El gobernador Samuel García aseguró que no entregará Nuevo León a José Arturo Salinas Garza, presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado y recién nombrado gobernador interino por el Congreso local.
“Tranquilos no hay manera que yo muerda esa manzana envenenada. Esa manzana prohibida. No le voy a dar mi gobierno y el Nuevo Nuevo León y su mejor momento al PRIAN jamás y que regrese la corrupción y mediocridad de la Vieja Política (PRIAN)”, escribió el mandatario.
El miércoles 25 de octubre, el Congreso de Nuevo León otorgó la licencia a Samuel García para ausentarse del cargo de gobernador a partir del 2 de diciembre, para competir por la candidatura de Movimiento Ciudadano a la presidencia de México en 2024; sin embargo, en la sesión, los diputados también nombraron a un gobernador interino, lo que García calificó de ilegal.
En conferencia dijo que pese a que su gobierno está dando los resultados que otros partidos no dieron en Nuevo León en los últimos 40 años, le quieren quitar el gobierno, por lo que calificó de ambiciosos a los diputados que nombraron al mandatario interino a quien acusó de ser su “empleado”.
“Con todo eso, el PRIAN hace un desfiguro y me quieren quitar el gobierno poniendo la manzana podrida, están locos, no hay manera, no va a pasar, pero ya su nivel de cinismo de sinvergüenzas es tal que por eso a nivel nacional no prenden, el PRIAN está lleno de pavor y es un ‘¿cómo le metemos el pie? háblale al del Poder Judicial que es nuestro empleado’ y ahí va a protestar y le gritan los brutos ‘gobernador’ quién votó por ustedes, no sean payasos, pónganse a jalar“, criticó.
Samuel García también cuestionó el nombramiento debido a que José Arturo Salinas Garza es titular del Poder Judicial.
“Aparte es inelegible porque es Poder Judicial, no se pueden poner dos poderes en una persona, este guey ya puede ser hasta rey, Poder Judicial, Ejecutivo, Legislativo, ya dale Metrorrey también, que maneje los camiones. No saca una chingada sentencia y quiere manejar el estado”.
En Instagram, García Sepúlveda, acompañó su publicación con el artículo 132 de la constitución estatal, donde se establece que ningún servidor público del Poder Judicial, aún con licencia, podrá desempeñar un cargo en el gobierno.
El coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, presentó una demanda de juicio político contra Arturo Salinas Garza, recién nombrado gobernador interino, por usurpación de funciones, atribución ilegal de facultades y por violar la Constitución.
La solicitud presentada ante la Cámara de Diputados, señala que el acto de haber tomado protesta a Salinas Garza desde el Congreso del Estado es un hecho ilegal y anticonstitucional, ya que el gobernador, Samuel García, no está aún ausente a su cargo.
“Creo que en Nuevo León no hay vacío de poder, lo que hay es buitres golpistas y vacío de neuronas en las cabezas de los diputados del PRI y el PAN, se les acabó la imaginación, la creatividad, pero también el cuento porque lo que hicieron hoy sí debe tener consecuencias legales importantes”, dijo Álvarez.
Afirmó que una persona que viola flagrantemente la Constitución no puede conducir el Poder Judicial de un estado, pues además, “ha demostrado un interés partidista, un sesgo en sus resoluciones”.
Y advirtió que combatirán por todos los medios la decisión del Congreso de Nuevo León y una de las alternativas es el juicio político.
Por otra parte, el coordinador nacional de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, también consideró ilegal el nombramiento.
“Nada de lo que hicieron es legal, ni válido, ni sucederá en la realidad, pero sí es sumamente ofensivo y bochornoso“, escribió en sus redes sociales.
El líder de MC aseguró que “la vieja política” llevó hasta el absurdo al Congreso de Nuevo León y dijo que no importa lo que se decida rumbo al 2024, su partido ganará la presidencia.
“Lo único cierto es que Samuel García es gobernador de Nuevo León y que, en el proceso electoral del próximo año, Movimiento Ciudadano va a ganar la Presidencia de la República y enviar al PRIAN a un lejano tercer lugar”.
Tras ser nombrado, dijo a medios de comunicación que ayer mismo se enteró que el Congreso lo nombraría por lo que convocó a una reunión urgente en el Consejo de la Judicatura local y el Tribunal Superior de Justicia para pedir licencia.
Al ser cuestionado sobre la inelegibilidad por ser parte del Poder Judicial aseguró que él cree en la separación de poderes y en la autonomía “pero sobre todo creo que debe haber una conjunción de diálogo con la sociedad, con las autoridades y los ciudadanos, no hay cosa que no se resuelva con diálogo”.
Dijo que buscará reunirse con Samuel García y que hasta el momento no ha pensado en hacer cambios en el ejercicio de gobierno, pero consideró que sí hará una lista de las prioridades de Nuevo León.
“En primer lugar estará establecer un diálogo que hoy no existe entre las diferentes autoridades, los diferentes poderes y con la ciudadanía. Hay que buscar la paz y la gobernabilidad de Nuevo León”.
5 preguntas para consultar a los venezolanos si respaldan la reclamación de un enorme territorio en disputa con otro país.
Eso planteó el gobierno de Venezuela este domingo 3 de diciembre al convocar un referendo sobre el futuro del Esequibo, un territorio controlado por Guyana pero que Caracas considera como suyo.
Los venezolanos aprobaron las propuestas del gobierno de Nicolás Maduro, que incluyen la creación del estado Guayana Esequiba como parte del territorio venezolano, además de un plan para otorgarles la ciudadanía venezolana a sus habitantes.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) aseguró que se computaron 10.554.320 votos, sin aclarar si corresponden al mismo número de votantes o se contaron 5 votos por elector en referencia a las 5 diferentes preguntas.
Todas las cuestiones planteadas recibieron un respaldo de más del 95%, según el CNE.
“Hemos dado los primeros pasos de una nueva etapa histórica para luchar por lo nuestro, para lograr recuperar lo que nos dejaron los libertadores, la Guayana Esequiba”, afirmó Maduro tras la jornada electoral.
“El pueblo venezolano ha hablado alto y claro y esta victoria le pertenece a todo el pueblo de Venezuela sin discriminación”, añadió.
Pero mientras el gobierno de Maduro celebraba lo que consideró como una “victoria nacional”, Guyana, que ha asegurado que no tiene nada que discutir sobre la soberanía del Esequibo, les ha pedido a sus ciudadanos que no se dejen “infundir miedo” por los eventos en el vecino país.
El presidente de Guyana, Irfaan Alí, aseguró el domingo en un evento con música y bailes en el Estadio de Providencia, al sur de la capital, Georgetown, que su país no sería “pisoteado”.
“Tengo un mensaje para el presidente Maduro y el vicepresidente, nada de lo que digan, ninguna cantidad de propaganda o mentiras generará miedo en mi corazón o en el corazón de cualquier guyanés”, declaró.
El pasado viernes, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó a Venezuela “abstenerse de cualquier acción que altere la situación que prevalece en el territorio en disputa”, aunque no prohibió la realización del referendo, tal y como solicitaba Guyana.
Mientras los venezolanos aprobaron una consulta que Guyana ha denunciado como una amenaza existencial, te resumimos la disputa que enfrenta a ambos países sudamericanos y explicamos por qué es controvertido el referendo.
El Esequibo -también conocido como la Guayana Esequiba- es un territorio al oeste del río Esequibo, en el norte de Sudamérica, que comprende 159.500 kilómetros cuadrados ricos en recursos naturales y forestales.
Alberga seis de las diez regiones que constituyen la República Cooperativa de Guyana, así como un tercio de sus 800.000 habitantes.
“El Esequibo es un territorio tres veces más grande que Costa Rica, donde viven casi 300.000 personas”, le dice a BBC Mundo el geógrafo guyanés Temitope Oyedotun, profesor de la Universidad de Guyana.
El Esequibo se encuentra en pleno corazón del Escudo Guayanés, una región geográfica al noreste de América del Sur que, además de ser una de las formaciones más antiguas de la Tierra, está minada de recursos naturales y minerales.
Según el geógrafo venezolano Reybert Carrillo, el territorio comparte características similares con su vecino Arco Minero del Orinoco, un área de explotación de más de 111.800 kilómetros cuadrados que cuenta con grandes reservas de oro, cobre, diamante, hierro, bauxita y aluminio, entre otros minerales.
En el Esequibo se encuentra la mina de oro Omai, una de las más grandes del Escudo Guayanés y una de las mayores fuentes de ingresos de Guyana.
Sólo entre 1993 y 2005 Omai produjo más de 3,7 millones de onzas de oro.
Pero en las aguas territoriales de la zona en disputa también se encuentra una inmensa riqueza petrolera.
Desde 2015 hasta la fecha, la multinacional ExxonMobil y sus socios han realizado 46 descubrimientos que han elevado las reservas de petróleo de Guyana a alrededor de 11.000 millones de barriles, lo que representan cerca de 0,6% del total mundial.
La mayoría de las reservas se encuentran en un bloque de petróleo y gas de 26.000 kilómetros cuadrados conocido como Stabroek, frente a la costa atlántica del país, que se encuentra parcialmente en aguas territoriales de la región disputada por Venezuela.
Los inesperados hallazgos han hecho que Guyana, un país de 800.000 habitantes, se convierta en una de las economías de mayor crecimiento en el mundo y se espera que su PIB crezca 25% este año, tras haberse expandido 57,8% en 2022.
Además de los recursos minerales, el Esequibo cuenta con importantes recursos hídricos.
“Hay una extensa red de ríos como Cuyuní, Mazaruní, Kuyuwini, Potaro, Rupununi”, explica el geógrafo Temitope Oyedotun, de la Universidad de Guyana.
Para Reybert Carrillo, ese será el recurso más importante de la región en varias décadas.
Cuando España fundó la Capitanía General de Venezuela el Esequibo formaba parte de la subentidad territorial y tras obtener su independencia en 1811 Venezuela se quedó con el control de su soberanía.
Pero la situación comenzó a complicarse cuando Reino Unido firmó un pacto con Países Bajos para adquirir alrededor de 51.700 kilómetros cuadrados al oriente de Venezuela.
El tratado no definía la frontera occidental de lo que pasaría a ser la Guayana Británica y por eso Londres designó en 1840 al explorador Robert Schomburgk para definirla.
Poco después se dio a conocer la “Línea Schomburgk“, un trazado que reclamaba cerca de 80.000 kilómetros cuadrados adicionales.
Cuatro décadas después se publicó una nueva versión de la Línea Schomburgk que reclamaba aun más territorio.
En el año 1895 Estados Unidos intervino bajo la Doctrina Monroe tras denunciar que la frontera había sido ampliada de “manera misteriosa” y recomendó que la disputa fuera resuelta en un arbitraje internacional.
En 1899 se emite el Laudo Arbitral de París, un dictamen favorable a Reino Unido con el que el territorio queda oficialmente bajo dominio británico.
Pero cuatro décadas después se hizo público un memorándum del abogado estadounidense Severo Mallet-Prevost -parte de la defensa de Venezuela en el Laudo Arbitral de París-, en el que denunció que el laudo fue una componenda política y que los jueces no fueron imparciales.
Las revelaciones de Severo Mallet-Prevost y otros documentos sirvieron para que Venezuela declarara el laudo como “nulo e írrito” y reactivara su reclamo.
Tres meses antes de otorgarle la independencia a Guyana en 1966, Reino Unido pacta con Venezuela el Acuerdo de Ginebra que reconoce el reclamo de Venezuela y que busca encontrar soluciones satisfactorias para resolver la disputa.
Entre 1982 y 1999 ambos países intentaron resolver el diferendo a través del mecanismo de buenos oficios de la ONU, que nunca arrojó resultados concretos.
Durante el gobierno de Hugo Chávez el diferendo se archivó, en parte debido a las buenas relaciones entre el fallecido presidente venezolano y Georgetown.
Pero esto cambió cuando comenzaron a descubrirse decenas de yacimientos de petróleo en áreas costeras de la zona en disputa en el año 2015.
Las tensiones entre Venezuela y Guyana han aumentado progresivamente desde entonces.
Ahora, sin embargo, los intereses del gobierno de Maduro no son sólo económicos, sino también políticos.
Críticos aseguran que el referendo tiene un tinte nacionalista en un momento en el que en 2024 se celebrarán elecciones presidenciales y poco después de las primarias de la oposición, en la que se eligió a María Corina Machado como rival de Maduro.
El oficialismo ha convocado varias manifestaciones “de unión nacional” para “defender” el Esequibo y está tratando de que figuras del mundo del entretenimiento se involucren en la disputa. El llamado es la unión nacional.
“Es hora de dejar de lado todas las parcialidades, las políticas, religiosas o personales”, ha pedido el presidente del Parlamento venezolano, Jorge Rodríguez.
A mediados de septiembre el Parlamento de Venezuela, de mayoría chavista, propuso organizar un referendo para consultar a los venezolanos sobre los “derechos” del país sobre el Esequibo.
Un mes más tarde, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el gobierno, anunció que la consulta tendría lugar el 3 de diciembre.
Según el gobierno guyanés, el referendo representa una amenaza para la integridad territorial de Guyana y le pidió a la Corte Internacional de Justicia de la Haya que lo detenga
Pero Venezuela finalmente lo llevó a cabo.
El referendo en cuestión constó de cinco preguntas, para las que el gobierno pidió cinco síes:
El presidente Maduro inició a principios de noviembre una campaña que calificó como “pedagógica, alegre e inclusiva” de cara al referendo, que incluye lecciones de historia televisadas ofrecidas por él mismo, así como concentraciones en varias partes del país en las que se reparten folletos al ritmo del reguetón.
Su gobierno está alentando a los votantes a responder “sí” a todas las preguntas, pero no ha detallado cómo crearía el estado si los votantes aprueban sus propuestas.
Para Caracas se trata de “recuperar” un territorio que siempre ha visto como suyo.
Venezuela considera que el río Esequibo al este de la región es una frontera natural reconocida al momento de la independencia de España.
Pero Guyana alega que el asunto quedó zanjado con el Laudo Arbitral de París de 1899.
Sin embargo, Caracas afirma que esa sentencia es nula debido a las irregularidades encontradas en la decisión y además rechaza cualquier intromisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en el asunto. En abril de este año la CIJ se declaró competente para ver el caso, aunque cualquier dictamen podría demorar años.
Venezuela no reconoce que la CIJ tenga competencia. Sólo reconoce el Acuerdo de Ginebra como único instrumento válido para solucionar el conflicto y dice que la disputa debe ser resuelta entre ambos países.
Georgetown ve el referendo del 3 de diciembre como un “plan siniestro de Venezuela para apoderarse de territorio guyanés” y dice estar barajando “todas las opciones” para defenderlo.
El vicepresidente Bharrat Jagdeo anunció a finales de noviembre la visita al país de funcionarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos y no descartó el establecimiento de bases militares extranjeras en territorio guyanés.
“Vamos a trabajar con nuestros aliados para garantizar que planifiquemos para todas las eventualidades (…) Nunca estuvimos interesados en bases militares, pero tenemos que proteger nuestro interés nacional”, aseguró.
Maduro, quien se muestra inflexible en su nueva misión, afirma que los distintos sectores políticos y sociales de su país se encuentran unidos en defensa del Esequibo y ha ofrecido discursos junto a las Fuerzas Armadas sobre la disputa.
Su ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, afirmó el 24 de noviembre que la disputa “no es una guerra armada, por ahora”, pero acusó al presidente de Guyana, Irfaan Alí, de provocar a Venezuela con apariciones recientes desde el territorio en disputa vestido de militar y rodeado del ejército.
Los analistas anticipan un apoyo masivo a las propuestas del gobierno venezolano, en un país en el que la reivindicación del Esequibo efectivamente une a chavistas y opositores como ningún otro tema.
El resultado del referendo no será vinculante para el derecho internacional, pero muchos temen una escalada mayor.
“Que nadie cometa ni un solo error. El Esequibo es nuestro, cada centímetro cuadrado”, ha advertido el presidente de Guyana, precisando que Georgetown no cederá ni una “pulgada” de territorio.
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