Activistas y habitantes de pueblos y barrios originarios de la Ciudad de México protestaron este martes contra el acaparamiento del agua en algunas zonas del país y exigieron a las autoridades que privilegien el abasto para las viviendas y no para los megaproyectos inmobiliarios y plazas comerciales.
“Actualmente la respuesta del gobierno de la Ciudad de México a cargo de Martí Batres ha consistido en responsabilizar individualmente y por igual a todos los habitantes de la ciudad, una acción meramente neoliberal, porque las personas que sufren de desabasto ya ahorran el agua, no de ahora, desde hace años”, señaló Alejandro Velázquez, integrante del Frente por la Defensa de los Derechos de los Pueblos y Barrios Originarios de la Cuenca del Anáhuac (FDDPBOCA).
Velázquez reclamó que mientras hay colonias de la capital que llevan años con tandeo del agua, el Gobierno de la Ciudad de México ha autorizado varios megaproyectos con “consumos estimados excesivos”, aunque “no existen acuíferos ni cuencas capaces de soportar el nivel de uso e los grandes consumidores”.
En un oficio que entregaron en las oficinas de la Jefatura de Gobierno, el FDDPBOCA reclamó que las autoridades “insisten en la realización de soluciones meramente técnicas al problema, sin advertir que la gestión del agua y su distribución son un asunto de organización política”, porque “ahorrar y recuperar fuentes de agua por sí mismo no asegura que las personas que menos tienen vayan a tener”.
Entre los asistentes a la manifestación estuvieron presentes vecinos de distintas zonas de la ciudad, como la colonia Tabacalera, el pueblo de Xoco, Jardines del Pedregal, Cuajimalpa, así como de Santa Úrsula Coapa, quienes corearon consignas como “¡Agua sí, megraproyectos no!”, “Gobierno, entiende, el agua no se vende” y “Agua para las casas, no para las plazas”.
Estos últimos reclamaron por el proyecto de remodelación del Estadio Azteca que, de acuerdo con la información que tienen, prevé la construcción de una plaza comercial, un hotel y departamentos, con motivo del próximo mundial de fútbol, cuyo partido inaugural se celebrará en este recinto.
Aunque este lunes el jefe de Gobierno, Martí Batres, dijo que la remodelación del estadio solo incluye la mejora de las instalaciones que actualmente tiene, los vecinos de Santa Úrsula Coapa expresaron su preocupación porque este proyecto pueda afectar el suministro de agua en la zona en la que ya escasea el líquido.
“Televisa tiene una concesión desde 2019, que fue arbitrariamente otorgada porque desde 1954 se decretó una veda de alumbramiento de pozos en la zona. Al día de hoy esa veda sigue vigente, por lo tanto la concesión otorgada para la ampliación del Estadio Azteca es ilegal”, explicó uno de los vecinos que acudió a la protesta.
Los vecinos también se quejaron de que el proyecto del Estadio Azteca y otras megaobras que se están construyendo en la ciudad podrían provocar aumento en los precios de servicios básicos y de la vivienda, afectaciones en las vialidades y aumentar la delincuencia.
Además, reclamaron que al día de hoy, las autoridades de la Ciudad de México han incumplido con el artículo 59 de la Constitución local, en el que se establece que los pueblos y barrios originarios de la capital deberán ser consultados sobre cualquier medida que pueda afectar sus derechos.
Los manifestantes entregaron a personal del Gobierno capitalino un pliego petitorio en el que exigen negar nuevas autorizaciones para grandes construcciones debido a la crisis hídrica que está en curso. También piden modificar las concesiones vigentes para el sector industrial, comercial e inmobiliario con el fin de democratizar la gestión del agua.
Exigieron que se garantice el derecho a la consulta y los derechos territoriales de los pueblos y barrios originarios sobre la administración del agua para “evitar más saqueo”, y establecer consumos máximos que limiten a los grandes consumidores, porque “no es suficiente cobrar más al que más gasta, sino que no se debe permitir que tengan derecho a consumir lo que quieran solo pagando más”.
Acerca de los tandeos de agua, pidieron que estos sean equitativos y que se garantice la distribución por medio de la infraestructura hídrica y no por medio de pipas, las cuales consideraron que “se vuelven un mecanismo de control o uso político, sobre todo en tiempos electorales”.
Tras recibir el pliego petitorio de los inconformes, funcionarios de la Ciudad de México informaron que los activistas serán recibidos el próximo lunes por representantes de la jefatura de Gobierno, así como de las secretarías de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), la del Medio Ambiente (Sedema), del Sistema de Aguas local y del Instituto de Planeación Democrática y Prospectiva, con el fin de dar seguimiento a sus peticiones.
Muchas personas no son conscientes de los riesgos, limitaciones y engaños publicitarios detrás de los suplementos que prometen curarlo todo.
Desde colágeno en polvo hasta gomitas para la inmunidad, los suplementos están en todas partes: en nuestros mensajes de Instagram, en los estantes de los supermercados y llenando el botiquín de nuestros baños. Se comercian como curas rápidas contra los males de la saludo modernos, con la promesa de darnos mejor sueño, piel reluciente, mayor concentración y hasta más longevidad.
Como nutricionista, frecuentemente me preguntan si los suplementos valen su costo, y la respuesta es: depende. Basado en lo que afirman online, creerías que pueden curar casi todo.
Mientras que algunos suplementos sí cumplen un papel valioso bajo ciertas circunstancias, suelen ser malentendidos y frecuentemente sobre promocionados. Sin embargo, muchas personas no están conscientes de los riesgos, limitaciones y trucos publicitarios detrás de las marcas.
Aquí planteo 5 cosas que me gustaría que la gente supiera antes de comprar suplementos.
Si puedes obtener un nutriente de tu dieta, eso casi siempre es la mejor opción.
La Agencia de Normas Alimentarias de Reino Unido define un suplemento alimenticio como un producto “destinado a corregir deficiencias nutricionales, mantener una ingesta adecuada de ciertos nutrientes, o apoyar funciones fisiológicas específicas”.
En otras palabras, los suplementos están ahí para ayudar tu dieta, no reemplazar los alimentos reales.
Los alimentos integrales proporcionan mucho más que nutrientes aislados. Por ejemplo, pescado graso como el salmón no solamente provee grasas omega-3, sino también proteína, vitamina D, selenio o otros compuestos beneficiosos. Estos interactúan de maneras que no entendemos completamente y sus efectos combinados son difíciles, si no imposibles, de replicar con suplementos.
Los científicos han tratado de aislar los “ingredientes activos” de frutas y vegetales para recrear sus beneficios en pastillas, pero sin éxito. Las ventajas parecen venir del alimento completo, no de un solo compuesto.
Dicho eso, hay circunstancias en las que los suplementos son necesarios. Por ejemplo, el ácido fólico se recomienda antes y después del embarazo para reducir el riesgo de defectos en los tubos neurales del feto.
La vitamina D se recomienda durante los meses de invierno cuando la luz del sol es limitada. Las personas que siguen una dieta vegana podrían necesitar vitamina B12, que es la que más se encuentra en productos animales.
Es mucho más fácil tomar demasiado de un suplemento que sobrepasarse con la comida. A corto plazo, eso puede generar efectos secundarios como náusea o diarrea. Pero a largo plazo, el sobreconsumo puede tener consecuencias severas.
Muchas personas toman suplementos durante años sin saber si los necesitan o cuántos son demasiado. Vitaminas solubles en grasa como la A, D, E y K se almacenan en el cuerpo en lugar de ser excretadas.
Demasiada vitamina D, por ejemplo, puede producir una acumulación de calcio, que puede dañar los riñones y el corazón, así como debilitar los huesos. Dosis altas de vitamina A pueden causar daños al hígado, defectos de nacimiento durante el embarazo y una disminución de la densidad ósea.
Incluso las vitaminas solubles en agua pueden causar problemas, ya que se ha vinculado el sobreuso a largo plazo de la vitamina B6 con daños a los nervios.
Como la mayoría de las personas no revisan regularmente sus niveles de nutrientes en la sangre, muchas veces no se dan cuenta de que algo anda mal hasta que aparecen los síntomas.
Si pasas unos minutos online probablemente verás suplementos promocionados como “fortalecedores del sistema inmune”, “naturales”, o “desintoxicantes”. Estas palabras pueden sonar convincentes, pero no tienen ninguna definición científica. Son términos de mercadeo.
La agencia que controla las normas de la publicidad en Reino Unido (ASA, por sus siglas en ingles) tiene reglas sobre cuántas atribuciones de la salud pueden hacer, incluyendo en las redes sociales. Pero hacerlas cumplir es difícil, especialmente con el mercadeo de influenciadores y programas afiliados.
Las estrategias de mercadotecnia conocidas como marketing multinivel (MLM) añaden más complejidad. Los vendedores, que suelen no tener capacitación médica ni científica, promueven los productos en base a anécdotas personales en lugar de evidencia.
Aunque ASA provee guías específicas de cómo los vendedores de MLM pueden promocionar los suplementos, estas reglas son frecuentemente ignoradas, y raramente impuestas y suelen escurrirse entre brechas reguladoras, lo que da lugar a unas atribuciones verdaderamente extraordinarias.
El mercado global de suplementos está avaluado en más de US$100.000 millones. Como cualquier gran industria, sus metas son crecimiento y ganancias. Eso influye en cómo los productos son desarrollados y comerciados. Si un suplemento realmente funcionara, sería recomendado por médicos, no influenciadores.
Algunos suplementos están respaldados con evidencia, pero estos tienden a ser menos llamativos que otros, como el hierro o la vitamina D.
Muchos otros son publicitados con afirmaciones que van mucho más allá de lo que los estudios demuestran y frecuentemente son promovidos por personas que no tienen capacitación formal en nutrición o cuidado de la salud.
Que estén disponibles sin receta médica no significa que un suplemento es seguro. Aún cuando los productos estén etiquetados como “naturales” pueden reaccionar con medicamentos o causar daño.
La hierba de San Juan, usada algunas veces para levantar el ánimo, puede tener efectos secundarios peligrosos si se toma con algunos antidepresivos, anticonceptivos o fármacos para la presión arterial.
La vitamina K puede interferir con anticoagulantes como la Warfarina. El hierro de dosis alta puede producir problemas digestivos y afectar cómo algunos antibióticos son absorbidos.
Muchos suplementos no han sido puestos a prueba en términos de seguridad para personas embarazadas. Se sabe que otros, como la vitamina A de dosis alta, puede ser perjudicial durante el embarazo y ser traspasada a través de la leche materna.
Si estás embarazada, lactando, tomando medicamentos o lidiando con una condición de salud, habla con un farmacéutico, médico general o dietista antes de empezar a tomar un nuevo suplemento.
Los suplementos pueden ayudar a la salud cuando hay una necesidad específica, pero no son un remedio universal. Antes de gastar dinero en un producto que promete mucho, hazte esta pregunta: ¿Realmente lo necesito o no sería mejor gastar el dinero en comida saludable?
*Rachel Woods es catedrática senior de la Universidad de Lincoln. Su artículo original fue publicado en The Conversation, cuya versión en inglés puedes leer aquí
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