El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro y la Red de Movilidad Integrada de la Ciudad de México anunciaron que operará con un horario especial durante el jueves 17 y viernes 18 de abril con motivo de las celebraciones de Semana Santa.
A pesar de que el Jueves Santo y el Viernes Santo no son días festivos oficiales de acuerdo con Ley Federal del Trabajo (LFT), el Metro de CDMX ofrecerá servicio con horario de día festivo.
De acuerdo con una tarjeta informativa, el Metro de CDMX funcionará de 07:00 a 24:00 horas el jueves 17 y viernes 18 de abril de 2025. En tanto, el sábado 19 el servicio será de 06:00 a 00:00 horas.
Por su parte, el servicio de apoyo RTP de la Línea 1 funcionará con los mismos horarios que el Metro, por lo que el jueves y viernes iniciará sus operaciones a las 07:00 horas y terminará a las 00:00.
Adicionalmente, ambos días se podrá ingresar al Sistema con bicicleta, aplicando las reglas del programa Tu Bici Viaja en Metro. La recomendación es usar el primer y último vagón y evitar obstruir las puertas del tren.
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México, el horario del Metrobús para el próximo jueves 17 de abril y sábado 19 de abril será de 04:30 a 00:00 horas. Mientras que el horario para el viernes 18 será de 05:00 a 00:00 horas.
En tanto, el resto de sistemas de transporte operarán de la siguiente forma:
El trolebús y el trolebús Aztecas operarán en los siguientes horarios:
En tanto, el trolebús elevado funcionará:
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Las ecobicis funcionarán en un horario de 05:30 a 00:30 horas el 17, 18 y 19 de abril. Mientras que los biciestacionamientos de la Semovi operarán de 07:00 a 00:horas el jueves 17 y viernes 18; mientras que el sábado 19 el horario será de 06:00 a 00:00 horas.
Finalmente, los módulos de Control Vehicular y Licencias permanecerán sin operación del jueves 17 al sábado 19. Por su parte, el macromódulo de la Sala de Armas cerrará el sábado 19 y el domingo 20 de abril.
A pesar de la solicitud del papa Francisco de que sea una ceremonia sencilla, el evento es la despedida de un jefe de Estado y del líder de millones de fieles alrededor del mundo.
El funeral del papa Francisco será más sencillo que los de los pontífices anteriores, según las instrucciones que él mismo dejó.
Pero al ser el acto funerario de un jefe de Estado y del líder de más de mil millones de católicos en todo el mundo, será igualmente un espectáculo repleto de ceremonia y tradición.
La muerte de Francisco ha hecho que viajen al Vaticano importantes figuras del mundo de la política y la cultura, así como miles de católicos que se quieren despedir del pontífice.
Los arzobispos y obispos comenzarán a reunirse a las 08:30 hora local en el Ala Constantino, un corredor adyacente a la Basílica de San Pedro.
Al mismo tiempo, los sacerdotes católicos se congregarán en la Plaza de San Pedro.
Media hora más tarde, a las 09:00 hora local, los patriarcas de la Iglesia Ortodoxa y los cardenales se congregarán en la Capilla de San Sebastián, dentro de la basílica, donde reposan los restos del papa Juan Pablo II.
Caminarán en procesión fúnebre acompañando el féretro del Papa, que ha pasado los últimos cuatro días en el centro de la Basílica de San Pedro.
El funeral comenzará a las 10:00, cuando el féretro sea depositado en la plaza frente a la Basílica de San Pedro. El servicio será presidido por el decano del Colegio Cardenalicio, el cardenal Giovanni Battista Re.
Los invitados y dignatarios se sentarán más cerca de la basílica y del ataúd, mientras que miles de otros clérigos y miembros del público se situarán dentro y alrededor de la Plaza de San Pedro, de una manera parecida a como ocurrió en el funeral del Papa Benedicto XVI que se muestra a continuación.
El servicio concluirá con oraciones por el papa Francisco y una última oración de cierre en la que el Papa será encomendado formalmente a Dios.
Esto marca el inicio de un periodo de luto de nueve días llamado Novemdiales, en los que se celebra una misa diaria en memoria del difunto Papa.
Se espera la asistencia de al menos 250 mil personas al funeral, y hay unos 170 jefes de Estado o de gobierno en la lista de invitados.
El príncipe Guillermo representará al rey Carlos III, continuando el precedente establecido en 2005, cuando el entonces príncipe de Gales asistió al funeral del papa Juan Pablo II en representación de la reina Isabel II.
Otros jefes de Estado y miembros de la realeza han confirmado su asistencia, entre ellos el presidente estadounidense Donald Trump, el presidente francés Emmanuel Macron, los reyes Felipe VI y Letizia de España, y el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
También habrá cientos de miembros del clero, y cada grupo tendrá un código de vestimenta específico para el servicio.
Para obispos y arzobispos, la vestimenta litúrgica para un funeral incluye el alba, una túnica blanca sujeta por un cordón tradicional llamado cíngulo; el amito, un paño corto de lino que cubre el cuello; y una casulla roja, una capa solemne, en honor al Papa. Finalmente, se ponen una sencilla mitra blanca de lino o seda sobre la cabeza.
Los cardenales visten ropas similares, pero se distinguen por sus mitras con un patrón de damasco más ornamentado, que parecen de color crema en lugar de blanco.
Los sacerdotes visten vestimentas más sencillas y un pañuelo largo sobre su túnica llamado estola roja.
Los líderes o patriarcas de las iglesias ortodoxas usarán su propio estilo de mitras, una capa llamada sakkos y una tela ornamentada llamada omoforion, en colores de acuerdo con sus tradiciones específicas.
Tras el servicio, el cuerpo de Francisco, vestido con una casulla roja y una mitra papal de damasco y oro, será trasladado a la Basílica de Santa María la Mayor en Roma para su entierro. Se convertirá en el primer Papa desde León XIII, quien murió en 1903, en ser enterrado fuera del Vaticano.
Tradicionalmente, los restos del Papa se depositaban la víspera del funeral en tres ataúdes anidados, hechos de ciprés, plomo y roble.
El ataúd de ciprés simbolizaba la humildad y la mortalidad; el ataúd exterior de roble, un signo de dignidad y fortaleza; y el ataúd de plomo, soldado para preservar los restos y evitar su manipulación.
Sin embargo, el año pasado, el papa Francisco solicitó que se le enterrara en un ataúd de madera más sencillo con interior de zinc.
Este es el ataúd que se verá en el funeral.
Según monseñor Diego Ravelli, maestro de ceremonias litúrgicas del Vaticano, esta petición subraya “aún más que las exequias del Romano Pontífice son las de un pastor y discípulo de Cristo y no las de un poderoso de este mundo”.
El papa Francisco era jesuita, una orden religiosa católica de sacerdotes conocida por su dedicación a la educación y la labor misionera.
También era devoto de la Virgen María, por lo que eligió ser enterrado en Santa María la Mayor, ubicada fuera del Vaticano, en el centro de Roma.
La iglesia alberga la Salus Populi Romani, un icono bizantino de la Virgen, que se cree fue realizado por San Lucas Evangelista y utilizado por órdenes jesuitas de todo el mundo.
En su testamento, escrito en 2022, el Papa Francisco declaró: “A lo largo de mi vida, y durante mi ministerio como sacerdote y obispo, siempre me he encomendado a la Madre de Nuestro Señor, la Santísima Virgen María”.
“Deseo que mi último viaje terrenal culmine precisamente en este antiguo santuario mariano, donde siempre me detenía a orar al principio y al final de cada Viaje Apostólico, confiando con confianza mis intenciones a la Inmaculada Madre y agradeciendo su tierno y maternal cuidado”, escribió.
En su primer día como Papa, en 2013, Francisco salió del Vaticano para rezar en Santa María la Mayor.
Siete papas están enterrados en la misma basílica en tumbas ornamentadas; sin embargo, el pontífice argentino pidió que su tumba estuviera en la nave lateral, entre la Capilla Paulina (Capilla de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza, cerca de la estatua conocida como María Regina Pacis (María, Reina de la Paz).
“Cerca de esa Reina de la Paz, a quien siempre he recurrido en busca de ayuda y cuyo abrazo he buscado más de cien veces durante mi pontificado”, explicó Francisco en su testamento.
El Papa también pidió que su tumba estuviera en el suelo, sencilla y con solo la inscripción “Franciscus”, la versión latina de su nombre elegido.
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