
A 28 años de la masacre de Acteal, en Chiapas, donde mujeres y niñas indígenas tzotziles fueron asesinadas por paramilitares, la organización Las Abejas alertó no solo de la falta de justicia, sino que continúan las represiones, asesinatos y masacres contra luchadores sociales, defensores de la tierra y territorio, así como contra periodistas.
“Un día lunes como hoy, pero del 22 de diciembre de 1997, eran las 10 de la mañana, cuando los paramilitares priistas y cardenistas creados por Ernesto Zedillo Ponce de León en ese entonces presidente de México, y entrenados y armados por el Ejército mexicano, llegaron a masacrar a 45 mujeres, niñas y niños, hombres y abuelas y abuelos; la misión de estos asesinos del Estado mexicano era destruir nuestra lucha por la justicia y la paz verdadera”, afirmó la organización.
“Nunca olvidaremos este horror de crimen de Estado cometido hace 28 años porque ya está escrito en libros y está impregnado en nuestra memoria colectiva y será recordado por nuestros descendientes hasta el final de los siglos”, añadió la organización.
En un comunicado, aseguró que la represión y las mascares no se han frenado a lo largo de los últimos sexenios: En el gobierno del panista Vicente Fox Quesada ocurrió la represión en San Salvador Atenco y contra la APPO de Oaxaca con el uso excesivo de la fuerza de la policía.
Luego vino el sexenio del también panista Felipe Calderón Hinojosa, con su “guerra contra el narco”, que dejó miles de muertos, por supuestos “daños colaterales”.
“Después regresa el PRI con Enrique Peña Nieto, que en su sexenio cometió la desaparición forzada de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, las ejecuciones extrajudiciales en Tlatlaya y otros crímenes atroces”.

De acuerdo con Las Abejas, en 2018, con la llegada de la Cuarta Transformación y Andrés Manuel López Obrador en el poder se siguieron asesinando y persiguiendo a defensores de derechos humanos, del territorio y de la vida, y a periodistas en diferentes partes del país.
“El 5 de julio de 2021, fue asesinado nuestro hermano Simón Pedro Pérez López, así como la masacre de catequistas junto con sus familias en Chicomuselo, el 19 de mayo de 2024, por no estar de acuerdo con el crimen organizado”, recordó.
Mientras que al inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum, “el crimen organizado asesinó al padre Marcelo Pérez Pérez, el 20 de octubre de 2024, por denunciar abiertamente la corrupción del mal gobiernos en Chiapas y de permitir la violencia desatada por el crimen organizado. Apenas el mes pasado el día 27 de noviembre, fue asesinado Marcos Aguilar Rojas, representante agrario de la comunidad wixárika tepehuano, en la población del municipio de Villa Guerrero, Jalisco, y su hermano Gabriel resultó gravemente herido”.

“No importa el color del partido en el poder, porque es un sistema de gobierno hecho para cuidar y proteger los intereses políticos y económicos a costa de la sangre de los pobres, de los campesinos, de las maestras y maestros, de los periodistas, de los defensores de derechos humanos y del territorio. Los gobiernos sea de cualquier partido, gobiernan para los ricos y poderosos y ponen a su Ejército mexicano, a su Guardia Nacional, a sus policías al servicio de estos”, afirmó.
Asimismo, la organización señaló que la masacre de Acteal sigue impune porque la justicia nunca la van a aplicar quienes son los mismos responsables de los crímenes.
Las Abejas también se pronunciaron sobre los cambios en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN): “Vemos también como el mal gobierno cree engañar al pueblo de México con que cambiando a los jueces y poniendo a un ‘indígena’ de presidente de la mal llamada Suprema Corte de Justicia de la Nación, cambia el sistema de justicia en México, pero es mentira”.
Y agregó: agregó: “Para nosotras y nosotros los sobrevivientes de la masacre de Acteal, esta falsa casa máxima de justicia que en el 2009 ordenó la liberación de los paramilitares autores materiales de la masacre de Acteal, sigue siendo un sistema de justicia caducado y podrido y, por lo tanto, es inservible”.

Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.
En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.
Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.
Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.
Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.
Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.
El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.
El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.
Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.
Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.
Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.
A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.
Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.
Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.
Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.
Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.
Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.
En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.
Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.