosotros los usuarios del Deportivo El Triángulo”, expone.
Para ellos, la insistencia del Gobierno de Brugada de construir la Utopía sobre Avenida Tláhuac, donde se encuentra el deportivo, se debe a la visibilidad política que puede dar la ubicación al conjunto.
María Elena, ejidataria del Pueblo de San Francisco Tlaltenco, estuvo el jueves 26 en el deportivo cuando llegaron decenas de trabajadores de limpieza y un grupo de choque a desmantelar la infraestructura de las tres canchas, a pesar de que representantes de la Secretaría de Obras y Servicios capitalina (Sobse) e incluso el Subsecretario de Gobierno, Fadlala Akabani Hneide, se habían comprometido dos días antes a reunirse primero con los ejidatarios y representantes de equipos para llegar a un acuerdo.
“Llegué como a las 8 (de la mañana) y empezamos a resguardar, yo llevé unos candados y empezamos a resguardar los diferentes accesos”, recuerda María Elena.

Durante siete horas, los ejidatarios pudieron cuidar los accesos e impedir que trabajadores de construcción iniciaran labores en el deportivo, pero alrededor de las 3 de la tarde –cuando varios compañeros se habían ido a sus hogares a comer– perdieron el control del lugar.
“Empieza a llegar el grupo de choque y a tronar la reja de delimitación [del predio] para entrar, y empiezan a entrar todos”, reclama la ejidataria.
Josefina, quien pidió omitir su nombre real por seguridad, es ejidataria y madre de familia. Sus hijos entrenaban en el Deportivo El Triángulo. “Tlaltenco se denomina por el futbol, así como en Meyehualco con el frontón”, explica.
Dos días antes del desalojo de las canchas, ella acudió a dejar a sus hijos al entrenamiento de futbol cuando arribaron trabajadores del gobierno, sin previo aviso, con la intención de tomar posesión de las instalaciones. En ese momento, representantes de los tres equipos deportivos dialogaron con ellos y acordaron realizar una reunión posterior. Sin embargo, el acuerdo no se cumplió: el jueves siguiente, personal del gobierno regresó para desmantelar el lugar.

“Se le solicitaba al gobierno que presentaran algún documento donde ellos podían hacer uso del suelo, a lo cual ellos jamás presentaron nada. Sin embargo, ese día yo me percaté que había personas que no eran trabajadores, que los traían otras personas y eran gente de choque”, recuerda. “El mismo gobierno los llama a golpearnos, a incitarnos a la violencia”.
Ella recibió manotazos, mientras que su padre –un adulto mayor– y uno de sus hijos fueron agredidos físicamente con empujones y golpes. A otro de los ejidatarios, le abrieron el labio.
“[Siento] Impotencia y mucho coraje. No te puedes defender ni como ellos lo hacen, ni a golpes, porque sabes que te puede ir peor”, dice Josefina.

El sentimiento es compartido por Víctor Ruiz, quien desde los 18 años de edad se integró al Club Madero. Él vio cómo se empastaron las canchas, con el trabajo de sus familiares, y procuraron mantenerlo verde con recursos propios.
“Da tristeza que después de mucho sacrificio, vienen las autoridades y nos quitan ese espacio”, suma.

El anuncio de Trump tiene como objetivo cortar los ingresos del gobierno de Nicolás Maduro, pero algunos analistas advierten que la medida podría profundizar la crisis económica en Venezuela y generar consecuencias negativas para Washington.
Para Venezuela, el petróleo no es simplemente un bien de exportación. Constituye el eje central de su economía y la principal fuente de ingresos y de divisas con las que el país importa alimentos, medicinas y otros bienes esenciales.
Por ello, el bloqueo “total y completo” contra los buques petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela —anunciado el martes por el presidente de EU, Donald Trump— no solo podría afectar al gobierno de Nicolás Maduro, sino también a amplios sectores de la población venezolana.
Varios expertos advierten que una medida de este alcance también puede resultar contraproducente para Washington.
Trump dio a conocer la decisión a través de sus redes sociales, donde acusó al gobierno de Maduro de utilizar petróleo “robado” para financiarse y para sostener el “narcoterrorismo, tráfico de personas, asesinatos y secuestros”.
Sus declaraciones se producen una semana después de que Washington incautara un buque petrolero frente a las costas venezolanas, una acción que Caracas denunció como “un robo descarado” y “un acto de piratería”.
El mandatario estadounidense también afirmó este martes en Truth Social que Venezuela está “completamente rodeada por la mayor armada jamás reunida en la historia de Sudamérica”, y añadió que esta presencia militar “seguiría creciendo” y que sería “algo como nunca antes se había visto”.
Venezuela —que posee las mayores reservas probadas de petróleo del mundo— ha condenado la orden de bloqueo como una “amenaza grotesca”, que, según el gobierno de Maduro, busca “robar” la riqueza del país.
Desde septiembre, Estados Unidos ha acumulado una importante presencia militar frente a las costas venezolanas en el Caribe, que incluye a más de 15,000 efectivos y al portaaviones más grande del mundo, el USS Gerald R. Ford.
El ejército estadounidense también ha estado realizando una serie de ataques aéreos contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental en los que han muerto al menos 95 personas.
El presidente Trump afirma que el objetivo de esta campaña militar es combatir el narcotráfico en la región y acusa al mandatario venezolano, Nicolás Maduro, de encabezar el llamado Cartel de los Soles.
Sin embargo, diversos analistas sostienen que la estrategia podría también estar orientada a impulsar un cambio de régimen en Venezuela.
Venezuela produce actualmente cerca de 1 millón de barriles diarios de crudo, lo que representa aproximadamente el 1% de la producción mundial.
Una cifra que contrasta con los más de 3 millones de barriles diarios que el país produjo en 1998, el año previo a la llegada al poder del mentor político e ideológico de Maduro, el expresidente Hugo Chávez.
El desplome de la producción responde a una combinación de mala gestión, falta de inversión en el sector, pérdida de personal calificado, corrupción y sanciones internacionales.
Por ello, el impacto de un bloqueo petrolero sobre el mercado mundial sería limitado, al menos en el corto plazo.
Pero, para millones de venezolanos, las consecuencias podrían ser mucho más profundas y directas.
Cuando el presidente Donald Trump impuso un paquete de sanciones económicas estrictas a Venezuela en 2018, durante su primer mandato, la medida profundizó la ya grave crisis económica y humanitaria que atravesaba el país sudamericano.
Según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), solo ese año la economía venezolana se contrajo en torno al 15%, una de las caídas más pronunciadas de su historia reciente.
Christopher Sabatini, investigador principal para América Latina del centro de estudios Chatham House, con sede en Londres, afirma que el bloqueo anunciado por Trump podría tener un efecto “aún más devastador si lo mantiene y persiste”.
“Creo que la administración Trump espera poder darle un giro rápido a esta medida. Espera que el lenguaje hiperbólico e incendiario que usó en Truth Social ponga al círculo íntimo de Maduro en su contra y promueva una transición rápida“, le dice a BBC Mundo.
“Pero si eso no pasa, se prevé una gran crisis, porque un gran porcentaje de las exportaciones venezolanas viaja por este tipo de embarcaciones sancionadas”, agrega.
“Y los ingresos provenientes de esas exportaciones no sólo se usan para pagar y sobornar a burócratas, sino para comprar medicinas y alimentos, por lo que se prevé una gran escasez de ambas cosas”.
Un informe reciente de la organización Transparencia Venezuela reveló que el 41% de los buques petroleros (40) que operaron en las costas venezolanas en noviembre fueron buques sancionados, parte de la llamada flota de buques fantasma.
Por su parte, el servicio independiente de seguimiento Tanker Trackers estima que unos 37 buques incluidos en la lista de sancionados de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) estaban operando en aguas venezolanas a principios de este mes.
El economista venezolano Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker de la Universidad Rice, en Houston, señala que la medida anunciada por Trump también forzará al gobierno de Nicolás Maduro a ofrecer mayores descuentos en el petróleo que vende a través de canales informales para sortear las sanciones.
“En cualquier escenario, esto provocará una reducción de los ingresos, lo que a su vez causará una devaluación del bolívar y un aumento de la inflación. Y si la situación se prolonga, es probable que genere una caída significativa del PIB”, añade.
El FMI proyectó que la inflación en Venezuela cerrará 2025 en aproximadamente 269,9 %, según su informe World Economic Outlook publicado el 14 de octubre de 2025.
Expertos advierten que el bloqueo también podría tener consecuencias negativas tanto para la oposición venezolana como para el propio gobierno de Donald Trump.
“Si la medida no logra desalojar al gobierno de Nicolás Maduro y los venezolanos comunes comienzan a sufrir sus efectos, es posible que muchos terminen culpando a la oposición y a Trump de la crisis”, señala Sabatini.
Y una mayor pobreza en Venezuela probablemente también impulse una nueva ola migratoria hacia países de América Latina y a Estados Unidos.
Según datos de la ONU, cerca de 7.7 millones de venezolanos han abandonado el país desde el inicio de la crisis económica y política, convirtiendo la situación en una de las mayores crisis migratorias del mundo.
El economista estadounidense Mark Weisbrot, codirector del Centro de Investigación Económica y Política (CEPR), considera que el bloqueo anunciado por Trump podría terminar perjudicándolo políticamente si se mantiene en el tiempo.
“Cerca del 90% de las divisas extranjeras que obtiene Venezuela provienen de las exportaciones de petróleo, por lo que un bloqueo como el anunciado podría generar más pobreza y más migración”, le dice Weisbrot a BBC Mundo.
“Es un riesgo considerable para Trump: si la migración venezolana hacia Estados Unidos aumenta de forma significativa, es probable que sus votantes le hagan pagar el precio en las elecciones de medio mandato del próximo año”.
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