Tras más de dos semanas de paro de labores en el Poder Judicial de CDMX, el viernes pasado la base trabajadora entregó a autoridades capitalinas un pliego de exigencias. Entre los puntos principales se encuentra la solicitud de una auditoría interna antes de agosto, con el fin de detectar y suspender gastos considerados injustificados, y destinar los recursos resultantes a un incremento salarial general.
Además, demandaron la aprobación de un bono extraordinario en diciembre, así como la basificación de personal administrativo, proyectistas, secretarios y trabajadores de medidas cautelares con al menos seis meses de antigüedad, conforme a lo planteado en una “Carta convenio” redactada por el colectivo en paro, documento al que tuvo acceso el Observatorio de Justicia de la Universidad Iberoamericana.
Los trabajadores exigieron participar en la planeación presupuestal de 2026, con el objetivo de garantizar mejoras en condiciones laborales, mobiliario, insumos y atención a la falta de personal.
Finalmente, demandaron que en las negociaciones para el levantamiento del paro no tenga ninguna participación el Sindicato Único de Trabajadores del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, o cualquiera de sus secciones, luego de que este órgano gremial se ha mantenido omiso ante la movilización de la base trabajadora.
En respuesta, el Tribunal Superior de Justicia, en su calidad de parte patronal, propuso revisar el presupuesto para analizar la viabilidad de otorgar un estímulo económico. También se comprometió a no tomar represalias contra los trabajadores movilizados.
Durante la mesa de negociación del pasado viernes, que se prolongó por más de seis horas, las autoridades reiteraron que el monto del posible bono se conocería hasta septiembre, una vez que se revisen los ahorros presupuestales, pero se negaron a establecer un monto concreto o, incluso, a garantizar dicho estímulo.
Esta propuesta oficial implica una modificación al acuerdo ofrecido en la mesa de diálogo previa, realizada el martes 18 de junio, en la que se prometió a los trabajadores un bono y, si quedaba presupuesto, un aumento adicional.
Sin embargo, el viernes, con la presencia del oficial mayor, las autoridades manejaron la entrega del bono sólo como una posibilidad. “Ya no existió esa flexibilidad”, señaló Erika Italia Ojeda, trabajadora administrativa especializada, quien es una de las voceras del movimiento.
Según los trabajadores, las autoridades insisten en que no es viable un incremento adicional este año por la política de austeridad, pero el movimiento consideró que el problema no es la falta de recursos, sino la necesidad de revisar el gasto y redistribuirlo con justicia, mediante una auditoría.
“Incluso, nos dijeron que no jugáramos a las vencidas con Sansón. Fue una especie de amenaza entre líneas. Los trabajadores ya queremos volver a las actividades, pero no así, si firmamos cualquier cosa, en diciembre nos dicen que no hay dinero y otra vez quedamos igual”, subrayó.
Tras la reunión, los trabajadores en paro denunciaron que han recibido amenazas de nuevas agresiones por parte de grupos de choque, como la que sufrieron el pasado 11 de junio, cuando personas no identificadas atacaron a los trabajadores en el plantón e intentaron liberar los accesos a las instalaciones judiciales.
La movilización de trabajadores en el Poder Judicial de CDMX inició el 5 de junio, con el cierre del edificio de Niños Héroes 132, al que luego se sumaron oficinas como Plaza Juárez, Ciudad Judicial, los archivos judiciales y varias áreas de los reclusorios.
Te puede interesar | “Llevar un caso en México es caro”: justicia local apuesta al hartazgo para finiquitar querellas
En total, los trabajadores en paro calculan que en el movimiento participan aproximadamente 800 empleados de las diferentes áreas del Tribunal Superior de Justicia capitalinos, inconformes con los rezagos acumulados desde la transición al sistema penal acusatorio, la falta de insumos, mobiliario, instalaciones adecuadas y la sobrecarga de trabajo sin compensación salarial.
Después de que el mes pasado el resort norcoreano de Wonsan Kalma abriera sus puertas, recibió al primer grupo de turistas extranjeros.
Un nuevo resort de playa en Corea del Norte -ampliamente criticado por grupos de derechos humanos debido al duro trato a los trabajadores durante su construcción- recibió su primer grupo de turistas rusos.
Conocido como Wonsan Kalma, el complejo fue inaugurado en una gran ceremonia el mes pasado por el líder norcoreano, Kim Jong-un, quien lo elogió como un “destino turístico y cultural de clase mundial”.
Los detalles de la construcción de este resort se han mantenido en secreto en un país prácticamente cerrado al mundo exterior.
BBC Verify ha estudiado imágenes satelitales, obtenido documentos internos de planificación y ha hablado con expertos y antiguos funcionarios norcoreanos sobre sus preocupaciones por los abusos de derechos humanos durante la construcción del sitio.
Kim Jong Un pasó gran parte de su juventud en Wonsan, y antes de la construcción del nuevo complejo turístico, la ciudad fue un popular destino vacacional para la élite del país.
“Cuando se planeó la zona turística de Wonsan al principio… la idea era atraer a alrededor de un millón de turistas mientras que se mantenía como una zona cerrada al mismo tiempo”, dice Ri Jong Ho, un alto funcionario de economía en Corea del Norte, quien participó en las primeras etapas de planificación del complejo pero que desertó en 2014.
“La intención era abrir un poco Corea del Norte”.
En 2017, un año antes de que comenzara la construcción, Kim envió una delegación a España en una misión de investigación en la cual el equipo recorrió el complejo turístico de Benidorm.
La delegación norcoreana “incluía políticos de alto rango y numerosos arquitectos que tomaron muchas notas”, recuerda Matías Pérez Such, miembro del equipo español que acogió al grupo en un recorrido que incluyó visitas a un parque temático, hoteles de gran altura y un puerto deportivo.
Un folleto norcoreano con un mapa del complejo turístico muestra 43 hoteles identificados a lo largo de la playa, así como casas de huéspedes en un lago artificial y zonas para acampar.
Hemos comparado estas ubicaciones con imágenes satelitales de alta resolución, aunque no podemos verificar si realmente se han completado y están listas para recibir visitantes.
Un parque acuático, con imponentes toboganes amarillos, se encuentra apartado de la playa.
Más al norte, se encuentra un barrio de ocio que incluye edificios identificados en el plano como un teatro, centros recreativos y de fitness, y un cine.
Imágenes satelitales que comenzaron a tomarse a principios de 2018 y que se registraron durante 18 meses revelan la aparición de decenas de edificios a lo largo de los 4 km de costa.
Para entonces, ya se había completado alrededor del 80 % del complejo turístico, según una investigación realizada por la empresa de imágenes satelitales SI Analytics, con sede en Corea del Sur.
Sin embargo, tras esta frenética construcción, las obras parecen haberse detenido.
La construcción se reanudó tras una reunión en junio de 2024 con Kim y Vladimir Putin, donde el presidente ruso afirmó que animaría a sus ciudadanos a visitar los centros turísticos de Corea del Norte.
Este rápido ritmo de construcción ha suscitado preocupación por el trato que reciben quienes trabajan en el lugar.
La ONU ha denunciado que en Corea del Norte se use un sistema de trabajo forzoso, en particular las “brigadas de choque”, en las que los trabajadores a menudo se enfrentan a duras condiciones, largas jornadas y una remuneración insuficiente.
James Heenan, de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU en Seúl, afirma: “Hay informes de que el complejo se construyó utilizando lo que llaman brigadas de choque”, declaró Heenan.
“También hemos visto informes de que la gente trabajó 24 horas al final para terminarlo, lo que me suena a una brigada de choque”.
La BBC habló con un norcoreano que sirvió en brigadas de choque y eventualmente llegó a dirigirlas.
Aunque Cho Chung Hui —quien posteriormente desertó— no participó en la construcción del complejo turístico de Wonsan, recordó las brutales condiciones de las brigadas que supervisó.
“El principio de estas brigadas era que, pasara lo que pasara, había que completar la tarea, incluso si te costaba la vida”, dijo.
“Vi a muchas mujeres sometidas a un gran esfuerzo físico y con una alimentación tan deficiente que sus periodos se detuvieron por completo”.
Kang Gyuri, quien trabajó en Wonsan antes de huir a Corea del Sur en 2023, afirma que su primo se ofreció como voluntario para laborar en la obra porque lo veía como una vía de acceso a la residencia en Pyongyang, la capital del país, reservada para ciudadanos de confianza del régimen.
“Apenas podía dormir. No le daban suficiente para comer”, dijo.
“Las instalaciones no están bien organizadas; algunas personas simplemente mueren mientras trabajan y las autoridades no se hacen responsables si caen muertos”.
Kang también afirmó que los residentes de Wonsan fueron expulsados de sus hogares a medida que el proyecto del complejo turístico se expandía, muchas veces sin compensación.
Aunque no es un caso relacionado con lo que contó Kang, BBC Verify identificó mediante análisis satelital la demolición de edificios cerca de una carretera principal que conduce al complejo.
En su lugar, ahora se ven bloques de pisos más grandes.
“Simplemente demuelen todo y construyen algo nuevo, sobre todo si está bien ubicado”, dijo Kang.
“El problema es que, por muy injusto que parezca, la gente no puede hablar abiertamente ni protestar”.
La BBC le pidió expresiones a funcionarios norcoreanos, pero no tuvo respuesta.
Corea del Norte ha estado prácticamente cerrada a los visitantes extranjeros, y en los últimos años solo se han permitido ciertos viajes estrictamente controlados.
Wonsan Kalma no solo se considera un factor importante en la recuperación de la economía del sancionado país, sino que también fortalece sus lazos con Rusia, que se han estrechado recientemente gracias a su apoyo militar a la guerra de Moscú en Ucrania.
Según los primeros documentos de planificación consultados por BBC Verify, el objetivo inicial era atraer a más de un millón de visitantes, y se esperaba que los turistas extranjeros procedan principalmente de China y Rusia.
Hemos revisado las páginas web de agencias turísticas tanto en China como en Rusia en busca de anuncios que promocionen viajes al nuevo complejo turístico.
Ninguna de las agencias chinas que consultamos anunciaba viajes a Wonsan. Sin embargo, en Rusia, identificamos tres agencias que ofrecían tours que incluían Wonsan Kalma.
A principios de julio, llamamos a una de las agencias rusas haciéndonos pasar por un cliente interesado, una semana antes de su primera salida programada para el 7 de julio, y nos informaron que había atraído a 12 personas de Rusia.
El viaje de una semana a Corea del Norte, que incluía tres días en el complejo turístico de Wonsan, costaba US $1.800 dólares, un 60 % más que el salario mensual promedio en Rusia.
Según este operador turístico, se han programado dos viajes más para agosto.
Contactamos con las otras dos agencias que ofrecían paquetes turísticos similares, pero se negaron a revelar cuántas personas se habían inscrito.
Andrei Lankov, experto en relaciones ruso-norcoreanas de la Universidad Kookmin de Seúl, afirmó que era muy improbable que Wonson Kalma se hiciera muy popular entre los visitantes rusos.
“Los turistas rusos pueden ir fácilmente a lugares como Turquía, Egipto, Tailandia y Vietnam, que son muy superiores a todo lo que Corea del Norte pueda desarrollar”, afirmó.
“Los estándares de servicio son más altos y no se está bajo supervisión constante”.
Información adicional de Yaroslava Kiryukhina, Yi Ma y Cristina Cuevas. Gráficos de Sally Nicholls y Erwan Rivault.
Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.
Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.
También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.
Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.