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Golpea a Acapulco la tragedia: 27 muertos, miles de damnificados y daños a casas, negocios y carreteras; la respuesta oficial tardó horas
Golpea a Acapulco la tragedia: 27 muertos, miles de damnificados y daños a casas, negocios y carreteras; la respuesta oficial tardó horas
'Otis’ es el primer huracán de categoría 5 que toca tierra en el Pacífico mexicano. Foto: AFP
7 minutos de lectura

Golpea a Acapulco la tragedia: 27 muertos, miles de damnificados y daños a casas, negocios y carreteras; la respuesta oficial tardó horas

Acapulco vive trágicas horas sin comunicación, en medio del desastre que dejó a su paso el huracán Otis, mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador se quedó varado en medio de la carretera.
26 de octubre, 2023
Por: Manu Ureste
@ManuVPC 

El puerto de Acapulco vivió ayer una jornada trágica por los estragos del huracán Otis y por las más de 24 horas que permaneció incomunicado, sin señal de teléfono ni Internet, sumado a la lentitud en las labores de ayuda y rescate de las autoridades federales.

El paso del huracán Otis dejó 27 personas muertas y cuatro desaparecidos en Guerrero, informó apenas este jueves la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez.

Este es el primer reporte de víctimas después de que la zona afectada por el huracán, la costa sur de Guerrero, quedara incomunicada por más de 24 horas.

“Los modelos de pronósticos internacionales no preveían en un inicio que el huracán evolucionara como lo hizo, mucho menos que afectara al puerto de Acapulco, lo que ocurrió el martes 24 fue algo atípico y un escenario poco probable, se rompió el récord histórico”, sostuvo la funcionaria.

A las 21 horas de ayer por la noche, ninguna autoridad había reportado oficialmente sobre heridos tras el azote de uno de los huracanes más devastadores en Acapulco desde Paulina en 1997.

“Ayer en la noche teníamos el informe de 18 y 4 desaparecidos, ahora nos informan que son 27 personas, eso es lo que más duele, porque lo material se puede atender y lo vamos a hacer con mucha responsabilidad”, dijo el mandatario.

Entre los desaparecidos hay tres elementos de la Secretaría de Marina.

Lee: Acapulco devastado por Otis; miles están incomunicados y sin luz; de Costa Chica no hay reportes

El primer balance de los daños 

La secretaria de Seguridad informó de seis cierres carreteros, incluyendo el camino que conecta Acapulco con la capital de Guerrero, Chilpancingo, y la autopista de Ciudad de México a Acapulco, una de las más transitadas del país.

En el sector salud, hubo daños en el Hospital General Regional 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Acapulco, donde trasladaron 200 pacientes a otras clínicas.

En un enlace en la conferencia, la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, detalló que sufrieron afectaciones el 80% de los hoteles de Acapulco.

López Obrador informó que se hará un censo casa por casa para determinar los daños. Estará encabezado por la Secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, y realizado por Servidores de la Nación.

Aseguró que se apoyará con un programa de construcción y mejoramiento de vivienda a todos los afectados.

AMLO varado 

El presidente López Obrador permaneció en la carretera la mayor parte del día de ayer, con los secretarios de la Defensa, la Marina y Seguridad Pública. Y se informó que estuvo en Acapulco, pero no se dijo nada más. Por la noche, se dijo que ya estaba de regreso. Tampoco se informó por qué no se había utilizado otra vía para llegar a Acapulco, como un helicóptero, o por qué no había permanecido más tiempo en el lugar. En cambio, regresó en helicóptero.

Militares intentan empujar el vehículo donde está AMLO.
Militares intentan empujar el vehículo donde está AMLO.

Del gobierno estatal se supo menos. A las 8 de la mañana, la gobernadora Evelyn Salgado aseguró que estaría recorriendo Acapulco, aunque no hubo imágenes de ella en todo el día. A las 7 de la noche informó que se encontraba en el Centro de Mando trabajando con el gobierno federal “para hacer frente al inédito escenario”. Cincuenta y cinco minutos después, el gobierno de Guerrero adelantó que la gobernadora alistaba una reunión con el presidente, de la que no se supo nada.

El huracán ‘Otis’ tomó completamente por sorpresa a los ciudadanos y a los miles de turistas de Acapulco que quedaron varados e incomunicados, así como a las autoridades de los tres niveles de gobierno, pues en un lapso de apenas 12 horas pasó de tormenta tropical, una de las muchas que pasan de largo por el puerto turístico, a huracán de categoría 5; la máxima categoría y la más dañina. Un dato que mide la relevancia y el impacto de este fenómeno es que ‘Otis’ es el primer huracán de categoría 5 que toca tierra en el Pacífico mexicano.

“Una pesadilla se está desarrollando esta noche para el sur de México con ‘Otis’ intensificándose rápidamente y acercándose a la costa”, advirtió el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, en su pronóstico del martes por la noche después de que el huracán tomara fuerza.

Lee: Acapulco queda incomunicado tras paso de Otis; huracán arrasó con casas y caminos de Guerrero

La destrucción del huracán Otis en Acapulco.
La destrucción del huracán Otis en Acapulco. Foto: AFP

Los intensos vientos y las lluvias dejaron a su paso una postal de desolación en zonas emblemáticas del puerto como Playa Condesa o Icacos, aunque a un día todavía no se conoce de manera oficial si los damnificados se cuentan por cientos o por miles, y cuántas han sido las colonias dañadas, tanto en las zonas turísticas y hoteleras (las primeras imágenes de hoteles arrasados por el viento ya comenzaron a fluir desde ayer miércoles), como en las ubicadas al interior de la ciudad, así como en los barrios populares, donde las autoridades locales también tardaron horas en llegar para auxiliar a la población.

El desconcierto, la incomunicación, y la falta de información oficial por parte del gobierno estatal de Evelyn Salgado y del Federal, fueron las tres constantes que marcaron la jornada.

“No hay comunicaciones, no sabemos. Sí hay daños materiales, afectaciones en caminos; la propia autopista llegando a Acapulco tiene derrumbes. Ya están los de Comunicaciones trabajando”, fue lo único que acertó a decir el presidente López Obrador en su conferencia matutina de ayer.

Hasta el momento, también se desconoce cuál fue el impacto del golpe en la Costa Grande de Acapulco, que permanecía incomunicada al corte de las 21 horas de ayer miércoles.

Lo que sí se conoce es que, según informó la Comisión Federal de Electricidad, más de 500 mil personas quedaron sin energía eléctrica tras el paso de ‘Otis’ y para las 15 horas, apenas se había reestablecido la energía eléctrica el 40%.

Protección Civil informó de severos daños en inmuebles, negocios, y hoteles. La Secretaría de la Defensa Nacional reportó caída de árboles, postes de luz y espectaculares, vehículos flotando, desplome de bardas y viviendas inundadas.

Mientras que Caminos y Puentes Federales (Capufe) detalló que varias vías de comunicación para entrar y salir del puerto estaban gravemente dañadas con deslaves y por el desbordamiento del Río Papagayo en el kilómetro 71+100 del tramo Chilpancingo-Acapulco. Hasta las 21 horas de ayer, las obras en ese tramo carretero aún continuaban, aunque ya se había abierto parcialmente la vía.

Lee: Guerrero: Refugios habilitados por el huracán Otis y las recomendaciones ante fuertes lluvias, rachas de viento y oleaje elevado

AMLO en su intento por llegar a Acapulco.
AMLO en su intento por llegar a Acapulco.

Uno de los afectados por esos deslaves fue el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien en su intento por llegar por vía terrestre a Acapulco se quedó atascado en medio del lodazal en la autopista del Sol durante la tarde, a pesar de que viajaba en un vehículo todoterreno del Ejército mexicano.

La imagen de dos soldados arriba del jeep atorado en el fango, mientras el mandatario los observa contrariado desde el asiento del copiloto, sin poder hacer nada, circuló rápidamente por redes sociales. En otras imágenes se ve al presidente de la República caminando en el lodo con el gabinete de Seguridad intentando llegar a Acapulco, mientras los estragos de ‘Otis’ sobre los comercios con ventanas rotas había derivado en escenas de saqueo en el legendario puerto.

Por la tarde, un convoy de 120 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México partió de la capital mexicana rumbo a Acapulco para brindar ayuda humanitaria. Pero el mal estado de las carreteras, así como la imposibilidad de establecer comunicaciones fluidas con las autoridades en el puerto turístico, hizo que se demorara por varias horas la salida del convoy, que partió a las 4 de la tarde de la ciudad y a las 22 horas de la noche aún no había podido llegar a Chilpancingo, la capital guerrerense que está ubicada todavía a poco más de 100 kilómetros de distancia de Acapulco.

El convoy, integrado por dos camiones costeros y camionetas del Agrupamiento Guerreros, así como personal de ‘Zorros’ y del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), partió con lanchas inflables, picos, palas, y provisiones, con el objetivo prioritario de rescatar a población que se encuentre atrapada tras el paso de ‘Otis’.

Hasta la medianoche, el convoy permanecía aún a más de cien kilómetros de distancia de Acapulco, donde la población sigue incomunicada y aislada, pues a las afectaciones en la Autopista del Sol y otras carreteras de acceso, se suman las condiciones del aeropuerto, que permanece cerrado a las operaciones aéreas.

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Imagen BBC
¿Se te perdieron las fotos de los 2000? Esto puedes hacer para cuidar las de ahora
12 minutos de lectura

Si usaste una cámara digital a principios de la década de los 2000, es muy probable que se hayan borrado capítulos enteros de tu vida. Una generación de fotos ha desaparecido en discos duros dañados y sitios web inactivos.

22 de diciembre, 2025
Por: BBC News Mundo
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Según estimaciones recientes, se calcula que se toman alrededor de 5.300 millones de fotografías digitales cada día en el mundo.

Para mi 40 cumpleaños, les pedí a mis amigos y familiares un regalo: fotos mías de mis veintipocos. Mi colección de fotos de esa época —aproximadamente de 2005 a 2010— es terriblemente escasa.

Hay un espacio en blanco entre mis álbumes de fotos impresas de la universidad y mi carpeta de Dropbox con las instantáneas de mis primeros años como madre. Lo único que pude encontrar de aquellos años fue un puñado de fotos de baja resolución de mí en un bar haciendo algo raro con las manos.

¿Y el resto? Quedaron atrás debido a una computadora muerta, cuentas de correo electrónico y redes sociales inactivas y un mar de pequeñas tarjetas de memoria y memorias USB perdidas en el caos de múltiples mudanzas internacionales. Es como si mis recuerdos no fueran más que un sueño.

Resulta que no soy la única. A principios de la década de los 2000, el mundo experimentó una transición repentina y drástica de la fotografía analógica a la digital, pero tardó un tiempo en encontrar un almacenamiento fácil y fiable para todos esos nuevos archivos.

Hoy en día, tu smartphone puede enviar copias de seguridad de tus fotos a la nube en cuanto las tomas. Muchas fotos capturadas durante la primera ola de cámaras digitales no tuvieron la misma suerte. A medida que la gente cambiaba de dispositivo y los servicios digitales prosperaban y decaían, millones de fotos desaparecieron en el proceso.

Hay un agujero negro en el registro fotográfico que se extiende por toda nuestra sociedad. Si tenías una cámara digital en aquel entonces, es muy probable que muchas de tus fotos se perdieran al dejar de usarla.

Incluso ahora, los archivos digitales son mucho menos permanentes de lo que parecen. Pero si tomas las medidas adecuadas, no es demasiado tarde para proteger tus nuevas fotos del mismo olvido.

Una par de tarjetas SD y un pendrive azul en el teclado de un laptop.
Getty Images
Tarjetas SD, pendrives y discos duros externos era el almacenaje favorito en la década de los 2000

Este año se celebra el 50º aniversario de la fotografía digital. La primera cámara digital era un dispositivo descomunal y poco práctico que parecía más bien una “tostadora con lente”, como explica su inventor Steve Sasson a la BBC.

Pasaron décadas antes de que se convirtieran en un producto de consumo viable, pero todos mis conocidos tenían una cámara digital a principios de la década de los 2000.

Tomamos miles de fotos y las compartimos en álbumes online con nombres como “¡Martes por la noche!” o “Viaje a Nueva York – parte 3”. ¿Seguro que alguien de mi círculo tenía estas fotos 20 años después? Cuando pregunté, resultó que muy pocos las tenían. Todos acumulaban los mismos problemas que yo. ¿Cómo podía haber tan poco de una época tan llena de fotos?

Al observar nuestra relación con las fotos, el período 2005-2010 se percibe como un microcosmos de la Era de la Información. Es toda una vida de innovación, disrupción y acceso condensada en un lapso de cinco años en la cronología de la historia humana.

La revolución digital

El año 2005 fue un buen momento para ser un usuario de cámaras digitales. Ese año, el auge digital arrasó con las ventas de cámaras de película, según datos de la Asociación de Productos de Cámara e Imagen (Cipa).

La feroz competencia redujo el precio de las cámaras digitales compactas básicas lo suficiente como para que se compraran por impulso. La calidad de las cámaras mejoró rápidamente, lo que dio a algunos consumidores una excusa para actualizar sus compactas una o incluso dos veces al año.

Piensa en esto: durante un siglo, la fotografía personal fue un proceso lento y deliberado. Tomar fotos requería dinero. Cada rollo de película ofrecía un número limitado de fotos. Y si querías ver tus fotos, tenías que dedicar tiempo a revelar la película o pagar a un laboratorio para que hiciera el trabajo, y luego repetir el proceso si querías copias.

Un dependiente sostiene una cámara digital Kodak en unos grandes almacenes de Pekín
Getty Images
Kodak lanzó muchos modelos de cámaras digitales en las décadas de 1990 y 2000.

Sin embargo, a partir de 2005, todas esas barreras se derrumbaron en un abrir y cerrar de ojos. Pronto, los consumidores producían millones de fotos digitales al año. Pero lo que parecía una época de abundancia fotográfica fue, en realidad, un momento de extrema vulnerabilidad.

“[Los consumidores] desconocían lo que no conocían”, afirma Cheryl DiFrank, fundadora de My Memory File, una empresa que ayuda a sus clientes a organizar sus bibliotecas de fotos digitales. “La mayoría de nosotros no nos tomamos el tiempo necesario para comprender a fondo las nuevas tecnologías. Simplemente descubrimos cómo usarlas para hacer lo que necesitamos hoy… y el resto lo resolvemos después”.

La gente no lo sabía en ese momento, dice DiFrank, pero no pudieron “averiguar el resto más tarde”.

La memoria del consumidor promedio se encontraba dispersa de forma precaria en una amplia gama de tecnología portátil de primera generación, susceptible a pérdidas, robos, virus y obsolescencia: cámaras, tarjetas SD, discos duros, memorias USB, cámaras Flip Cam, CDs y una maraña de cables USB que funcionaban con algunos dispositivos, pero no con otros.

Una persona con las uñas de color blanco mira fotos impresas en una mesa
Getty Images
La gran mayoría de las fotos hoy en día se hacen con smartphones.

Al mismo tiempo, las laptops comenzaban a superar a las computadoras de escritorio por primera vez en la historia. La gente podía almacenar y ver fotos exclusivamente en sus laptops, un dispositivo que, por desgracia, también era más fácil de romper o extraviar.

Las ventas de cámaras digitales se dispararon en 2005, alcanzaron su punto máximo en 2010 y luego se desplomaron, según la Cipa. El iPhone de Apple se lanzó en 2007, y pronto los teléfonos móviles revolucionaron por completo la incipiente explosión de las cámaras digitales. Los consumidores adoptaron rápidamente la nueva tendencia fotográfica, a menudo sin detenerse a proteger las fotos que ya habíamos tomado.

El “agujero negro”

El dolor de perder fotos es personal para Cathi Nelson. En 2009, le robaron de casa su ordenador y su disco duro externo de respaldo. Ante la falta de almacenamiento en la nube accesible en ese momento, perdió gran parte de los recuerdos de su familia para siempre. Es irónico, ya que Nelson se gana la vida ayudando a otras personas a recuperar sus fotos desaparecidas.

Ese mismo año, Nelson fundó The Photo Manager”, una organización de miembros para organizadores profesionales de fotos digitales. Para entonces, las colecciones de fotos ya estaban tan desordenadas que se despertó una enorme demanda de ayuda profesional, afirma. “La gente está abrumada por las opciones, la tecnología y los datos”, escribió Nelson en un informe técnico que detallaba el problema.

Los miembros de The Photo Managers ayudan a sus clientes con el “agujero negro” de 2005-2010 constantemente. “Lo veo una y otra vez, todo el asunto del ‘agujero negro’ digital”, dice Caroline Gunter, miembro del grupo. “Hubo un período, desde principios de la década de 2000 hasta 2013, en el que era muy difícil para la gente organizarse y se perdían fotos”.

Nelson, Gunter y otros miembros de The Photo Managers dicen que recuperan fotos pixeladas de bebés de teléfonos Nokia plegables, recuperan fotos de CDs de fotos y lidian con el servicio de atención al cliente en sitios web de álbumes de fotos en línea como Snapfish o Shutterfly.

“Nuestros miembros siempre dicen que es el único trabajo que hacen en el que la gente llora cuando les devuelven todo”, dice Nelson.

Primer plano de una cámara Kodak Instamatic 100, circa 1965, con formato 126, aislada sobre fondo blanco
Getty Images
En 1975, un joven ingeniero de la empresa que fabricaba la película Kodak tomó la primera fotografía con una cámara digital portátil.

Al mismo tiempo, se produjo otro cambio radical: el intercambio gratuito de fotos online. No solo teníamos la capacidad de generar millones de fotos, sino que también podíamos compartirlas con toda la humanidad, de una forma que parecía mucho más permanente de lo que realmente era.

En 2006, la plataforma de redes sociales MySpace era el sitio web más popular de Estados Unidos y, para muchos, se convirtió en el servicio predilecto para compartir y almacenar fotos. Pero su reinado duró poco.

Facebook se lanzó en 2004 y, para 2012, contaba con más de 1.000 millones de usuarios. Pronto, MySpace cayó en el olvido, dejando atrás innumerables fotos y otros recuerdos digitales.

En 2019, MySpace anunció que 12 años de datos se habían borrado en un fallo accidental del servidor. La compañía afirmó que “todas las fotos, vídeos y archivos de audio” publicados antes de 2016 se habían perdido para siempre, toda una generación de imágenes perdidas en el tiempo.

Sin embargo, MySpace no era el único centro para almacenar fotos. Kodak, Shutterfly, Snapfish, la cadena de farmacias Walgreens y muchas más apostaron por los servicios de fotografía en internet.

Los clientes obtenían galerías de fotos online gratuitas, y las empresas podían generar ingresos mediante impresiones y regalos. Al principio, el modelo fue un éxito rotundo. Shutterfly, por ejemplo, salió a bolsa en 2006 con una oferta pública de venta de acciones de gran repercusión que recaudó US$87 millones.

Perdidas para siempre

El resto de lo que sucedió queda para los libros de historia y para los estudios de casos de las escuelas de negocios. Kodak, por ejemplo, se declaró en quiebra (aunque la empresa resurgió tiempo después).

Shutterfly adquirió todas las fotos de la Galería Kodak EasyShare, pero mi propia experiencia demuestra que no fueron buenas noticias para mis fotos. Para transferir mis fotos de Kodak EasyShare a Shutterfly, necesitaba vincular ambas cuentas, una tarea que nunca completé a pesar de los múltiples correos electrónicos de Shutterfly instándome a hacerlo.

Los correos electrónicos de marketing de la empresa prometían a los clientes que Shutterfly nunca las eliminaría. Tiempo después, inicié sesión en mi cuenta y descubrí que las fotos estaban archivadas y eran inaccesibles.

Un portavoz de Shutterfly afirma que mi historia es conocida y que la empresa hizo todo lo posible para ayudar a los clientes con la transición a Kodak. Sin embargo, lamentablemente, algunas fotos se volvieron irrecuperables con el tiempo.

Shutterfly aún conserva algunas fotos, pero la empresa no las entrega. Según un portavoz, no se puede acceder, descargar ni compartir las fotos almacenadas en Shutterfly a menos que se compre algo cada 18 meses. Puedo usar esas fotos para crear un producto como un calendario de fotos que Shutterfly me vende con gusto, pero no puedo tener mis archivos a menos que haga compras regulares. Casi siento que mis recuerdos están secuestrados.

“Lo que la gente no comprende es que uno de los mayores gastos de los negocios en línea es el almacenamiento”, afirma Karen North, profesora de la Facultad de Comunicación Annenberg de la Universidad del Sur de California. “Había tanto entusiasmo por las nuevas tecnologías que no se prestó atención real —y mucho menos atención pública— a la necesidad de un modelo de negocio sostenible”.

Fotos al lado de una taza de café vacía.
Getty Images
La gran mayoría (más del 90 %) de estas fotos se toman con smartphones.

En la década de los 2000, el costo del almacenamiento digital era considerablemente mayor que en la actualidad. El almacenamiento en la nube externo para empresas apenas comenzaba a surgir en ese momento, y muchas compañías tenían que construir y operar sus propios servidores, lo que suponía un gasto enorme.

Los consumidores producían millones de fotos digitales, pero a largo plazo, las empresas en línea no podían permitirse almacenarlas, afirma North.

“A principios de la década de los 2000, se creía que si subías algo a internet, debía ser gratis”, dice North. “Todos vivíamos nuestras ‘segundas vidas’ gratis. Gmail era gratis. Ahora, al recordarlo, piensas en cómo una pequeña cuota de suscripción a Kodak, o a cualquiera de estos sitios, podría haber protegido nuestros recuerdos”.

En cambio, ahora los clientes pagan un precio diferente: todas esas fotos que se cargaron y compartieron rápidamente (pero no se imprimieron ni se hizo una copia de seguridad en un disco duro externo) entre 2005 y 2010 están gravemente comprometidas.

“Estamos maravillados con todo esto que nos dan gratis”, dice Sucharita Kodali, analista de mercado minorista de Forrester Research. “Nadie se pregunta: ‘¿Qué pasará en cinco o diez años?’. Perdimos por completo nuestro pensamiento crítico porque estábamos deslumbrados por el internet gratuito”.

Las soluciones actuales de almacenamiento de fotografías pueden parecer más permanentes, pero expertos como Nelson dicen que aún existen los mismos riesgos.

“Psicológicamente, la gente no entendía la diferencia entre los datos digitales y una fotografía física”, dice Nelson. “Creemos que estamos viendo una fotografía real. Pero no es así. Estamos viendo un montón de números”. Puedes tener una imagen en la mano, pero los datos están a un clic de desaparecer.

Cómo proteger tus fotos

“Todo se reduce a la redundancia”, dice Nelson. “Corremos un riesgo mucho mayor que cuando las fotos simplemente se imprimían”. Si los consumidores dependen demasiado de la nube, el destino de sus fotos está en manos de una empresa que podría quebrar o decidir borrarlas todas.

“O mi ejemplo del robo de un disco duro externo, que pensé que era la copia de seguridad ideal”, añade Nelson. “Por eso la redundancia es clave”.

Los administradores de fotos se adhieren a la regla del “3-2-1” para el almacenamiento de fotografías. Según esta lógica, siempre deberías tener tres copias de cada foto: dos almacenadas en diferentes medios (como la nube y un disco duro externo) y una copia guardada en una ubicación física separada (como un disco duro externo en casa de un familiar). Es la mejor protección contra fallas tecnológicas y desastres naturales.

Un técnico realiza una verificación en un quiosco de impresión de fotografías Kodak.
Getty Images
Imprimir fotografías tiene un coste muy bajo hoy en día.

Aprendí ese mensaje a las malas. Hoy, guardo todas las fotos que me envían por SMS o correo electrónico en mi dispositivo, que se respalda automáticamente en Google Fotos. Una vez al mes, hago una copia de seguridad de Google Fotos en mi disco duro externo.

También es buena idea editar tus fotos a diario. Sentir que tienes una cantidad manejable de fotos significa que es más probable que tengas el control. “El volumen [de fotos] ahora mismo es una locura”, dice Gunter. “La selección de fotos es lo que está metiendo a la gente en problemas, porque no tienen tiempo. Simplemente siguen acumulando el desorden”.

En cuanto a mi 40 cumpleaños, recibí algunas joyas que nunca había visto. Yo con un corte de pelo increíblemente corto, el extraño futón que no pudimos vender y lo abandonamos en la acera, los azulejos de un baño que ya no existe, bolsos enormes e innecesarios. Incluso descubrí un video granulado de mi perro grabado con un teléfono plegable mientras se oye a un amigo diciendo que estaba enamorado de “un chico cualquiera”, el mismo con el que se casó 15 años después.

Hay algo que sabemos ahora y que desconocíamos entonces: las redes sociales, o cualquier servicio online, podrían no ser guardianes fiables de nuestras fotografías. Somos los únicos que podemos asumir la verdadera responsabilidad de nuestros recuerdos y mitigar los riesgos asociados.

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