A sus 76 años de edad, el señor Jorge Peraza Bernal decía que no le quedaba de otra más que reinventarse; resurgir con más fuerza si cabe de las ruinas que dejó el incendio que consumió el negocio que regentó por más de 30 años, el popular restaurante ‘La Chuparrosa Enamorada’, en Culiacán, Sinaloa.
–¿Qué edad tenía el Ave Fénix cuando resurgió de las cenizas? Nunca lo he averiguado. Pero yo voy a intentar emular al Ave Fénix aún a la edad que tengo.
Lo anterior lo dijo solo una semana después del incendio de su restaurante, del que aún no se sabe con precisión si fue producto de un acto de violencia –testimonios de vecinos aseguran que sí– o si fue fruto de un siniestro accidental –como aseguraron inicialmente las autoridades–.
Era miércoles 30 de octubre. Don Jorge acababa de ser galardonado en el Congreso de Sinaloa en Culiacán con la medalla al ‘Mérito Restaurantero’ y había recibido una ovación unánime de los legisladores, legisladoras, funcionarios de Economía y de Turismo, y de otros restauranteros de la ciudad que lo reconocían aplaudiendo de pie por su “resiliencia” y por su capacidad “de reinventarse” ante la violencia que azota la capital culichi, especialmente desde que el pasado 9 de septiembre estallaron los enfrentamientos por toda la urbe producto de un conflicto al interior del cártel de Sinaloa tras la captura del capo Ismael ‘El Mayo’ Zambada.
“Con el ánimo de generar un contexto más positivo en la ciudad y de generar ánimo y tranquilidad, celebramos un evento muy bonito donde premiamos a 20 negocios y a Jorge como restaurantero”, explica en entrevista Laura Guzmán, presidenta de la sección Culiacán de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Procesados (Canirac).
Guzmán, de hecho, fue la encargada de entregarle el reconocimiento a Jorge Peraza, para luego pedirle permiso de poner el audio ante el auditorio en el que el señor de 76 años menciona con mucha convicción que quería emular al Ave Fénix.
“Él nos dio un mensaje muy alentador, muy emotivo. Un mensaje que es la gran herencia que nos deja y que recibimos”, asegura Guzmán, que recuerda que al escuchar el discurso del veterano restaurantero no pudo evitar que se le “quebrara la voz”.
“Toda la gente estaba muy conmovida por ese mensaje. Fue algo formidable”, hace hincapié la lideresa de restauranteros, que agrega que, una vez terminado el evento, la Canirac inició algunas gestiones para “que el señor pudiera operar de nuevo” tras el incendio de su negocio, un local “en formato campestre” que era muy conocido y querido en la capital culichi.
“A pesar de los retos, Jorge levantó ese restaurante. Pero, como era un negocio campestre y el comedor principal era una palapa, pues con el incendio no quedó nada. Y por eso la ciudad lo tomó con mucha molestia, enojo, coraje y con mucha tristeza y nostalgia, porque era un lugar muy bonito donde había patos junto a un canal, muchas iguanas, y en el que te llenabas de paz y tranquilidad con el solo hecho de estar ahí”.
Tiempo después del incendio, la presidenta de la Canirac insiste muy cauta en que “aún no se sabe” qué fue lo que sucedió, o qué fue lo que lo originó a falta de pruebas periciales. Los hijos del restaurantero, expone Guzmán, desconocen que hubiera un caso de extorsión en contra de su padre. Pero el contexto en el que vive Culiacán a casi dos meses de que estallara la violencia en la ciudad por el conflicto interno entre ‘chapitos’ y ‘mayitos’, donde unos 2 mil negocios se han visto afectados teniendo que, o cerrar definitivamente, o reducir sus horarios de atención al público –porque la caída de consumidores por el temor a las balaceras ha sido muy notable–, hace que no se pueda descartar ninguna hipótesis.
“Si el señor hubiera tenido una amenaza directa, pues yo creo que no hubiera ido a recibir el premio, pues todo se veía de una manera normal. No sabemos qué se llevó en su conocimiento, o qué pudo haber ocurrido”, dice la lideresa de la Canirac, que hace un llamado a “no entrar en una psicosis de supuestos” que alienten aún más el miedo en la ciudad.
No obstante, lo que sí es un hecho consumado es que, poco después del incendio, y solo cinco días más tarde de que pronunciara su emotivo discurso sobre resurgir de las cenizas como el Ave Fénix, el señor Jorge Peraza fue asesinado a tiros.
De acuerdo con un reporte de la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, la tarde de este pasado lunes recibió un llamado al 911 en el que se alertaba del hallazgo de una persona sin vida a un costado de un negocio de birria en el poblado Bacurimí, sindicatura de Culiacancito, en el municipio de Culiacán.
Se trataba de Jorge Peraza. Su cadáver, que presentaba varios disparos por arma de fuego, quedó tirado en una zona que colinda y comparte acceso a lo que quedaba de su restaurante incendiado, ‘La Chuparrosa Enamorada’.
Según dijeron testimonios, al parecer una persona que iba a bordo de un vehículo de color verde fue quien le disparó a quemarropa y salió huyuendo del lugar.
“La muerte de Jorge es algo muy doloroso, algo que nos duele hasta el alma”, lamenta Laura Guzmán, que se encuentra en una difícil encrucijada, pues por un lado condena y lamenta el asesinato y la violencia en Culiacán, y por otro tiene que mantener la calma para continuar con el proceso de recuperación económica de una urbe de casi un millón de habitantes que, producto de la violencia, está registrando pérdidas millonarias, cierre de negocios, y, por supuesto, muchas víctimas mortales –solo en el último fin de semana de octubre, Sinaloa registró 24 casos, de los que 14 se registraron en Culiacán en un solo día, el sábado 26–.
“Tenemos que seguir trabajando. No podemos salir de esta situación de otra manera si no es buscando, en la medida de lo posible, avanzar”, plantea Guzmán, que refiere que antes del asesinato habían logrado “agarrar una bocanada de aire”, que tras el impacto que ha generado en la ciudad el homicidio del veterano restaurantero tienen que volver a tomar.
“Esta situación complica todo de nueva cuenta, porque el empresario se envuelve otra vez en esa atmósfera de miedo, y los comensales ven que la nota se publica por demasiadas partes de la ciudad, y esto paraliza. Porque el miedo paraliza la mente, la energía, y las ganas de salir adelante”, expone la lideresa de la Canirac, que pide a los medios de comunicación que informen de lo que está sucediendo en Culiacán, pero que también difundan otro tipo de historias que alienten la resiliencia y no el miedo, ni el pánico.
“Ojalá que nos ayuden a difundir esa otra parte de que hay muchos hombres y mujeres que, a diario, ponen todo lo que tienen a su alcance para trabajar y seguir manteniendo a las familias de sus empleados, y que están haciendo un gran esfuerzo por mantener la economía de Culiacán y seguir adelante”, recalca Guzmán.
El pasado 31 de octubre, Animal Político publicó que el enfrentamiento interno en el cártel de Sinaloa está generando graves impactos en términos de cierres de negocios, homicidios, y desplazamientos forzados, y también en la desaparición de niños, niñas, adolescentes y jóvenes de hasta 29 años.
En menos de dos meses, suman ya 152 denuncias, de las cuales 105 continuaban vigentes hasta el pasado 31 de octubre, mientras que 7 jóvenes fueron resueltas tras encontrar muertos a los jóvenes.
Esos 105 casos de menores y jóvenes que actualmente continúan desaparecidos en Sinaloa representan casi el 50% de los 211 vigentes que, en total –es decir, incluyendo de los 0 a los 80 años–, suman en la entidad.
O en otras palabras: en estos casi dos meses desde que el pasado 9 de septiembre estallara la violencia en Culiacán, 1 de cada 2 personas que aún están desaparecidas en Sinaloa es un joven.
Culiacán registra la mayor cantidad de jóvenes desaparecidos: 72 casos denunciados en dos meses, de los cuales 53 continúan vigentes, el 74%. Y de los 19 casos resueltos, es decir, en los que se localizaron a los jóvenes, 7 fueron hallados sin vida.
En Mazatlán, la perla turística de Sinaloa que en los últimos días también se está viendo salpicada por la violencia al interior del cártel, suma 54 denuncias por desaparición de niños y jóvenes.
“Nos preocupa mucho el tema de las desapariciones porque se están registrando cifras históricas, y eso sin contar con todos los casos que no se denuncian, pues en este delito la cifrar negra siempre es muy alta. hay gente que tiene mucho miedo de poner una denuncia, o que aún tiene la esperanza de recuperar con vida a su ser querido, y decide mejor no reportar la desaparición ni ir a la Fiscalía a denunciar. Prefieren ir con la delincuencia directamente, o con conocidos (de la delincuencia) para tratar de recuperar a sus seres queridos”, dijo Miguel Calderón, representante de la sociedad civil en el Consejo Estatal de Seguridad Pública de Sinaloa.
El hallazgo se realizó utilizando una tecnología que utiliza láser y que permite mapear las estructuras que están enterradas bajo la vegetación.
Una enorme ciudad maya ha sido descubierta siglos después de que desapareciera debajo de la selva en México.
Los arqueólogos encontraron pirámides, campos deportivos, caminos que conectan distritos y anfiteatros en el estado de Campeche, en el sureste del país.
El hallazgo del complejo oculto, al que llamaron Valeriana, se produjo utilizando Lidar, un tipo de estudio láser que mapea las estructuras enterradas bajo la vegetación.
Los expertos creen que el descubrimiento es el segundo en densidad después de Calakmul, considerado el sitio maya más grande de la américa precolombina.
El equipo encontró tres sitios en total, que son del tamaño de Edimburgo, la capital de Escocia, “por accidente” cuando un arqueólogo buscaba datos en Internet.
“Estaba en algo así como la página 16 de la búsqueda de Google y me topé con un estudio láser realizado por una organización mexicana para el monitoreo ambiental”, explicó Luke Auld-Thomas, un estudiante de doctorado en la Universidad de Tulane (Estados Unidos).
Fue un estudio Lidar, una técnica de detección remota que dispara miles de pulsos láser desde un avión y mapea los objetos que se encuentran debajo de la tierra utilizando el tiempo que tarda la señal en regresar.
Pero cuando Auld-Thomas procesó los datos con métodos utilizados por los arqueólogos, vio lo que otros habían pasado por alto: una enorme ciudad antigua que pudo haber albergado entre 30.000 y 50.000 personas en su apogeo entre el 750 y el 850 d. C.
Eso es más que la cantidad de personas que viven en la región hoy en día, apuntaron los investigadores.
Auld-Thomas y sus colegas bautizaron a la ciudad como Valeriana, en honor a una laguna cercana.
El hallazgo está sirviendo para cambiar la visión occidental de que los trópicos eran lugares donde “las civilizaciones iban a morir”, agregó el profesor Marcello Canuto, coautor de la investigación.
El experto recordó que esta parte del mundo fue el hogar de culturas ricas y complejas.
No hay certeza de las razones que llevaron a la desaparición y al abandono final de la ciudad, pero los arqueólogos consideran que el cambio climático fue un factor importante.
Valeriana tiene las “características de una ciudad capital” y ocupaba el segundo lugar en densidad de edificios, detrás del espectacular yacimiento de Calakmul, a unos 100 kilómetros de distancia.
Los arqueólogos indicaron que está “oculta a simple vista”, ya que se encuentra a sólo 15 minutos a pie de una carretera principal cerca de Xpujil, donde ahora viven principalmente descendientes de los mayas.
No hay fotografías conocidas de la ciudad perdida porque “nadie ha estado allí nunca”, admitieron los investigadores, aunque la gente local puede haber sospechado que había ruinas bajo los montículos de tierra.
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La ciudad, que tenía unos 16,6 kilómetros cuadrados, albergaba dos centros principales con grandes edificios a unos 2 kilómetros de distancia, unidos por densas casas y caminos.
También tenía dos plazas con templos en forma de pirámides, donde los mayas habrían rezado, escondido tesoros como máscaras de jade y enterrado a sus muertos.
Asimismo, tenía una cancha donde los habitantes de la urbe habrían jugado un antiguo juego de pelota.
Igualmente se encontraron pruebas de un reservorio, lo que indica que la gente utilizaba los recursos del entorno natural para mantener a una gran población.
Auld-Thomas y Canuto inspeccionaron tres sitios diferentes en la jungla y encontraron 6.764 edificios de varios tamaños.
La profesora Elizabeth Graham, del University College de Londres y quien no participó en la investigación, afirmó que el descubrimiento respalda las afirmaciones de que los mayas vivían en ciudades o pueblos complejos y no en aldeas aisladas.
“La cuestión es que el paisaje fue definitivamente colonizado -es decir, colonizado en el pasado- y no, como parece a simple vista, deshabitado o ‘salvaje'”, dijo.
La investigación sugiere que cuando las civilizaciones mayas colapsaron a partir del año 800 d. C., fue en parte porque estaban tan densamente pobladas que no pudieron sobrevivir a los problemas climáticos.
“Esto sugiere que la zona estaba completamente llena de gente al comienzo de la sequía y ello no le daba mucha flexibilidad. Y entonces tal vez todo el sistema básicamente se deshizo a medida que la gente se fue alejando”, agregó Auld-Thomas.
La guerra y la conquista de la región por parte de los colonizadores españoles en el siglo XVI también contribuyeron a la erradicación de las ciudades-estado mayas.
La tecnología Lidar ha revolucionado la forma en que los arqueólogos examinan las áreas cubiertas de vegetación, como los trópicos, abriendo un mundo de civilizaciones perdidas, explicó el profesor Canuto.
En los primeros años de su carrera, las inspecciones se hacían a pie y a mano, utilizando instrumentos sencillos para revisar el terreno centímetro a centímetro.
Pero en la década transcurrida desde que se utilizó Lidar en la región mesoamericana, dijo que se ha cartografiado alrededor de diez veces el área que los arqueólogos lograron en aproximadamente un siglo.
Auld-Thomas, por su parte, aseveró que su trabajo sugiere que todavía hay muchos sitios de los que los arqueólogos no tienen idea.
De hecho, se han encontrado tantos sitios que los investigadores no pueden excavarlos todos.
“Tengo que ir a Valeriana en algún momento. Está tan cerca de la carretera, ¿cómo no? Pero no puedo decir que haremos un proyecto allí”, dijo Auld-Thomas.
“Una de las desventajas de descubrir muchas ciudades mayas nuevas en la era del Lidar es que hay más de las que podemos esperar estudiar”, añadió.
El hallazgo se publicó en la revista académica Antiquity.
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