La tormenta tropical Hilary avanza sobre la península de Baja California, en el noroeste de México, y se aproxima al sur de Estados Unidos, en donde se espera que provoque fuertes lluvias con riesgo de inundaciones. A su paso por México, las intensas lluvias que provocó Hilary dejaron un muerto y daños en infraestructura en la zona sur de la península de Baja California.
Hilary se encontraba a 180 km de San Diego, California, en Estados Unidos, con vientos máximos sostenidos de 95 km/h, según el más reciente reporte del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de ese país.
El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que ya se estaban atendiendo a todos los daminificados.
“Les agrego el último reporte sobre el huracán que afectó a la península de Baja California. Afortunadamente no fueron muchos los daños y ya solo queda lluvia. De todas formas seguimos atendiendo a damnificados y restableciendo la comunicación y la energía eléctrica”, escribió el mandatario en sus redes sociales.
Hilary tocó tierra en el estado de Baja California, fronterizo con Estados Unidos y donde se ubica la transitada ciudad de Tijuana.
Este domingo, autoridades de Protección Civil del gobierno mexicano recorren la localidad de Mulegé, en Baja California Sur, en donde el sábado una persona murió cuando su vehículo fue arrastrado por la corriente de un río.
En ese municipio y en la localidad de Loreto hubo deslaves y cortes carreteros. El gobierno dijo que en cuanto ceda la corriente de los ríos que se desbordaron trabajará para restablecer la circulación.
Por su parte, la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE) indicó que ha restablecido el suministro eléctrico al 81% en la península de Baja California.
Autoridades de Los Cabos, un destino turístico frecuentado por turistas internacionales, trabajaban para restablecer el suministro de agua potable y el transporte público tras el paso del huracán por la zona.
El ejército mexicano dijo que activó 35 albergues en la península, a donde fueron trasladadas 1.725 personas damnificadas por la tormenta.
“Para realizar estas acciones, el ejército cuenta con el apoyo de 86 vehículos, una cocina comunitaria, 11 camiones de volteo y maquinaria pesada, así como una planta potabilizadora y torres de iluminación”, señalaron las fuerzas armadas en un comunicado.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés) informó que Hilary se moverá cerca o sobre una parte de la península de Baja California durante las próximas horas para moverse hacia el sur de California, Estados Unidos, durante la tarde.
Aunque continuará debilitándose, se espera que Hilary golpee California como tormenta tropical. Las autoridades declararon estado de emergencia en ese estado, donde pronosticaron que sea la peor tormenta en golpear el estado en una década.
“Hilary va a tener un impacto serio y amenaza para el sur de California. Pido a todos que se tomen en serio esta tormenta y escuchen a sus funcionarios locales”, dijo a la cadena CNN Deanne Criswell, administradora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por su sigla en inglés).
México sufre cada año el embate de huracanes tanto en su costa pacífica como atlántica, habitualmente entre mayo y noviembre.
La entrevista que le intentó hacer un periodista a un niño, en medio de una jubilosa celebración de aficionados de la selección de México en Los Ángeles, en California, se hizo viral en julio pasado.
-Nene, ¿cuál es tu nombre?
-Mmm… ¿mi name?
-¿Por qué ganó México?
-Mmm… what?
“Está muy emocionado”, dijo el periodista para justificar la falta de respuesta del niño, mientras otro comentarista en la transmisión en directo de la cadena ESPN señalaba: “Es una generación que ya no habla castellano”.
El video fue compartido miles de veces en redes sociales, en las que muchos comentarios incluían un término que se escucha en EE.UU. en este tipo de situaciones: “No sabo kid”.
La expresión es usada por algunos latinos para referirse de forma despectiva a otros latinos que no hablan español. La mayoría de las veces son niños o jóvenes, hijos de migrantes de América Latina que crecieron con el inglés como idioma materno, por eso se habla de “kids” (niños).
Y este fenómeno no es esporádico.
Un estudio del Pew Research Center (PRC), institución que analiza cuestiones demográficas de EE.UU., indicó que el 40% de los latinos en el país han escuchado bromas o burlas de otros latinos por no hablar bien el español.
“Fue muy llamativo que los comentarios de muchos cuestionaran que por qué ese niño [del video] no habla español, lo que es una lástima porque los padres no le están hablando en español a ese niño”, le dice a BBC Mundo Mark Hugo López, director del departamento de Raza y Etnicidad del PRC y coautor del estudio.
Y es que aunque EE.UU. sea considerado uno de los países con más hispanohablantes del mundo, el dominio del idioma varía mucho entre sus hablantes.
En la encuesta del PRC, un 75% de los consultados dijeron que podían mantener una conversación en español bien o muy bien. Pero del resto que no hablaba español, la mitad reconoció haber sido avergonzados por otros por no hablar bien el idioma.
Al mismo tiempo, 8 de cada 10 latinos entrevistados dijeron que no es necesario hablar español para ser considerado latino.
“Estos resultados muestran la importancia del español, por un lado, pero también que una persona puede ser latina en Estados Unidos sin hablar español”, dice López.
“Muchos dicen que es una lástima, porque esa persona está perdiendo su cultura, su identidad, por no hablar español. Pero para otros, no es importante hablar español en EE.UU. para ser latino”, añade.
Vanessa Ávalos, una estadounidense de origen mexicano que vive en Chicago, rechaza el término “no sabo kid”, pues señala que eso pone la carga negativa en los niños en lugar de los adultos de su entorno que no les dan los conocimientos del idioma.
Es algo que ha vivido de forma muy personal.
“Mis papás no quisieron que mi hermano y yo habláramos español”, explica a BBC Mundo.
Su familia vivía en la década de 1980 en el estado de Texas, donde entonces se vivía un ambiente de discriminación hacia quienes hablaban en español. “Mis papás querían que nosotros no pasáramos malos momentos de racismo”.
Ávalos y su hermano, que hablan inglés como lengua materna, aprendieron español en las clases de secundaria y preparatoria por iniciativa e interés propio. “Luchamos por el idioma, por recuperarlo. Sabíamos que queríamos el idioma”, dice con orgullo.
Tiempo después, Ávalos se dio cuenta que el español es importante no solo para saber más sobre su cultura, sino también porque es un factor que une a las familias latinas en EE.UU.
“Mi abuela no habla inglés. Desafortunadamente la mayoría de mis primos no hablan español. Entonces cuando estábamos en casa de ella, todos hablábamos inglés y ella se sentía como ‘Bueno, aquí estoy en mi casa y nadie me está hablando porque no hablan español’”, relata.
“No me gustó ver eso. Mis niños pueden hablar con mi suegro. A mi hija le gusta el fútbol y ellos ven los partidos juntos”.
Ese es un fenómeno arraigado en la cultura latina de EE.UU. Como los estudios del PRC muestran, la mayoría de los 40 millones de personas en el país que saben español lo hablan en casa. En especial, en aquellos hogares donde hay migrantes que nacieron fuera del país.
Y 6 de cada 10 latinos usan el Spanglish: la mezcla de español e inglés.
Ávalos dice que no quería que sus hijos tardaran en aprender español como le pasó a ella.
Su esposo también es de origen mexicano pero no habla español. “Pensé ‘Si nosotros no les hablamos nada de español a nuestros hijos, ellos lo van a perder también. En ese momento vi lo que podíamos hacer con nuestros hijos”, explica.
Otras personas de la comunidad latina en Chicago también querían que sus hijos hablaran español, por lo que puso manos a la obra y abrió este año un espacio que ofrece de manera didáctica y lúdica clases de acercamiento al idioma español para niños.
Los pequeños de 1 a 5 años aprenden español a través de canciones, conociendo las formas de cosas y hablando de situaciones básicas como el desayuno. Los de 5 a 9 años escriben, leen y hablan español a través de un método didáctico.
“Es algo divertido para los niños. Ahora mismo hacemos exploración de la música de Latinoamérica. Las mamás me han dicho que el español de sus hijos ha mejorado y me da gusto escuchar esto”, explica Ávalos.
“El currículo fue desarrollado por una maestra latina que tiene un programa para computadoras, una aplicación en la que los niños pueden practicar cuando se van a casa”, agrega. La meta es que en tres años los pequeños sean bilingües.
A diferencia del pasado, los latinos en EE.UU. han cambiado su perspectiva sobre lo valioso que es hablar español como un complemento para su vida e incluso como una herramienta laboral.
“Personas que fueron jóvenes en los años 50 y 60, dicen que sus padres decían que era más importante hablar inglés y no español, porque tenían miedo sobre el futuro de sus hijos en el mercado laboral y en la sociedad en EE.UU.”, explica López, del PRC.
“Pero ahora no. Ahora es diferente: una encuesta del PRC de 2019 indicó que la mayoría de los latinos que tienen hijos quieren que sus niños también hablen español”.
Además, el éxito de la música en español a nivel mundial ha despertado un gran interés entre los latinos por el idioma de su cultura.
Sin embargo, el español que hablan muchos latinos en EE.UU. parece tener un mayor uso en la comunicación cotidiana en casa y en situaciones informales, más que en el ámbito profesional.
La mayoría no tiene un nivel para hablarlo en un empleo que requiera un cierto nivel de formalidad, según los estudios del PRC.
Otro fenómeno que se da en EE.UU. es la pérdida del idioma de los padres o abuelos entre las nuevas generaciones.
El español no escapa a esta tendencia: un 65% de los latinos de tercera generación o más no pueden mantener una conversación en español, muestra el estudio del PRC.
“Las escuelas en EE.UU. no tienen muchas clases de español que sean obligatorias para obtener un diploma”, señala López.
“Tenemos tres, cuatro décadas con diálogos sobre la importancia de una educación bilingüe, pero no ha habido muchos cambios. El inglés es el idioma de las escuelas”, añade.
Ante esto, los padres se convierten en un factor clave para que sus hijos conozcan el español y lo hagan suyo.
“Para mí era duro que mi raza se burlara de mí, porque no supiera el lenguaje”, dice Ávalos.
“En vez de reprochar a una persona por no hablar español, debemos ayudarlo. Si vas a burlarte, nadie querrá hablar español y lo vamos a perder. Es el deber los padres guiar a sus hijos para que conozcan su cultura”.
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