La maestra María Elena Ramírez Agüero, de la escuela primaria Capitán Antonio Abarca Memije, en la colonia Adolfo López Mateos de Acapulco, ha citado a madres y padres de familia este miércoles 15 de octubre en su salón de clases para dejar actividades con la única intención de que las alumnas y alumnos del tercer grado de esta escuela no se retrasen más en su educación, pese a la suspensión de clases provocada por el paso del huracán Otis.
Una a una, la maestra entrega en las manos de las madres y padres que van entrando al salón de clases dos hojas impresas con las actividades a realizar para el proyecto comunitario “¡Descubro las historias de mi comunidad!” -pensado para tres días de tareas-, acompañada de tres libros, una guía y un cuaderno para que realicen todo en casa.
“Ellos van a hacer las actividades en casa, guiados, claro está, y posteriormente en un lapso de seis días más o menos vamos a traer el resultado de esas actividades y llevaremos nuevamente actividades a casa, en caso de que todavía no se restablezcan las labores en la escuela”, dice la maestra en entrevista.
Sin embargo, la maestra Ramírez Agüero asegura que el dejar estas actividades es una “iniciativa propia”, pues hasta el momento las autoridades educativas sólo les han dicho que hasta que no haya condiciones, las niñas y los niños no pueden regresar a clases.
“Y como nuestra escuela es una de ellas, pues tenemos afuera un foco muy fuerte de infección que es la basura, las autoridades también nos han indicado que para evitar que se vayan a enfermar o algo, no nos presentemos”, dice.
Animal Político visitó escuelas preescolares, primarias, secundarias y bachilleratos de diversas partes de Acapulco, públicas y privadas, mismas que se encuentran en abandono y destruidas, con personal educativo que negó conceder entrevistas por temor a represalias.
Sin embargo, en esta escuela el maestro Santos Contreras Pastrana, director de la primaria, permite hacer un breve recorrido por las instalaciones, mientras él mueve escombros y retira un poco de basura. A pesar de que asegura que “solo dos salones sufrieron daños severos”, muestra que se cayeron algunas láminas, se rompieron los tinacos, la tubería del agua y algunos cristales de los salones.
“Ahorita por el momento ya vino la Comisión Federal de Electricidad, porque no teníamos luz, pero nos vamos a apoyar con los padres de familia o en su defecto con la Marina para poder hacer la limpieza”, dice la maestra Ramírez Agüero, mientras que el director asegura que tendrán que hacerlo ellos mismos pues los marinos están “ocupados”.
—De hecho, a nosotros se nos fue la luz ayer, así que quién sabe, a ver cómo nos organizamos— interrumpe una madre de familia, mientras toma los libros y luego se retira de la escuela.
“Por favor, es muy importante que para esta actividad les hablen a sus hijos del paso del huracán Paulina, Ingrid o Manuel, para que se den cuenta que se puede salir adelante”, dice la maestra, al tiempo que las madres y padres salen de este pequeño salón, desde el cual suele impartir clases a 26 niñas y niños de entre 8 y 9 años de edad.
La Secretaría de Educación Pública ha informado que la suspensión de clases por los daños en escuelas de Acapulco y Coyuca de Benítez ha afectado a 214 mil 716 alumnas y alumnos de todos los niveles, mientras que la Secretaría de Educación de Guerrero ha señalado que el regreso a clases será por etapas, pues el número de escuelas afectadas asciende a 404 escuelas.
Una de las madres que ha acudido a la escuela a recibir las actividades para su hija es la señora Carmelita Rodríguez Flores, que vive a media cuadra de la escuela primaria, pero que llegó tarde debido a que tuvo que formarse por más de tres horas para recibir la Beca Benito Juárez de su hija menor. Pese a lo anterior, se dice feliz porque el gobierno aumentó el apoyo debido al paso de Otis, “justo ahora cuando más lo necesitamos”.
De acuerdo con la vecina de “El Morro”, como se le conoce popularmente a la comunidad donde está esta primaria, los primeros días, luego de que azotó Otis fueron los más difíciles, pues tuvieron que organizarse su esposo y ella para volver a levantar el portón de su casa, que tumbó la fuerza del viento, y reparar las ventanas y puertas de su hogar, pese a no tener luz ni agua.
Sin embargo, una de las cosas más difíciles y preocupantes por la que pasó la pareja fue procurar el bienestar de sus hijas, de 8 y 18 años, una de las cuáles incluso tiene fiebre y dolor muscular.
“Lo que pasa es que yo a la semana las saqué (a mis hijas). Mis hermanos me apoyaron y las pude sacar de aquí, porque no había transporte, no había nada, así que llegó mi hermano en la moto, porque tampoco había señal ni cómo comunicarse”, dice.
“No, pues es la única opción que te ofrezco es llevármelas de aquí porque están inseguras. Aquí no hay agua, no hay luz, entonces me las voy a llevar yo y ya regresas otro día por ellas”, asegura que le dijo su hermano.
De esa forma, durante 15 días ambas estuvieron fuera de su casa, mientras ella y su esposo ayudaban a los vecinos a limpiar las calles, retirar los escombros y hacerse cargo de su propia subsistencia, pero hace apenas un par de días ambas regresaron.
“Y en el momento en que la traje se empezó a enfermar y lleva ya dos días y medio con calentura. Ahorita de hecho la quiero llevar a que la chequen”, dice.
Justo antes de terminar la entrevista para poder llevar a su hija al médico, Carmelita asegura que la mayoría de las y los compañeros de sus hijas se fueron del estado, pero de igual forma se comunicara con los padres y madres para compartirles las actividades que ha dejado la maestra Ramírez.
“Así solamente vamos a trabajar, porque no sabemos cuándo se vayan a abrir ya las escuelas. No hay aire, agua, los tinacos se volaron, o sea que es algo que va a tardar y para que usen los baños, pues imagínate, tiene que haber agua. Aquí ahorita nada más que se me recupere me voy a poner… ahorita que no tengo trabajo, entonces voy a aprovechar el tiempo y a poner un horario para poder adaptarme a estar con ella y adaptarme a estudiar. No va a ser igual, pero no hay de otra”.
La profesora Ramírez Agüero y el profesor Contreras Pastrana, aparte de ser maestros, también son esposos y padres de familia de una niña de apenas 7 años de edad, que los acompañó a revisar la escuela y dejar las actividades para el resto de niñas y niños de la primaria.
“Ahora sí que todos andamos en nuestras propias casas. (Los primeros días) no pensábamos en venir a la escuela, en ese momento nuestra prioridad era nuestra familia o los alimentos, que empezaron a escasear. Pero cuando venimos con el maestro, que es mi esposo, nos dimos cuenta de que la escuela dentro de todo está bien. No hubo daños como otras y ya empezamos a mandar mensajes a los papás”, dice.
De acuerdo con la profesora, la situación de las niñas y niños en esta escuela es particularmente difícil, pues en esa colonia, a pesar de estar tan cerca de la costa, hay muchas familias de escasos recursos, niños que a veces acuden a la escuela sin dinero, mamás que no tienen para comprar guías. Por eso esperan la ayuda de las autoridades educativas estatales y federales para reconstruir sus casas y la escuela.
El lunes, el Gobierno de Guerrero y el Ayuntamiento informaron que habían visitado 251 planteles educativos de Acapulco, de los que 155 habían sido verificados y estaban en proceso de apoyo, aunque la primaria Capitán Antonio Abarca Memije no ha recibido visita ni notificación alguna por parte de las autoridades.
Por su parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) ha señalado que las visitas de las autoridades educativa a las escuelas solo abarcan el 18% de las instalaciones educativas ubicadas en Acapulco y Coyuca de Benítez, por lo que no hay un reporte oficial y detallado sobre las escuelas afectadas restantes.
Singapur recuperó el primer puesto a nivel mundial en rendimiento en matemáticas, lectura y ciencias entre los estudiantes de escuela en las pruebas PISA de 2022, que miden los resultados de los escolares de países en todo el mundo.
Los escolares de la pequeña ciudad-estado asiática consiguieron los mejores resultados en las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), que cada tres años realiza la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El propósito de estas pruebas es medir las habilidades y conocimientos de los estudiantes de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias.
El país asiático ha tenido históricamente mucho éxito, en particular en matemáticas. En este aspecto, la brecha entre el primer y segundo lugar fue de 39 puntos, según el reporte publicado el martes.
Gran parte del éxito se atribuye a la forma en que se imparte esta materia.
En matemáticas, uno de los tres ejes principales de análisis de PISA 2022, los estudiantes de 15 años de Singapur obtuvieron 575 puntos, por encima del promedio de 472 puntos de los 81 países participantes.
Las autoridades de Singapur creen que la educación matemática desempeña un papel crucial para enseñar a las personas a pensar de manera lógica y analítica, por lo que desde temprana edad, los niños singapurenses aprenden a desarrollar procesos matemáticos críticos que implican tareas de razonamiento, comunicación y formulación de modelos.
El enfoque característico de la enseñanza de las matemáticas en el país se conoce comúnmente como el “método Singapur” (o Mastery Approach, “enfoque de maestría”).
Originalmente desarrollado en la década de 1980 por el Ministerio de Educación de Singapur para las escuelas públicas del país, plantea un cambio de enfoque respecto a la enseñanza tradicional y pasa de la memorización a una comprensión más profunda de lo estudiado.
En las últimas décadas, ha sido ampliamente adoptado y adaptado en todo el mundo.
Hay dos ideas fundamentales que subyacen al método de matemáticas de Singapur: el enfoque Concreto, Pictórico, Abstracto (CPA) y la noción de dominio.
El enfoque CPA no es exclusivo de las matemáticas de Singapur y fue desarrollado por el psicólogo estadounidense Jerome Bruner en la década de 1960.
Se basa en la idea de que los niños o incluso los adultos pueden encontrar las matemáticas difíciles porque son abstractas. Por lo tanto, el enfoque CPA introduce conceptos abstractos de una manera tangible y solo luego progresa a temas más complejos.
“En las matemáticas de Singapur, los niños siempre hacen algo concreto”, le dijo a la BBC la doctora Ariel Lindorff, profesora asociada de Educación en la Universidad de Oxford.
“Pueden tener cubos para la suma y juntarlos; pueden hacer algo pictórico; pueden tener algunas imágenes de flores que juntan, o personas o ranas o algo que sea más fácil de relacionar y manejar que solo números”.
El enfoque CPA proporciona así una forma de entender las matemáticas a través de estas representaciones.
Una vez que los niños demuestran que tienen una comprensión sólida de las etapas concretas y pictóricas del problema matemático, luego avanzan a una etapa abstracta de aprendizaje.
“El método no depende de la memorización”, subraya Lindorff.
Otro pilar del “método de Singapur” es la noción de “dominio”, la idea de que todos los estudiantes en la clase avanzan juntos, asegurando que nadie se quede rezagado.
Por ejemplo, cuando los niños aprenden un tema específico como la suma, algunos pueden comprenderlo más rápidamente que otros.
Sin embargo, en lugar de pasar a esos estudiantes a un tema completamente diferente, se les asignan actividades adicionales relacionadas con el mismo tema para profundizar su comprensión.
“Esto no significa que todos tengan que detenerse y esperar hasta que cada estudiante se ponga al día”, aclara Lindorff.
“La idea es que si algunos niños tienen una comprensión muy buena de la suma, el profesor no los llevará directamente a la resta, sino que les dará algo que amplíe un poco más el concepto de suma”.
Estas actividades pueden consistir en trabajar con números mayores o en formatos diferentes.
Así, los niños que tienen una mejor comprensión resolverán los mismos tipos de problemas que el resto de la clase, pero lo harán de una manera diferente.
En las matemáticas de Singapur es crucial que los estudiantes perciban la materia como importante y accesible.
“La idea es que todos sean capaces de hacer matemáticas y todos deberían poder dominar ese concepto hasta cierto grado”, explica Lindorff.
“Algunos pueden ser más rápidos, algunos pueden profundizar un poco más en lo que entienden… A menudo pensamos que algunas personas entienden las matemáticas y otras no; eso no es lo que creo ni lo que subyace en el método de Singapur”.
El método ya se utiliza en otros países, como Estados Unidos, Canadá, Israel y Reino Unido, entre otros. Sin embargo, Lindorff cree que el éxito del modelo de Singapur está estrechamente relacionado con la cultura educativa, el contexto y la historia de la ciudad-estado.
“No creo que puedas simplemente tomar el método y aplicarlo en otros países”, opina. “Singapur tiene una historia interesante y única, y es un lugar muy pequeño. Pensar en el cambio educativo en Singapur es diferente a pensar en el cambio en Reino Unido o en Estados Unidos”.
También señala que los maestros en Singapur tienen perspectivas profesionales más prometedoras y un mejor apoyo en comparación con otros países, y que la actitud de los niños singapurenses hacia la educación matemática también es un factor determinante en el éxito del método.
“¿Qué piensa la gente que es el beneficio de aprender matemáticas y cuál es su propósito?”, pregunta.
“¿Es solo resolver algunas preguntas para la tarea o se trata de resolver problemas en sus vidas?”.
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