Después de tener una tercera reunión, esta vez presencial, con las comunidades afectadas por la contaminación del Río Sonora, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) informó que se abordaron avances tanto legales como el diseño e implementación del plan de remediación.
La secretaría señaló que con ello, se busca garantizar la justicia ambiental para el bienestar de los pobladores de esa región.
Para las comunidades afectadas por la contaminación del Río Sonora, responsabilidad de la empresa Grupo México, el acceso al agua libre de contaminantes fue un tema urgente desde hace 10 años.
“Lo urgente y lo que era para hace 10 años son las plantas potabilizadoras para que la salud no se siga perjudicando, para que las infancias (…) puedan tener un futuro que ahorita ya se les está negando”, señaló Martha Patricia, residente en el municipio de Baviácora en Río Sonora en entrevista para Animal Político tras su participación en el foro “Diálogos por la justicia ambiental” en el mes de noviembre en la Cámara de Diputados.
La reunión se llevó a cabo en la ciudad de Hermosillo con autoridades de la Semarnat y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa); así como, integrantes de los Comités de Cuenca del Río Sonora, académicos y organizaciones civiles.
En un comunicado la Semarnat informó cuales fueron los temas que se revisaron durante la reunión con las personas afectadas y que forman parte de los Comités del Río Sonora.
Para la elaboración y diseño del Plan de Remediación que la Semarnat anunció, Arturo Gavilán García, director general de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas (DGGIMAR) dependiente de la Subsecretaría de Regulación Ambiental de la Semarnat, señaló que el convenio firmado en consecuencia del derrame establece acciones de suelo, agua y salud pública.
Por lo anterior, Gavilán García dijo que se solicitó la participación de la Secretaría de Salud y de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Además, comentó que habrá un trabajo coordinado entre los organismos del sector ambiental para establecer diferentes propuestas que ayuden a forzar el cumplimiento ambiental por parte de la empresa que causó el derrame.
Mariana Boy Tamborrell, titular de la Profepa, señaló que su objetivo es trabajar para que haya una reparación integral de los daños, para que haya justicia ambiental y para asegurar la participación efectiva de las comunidades.
René Sánchez Galindo, titular de la Unidad Coordinadora de Asuntos Jurídicos de la Semarnat, especificó que la Secretaría está revisando los procedimientos administrativos y judiciales en curso. Además, se diseñarán nuevas estrategias para avanzar en la atención integral del caso, siempre en coordinación con las personas afectadas.
La contaminación del río Bacanuchi y posteriormente el Río Sonora, que se encarga de abastecer a la presa “El Molinito”, vino a configurar la vida de las personas que cohabitan y dependen de este cauce de agua en los últimos diez años en que tuvieron que vivir sin el acceso al agua potable, una violación a sus derechos humanos y ambientales.
Marta Patricia, integrante de los Comités del Río Sonora dijo en entrevista para Animal Político que, por más de 10 años han luchando por justicia ante los derrames tóxicos de 2014 que la empresa minera Grupo México ocasionó.
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El derrame de sulfato de cobre en los ríos Sonora y Bacanuchi es considerado “el peor desastre ambiental de la minería en México y que después de 10 años sigue impune”, comentó.
Vivir con un río contaminado llevó a la población a buscar soluciones por sí solos para acceder al agua potable con la compra de garrafones, una vez que Grupo México no entregó las plantas potabilizadoras que fueron parte de los compromisos de remediación y que garantizarían el derecho humano al agua de las comunidades afectadas.
“Nosotros estamos condenados a beber de esa agua porque la mayor parte de los pozos se encuentran a menos de 500 metros del río. Estamos, prácticamente en ese sacrificio porque es el agua que nos toca beber”, denunció.
Martha Patricia tiene diagnóstico de esteatosis hepática. Ella explica que su enfermedad se presenta como una cirrosis no alcohólica. Además, tiene insuficiencia cardíaca.
En la comunidad, cuenta, hay casos de personas que sin tener una edad avanzada, ya presentan Alzheimer. Estos padecimientos son problemas muy tempranos que antes no estaban presentes en las personas, según explicó.
“Vemos personas con problemas de riñón e hígado, afectaciones bien fuertes a la salud y lo más preocupante es que ya las infancias en sus procesos neurocognitivos están teniendo muchos problemas”, acusó.
Con la contaminación de Río Sonora, cauce que nace en Cananea donde están las instalaciones de la minera Buenavista del Cobre, filial de Grupo México, el torrente corre y hace un recorrido hasta el Mar de Cortés donde atraviesa la capital del estado. Sus dos afluentes más importantes son Bacoachi y Bacanuchi, este último afectado también por la contaminación de sulfato de cobre y metales pesados.
“Los metales pesados son altamente tóxicos y tienen una particularidad que se acumulan. Por ese motivo, cuando se llega a la creación del fideicomiso [Río Sonora] que se hizo en su momento como medidas para solucionar el problema se propuso construir 37 plantas potabilizadoras además de una Unidad de Vigilancia Epidemiológica Ambiental del Estado de Sonora”, recordó la integrante de Comités Cuenca Río Sonora.
Martha Patricia explicó que las comunidades afectadas iban a recibir por 15 años atención médica ya que, por la exposición aguda a los metales, los impactos más fuertes se presentarían entre nueve y diez años después de ocurrido el derrame, “como está ocurriendo actualmente que los impactos más fuertes los estamos viviendo”, señaló.
Desde el derrame de sulfato de cobre en el río las comunidades afectadas se han visto obligadas a comprar agua purificada o embotellada, en los últimos diez años. Pese a esto, el agua que les es más accesible comprar se procesa en las localidades que no tienen la tecnología suficiente para filtrar cierto tipo de metales pesados.
“Estos metales tienen la particularidad de que una vez que entran al cuerpo, circulan máximo 48 horas y los que no salen por la orina se quedan alojados en los grandes órganos como son el riñón, hígado, corazón, pulmones y el cerebro y también en el sistema óseo, en el caso del plomo”, explicó.
Martha Patricia comenta que así es como comienza a enfermarse el cuerpo tras la exposición de un río contaminado. Hay manifestaciones en el sistema endocrino y conforme la acumulación de metales se va dando, los órganos comienzan a sufrirlo.
“Desde el principio ya existían familias que tenían que elegir entre comprar agua purificada o comprar qué comer. En mi caso, que solamente somos dos personas en mi casa, yendo a llenar los garrafones el precio más económico que existe aquí es que te puedes gastar, con una familia promedio, en la semana 100 pesos”, dijo.
Advierte que el precio no es el mismo en todas las localidades.
En Bacanuchi, por ejemplo, un garrafón de 20 litros tiene un costo de 40 pesos. El agua que compran no sólo se usa para beber sino también para cocinar ya que, es imposible hacerlo con el líquido que se obtiene de la llave.
Además, comentó que las potabilizadoras no les garantizan que el agua esté libre de contaminación como es su caso que, aún sin tomar líquido de la llave y solo beber agua de los garrafones y embotellada, el problema está presente.
Esto se debe a que las plantas potabilizadoras necesitan nanofiltros para filtrar metales pesados y las purificadoras en la región no cuentan con ellos. Su caso que ha sido documentado es muestra de esto, cómo con el paso del tiempo tras el derrame y sin haber ingerido directamente agua de la llave, enfermó.
Según los ingenieros de Google, su nueva tecnología logró resolver un problema que hubiera tomado diez cuatrillones de años.
Google ha presentado un nuevo chip que, según afirma, tarda cinco minutos en resolver un problema que actualmente a las supercomputadoras más rápidas del mundo les llevaría diez cuatrillones (o 10.000.000.000.000.000.000.000.000 años) completar.
El chip es el último desarrollo en un campo conocido como computación cuántica, que intenta utilizar los principios de la física de partículas para crear un nuevo tipo de computadora increíblemente poderosa.
Google dice que su nuevo chip cuántico, llamado “Willow”, incorpora “avances” clave y “allana el camino hacia una computadora cuántica útil a gran escala”.
Sin embargo, los expertos dicen que Willow es, por ahora, un dispositivo en gran parte experimental, lo que significa que una computadora cuántica lo suficientemente poderosa como para resolver una amplia gama de problemas del mundo real aún está a años (y a miles de millones de dólares) de distancia.
Las computadoras cuánticas funcionan de una manera fundamentalmente diferente a las de los los teléfonos o portátiles.
Aprovechan la mecánica cuántica (el extraño comportamiento de las partículas ultrapequeñas) para resolver problemas mucho más rápido que los ordenadores tradicionales.
Se espera que los ordenadores cuánticos puedan llegar a utilizar esa capacidad para acelerar enormemente procesos complejos, como la creación de nuevos medicamentos.
También se teme que se pueda utilizar para fines criminales como, por ejemplo, para romper algunos tipos de cifrado utilizados para proteger datos sensibles.
En febrero, Apple anunció que el cifrado que protege los chats de iMessage se está haciendo “a prueba de cuántica” para evitar que los lean los potentes ordenadores cuánticos del futuro.
Hartmut Neven dirige el laboratorio de inteligencia artificial cuántica de Google que creó Willow y se describe a sí mismo como el “optimista jefe” del proyecto.
Le dijo a la BBC que Willow se utilizaría en algunas aplicaciones prácticas, pero se negó, por ahora, a proporcionar más detalles.
Pero un chip de este tipo capaz de realizar aplicaciones comerciales no aparecerá antes de finales de la década, dijo.
Inicialmente estas aplicaciones serían la simulación de sistemas donde los efectos cuánticos son importantes.
“Por ejemplo, es relevante cuando se trata del diseño de reactores de fusión nuclear, para entender el funcionamiento de medicamentos y el desarrollo farmacéutico, y para desarrollar mejores baterías para automóviles y otra larga lista de tareas similares”.
Neven le dijo a la BBC que el rendimiento de Willow significaba que era el “mejor procesador cuántico construido hasta la fecha”.
Pero el profesor Alan Woodward, un experto en informática de la Universidad de Surrey, en Inglaterra, dice que las computadoras cuánticas serán mejores en una variedad de tareas que las computadoras “clásicas” actuales, pero no las reemplazarán.
Advierte contra la exageración de la importancia del logro de Willow en una sola prueba.
“Hay que tener cuidado de no comparar manzanas con naranjas”, le dijo a la BBC.
El problema que Google eligió como punto de referencia de rendimiento estaba “hecho a medida para una computadora cuántica”, por lo que no logra demostrar “un aceleramiento universal en comparación con las computadoras clásicas”.
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No obstante, dijo que Willow representaba un progreso significativo, en particular en lo que se conoce como corrección de errores.
En términos muy simples, cuanto más útil es una computadora cuántica, más cúbits tiene.
Sin embargo, un problema importante con esta tecnología es que es propensa a errores, una tendencia que anteriormente ha aumentado cuanto más cúbits tiene un chip.
Pero los investigadores de Google afirman que han revertido esta situación y han logrado diseñar y programar el nuevo chip de manera que la tasa de error se redujera en todo el sistema a medida que aumentaba el número de cúbits.
Fue un gran “avance” que resolvió un desafío clave que el campo había perseguido “durante casi 30 años”, dice Neven.
El experto le dijo a la BBC que era comparable a “si tuvieras un avión con un solo motor: eso funcionará, pero dos motores son más seguros, y cuatro motores son aún más seguros”.
Los errores son un obstáculo significativo para crear computadoras cuánticas más potentes y el desarrollo fue “alentador para todos los que se esfuerzan por construir una computadora cuántica práctica”, dijo el profesor Woodward.
Pero el propio Google señala que para desarrollar computadoras cuánticas útiles, la tasa de error aún tendrá que ser mucho menor que la mostrada por Willow.
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