Lizbeth Estela Romero Tafolla, quien se desempeñaba como directora de Seguridad Pública del municipio de Angamacutiro, en Michoacán, fue asesinada la mañana de este lunes.
De acuerdo con información de la Fiscalía de Michoacán, la funcionaria fue asesinada a balazos frente a su domicilio, ubicada en la calle Nicolás Bravo de la zona centro.
La dependencia ya inició la investigación correspondiente y hasta el momento no se ha identificado a los presuntos responsables ni se ha informado sobre el móvil del ataque.
Esta mañana, pero en otro hecho, el exalcalde de Cotija, Michoacán, Aurelio Santos Contreras, fue asesinado en las inmediaciones del Colegio de Bachilleres.
“De manera preliminar, se informa que Aurelio Santos murió a causa de disparo de arma de fuego. Un equipo multidisciplinario se desplazó al lugar”, informó la fiscalía del estado.
Santos Contreras buscó contender por el PRD en las elecciones municipales de julio en Cotija.
Este sería el segundo homicidio de un político con este cargo en lo que va del año en este municipio. El 3 de junio la alcaldesa de Cotija, Yolanda Sánchez Figueroa, murió tras sufrir atentado en su contra en pleno centro de la cabecera municipal.
Sánchez Figueroa iba acompañada de uno de sus escoltas al momento de que sujetos fuertemente armados le dispararon desde una camioneta en movimiento.
Previamente Yolanda Sánchez fue secuestrada el 23 de septiembre del año pasado en Zapopan, Jalisco, por una célula criminal del CJNG. Tres días después fue liberada y abandonada en una localidad ubicada entre los municipios de Jiquilpan y Cotija.
Según el ministerio de Salud, controlado por Hamás, varias víctimas continúan atrapadas bajo los escombros y las ambulancias no pueden llegar a la zona.
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por el gobierno de Hamás, afirmó que al menos 87 personas murieron y más de 40 resultaron heridas en ataques israelíes contra una zona residencial de Beit Lahia, en el norte de Gaza.
Según las autoridades sanitarias, varias víctimas continúan atrapadas bajo los escombros y las ambulancias no pueden llegar a la zona.
De acuerdo a la agencia de noticias palestina Wafa, los ataques destruyeron un complejo residencial entero.
Israel calificó de exageración una cifra anterior -más baja-, pero dijo que estaba comprobando los informes. Las autoridades israelíes no permiten a los medios de comunicación extranjeros el acceso independiente a la Franja.
Israel ha bombardeado intensamente el norte de Gaza, matando a cientos de personas en los últimos días.
Al menos 42.603 palestinos han muerto y otros 99.795 han resultado heridos desde que Israel comenzó su ofensiva militar en Gaza el 7 de octubre del año pasado, según el ministerio de Salud.
El 7 de octubre, un ataque dirigido por Hamás contra Israel dejó cerca de 1.200 muertos y 251 rehenes. Aproximadamente 100 rehenes siguen retenidos en Gaza.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró a principios de esta semana que los combates continuarían hasta que los rehenes restantes fueran devueltos a casa.
El ataque en Beit Lahia ha reavivado las peticiones por un cese de las hostilidades.
“No hay ningún lugar seguro en Gaza”, afirmó el coordinador especial de las Naciones Unidas para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland.
En un comunicado, el funcionario aseguró que “la pesadilla en Gaza se está intensificando” y reclamó que la guerra “debe parar ya”.
Una solicitud que fue respaldada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en el Territorio Palestino Ocupado, desde donde solicitaron a las autoridades israelíes que faciliten la entrada de ayuda humanitaria a la Franja.
“No podemos llevar a cabo una operación humanitaria a la escala necesaria con tan solo unos pocos pasos fronterizos poco fiables y de difícil acceso”, afirmaron desde la instancia.
Pero los llamados para un alto al fuego no se han limitado a los organismos internacionales, sino también se han producido en el terreno.
“Nuestra nación está siendo exterminada”, denunció el doctor Eid Sabbah, director del Hospital Kaml Adwan, ubicado en el norte de Gaza.
El galeno reclamó que se ponga fin al “asedio” a los hospitales y “que la vida vuelva a la normalidad antes de que sea demasiado tarde, antes de que nuestra nación sea exterminada”.
Entretanto, continúan los combates entre las fuerzas israelíes y la milicia de Hezbolá en el sur de Líbano, así como en el sur de Beirut.
El domingo las fuerzas de Hezbolá lanzaron 70 cohetes desde Líbano contra el norte de Israel, algunos de los proyectiles fueron incerptados, anunciaron voceros militares israelíes. Estos se suman a los cerca de 200 cohetes que disparó en la víspera.
Por su parte, en Líbano este domingo todavía se están evaluando los daños y las víctimas provocadas por los últimos ataques lanzados por fuerzas israelíes el sábado, donde al menos un edificio de varias plantas en los suburbios del sur de la ciudad quedó completamente destruido.
El ejército israelí señaló que había atacado los almacenes de armas de Hezbolá y el centro de mando y el cuartel general de inteligencia de la agrupación respaldada por Irán en Dahieh.
En las primeras horas del domingo se vio humo en el sur de Beirut después de que el ejército israelí ordenara la evacuación inmediata de dos barrios de la zona.
Desde la Fuerza de Defensa de Israel (FDI) dijeron a los civiles que estaban “situados cerca de instalaciones e intereses afiliados a Hezbolá, contra las que las FDI trabajarán en un futuro próximo”.
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