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Pese a rehabilitación, la Línea 1 es la más lenta del Metro CDMX; autoridades dicen que velocidad aumentará progresivamente 
Pese a rehabilitación, la Línea 1 es la más lenta del Metro CDMX; autoridades dicen que velocidad aumentará progresivamente 
Foto: Cuartoscuro
5 minutos de lectura

Pese a rehabilitación, la Línea 1 es la más lenta del Metro CDMX; autoridades dicen que velocidad aumentará progresivamente 

La Línea 1 del Metro está en proceso de rehabilitación en el tramo Balderas – Observatorio. Pero en los tramos donde ya opera, la velocidad de circulación de los trenes es menor en comparación con la etapa previa a su intervención. 
17 de marzo, 2025
Por: Dalila Sarabia
@Dalila_Sarabia 

La rehabilitación de la Línea 1 del Metro CDMX  no solo suma 19 meses de retraso, sino que los trenes que ya circulan en el tramo abierto lo hacen a una velocidad de 23.8 kilómetros por hora, 8 kilómetros por hora más lentos que antes de que la línea fuera intervenida.

En 2024, el Metro operó a una velocidad promedio de 33.4 kilómetros por hora, por lo que el tramo Pantitlán-Balderas de la Línea 1 ofrece servicio 10 kilómetros por hora más lento que el promedio, lo que la ubica como la línea más lenta de toda la red, informó vía transparencia el Sistema de Transporte Colectivo (STC).

De acuerdo con datos del STC, en 2021 -antes de que la línea fuera cerrada para su intervención- los trenes que circulaban en la “Línea Rosa” lo hacían a 32 kilómetros por hora. 

Consultados al respecto, el Metro dijo que la Línea 1 es lenta porque no se ha terminado de rehabilitar integralmente y no están en operación los 29 trenes que se adquirieron como parte de la rehabilitación. 

Leer: Metro de CDMX: persisten fallas, adeudo de Línea 1 y retrasos en mantenimiento

Será hasta que concluyan las obras en la terminal Observatorio cuando de forma paulatina se pueda explotar al máximo la inversión. 

“La Línea 1 se encuentra en fase de rehabilitación en el tramo Balderas – Observatorio. En cuanto la intervención concluya y sea posible incorporar un mayor número de trenes, aumentará la velocidad de operación de forma progresiva”, señaló el Metro en una ficha informativa.

Actualmente en el tramo Pantitlán – Balderas que ya está en operación, circulan 16 de los 29 trenes que se compraron como parte de la rehabilitación integral de la línea, la más antigua del sistema.

“Para la explotación al máximo del software del Control de Trenes Basado en Comunicaciones se requiere concluir la fase de rehabilitación, lo cual será posible, de forma gradual, con la reapertura al servicio hasta Chapultepec, y posteriormente a Observatorio”, agregó el Metro.

Sin embargo, hasta ahora no hay una fecha tentativa para que la L1 sea abierta en su totalidad.

Velocidad Metro CDMX
Diseño: Darien Cruz @darien_cl

El compromiso al anunciarse su intervención total, cuando la hoy presidenta Claudia Sheinbaum era jefa de Gobierno de la CDMX, fue que todos los trabajos estarían concluidos en agosto de 2023, pero a la fecha aún falta la apertura de siete de las 20 estaciones que conforman la línea.

Se prevé que para finales de marzo se pongan en operación cuatro estaciones más: Cuauhtémoc, Insurgentes, Sevilla y Chapultepec, con lo que aún quedaría pendiente el tramo de Juanacatlán a Observatorio, es decir, tres estaciones.

Y aunque se estima que este mismo año se ponga en operación hasta Tacubaya, la estación Observatorio quedará pendiente hasta que no se terminen las obras del Tren Insurgente, una obra de movilidad metropolitana que está próxima a cumplir 11 años en ejecución.

De hecho, en semanas pasadas Clara Brugada, jefa de Gobierno, envió una solicitud al Congreso capitalino para ampliar el plazo del contrato firmado con la empresa china CRRC Zhuzhou Locomotive para la rehabilitación integral de la Línea 1. El Gobierno capitalino pagará 39 mil millones de pesos en mensualidades durante 19 años.

Por lo que La Línea 1 seguirá lenta hasta nuevo aviso. 

Animal Político realizó distintos recorridos entre Pantitlán y Balderas, tramo ya rehabilitado y confirmó que el trayecto se completa, en promedio, en 32 minutos.

Te puede interesar: Falso que el Metro de CDMX dejará de ser gratis para adultos mayores

Después hay que salir y tomar los camiones dispuestos por el Gobierno capitalino para completar el recorrido hasta Tacubaya u Observatorio, según se requiera.

También se detectó que, aunque la afluencia de pasajeros en la Línea 1 va en aumento, los usuarios apuestan por usar la Línea 9 -ya sea para salir de Pantitlán o llegar a esta zona de la CDMX-, por lo que en las mañanas y después de las 17:00 horas opera a su máxima capacidad.

El trayecto por la llamada “Línea café” se completó, en promedio, en 25 minutos.

Una vez concluida la rehabilitación total de la Línea 1 se estima que se beneficiará a 1 millón 149 mil usuarios que a diario utilizan esta línea.

¿A qué velocidad debería circular el Metro de la CDMX?

De acuerdo con las especificaciones que el Metro presenta en su sitio web, los trenes neumáticos -mismos que circulan en 10 de las 12 líneas, con excepción de la A y la 12- pueden alcanzar una velocidad de hasta 100 kilómetros por hora, sin embargo, la velocidad comercial a la que ofrecen servicio puede oscilar entre 50 y 55 kilómetros por hora.

Cuando llueve, por ejemplo, para seguridad de los usuarios, la velocidad tiene que ser de entre 30 y 35 kilómetros, básicamente la velocidad a la que hoy toda la red del Metro está dando servicio.

Pese a rehabilitación, la Línea 1 es la más lenta del Metro CDMX
Pese a rehabilitación, la Línea 1 es la más lenta del Metro CDMX
Metro línea 1 usuarios
Foto: Cuartoscuro

En 2018, Claudia Sheinbaum, entonces aspirante a la Jefatura de Gobierno de la CDMX, afirmó en uno de sus spots que el Metro CDMX circulaba a 15 kilómetros por hora, por lo que su estrategia de movilidad incluía acciones para lograr que el Metro recuperara la velocidad a la que fue concebido.

“¿Sabías que la velocidad promedio de las avenidas de la Ciudad de México es de 7 kilómetros por hora y que el Metro en lugar de alcanzar los 50 kilómetros por hora como fue diseñado corre tan solo a 15 kilómetros por hora? Me rehúso a pensar que esa es la Ciudad del futuro, hay manera de cambiar, con innovación vamos a cambiar nuestra ciudad”, señalaba la entonces aspirante al Gobierno capitalino.

Línea A, de las más rápidas, pero de las que más falla

En contraste con la Línea 1 que ofrece servicio a 23.8 kilómetros por hora, las Línea 6, 7 y A son las más rápidas del sistema con 38 y 37 kilómetros por hora.

Entérate: Gobierno de CDMX anuncia la renovación de las líneas A y 3 del Metro; continúa ampliación de la 12

La línea 6 que va del Rosario a Martín Carrera es la más rápida de toda la red con una velocidad promedio de 38.85 kilómetros por hora, mientras que la Línea 7 que va del Rosario a Barranca del Muerto opera a 38.12 kilómetros por hora.

En tanto, la Línea A -que en promedio tiene una falla cada tercer día, lo que implica que hay que desalojar a los pasajeros, como te contamos en esta nota– es la tercera más rápida del sistema con una velocidad promedio de 37.54 kilómetros por hora.

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Imagen BBC
“Es mucho peor que cruzar el Darién”: las peligrosas rutas marítimas desde Panamá a Colombia que usan los migrantes venezolanos
9 minutos de lectura

Cientos de venezolanos regresan a su país tras desistir de llegar a EU. El trayecto más difícil y más costoso en su camino es el que hay entre Panamá y Colombia.

06 de marzo, 2025
Por: BBC News Mundo
0

“Si pudiera devolver el tiempo, jamás pasaría por eso”, dice Carlos*, un migrante venezolano, refiriéndose a la ruta que hizo en lancha desde Panamá hasta Colombia.

Él es uno de los cientos de migrantes que decidieron regresar a su país a raíz de que Donald Trump eliminara las opciones que tenían para cruzar la frontera de Estados Unidos legalmente como solicitantes de asilo.

La lancha en la que iba este lunes con su esposa y sus hijos de 8 y 12 años desde Puerto Obaldía, Panamá, hasta Capurganá, Colombia, se quedó varada en mar abierto.

“Le entró agua al motor y quedamos flotando a mar abierto”, relata Carlos para BBC Mundo. “Llamaron a un lanchero para que nos fuera a rescatar, pero cuando llegó, chocó con nuestra lancha, se montó encima de nosotros y casi nos volteamos”.

El choque le abrió un hueco a la lancha, por el que se empezó a entrar el agua. Afortunadamente, otra embarcación los rescató y los llevó de vuelta a Puerto Obaldía.

Más tarde, y tras algunas reparaciones, Carlos y su familia volvieron a zarpar en la misma lancha y lograron llegar a Capurganá.

El trayecto entre Panamá y Colombia es el más complicado del viaje entre Norteamérica y Suramérica porque no hay carreteras que unan a los dos países.

La gran mayoría de los migrantes atravesaron de ida la peligrosa selva del Darién, una travesía en la cual murieron 84 personas en 2023 y 55 en 2024, según cifras del gobierno de Panamá.

Ahora, para evitar hacerlo de nuevo y por las fuertes restricciones que ha implementado Panamá al tránsito por el Darién, están cruzando por mar.

Para Carlos, lo que vivió en la lancha fue mucho peor que vivió hace seis meses en la selva. La define como una experiencia “traumática”.

“La lancha en mar abierto brinca más de un metro y cae como si estuvieran tirándote de golpe al piso. Sientes como si te estuvieran dando un golpe con un palo en la espalda, en las piernas”.

El choque no fue el único incidente que vivió en la ruta. En un momento, se quedaron sin combustible. Y en otro, el patrón perdió el control del volante y la lancha se ladeó tanto que Carlos quedó parcialmente sumergido en el agua.

Su prioridad cuando iba en la lancha, sin embargo, era mantener agarrados a sus hijos y distraerlos del miedo que sentían.

“Yo lo pienso ahorita y digo: ¿cómo pudimos exponer nuestras vidas así?”.

Mapa de las rutas del flujo inverso
BBC

Según el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, más de 2.200 migrantes llegaron a ese país durante febrero en su camino de regreso hacia Venezuela.

No se sabe cuántos de ellos han salido en lanchas hacia Colombia, pero estas se han convertido en el principal medio de transporte para los migrantes que regresan.

El sábado 22 de febrero una lancha que zarpó de Cartí, en la comarca indígena Guna Yala, naufragó con 21 pasajeros —19 de ellos migrantes— en medio de la noche.

El Servicio Nacional de Fronteras de Panamá confirmó que logró rescatar a 20 de ellos, pero una niña venezolana de 8 años falleció.

Según un experto consultado por BBC Mundo, la ruta que siguen las lanchas que transportan migrantes no es particularmente difícil.

Sin embargo, los vientos alisios, que son más intensos entre enero y abril, sí provocan mareas altas que pueden ser amenazantes para las lanchas abiertas, como aquellas en las que se trasladan los migrantes. No son embarcaciones diseñadas para trayectos tan largos.

A pesar de los riesgos, en TikTok y grupos de WhatsApp, cientos de migrantes venezolanos se alientan mutuamente a realizar el viaje y se felicitan cuando logran llegar al otro lado.

“Es una tranquilidad que no tiene precio llegar a Necoclí (Colombia)”, escribe uno de ellos. “Ni aunque me pagaran $5.000 (unos US$245) semanales, me quedaba un día más en México”, escribe otro.

Las rutas

Las rutas marítimas improvisadas que han usado cientos de migrantes en las últimas semanas para llegar a Colombia arrancan desde dos puntos: uno en la comarca de Guna Yala y otro en la provincia de Colón, en Panamá.

Guna Yala es una comarca indígena en el noreste del país que se extiende a lo largo de la costa Caribe desde la frontera con Colombia. Es, por ende, el lugar más cercano desde donde llegar por mar a Necoclí.

Desde que ocurrió el naufragio del 21 de febrero, sin embargo, dejaron de zarpar lanchas desde Guna Yala y se trasladó todo el transporte de migrantes a la provincia de Colón, según informan fuentes en el terreno.

Mapa Colombia y Panamá
BBC

Las autoridades indígenas de Guna Yala le dijeron a BBC Mundo que, desde antes del naufragio, habían advertido de que a su territorio estaban llegando decenas de migrantes en carros particulares, taxis y a pie para embarcarse en las lanchas.

“Lamentablemente, Gunayala no está en condiciones de recibir y atender a esos seres humanos en condiciones adecuadas, y nos sorprende que ni las Naciones Unidas ni el gobierno de Panamá hayan puesto recursos para un albergue, botes, carros o alimentación para atender estas personas”, decía un comunicado del Congreso General Gunayala.

Las embarcaciones desde Guna Yala zarpaban en Cartí y llegaban hasta Puerto Obaldía, un corregimiento muy cerca de la frontera con Colombia. Ese trayecto toma al menos 7 horas.

A pesar de que la instrucción expresa de las autoridades de Guna Yala es no navegar después de las 5:00 pm, la lancha que naufragó el 22 de febrero viajaba en medio de la noche.

Lancha con migrantes en el muelle de Puerto Cartí, Panamá
Getty Images
La embarcación en las lanchas en Puerto Cartí el 21 de febrero al parecer fue vigilada por miembros de la fuerza pública panameña.

BBC Mundo contactó con las autoridades panameñas para saber cuál ha sido su papel en el transporte de los migrantes que van de norte a sur, pero no obtuvo respuesta.

Sin embargo, fotos que tomó la agencia de noticias AFP en Puerto Cartí el 21 de febrero mostraban a miembros de la fuerza pública panameña vigilando el muelle mientras los migrantes embarcaban.

Ese mismo día y de ese mismo lugar zarpó la embarcación que naufragó.

US$300 hasta Necoclí

La otra ruta, que es por la que avanzan hacia su destino casi todos los migrantes desde que ocurrió el naufragio, arranca en Miramar, un corregimiento en la provincia de Colón.

Ahí, los migrantes abordan una primera lancha que para en Gaigirgordub, una isla en la comarca de Guna Yala, y llega hasta Puerto Obaldía. Es un viaje que toma aproximadamente unas 9 horas.

“Realmente hay que vivirlo para poder entenderlo”, le contó a BBC Mundo Rafael*, otro migrante que realizó la travesía.

“Tu vida depende depende de otra persona, a a la que no le importan tus miedos o los golpes que estás sufriendo. Ellos solo quieren llegar”.

“Había un conductor de una lancha que iba a toda mecha y tomando licor”, agregó.

Según los testimonios que recogió BBC Mundo, en Puerto Obaldía los migrantes se quedan una noche. Ahí, hay un puesto de control de las autoridades panameñas donde les revisan los documentos.

Los transportistas les dicen que la comida y el hospedaje de esa noche están incluidos en el precio que pagan, pero eso no es así, según Rafael.

“No te dan agua, ni siquiera agua dulce para que te puedas bañar”, le dijo a BBC Mundo.

Al día siguiente, otra lancha los lleva desde allí hasta Capurganá, un trayecto que toma unos 25 minutos.

En Capurganá, cambian nuevamente de lancha a otra más grande para ir hacia Necoclí o Turbo, dos municipios colombianos relativamente bien conectados desde donde los migrantes pueden continuar su camino por tierra.

Según Carlos, la lancha que lo llevó de Capurganá a Necoclí tenía capacidad para 63 personas, pero en ella iban 68.

En grupos de Whatsapp, algunos migrantes afirman que los patrones de las lanchas les habían vendido un paquete que supuestamente los llevaría hasta Necoclí pero terminaron dejándolos en Puerto Obaldía, a mitad de camino.

Migrantes venezolanos en una lancha en Puerto Carti
Getty Images
Según el gobierno panameño, son más de 2.900 los migrantes que han llegado a Panamá en el “flujo inverso” desde México.

El paso entre Panamá y Colombia es lo más caro de todo el viaje desde México hasta Venezuela.

Las lanchas cobran aproximadamente unos US$300 por persona por llevar a los migrantes desde el Caribe panameño hasta Necoclí.

A eso se suman otros US$200 que les cuesta más o menos a cada uno llegar desde Tapachula, México, hasta Panamá, un trayecto que hacen en autobús y toma más o menos cinco días.

Reunir ese dinero en México, sobre todo para las familias con niños, es muy difícil, según los testimonios que recogió BBC Mundo.

Por ende, muchos que no tienen cómo pagar el precio de las lanchas han quedado varados en albergues en la provincia del Darién.

Es el caso de Adrianyela, una migrante que logró llegar con su hija de dos años hasta Panamá con el dinero que ganó vendiendo dulces, pidiendo en la calle y limpiando vidrios en el camino.

Como no tiene la cantidad necesaria para seguir, lleva dos semanas en la Estación Temporal de Recepción de Migrantes de Lajas Blancas, de donde no tiene como salir y donde la infraestructura es muy precaria.

El presidente Mulino ha dicho en varias ocasiones que está trabajando para llegar a un acuerdo con Colombia que permita que los migrantes venezolanos que se encuentran en albergues panameños, como Adrianyela, sean trasladados en vuelos humanitarios hasta Cúcuta.

Sin embargo, por el momento no se conoce ningún acuerdo binacional para que Colombia reciba a migrantes provenientes de Panamá.

BBC Mundo consultó a Migración Colombia y a la Cancillería colombiana en qué punto se encuentra esa negociación y qué medidas se están tomando ante la llegada de migrantes de regreso, pero no recibió respuesta.

Lancha con migrantes
Getty Images
Los migrantes venezolanos han zarpado desde muelles en la provincia de Colón y la comarca Guna Yala.

A muchos de los migrantes, la alternativa que les queda es pedirles a sus familiares y amigos que les envíen dinero dinero para poder continuar su camino.

“Los familiares por nosotros hasta se endeudan con tal de vernos a nosotros bien”, decía uno de los migrantes en un grupo de Whatsapp.

“Cuando uno anda loco por irse, no le importa el costo ni de los pasajes de bus ni de las lanchas. Lo importante es llegar bien, abrazar a la familia y a los hijos”, escribía otro.

Con todo y los riesgos, subirse a una de esas lanchas es el mayor deseo de muchos migrantes en la medida en que los acercan a la posibilidad de rehacer su vida luego de meses viajando, sin poder llegar a su destino final, EE.UU.

A pesar de que la situación económica y política en Venezuela por la que decidieron migrar sigue igual, volver para muchos de los migrantes es la manera de dejar atrás meses en los que se han enfrentado a xenofobia, robos, estafas e incluso secuestros.

“Por todo lo que viví, estoy superemocionado de llegar a Venezuela”, dice Carlos.

“Los migrantes solo queremos regresar a casa y dejar atrás tantas penurias y frustraciones”, concluye Rafael.

*Los nombres fueron cambiados por petición de los migrantes.

Línea gris
BBC

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