Cacahuatepec es una de las 47 comunidades de bienes comunales pertenecientes a Acapulco que fueron afectadas por el aumento del río Papagayo debido al huracán Otis. El agua inundó parcelas y echó a perder cosechas de maíz, jamaica, ajonjolí y calabaza. Los campesinos de esta región han pedido ayuda para la población. Este martes, dos semanas después del huracán, elementos de la Secretaría de Marina arribaron en un helicóptero para entregar 99 despensas en esta comunidad de 600 habitantes.
Isaac Valeriano García, un hombre de 70 años que ya fue comisariado de los comuneros, hace cuentas y dice que con las de este día ya recibieron 174 despensas.
La comunidad espera a los marinos a un lado de la cancha de básquetbol y la escuela preparatoria. Con el ruido del helicóptero que aterriza en el pastizal, poco a poco se van reuniendo más personas. Los militares les piden que las mujeres hagan una fila y que los hombres formen una cadena humana que ayude a descargar el centenar de despensas que les llevaron con las donaciones recibidas en centros de acopio y recursos gubernamentales.
Por momentos, en la fila se arma barullo, pero la mayoría de las personas que esperan sonríe. Destacan que más allá de que no sufrieron daños físicos por el paso del huracán, la crecida del río sí se llevó el producto de sus milpas.
—No hay nada, ni para que compremos, ni dinero ni trabajo, nada… —dice una de las primeras mujeres en la fila.
—Nos hace falta la comida, gracias a Dios, ahorita estamos bien de salud, pero lo que nos hace falta es el alimento ahora— agrega otra.
Las despensas entregadas por la Marina contienen atún, papel higiénico, cereal, frijoles y agua.
Las 99 despensas entregadas este martes por la Secretaría de Marina, sin embargo, llegaron solo a la cabecera de 47 comunidades ubicadas a lo largo del Río Papagayo.
Aunque es la cabecera, este pueblo es uno de los que tiene menos habitantes. En su conjunto, los bienes comunales de Cacahuatepec suman al menos 50 mil personas.
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Marco Antonio Suástegui, vocero del consejo de ejidos y comunidades de Cacahuatepec, explica que ante la emergencia estas comunidades han buscado obtener recursos de distintas formas. El fin de semana pasado llevaron despensas donadas desde Ciudad de México principalmente por estudiantes. Gestionaron ayuda del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas para lograr llevar otras despensas a comunidades como Parrillas, La Concepción, San Pedro, entre otras.
“Están llevando a Cacahuatepec porque políticamente es la capital”, dice Suástegui en entrevista. Y ejemplifica con el número de habitantes de otras comunidades: Barrio Nuevo Los Muertos tiene unas 5 mil; Huamuchitos, 4 mil; El Campanario, 5 mil; Apalani, 3 mil 500…
Suástegui reclama que ha buscado sin éxito a la gobernadora Evelyn Salgado. Sólo su padre, el senador Félix Salgado Macedonio, le recibió y prometió ayuda.
El Consejo comunal advierte el riesgo de no tener alimentos suficientes. Cada parcela daba cada año mínimo dos toneladas de maíz.
“Necesitamos ayuda porque no tenemos ya casi para comer, no está llegando mucho alimento por aquí debido al río”, dice la señora Evelina Navidad Melchor.
La señora Navidad explica que el daño del huracán se agudiza con las condiciones previas de falta de caminos y de trabajo.
“Toda la carretera está intransitable, entonces no hay transporte ni para que traigamos alimentos hasta aquí. Vienen a vender los de las tiendas, pero dan muy caro para nosotros. Aquí no hay mucho trabajo, la gente que sale a trabajar es muy poca y ahora se quedaron sin empleo”.
El señor Isaac explica que primero se tardó en llover y las matas de maíz no crecieron bien y luego el huracán terminó de darles el tiro de gracia.
Con eso coincide la señora Evelina Navidad: “Los terrenos estaban llenos de milpa, pero con la sequía había quedado poco grano. Y ahora con el aire lo tiró al suelo, se ha de haber podrido, el maíz queda mal, la verdad no hay. Mi papá tenía una huertita con puro plátano y se acabó todo, pasó el arroyo el río por ahí y se terminó. Los limones se acabaron también”.
Valeriano agradece las despensas. Dice que el domingo una brigada acudió a la comunidad. “Fueron soldados, creo, y la Marina. Aquí el doctor apenas vino, tenemos una clínica y vino a dar consultas pero no tenemos medicina. No hay servicios, somos una comunidad incomunicada”.
Cacahuatepec tuvo que refundarse después de 2013 tras el paso del huracán Ingrid y la tormenta tropical Manuel, que elevó el nivel del río a tal grado que desaparecieron escuelas y viviendas.
Por eso, el centro de salud y la escuela primaria fueron reconstruidos en lo alto del pueblo. También la comisaría de bienes comunales fue reubicada. Los antiguos cuartos ahora sirven de saudades para los puercos y corrales para otros animales.
Las casitas pintadas de colores, azul, rosa o morado se distinguen de las otras porque son las que construyó el gobierno federal tras el paso del huracán “Ingrid” y la tormenta. Algunas personas reclaman que, pese a que perdieron sus casas hace 10 años con el huracán Ingrid, el gobierno nunca les ayudó. Entre ellas están Isaac Valeriano y la señora Benita Melchor Cruz. Dicen que las han ido reconstruyendo solos.
Con su hija en brazos, la enfermera de la comunidad explica que esta vez el huracán tiró árboles y se llevó algunas láminas, pero no hubo pérdidas humanas. Habría sido difícil atenderlos en la comunidad que no tiene médico y carece de suficientes medicinas y materiales.
Los Bienes Comunales de Cacahuatepec están conformados por 47 comunidades, que en oposición al proyecto hidroeléctrico La Parota hace dos décadas, crearon el Consejo de Ejidos y Comunidades Opuestas a la Presa La Parota (CECOP), que se ha mantenido activo desde entonces.
Tras el huracán, el CECOP advirtió que debido al daño en las cosechas de la región, podría derivar en un severo problema alimentario, aunado al impacto en las fuentes de empleo en el puerto, donde trabajan algunos familiares de los campesinos.
El CECOP retomó su intención de crear en esa región un nuevo municipio autónomo de Acapulco y prevén ponerlo a votación en los próximos días en sus comunidades.
“Iniciaremos la construcción de una organización política de los campesinos y los trabajadores con el nombre y las características que los pueblos decidan, para demandar y luchar por la creación de un nuevo municipio de bienes comunales indígenas de Cacahuatepec”, anunciaron el pasado domingo.
En el plan de atención a las personas afectadas por el huracán, el gobierno federal prevé destinar 259.6 millones de pesos como apoyo extraordinario para 34 mil 609 productores y pescadores. Sin embargo, de acuerdo con el vocero de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, sólo entre los habitantes de esta región suman más de 50 mil personas.
Las redes sociales están inundadas de información inexacta o engañosa sobre el cambio climático.
Los expertos lo consideran un problema, porque si la gente cree estas mentiras se podrían retrasar las acciones para combatir el cambio climático.
La BBC analiza cinco afirmaciones falsas que se repiten con frecuencia en internet.
Un video en español en TikTok con miles de visitas sugiere erróneamente que el cambio climático provocado por el ser humano no es real.
Y, como ésta, numerosas publicaciones en diferentes idiomas se difunden en las redes sociales.
Sin embargo, la evidencia científica dice algo diferente.
La temperatura global promedio en la Tierra ya ha aumentado 1,1°C desde finales del siglo XIX.
Los científicos lo vinculan de manera concluyente con la quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) que libera gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Estos gases, como el dióxido de carbono o el metano, retienen una cantidad adicional de energía en la atmósfera terrestre y calientan el planeta.
El calentamiento global ya está teniendo consecuencias amplias: los océanos se están calentando y el nivel del mar está aumentando, algunas especies están desapareciendo y el suministro de alimentos está en riesgo.
Además, son más frecuentes e intensos los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor.
“Estos cambios no son conceptos abstractos”, afirma Izidine Pinto, científica climática mozambiqueña que trabaja en el Real Instituto Meteorológico de Países Bajos.
“Son cambios tangibles y observables que los científicos del clima han estudiado y documentado ampliamente”.
Este tuit, en francés, describe erróneamente el calentamiento global como un proceso “natural” sobre el cual los humanos tienen poca o ninguna influencia.
Esta afirmación la hacen a menudo usuarios de las redes sociales que cuestionan el papel del ser humano en el cambio climático.
Para respaldarla suelen decir que, en la historia de nuestro planeta, ha habido múltiples ciclos de calentamiento y enfriamiento.
La existencia de esos ciclos está bien documentada, pero fueron impulsados principalmente por causas naturales, como cambios en la órbita de la Tierra alrededor del Sol.
Y los científicos han demostrado de manera concluyente que, sin los humanos quemando combustibles fósiles, la actual tendencia al calentamiento no habría tenido lugar.
El ritmo al que se están produciendo estos cambios también es significativo.
La última vez que la Tierra experimentó un cambio importante en su temperatura promedio, aumentó 5°C en un período de varios miles de años.
Pero el ritmo actual de calentamiento es significativamente más rápido: en unos 150 años el planeta ya se ha calentado 1,1°C.
Y los científicos afirman que, con base en los acuerdos climáticos actuales, los aumentos de temperatura pueden llegar a 2,5°C a finales de siglo.
Este usuario nigeriano publicó en X -antes Twitter- que el cambio climático no es un problema de África.
Es una afirmación común entre los usuarios de redes sociales en países en desarrollo, quienes a veces describen el cambio climático como un “problema occidental” con poca relevancia para su vida cotidiana.
Otros sugieren erróneamente que la acción climática es parte de un “complot” de las naciones más ricas para impedir el crecimiento de las economías emergentes.
Los países prósperos -como Estados Unidos, Reino Unido, China o la Unión Europea- han sido, de hecho, responsables de la mayoría de las emisiones históricas de gases de efecto invernadero que están impulsando el calentamiento global.
Pero el cambio climático no conoce fronteras y sus consecuencias ya se están sintiendo en todo el mundo, especialmente en los países de bajos ingresos, muchos de los cuales carecen de recursos para prepararse adecuadamente.
En los últimos meses varias naciones de Medio Oriente (Siria, Irak, Irán) se han visto afectadas por la sequía, y otras en África Oriental (Kenia, Etiopía, Somalia) han sufrido graves inundaciones.
“El cambio climático es un problema global, pero con impactos desiguales”, afirma Farhana Sultana, de la Universidad de Syracuse, en Estados Unidos. Asegura que “afecta desproporcionadamente a las comunidades de los países en desarrollo que menos contribuyeron a crear el problema”.
Esto ha llevado a algunos activistas climáticos a pedir a las naciones más ricas que tomen la iniciativa en financiar acciones para prevenir nuevos cambios en el clima (mitigación) y ayudar a otros a lidiar con el daño ya causado (adaptación).
“Todos los países deben dedicar sus mayores esfuerzos tanto a la mitigación como a la adaptación, y los principales emisores deben hacer más para reducir todo lo que fomente un mayor deterioro climático”, expone Sultana.
Este tuit, escrito en portugués, sugiere falsamente que los niveles del mar “siguen siendo los mismos” a pesar del calentamiento global.
A menudo se publican afirmaciones similares junto con fotografías de zonas costeras para ilustrar cómo en realidad no se observa aumento alguno en el nivel del mar a simple vista.
A medida que el planeta se calienta, el hielo atrapado en glaciares y capas de hielo ha comenzado a derretirse, aumentando la cantidad total de agua en el océano.
Además de eso, el agua se expande al calentarse y la NASA asegura que los océanos ya han absorbido el 90% del calentamiento del planeta. Así, a medida que las temperaturas aumentaban, los océanos también se expandieron.
Se estima que en los últimos 100 años el nivel global del mar ya ha aumentado entre 160 y 210 mm.
Este proceso se está acelerando y ya está teniendo un impacto: el aumento del nivel del mar acelera la erosión costera y facilita las inundaciones.
Los científicos plantean que, si no se toman medidas rápidas, el nivel del mar podría aumentar hasta 2 metros para finales de 2100.
Esto significa que millones de personas que actualmente viven en áreas costeras pronto podrían ver sus zonas inundadas o incluso bajo el agua.
“La manifestación de esta realidad es evidente en muchas comunidades costeras de África occidental”, indica Ayoola Apolola, estudiante de doctorado nigeriana que investiga los aumentos extremos del nivel del mar inducidos por el clima.
Cita como ejemplo la localidad de Ilaje, en el suroeste de Nigeria, donde algunos informes indican que “más de la mitad de la población ha sido desplazada” por el aumento del nivel del mar.
En países expuestos a un clima extremadamente frío, la idea de un planeta más cálido puede parecer atractiva a primera vista.
En Facebook, un usuario en Rusia sugirió, por ejemplo, que el clima más cálido en otoño es un resultado positivo del calentamiento global.
El problema es que cualquier beneficio marginal que pueda resultar del cambio climático queda eclipsado por su impacto más amplio en todo el planeta.
La ONU estima que si la temperatura global promedio aumentara 1,5°C para finales de siglo, el cambio climático podría costarle al mundo US$54 billones.
El impacto de esos cambios sería generalizado.
Los países de Medio Oriente podrían ver cómo las tierras agrícolas se convierten en desiertos. Las naciones insulares del Pacífico podrían desaparecer bajo el aumento del nivel del mar. Y los estados africanos podrían verse afectados por la escasez de alimentos.
E incluso en países más fríos, como Rusia, los incendios forestales son cada vez más frecuentes a medida que el clima se vuelve más cálido y seco.
“El hecho es que hemos observado muchos eventos extremos en todo el mundo“, asevera Trang Duong, profesora asistente en la Universidad de Twente en Países Bajos.
“Se dieron olas de calor en América del Norte, Europa y China en julio de 2023. También se están produciendo inundaciones más frecuentes e intensas en todo el mundo. Todos estos desastres causan catastróficas pérdidas económicas y de vidas humanas”.
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