Nunca se había visto tanta gente en esta comunidad rarámuri. Tampoco se había tenido una visita presidencial. Hoy pasaron ambas cosas.
Se trata de Mogótavo, una comunidad indígena en el municipio de Urique, localizado en las plenas Barrancas del Cobre. Aquí, este 20 de diciembre se concentraron miles de personas para recibir la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y de la gobernadora del estado, María Eugenia Campos.
Puedes leer: Claudia Sheinbaum entregará escrituras a dos comunidades rarámuri con territorios en disputa
En el evento, calificado por las autoridades como “histórico”, hicieron entrega de reconocimientos de propiedad a representantes de dos comunidades indígenas: Bosques de San Elías Repechique, municipio de Bocoyna, y Huasachique, del municipio de Balleza.
A la primera se le reconocieron 693 hectáreas y a la segunda mil 485 hectáreas. En ambos casos es la primera ocasión que les reconoce el territorio.
Sin embargo, en total sólo entregaron el 6.3% de las 11 mil hectáreas que pelea la comunidad Bosque San Elías Repechique desde hace años, debido a que su territorio fue vendido a 12 particulares – empresarios de la región, esto sin pedirle permiso al pueblo indígena. Sólo un particular accedió a vender una parte del predio Batuyvo.
Pero aparte del evento protocolario, para la comunidad de Mogótavo, esta visita les dio mayor visibilidad ante los embates constantes que tienen de empresarios y políticos que buscan despojarles de su territorio.
Irónicamente en su discurso, la gobernadora María Eugenia Campos, aseguró que su gobierno tiene una convicción humanista y que la responsabilidad de ella con la sierra Tarahumara no era solo política, sino moral. Pero de manera contrastante nombró a principios de este mes de diciembre a Omar Bazán, exdiputado local y exdirigente estatal del PRI, como director general de Conalep, siendo que él es uno de los políticos que mantiene demandada a la comunidad de Mogótavo por sus tierras.
Ese tipo de demandas hacia la comunidad les tiene en alerta constante y haciendo esfuerzos por mantener recursos jurídicos para no perder un espacio que ha ocupado ancestralmente.
“Este evento es de alegría y esperanza, y así esperamos que se atiendan de fondo los problemas que le aquejan a nuestra gente”.
Estás fueron algunas de las frases que pronunció don Luis González Rivas, gobernador indígena de Mogótavo, al dirigirse a quienes acudieron a la visita presidencial. Él estuvo sentado al lado derecho de Sheinbaum y fue claro con sus demandas, dichas en rarámuri y traducidas por Miguel Parra, también integrante de la comunidad.
Don Luis habló de la sequía que se vive y de los problemas de desplazamiento por falta de alimento, y sobre la desnutrición que se vive en la sierra, por eso urgió a crear un programa de seguridad alimentaria.
También pidió ampliar las brigadas de salud y crear un hospital en Guadalupe y Calvo, para “nuestros hermanos ódami”. Asimismo planteó la necesidad de contar con agua potable en todas las comunidades, a fin de disminuir los riesgos de enfermedades.
En materia educativa planteó educación universitaria en la sierra y dar en idioma indígena las clases en educación básica, que incluyan sus tradiciones y saberes.
Para cerrar, habló del despojo de territorio indígena y la urgencia de tener seguridad y certidumbre de su posesión. “Hemos sufrido el despojo de nuestro territorio. Vamos perdiendo el espacio que nos dejaron nuestros antepasados”, manifestó en rarámuri.
Luego, al hablar en español, don Luis se dijo contento por tener una visita de autoridades en esta meseta que poco tiene presencia y atención gubernamental. “Esto nos va a ayudar para los territorios. Ya no estamos tan solos”, expresó.
Esta visita presidencial, además de traer a miles de personas y una atención gubernamental y mediática, dejó algunos beneficios materiales a la comunidad.
Por ejemplo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) les dejó instalados paneles solares en 3 puntos estratégicos de la comunidad para que tengan energía eléctrica: en el salón de usos múltiples (donde se reúnen para tomar acuerdos), en la iglesia y en un salón más donde también tienen reuniones.
Puedes leer: A días del Ultramaratón de los Cañones, grupo delictivo impone “toque de queda” en Guachochi, Chihuahua
Hay otros puntos de la comunidad donde si tenían electricidad generada con paneles solares, pero con menos capacidad a los instalados en esta semana previo a la visita de Sheinbaum.
Asimismo hubo maquinaria pesada durante 3 días para arreglar el camino empedrado que conecta la carretera con la meseta de esta comunidad.
La complejidad orográfica representa dificultad para la llegada de los vehículos hasta la meseta de Mogótavo. Ni la gobernadora ni la presidenta llegaron hasta ahí por tierra; ambas arribaron en helicóptero.
Otro efecto de la visita fue la venta de elotes, algunos otros antojitos, y lo más llamativo, productos alusivos a Sheinbaum y al expresidente Andrés Manuel López Obrador, como fotografías, tazas, camisetas, sudaderas, calcetines, llaveros y almohadas con la figura de los morenistas.
Además, la presidenta utilizó una blusa tradicional manufacturada por el taller de costura Mukí Súmi.
Mientras que en materia de seguridad, llamó la atención de los habitantes de la zona el dispositivo tan amplio por parte de elementos del Ejército Mexicano, Guardia Nacional, y vigilancia aérea.
La cúspide del evento, por lo menos para las comunidades asistentes, fue la entrega del documento de propiedad del territorio. Fuera de eso, los discursos gubernamentales se quedaron en cifras y promesas.
María Eugenia Campos, por ejemplo, agradeció al Congreso del Estado por aprobaciones de normativas ordenadas por el ámbito federal, entre ellas la polémica reforma judicial.
Declaró que nunca se realizó un esfuerzo para combatir la desigualdad en la sierra y aseguró que se han aplicado 2 mil millones de pesos para ello, aunque no especificó en qué se gastó el dinero.
A su vez, Claudia Sheinbaum, consideró que “el histórico” regreso de territorio a las comunidades es parte del segundo piso de la llamada Cuarta Transformación.
Además anunció que el próximo año habrá nuevos programas sociales: uno de pensiones para mujeres indígenas mayores de 60 años; otro para beca a todas las niñas y niños que estén en preescolar y primaria, con apoyo de 1,900 pesos por familia y 700 pesos adicionales por menor en la escuela; y uno más de visita casera de personal médico, por lo menos una vez al mes, para hacer revisión de rutina a adultos mayores.
También informó que en 2025 serán instaladas las Farmacias del Bienestar, para surtir de forma gratuita los medicamentos de adultos mayores; y prometió construir un “camino” entre Chihuahua y Sinaloa, que mejorarán escuelas de las comunidades y construirán caminos artesanales para la mejor conectividad de regiones de la sierra, sin dar mayores detalles sobre ello.
La cifra de personas asesinadas durante el fin de semana podría alcanzar hasta 184, de acuerdo con estimaciones de la ONU.
Algunos recibieron disparos, otros puñaladas o machetazos. Todos eran señalados de brujería.
Al menos 110 personas, en su mayoría de edad avanzada, fueron brutalmente asesinadas por miembros de pandillas en la capital de Haití, Puerto Príncipe, según un grupo de derechos humanos.
La Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH) dijo que un líder de una pandilla local los había atacado después de que su hijo enfermara y posteriormente muriera.
Según se informa, el líder de la pandilla consultó a un sacerdote vudú que culpó de la misteriosa enfermedad del niño a los ancianos locales que practicaban “brujería”
Naciones Unidas afirmó que el número de personas asesinadas en Haití en lo que va del año a causa de la creciente violencia de las pandillas había alcanzado “una asombrosa cifra de 5,000”.
Aunque todavía se están conociendo los detalles de la masacre, el alto responsable para los derechos humanos de la ONU, Volker Türk, elevó el lunes a 184 el número de personas asesinadas durante el fin de semana “en actos de violencia orquestados por el líder de una poderosa banda”.
Los asesinatos ocurrieron en el barrio Cité Soleil de la capital.
Según los informes, los miembros de la banda secuestraron a decenas de residentes mayores de 60 años de sus casas en la zona de Muelle Jérémie, los acorralaron y luego los mataron a tiros o a puñaladas, con cuchillos y machetes.
Los residentes informaron haber visto cuerpos mutilados quemados en las calles.
La RNDDH estimó que el viernes murieron 60 personas, mientras que el sábado se detuvo y asesinó a otras 50, después de que el hijo del líder de la banda muriera a causa de su enfermedad.
Si bien la RNDDH dijo que todas las víctimas tenían más de 60 años, otro grupo de derechos humanos dijo que también habían sido asesinadas algunas personas más jóvenes que habían tratado de proteger a los ancianos.
Los medios locales informaron que las pandillas habían buscado a personas mayores que se cree que practican el vudú porque al líder de la banda le habían dicho que la enfermedad de su hijo había sido causada por ellos.
Los grupos de derechos humanos dijeron que el hombre que había ordenado los asesinatos era Monel Felix, también conocido como Mikano.
Se sabe que Mikano controla Muelle Jérémie, una zona estratégica en el puerto de la capital.
Según Romain Le Cour Grandmaison, un experto en Haití de la Iniciativa Global contra el Crimen Transnacional (GI-TOC, por sus siglas en inglés), la zona es pequeña pero difícil de penetrar para las fuerzas de seguridad.
Los medios locales dijeron que la banda de Mikano había impedido a los residentes salir de Muelle Jérémie, por lo que la noticia de los asesinatos tardó en difundirse.
El grupo forma parte de la alianza de pandillas Viv Ansanm, que controla gran parte de la capital haitiana.
Haití se ha visto envuelto en una ola de violencia de pandillas desde el asesinato en 2021 del entonces presidente, Jovenel Moïse.
Los datos recopilados por GI-TOC muestran que hubo un descenso en la tasa de asesinatos entre mayo y septiembre de este año, después de que las bandas rivales alcanzaran una tregua incómoda.
Sin embargo, los intentos de las bandas de expandir su territorio más allá de sus bastiones en la capital han dado lugar a incidentes particularmente sangrientos en los últimos dos meses, en los que los residentes comunes son cada vez más los blancos de los ataques, en lugar de los miembros de bandas rivales.
El 3 de octubre, 115 habitantes locales fueron asesinados en la pequeña ciudad de Pont-Sondé, en el departamento de Artibonite.
Al parecer, la banda Gran Grif llevó a cabo esa masacre en represalia por el hecho de que algunos residentes se unieran a un grupo de vigilantes para resistir los intentos de Gran Grif de extorsionar a los lugareños.
Si se confirma la cifra de muertos que ha dado la ONU por los asesinatos de este fin de semana en Cité Soleil, se trataría del incidente más mortífero de lo que va de año.
Dado que las bandas controlan aproximadamente el 85% de Puerto Príncipe y zonas cada vez más extensas del interior, cientos de miles de haitianos se han visto obligados a huir de sus hogares.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, más de 700.000 personas (la mitad de ellas niños) están desplazadas internamente en todo el país.
Los miembros de las bandas suelen recurrir al abuso sexual, incluida la violación en grupo, para sembrar el terror entre la población local.
En un informe publicado hace dos semanas, la investigadora de Human Rights Watch Nathalye Cotrino escribió que “el estado de derecho en Haití está tan quebrado que los miembros de los grupos criminales violan a niñas o mujeres sin temer ninguna consecuencia”.
Los intentos de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, dirigida por Kenia, de sofocar la violencia han fracasado hasta ahora.
La fuerza policial internacional llegó a Haití en junio para reforzar a la Policía Nacional Haitiana, pero no cuenta con los fondos necesarios ni con el equipo necesario para enfrentarse a las bandas fuertemente armadas.
Mientras tanto, el Consejo Presidencial de Transición (TPC, por sus siglas en inglés), el organismo creado para organizar las elecciones y restablecer el orden democrático, parece estar en crisis.
El TPC reemplazó al primer ministro interino el mes pasado y parece haber hecho pocos progresos en la organización de las elecciones.
“Reinan sobre una montaña de cenizas”, escribe Romain Le Cour Grandmaison, de GI-TOC, sobre el consejo en su informe.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.