
El incendio forestal en San Lucas Quiavini, Oaxaca, lleva seis días y suma cinco comuneros fallecidos mientras realizaban labores de control del fuego. Ante la emergencia, el gobierno del estado anunció que un helicóptero de la Secretaría de Marina (Semar) realizará sobrevuelos para apoyar las tareas de combate al incendio.
El fuego inició el pasado lunes 26 de febrero, hasta el momento se desconoce cuántas hectáreas han resultado afectadas.
Fue el pasado 29 de febrero que tras varias horas de estar desaparecidos, localizaron a Rafael Antonio Morales, José Hernández López, Pedro Curiel Diego, Celso Diego y Felipe García, son los cinco campesinos que fallecieron en el incendio.
Luego de que pobladores realizaran una protesta para exigir que aeronaves se sumen a las labores de combate, la Comisión Estatal Forestal (Coesfo) y el gobierno de Oaxaca confirmaron que este sábado la Semar destinó un helicóptero.
También informaron que el fuego se combate desde dos frentes, desde los municipios de San Lucas Quiaviní y San Pablo Güilá. Quiaviní, es una comunidad ubicada en los valles centrales a 36 kilómetros de la capital oaxaqueña.
Actualmente trabajan 39 personas de la Coesfo; 36 de la Comisión Nacional Forestal (Conafor); 30 elementos de la Guardia Nacional y 50 personas comuneras. Además de integrantes de la Fuerza de Reacción perteneciente a la 23 Compañía de Infantería no Encuadrada en Huajuapan de León, quienes aplican el Plan DN-III-E.
“El Gobierno del Estado de Oaxaca informa a la población que la aeronave de la Semar que asistirá en las labores de combate del incendio en San Lucas Quiaviní, ya ha despegado con destino al territorio oaxaqueño. Con este helicóptero especializado para el combate del fuego, serán reforzadas las acciones en tierra y que han logrado controlar al 70% el incendio”.
También participa la Dirección General del Hangar Oficial del Gobierno del Estado que realiza un sobrevuelo de monitoreo en helicóptero con técnicos especializados, con el objetivo de reconocer el área, valorar la afectación y localizar puntos estratégicos para efectuar un plan de ataque para combatir el siniestro.
Pobladores de San Lucas Quiavini han alertado a pobladores de municipios vecinos a estar atentos al avance del fuego para cuidar de su seguridad, principalmente en zonas como San Pedro Güila, San Dionisio Ocotepec, Santiago Matatlán y el ejido Unión Zapata.
En lo que va de este 2024 se han registrado 25 incendios forestales, con una afectación de más de mil 400 hectáreas.

Aunque se ha dicho muchas veces que es mejor consumir la fruta entera y no su jugo por el aporte de fibras, no faltan estudios que le encuentran virtudes. interesantes a esta bebida.
En concreto, una investigación reciente ha demostrado que el consumo regular de jugo de naranja puede influir en la actividad de miles de genes dentro de nuestras células inmunitarias.
Muchos de estos genes ayudan a controlar la presión arterial, calmar la inflamación y regular la forma en que el cuerpo procesa el azúcar, lo que contribuye a mejorar la salud cardíaca a largo plazo.
Los investigadores realizaron un seguimiento a adultos que bebieron 500 ml de jugo de naranja pasteurizado puro cada día durante dos meses. Después de 60 días, muchos genes asociados con la inflamación y la hipertensión arterial se habían vuelto menos activos.
Entre ellos, NAMPT, IL6, IL1B y NLRP3, que suelen ponerse en marcha cuando el cuerpo está sometido a estrés.
Otro gen conocido como SGK1, que afecta a la capacidad de los riñones para retener sodio (sal), también redujo su actividad.
Estos cambios coinciden con hallazgos previos que indican que beber jugo de naranja a diario puede reducir la presión arterial en adultos jóvenes.
El hallazgo ofrece una posible explicación a por qué el jugo de naranja se ha relacionado con una mejor salud cardíaca en varios ensayos.
El nuevo trabajo muestra que, a la vez que eleva el azúcar en sangre, esta bebida cítrica desencadena pequeños cambios en los sistemas reguladores del cuerpo que reducen la inflamación y ayudan a relajar los vasos sanguíneos.
Tiene sentido si pensamos que los compuestos naturales de las naranjas, en particular la hesperidina, un flavonoide cítrico conocido por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios, pueden influir en los procesos relacionados con la hipertensión arterial, el equilibrio del colesterol y la forma en que el cuerpo procesa el azúcar.
La respuesta varió en función del tamaño corporal: las personas con más peso tendían a mostrar mayores cambios en los genes implicados en el metabolismo de las grasas, mientras que los voluntarios más delgados mostraban efectos más fuertes sobre la inflamación.
Una revisión sistemática de ensayos controlados en la que participaron 639 personas de 15 estudios descubrió que el consumo regular de jugo de naranja reducía la resistencia a la insulina y los niveles de colesterol en sangre. La resistencia a la insulina es una característica clave de la prediabetes, y el colesterol alto es un factor de riesgo establecido para las enfermedades cardíacas.
Otro análisis centrado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró pequeñas reducciones en la presión arterial sistólica y aumentos en las lipoproteínas de alta densidad (HDL), a menudo denominadas colesterol bueno, tras varias semanas de consumo diario de jugo de naranja.
Aunque estos cambios son modestos, incluso las mejoras leves en la presión arterial y el colesterol pueden marcar una diferencia significativa si se mantienen durante años.
A esto se le suma que, según una revisión reciente, el jugo de naranja influye en las vías relacionadas con el uso de energía, la comunicación entre las células y la inflamación. También puede afectar a la microbiota intestinal, que cada vez se considera más importante para la salud cardíaca.
Si nos decantamos por jugo de naranja sanguina, basta consumirlo durante un mes para que aumente el número de bacterias intestinales que producen ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos ayudan a mantener una presión arterial saludable y a reducir la inflamación.
Las personas con síndrome metabólico son las que más pueden salir ganando. Una investigacion con 68 participantes obesos demostró que el consumo diario de jugo de naranja mejoraba el funcionamiento del revestimiento de los vasos sanguíneos (función endotelial), esto es, la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse y dilatarse.
Y eso se asocia directamente con un menor riesgo de ataques cardíacos.
Otro estudio, realizado con 129 trabajadores de una fábrica de jugo de naranja en Brasil, reveló concentraciones sanguíneas más bajas de apolipoproteína B, o apo-B, un marcador que refleja el número de partículas portadoras de colesterol relacionadas con el riesgo de sufrir un infarto.
Sin embargo, un análisis más amplio de las concentraciones de grasas en sangre reveló que, aunque los niveles de lipoproteínas de baja densidad (LDL) –colesterol malo– suelen descender, otras mediciones lipídicas, como los triglicéridos y el HDL, no varían significativamente.
En cualquier caso, parece que beber jugo de naranja no solo aporta azúcar: aunque la fruta entera sigue siendo la mejor opción debido a su fibra, un vaso diario de jugo de naranja puro podría tener efectos beneficiosos para la salud que se acumulan con el tiempo.
Estos incluyen aliviar la inflamación, favorecer un flujo sanguíneo más saludable y mejorar varios marcadores sanguíneos relacionados con la salud cardíaca a largo plazo.
*Este artículo fue publicado en The Conversation y reproducido aquí bajo la licencia creative commons. Haz clic aquí para leer la versión original.
*David C. Gaze es profesor de Patología Química de la Universidad de Westminster, en Reino Unido.