Ante la violencia en Chiapas y el desplazamiento forzado de cientos de personas, las parroquias de Santa Catarina y San Pedro Apóstol en las comunidades de Chenalhó y Pantelhó exigieron a las autoridades frenar la inseguridad y defender los derechos de las comunidades.
En un pronunciamiento conjunto, los representantes religiosos cuestionaron si el crimen organizado está protegido por militares y la Guardia Nacional, pues mencionan que desde que llegaron a las comunidades, existe la sospecha de su complicidad.
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Además de que criticaron que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha minimizado los hechos de violencia en los municipios, incluso mencionaron que actualmente existe ingobernabilidad y que se desconoce en manos de quién está la lucha contra el crimen organizado.
“Ya que vemos que los criminales cada día se hacen más fuertes en presencia de los militares y la Guardia Nacional, o ¿están protegidos por ellos? y porque en los encargados de nuestra seguridad estatal y municipal existe la sospecha de su complicidad con los criminales”, dice el documento.
Agregan que la violencia ha dejado familias sin tierra, sin casa y sin paz porque han tenido que abandonar sus comunidades “unas para no aliarse, otros para no venderse, otras para no sumar más asesinos y asesinatos y todas para proteger su vida”.
Las parroquias de Pantelhó y Chenalhó exigieron que se respeten y defiendan los derechos económicos, sociales y culturales de las comunidades que sufren la invación del crimen, que se garantice el estado de derecho y la paz en los pueblos, la atención a las familias desplazadas y el retorno a sus comunidades y el respeto a las autoridades elegidas por los pueblos.
Autoridades de Guatemala informaron que cientos de mexicanos provenientes de Chiapas cruzaron la frontera huyendo de la violencia en la región, provocada por las disputas que mantienen dos grupos del crimen organizado.
De acuerdo con Elsa Hernández, gobernadora del departamento de Huehuetenango, son alrededor de 300 personas las que han llegado, aunque la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), consultada por la agencia Associated Press, señala que son 580 personas, incluidas mujeres, niños y adultos mayores.
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Por su parte, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, mencionó que ”desde el primer momento estamos colaborando con las autoridades de Huehuetenango y la municipalidad de Cuilco, a través del Ministerio de la Defensa para poder coordinar la atención que se les está dando a los refugiados”.
En la zona de la Sierra y Frontera de Chiapas desde hace meses se registran constantes enfrentamientos, ataques armados, bloqueos y homicidios por la disputa territorial entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Ante esta situación, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) señaló que al menos 14 municipios de la región están en “riesgo inminente” por el recrudecimiento de la violencia, además alertó que las bandas delictivas están realizando reclutamientos forzados.
El 26 de julio, el presidente Andrés Manuel López Obrador descartó un fracaso en la estrategia de seguridad de su gobierno para atajar la violencia en los municipios fronterizos de Chiapas que ha provocado el desplazamiento de habitantes a Guatemala y dijo que solo son “circunstancias”.
“Son circunstancias, México es un país muy grande, somos más de 130 millones de mexicanos, hay como en todas partes conflictos pero no es un asunto, como lo quieren ver nuestros adversarios, de que haya ingobernabilidad, que predomine la violencia, que sea un caos, que se esté destruyendo el país, eso es lo que decían los opositores en toda la campaña”.
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Desde Palacio Nacional, el mandatario señaló que la Secretaría de Relaciones Exteriores ya está atendiendo la situación y agradeció al gobierno de Guatemala por la instalación de albergues.
“Son familias que viven en la zona fronteriza en el municipio de Frontera Comalapa que es la raya con Guatemala. Ha habido enfrentamientos últimamente en esa región de dos grupos y para refugiarse se cruzaron a Guatemala y están en albergues. Le agradecemos mucho al gobierno de Guatemala porque los están ayudando y también hay brigadistas nuestros apoyándolos”, dijo al respecto.
Sin embargo, en un evento en Chiapas el 2 de agosto hizo un llamado para recuperar la paz y la tranquilidad.
Las aeronaves cayeron en el río Potomac y hasta el momento las autoridades han rescatado 28 cadáveres, informo la policía. Las autoridades descartan la posibilidad de que haya supervivientes.
Un avión de American Airlines chocó contra un helicóptero militar cerca del Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington DC y las dos aeronaves cayeron al río Potomac la noche de este miércoles.
El avión comercial transportaba a 60 pasajeros y cuatro tripulantes, mientras que tres soldados del ejército estadounidense iban a bordo del helicóptero Black Hawk.
Las autoridades no creen que haya sobrevivientes del accidente. Por el momento se han recuperado 27 cuerpos del avión y uno del helicóptero, según informó en una rueda de prensa John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia en Washington DC.
La Administración Federal de Aviación de Estados Unidos informó que el avión regional Bombardier CRJ700 chocó con el helicóptero cuando se acercaba a la pista alrededor de las 21:00 hora local (02:00 GMT del jueves).
El vuelo 5342 de American Airlines cubría la ruta de Wichita, Kansas, a Washington DC.
“Nuestra preocupación son los pasajeros y la tripulación a bordo del avión”, declaró American Airlines en un comunicado. “Estamos en contacto con las autoridades y ayudando con los esfuerzos de respuesta de emergencia”.
El director ejecutivo de la aerolínea, Robert Isom, expresó su “profundo dolor” por la colisión en un video publicado en el sitio web de la compañía.
En una primera rueda de prensa desde el mismo aeropuerto, la alcaldesa de Washington DC, Muriel Bowser, calificó el evento como “muy trágico”.
Bowser explicó que los servicios de emergencia de toda la región metropolitana de Washington están “trabajando diligentemente” en “condiciones muy oscuras y frías” para ejecutar la operación de rescate en el río Potomac después del accidente aéreo.
En el lugar pueden verse a miembros de los equipos de rescate trepando por los restos del avión que sobresalen del agua.
La alcaldesa añadió que personal de American Airlines está en el aeropuerto hablando con las familias. La dirección de la compañía aérea también está de camino a DC.
Entre los pasajeros había deportistas, entrenadores y otros miembros de la federación de patinaje artístico de EE.UU. que regresaban de un campamento de formación, lamentó el organismo en un comunicado. También había dos patinadores rusos y otros ciudadanos de esta nacionalidad, informó el portavoz del Kremlin.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que se mantiene “completamente informado sobre el terrible accidente”.
“Que Dios bendiga sus almas”, señaló en un comunicado. “Gracias por el increíble trabajo realizado por nuestros socorristas. Estoy monitoreando la situación y proporcionaré más detalles a medida que surjan”.
Posteriormente, el mandatario publicó un mensaje más crítico en su plataforma Truth Social.
“El avión estaba en una línea de aproximación perfecta y rutinaria al aeropuerto”, escribió Trump.
“El helicóptero estuvo yendo durante un largo rato directo hacia el avión. Es una NOCHE CLARA, las luces del avión estaban encendidas.
“¿Por qué el helicóptero no subió ni bajó, ni giró? ¿Por qué la torre de control no le dijo al helicóptero qué hacer en lugar de preguntar si vieron el avión?
“Esta es una mala situación que parece que debería haberse evitado. ¡¡¡NO ESTÁ BIEN!!!”, lamentó.
La recién confirmada secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, informó que desplegó a la Guardia Costera de Estados Unidos para ayudar con la búsqueda y el rescate.
También se manifestó el nuevo secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien escribió que los acontecimientos de este miércoles por la noche son “absolutamente trágicos”.
En una publicación en X, Hegseth señaló que el ejército y el Departamento de Defensa han iniciado inmediatamente una investigación.
“Oremos por todas las almas afectadas y sus familias”, añadió.
Un funcionario que habló bajo condición de anonimato con la agencia de noticias Reuters dijo que se desconoce el estado de los soldados, pero añadió que no había ningún alto funcionario en el helicóptero.
El helicóptero, un Sikorsky H-60, había despegado de Fort Belvoir, en Virginia.
Medios estadounidenses informaron que el avión se habría partido por la mitad, por los restos que se avistan en el río, mientras que el helicóptero estaría sumergido boca abajo en el agua.
El gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, indicó que los socorristas de todo el norte de Virginia, Washington DC y Maryland se han movilizado en respuesta al accidente en el río Potomac, que marca el límite entre DC y Virginia.
“Pido a todos que oren por los pasajeros, las tripulaciones, sus familias y los valientes socorristas”, escribió Youngkin en una publicación en X.
Según el consultor de aviación Geoffrey Thomas, que habló con la BBC, Estados Unidos tiene el sistema de aerolíneas más seguro del mundo y que “este tipo de cosas ya no ocurren”.
Thomas explicó que las colisiones en pleno vuelo “eran cosa del pasado”, y que la nueva tecnología ha permitido que los aviones se comuniquen electrónicamente entre sí para advertir a los pilotos de tales colisiones inminentes.
Se trata de un sistema denominado Traffic Collision Avoidance System (Sistema de alerta de tráfico y evasión de colisión, TCAS, por sus siglas en inglés), que, según Thomas, ha salvado decenas de miles de vidas en las últimas décadas.
Todos los aviones comerciales y la mayoría de los militares están equipados con esta tecnología, añadió el experto.
“Técnicamente (el accidente) nunca debería haber ocurrido. Es desconcertante y trágico”.
Tanto el vuelo de American Airlines como el helicóptero Black Hawk estaban transmitiendo información sobre su trayectoria y altitud antes del accidente, según pudo comprobar BBC Verify.
Las dos aeronaves transmitían distintos tipos de señal, pero ambas eran visibles en un sitio web de seguimiento llamado ADS-B Exchange mientras se acercaban la una a la otra.
El avión enviaba señales ADS-B, mientras que el helicóptero Black Hawk utilizaba otro sistema llamado MLAT.
Las aeronaves de este tipo llevan a bordo sistemas para detectar vuelos cercanos, entre ellos el sistema TCAS.
Doug Rice, piloto retirado de American Airlines, declaró a la cadena NBC que el TCAS no es eficaz por debajo de los 700 pies (213 metros).
Los datos del sitio de seguimiento muestran que el avión de American Airlines se aproximaba en descenso constante al aeropuerto nacional Ronald Reagan de Washington desde el sur. El helicóptero volaba desde el norte, a lo largo del río Potomac, también en descenso.
La última altitud registrada del avión justo antes del impacto era de unos 200 pies (60,9 metros).
El clima será un factor crucial para ejecutar la búsqueda, dado que se espera que las temperaturas caigan por debajo de cero durante la noche en el área donde ocurrió la colisión, según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS).
John Donnelly, jefe del Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia en Washington DC, explicó que la respuesta de rescate es una operación muy compleja y que “las condiciones allí son extremadamente duras”.
Actualmente hay 300 socorristas en el río, trabajando en barcos de toda la zona.
“Hay viento. Hay trozos de hielo en el agua… Y como no hay mucha luz, están ahí fuera buscando en cada centímetro cuadrado”, señaló Donnelly.
Los despegues y aterrizajes fueron suspendidos en el aeropuerto, mientras el personal de emergencia respondía al incidente, indicaron las autoridades del aeropuerto en una publicación en X.
La Administración Federal de Aviación dijo que abrió una investigación sobre el accidente, mientras que el Departamento de Policía Metropolitana indicó que varias agencias gubernamentales están involucradas en la operación de rescate.
Ari Schulman declaró a la NBC Washington que vio estrellarse el avión mientras conducía por la autopista George Washington, que bordea el aeropuerto.
La aproximación del avión parecía normal, hasta que vio que el aparato se desviaba bruscamente hacia la derecha, con “regueros de chispas” que corrían por debajo, iluminando su parte inferior.
En ese momento se dio cuenta de que todo tenía “muy, muy mala pinta”. En su opinión, después de haber visto aterrizar aviones allí en el pasado, la parte inferior de un avión no debería haber sido visible en la oscuridad.
Las chispas, dijo, parecían una “vela romana gigante” e iban desde el morro del avión hasta la cola.
Otro testigo, Jimmy Mazeo, afirmó que vio el accidente mientras cenaba con su novia en un parque cercano al aeropuerto.
Recordó haber visto lo que parecía una “bengala blanca” en el cielo. Aseguró que los aviones que volaban hacia el aeropuerto Ronald Reagan parecían volar siguiendo “patrones irregulares”.
En declaraciones a la BBC, habitantes de áreas cercanas al aeropuerto lamentaron el accidente.
“Acabo de hablar con una de mis vecinas, Josie, en nuestro edificio cerca del Reagan National”, escribió la periodista de la BBC Rachel Looker. “Dijo que el vuelo que se estrelló parecía estar a minutos de aterrizar en el aeropuerto”.
“Todos los que se reunieron en el techo miraron el choque conmocionados e incrédulos.
“Cuando volví al interior, vinieron más personas para mirar más de cerca”, añadió.
“Es muy triste”, dijo Josie.
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