La saxofonista María Elena Ríos alertó este jueves por la noche sobre la posibilidad de que su agresor, el ex diputado priista Juan Antonio Vera Carrizal pueda darse a la fuga ya que fue excarcelado desde el 2 de diciembre pasado.
Desde el hospital Reforma de la ciudad de Oaxaca, la joven mixteca sobreviviente de un ataque con ácido en el año 2019, dijo que ni el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca, ni la Fiscalía del estado le notificaron de la excarcelación.
“Vine porque me dijo una tercera persona, de quien no voy a decir su nombre porque la pueden matar, vine y lo primero que hizo el Gobernador fue mandarme a amedrentar para tratar de sacarme del hospital”, comentó.
La joven mixteca pidió a la presidenta de México Claudia Sheinbaum justicia y que el caso no se quede en la impunidad.
“Por favor presidenta, usted sabe de mi caso, me vio a los ojos y vio mis cicatrices, las tocó. Lo único que busco es justicia y lo que está haciendo el gobierno de Oaxaca es esperar estas fechas para permitir la fuga de Juan Antonio Vera Carrizal, por favor ayúdeme”, suplicó.
Sobre la situación del acusado Vera Carrizal, el Poder Judicial informó — más de una hora después de la denuncia de la saxofonista— que el juez de Enjuiciamiento que lleva el caso autorizó su salida del lugar de su reclusión, para que fuera llevado a una clínica particular para una revisión médica, aunque no informó los motivos de salud.
Aseguró que en las próximas horas dicho acusado regresará a seguir su proceso en prisión, bajo la medida cautelar de prisión preventiva justificada que tiene impuesta.
En tanto, el subsecretario de Prevención y Reinserción Social de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno del estado, Roberto Claudio Castillo Ramírez señaló que la excarcelación se realiza cuando el Sistema Penitenciario no cuenta con la especialidad médica para atender a una Persona Privada de la Libertad al interior del centro, por lo que es trasladado a un hospital civil o particular.
Indicó que esto no representa su libertad ni un cambio de medida cautelar, y esta acción está justificada en la Ley Nacional de Ejecución Penal.
María Elena Ríos fue atacada con ácido en septiembre de 2019 en Huajuapan de León, Oaxaca. Desde hace cinco años ha luchado para que se castigue por el delito de feminicidio en grado de tentativa a los tres presuntos responsables que se encuentran en prisión: Ruvicel Hernández Ríos, Juan Antonio Vera Carrizal y Rubén Loaeza Charrez.
Además de Juan Antonio Vera Hernández, quien hasta la fecha se encuentra prófugo.
El 14 de agosto de este año el juez José Gabriel Ramírez Montaño declaró inocente al exdiputado priista. Consideró que con las pruebas aportadas no se logró destruir su presunción de inocencia y ordenó su liberación y la de las otras dos personas implicadas en el ataque contra la joven mixteca.
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Sin embargo, horas después la jueza sustituta María Antonia Esteva, del Tribunal de Enjuiciamiento del Circuito Judicial de la Mixteca, resolvió dejar sin efecto la liberación y ordenó que continúen con la medida cautelar originariamente impuesta en la causa penal, es decir: Ruvicel Hernández Ríos deberá permanecer en prisión preventiva justificada; Juan Antonio Vera Carrizal en prisión preventiva oficiosa y Rubén Loaeza Charrez en prisión preventiva oficiosa y justificada.
Vera Carrizal, junto con los otros presuntos responsables fueron citados para una audiencia de debate el 21 de agosto de este año, pero se suspendió y hasta la fecha no se ha realizado.
Dos suicidas intentaron inmolarse durante la visita del papa Francisco a Irak en 2021, pero sus planes fueron frustrados gracias a una información recogida por la inteligencia británica.
Un plan para asesinar al papa Francisco durante un viaje a Irak pudo evitarse gracias a un aviso de los servicios de inteligencia británicos, según relata él mismo en la autobiografía que será publicada el próximo enero.
El pontífice cuenta que, tras aterrizar en Bagdad en marzo de 2021, le informaron de que dos terroristas suicidas iban a atentar contra un acto en el que iba a participar.
Ambos atacantes fueron interceptados y abatidos, según relata en extractos publicados por el diario italiano Corriere della Sera.
El viaje, que se prolongó durante tres días en plena pandemia de coronavirus, fue la primera de un jefe de la Iglesia católica a Irak y contó con una intensa operación de seguridad.
La violencia sectaria había aumentado en Irak en los años anteriores a su visita, con enfrentamientos entre musulmanes chiítas y sunitas, así como con persecuciones a minorías religiosas.
La comunidad cristiana del país se había reducido drásticamente, especialmente a causa del grupo Estado Islámico y otros extremistas sunitas.
En extractos de su autobiografía, el Papa dice que “casi todo el mundo me desaconsejó” la visita, pero sintió que “tenía que hacerlo”.
Según Francisco, el complot fue descubierto por los servicios de inteligencia británicos, que avisaron a la policía iraquí y esta, a su vez, se lo comunicó a su equipo de seguridad cuando aterrizó.
“Una mujer cargada de explosivos, una joven terrorista suicida, se dirigía a Mosul para inmolarse durante la visita papal”, explica.
“Y una furgoneta también había partido a gran velocidad con la misma intención”.
El pontífice añade que al día siguiente preguntó a un responsable de seguridad qué había pasado con los presuntos atacantes.
“El (funcionario) respondió lacónicamente: ‘Ya no están’. La policía iraquí los había interceptado y volado por los aires”, relata Francisco en la autobiografía.
El libro, titulado Hope (“Esperanza”), escrito con el autor Carlo Musso, se publicará el 14 de enero en unos 100 países.
Junto con el “concentrado de humanidad” que Jorge Bergoglio vivió en las villas miseria de Buenos Aires, la “flecha al corazón” que experimentó en Irak son temas centrales en la autobiografía, según el portal de noticias Vatican News.
El Vaticano no respondió inmediatamente a una petición de comentarios, según la agencia de noticias Reuters.
Los viajes del papa Francisco se han diferenciado de los de sus antecesores porque no han tenido como destino los grandes centros católicos del mundo -Europa, Sudamérica y regiones de África-, sino que ha viajado allí donde los cristianos son minoría.
Después de visitar Tailandia, Emiratos Árabes Unidos, Japón y Corea del Sur, en 2021 el pontífice recaló en Irak.
El país es importante para el cristianismo, el judaísmo y el Islam, ya que en la región iraquí de Ur se cree que nació Abraham, considerado patriarca de las tres grandes religiones monoteístas.
En Irak vive una minoría cristiana que está al borde de la extinción debido, entre otras razones, a la persecución que sufrió durante años de grupos radicales como Estado Islámico.
En su visita, Francisco se reunió con el principal líder religioso chiíta, el ayatolá Ali al Sistani, en un encuentro histórico entre las dos religiones.
Para ello Francisco viajó a la ciudad sagrada de Najaf, a unos 160 kilómetros al sur de Bagdad, principal centro religioso de este rama del islam y centro de peregrinación de chiítas de todo el mundo.
El ayatolá es una de las figuras más poderosas del Islam y sus fatuas (edictos religiosos) hicieron que muchos musulmanes se movilizasen en 2014 contra Estado Islámico, con al creación de la Multitud Popular.
En Mosul, en el norte del país, Estado Islámico construyó su brutal feudo y desde allí dirigió sus sanguinarias campañas que forzaron a una gran parte de la población cristiana a huir.
Desde las ruinas de una iglesia de Mosul, el Papa pidió a los cristianos de Irak que perdonaran las injusticias cometidas contra ellos y se centraran en la reconstrucción.
El pontífice relata en su libro sus primeras impresiones sobre Mosul: “Una de las ciudades más antiguas del mundo”, dice, “rebosante de historia y tradiciones, que vio pasar diferentes civilizaciones y fue símbolo de la coexistencia pacífica de diversas culturas en un solo país -árabes, kurdos, armenios, turcos, cristianos, sirios- apareció ante mis ojos como un campo de escombros después de tres años de ocupación por el Estado Islámico, que la había elegido como su bastión”.
Vista desde un helicóptero en el que llegó, cuenta que el territorio parecía “una radiografía del odio, uno de los sentimientos más eficaces de nuestro tiempo“, recoge Vatican News.
Desde la invasión de EE.UU. a Irak en 2003 y hasta 2019, la comunidad cristiana iraquí se redujo en un 83%: de más de 1,5 millones de cristianos a apenas 250.000.
Se estima que al menos un millón de ellos huyeron a Europa y EE.UU. debido a los conflictos internos originados por la invasión y otros fueron desplazados por los grupos islamistas.
La presencia cristiana en Irak se remonta casi a la misma aparición de esta religión en la historia. De hecho, son muchas más las localidades y los lugares nombrados en la Biblia que están ubicados en este país los que se ubican en la llamada “Tierra Santa” de Israel y los territorios palestinos.
En septiembre, la policía indonesia también detuvo a 7 personas que pplaneaban, al parecer, atentar contra Francisco durante la visita que realizó al país asiático, según publicó la prensa local.
En el registro de la vivienda de uno de los detenidos la policía indonesia encontró arcos y flechas, una bandera del Estado Islámico y un dron.
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