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“Una podría ir a la tienda y explotar”: vecinos de Mérida frenan gasoductos por temor a fugas y explosiones
“Una podría ir a la tienda y explotar”: vecinos de Mérida frenan gasoductos por temor a fugas y explosiones
Imagen: Nadia Núñez @naddnuk
9 minutos de lectura

“Una podría ir a la tienda y explotar”: vecinos de Mérida frenan gasoductos por temor a fugas y explosiones

Vecinos de Mérida, Yucatán, se ampararon contra la construcción de un ducto de gas metano destinado a una galletera, debido a las amenazas al medio ambiente y a la falta de consulta a la población afectada.
07 de octubre, 2024
Por: Orsetta Bellani

Los vecinos de la colonia San Damián de Mérida casi no durmieron durante dos años tras enterarse de que los trabajadores que abrían una zanja frente a sus casas, quienes aseguraban estar instalando fibra óptica o tuberías para el agua potable, en realidad estaban poniendo un ducto para llevar gas natural (metano) a una galletera.

“Hay que hacer ruptura de calles para el ingreso de estas tuberías, pero serán molestias temporales para beneficios permanentes. Quienes saldrán ganando serán todos los meridanos”, afirmó en 2019 el exalcalde Renán Barrera Concha.

El proyecto llamado Zona Metropolitana de Mérida preocupó a los vecinos, conscientes de que una fuga de gas en el suelo kárstico en el que Mérida apoya, que es frágil y lleno de cuevas subacuáticas, podría causar un desastre muy grande.

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Engie, la empresa que estaba construyendo el gasoducto en su colonia a través de Tractebel GNP, se ha visto involucrada en dos explosiones de ductos en Matamoros, Tamaulipas, que causaron la muerte de dos personas y quemaduras graves a una mujer. La empresa nunca se hizo cargo de las consecuencias, e incluso negó tener alguna relación con los hechos. Además, Engie ni siquiera cuenta con un Seguro de Responsabilidad Civil o de Responsabilidad por Daño Ambiental.

El gobierno, a través de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), abrió una investigación para determinar si hubo negligencias o fallas en la infraestructura de la empresa.

Animal Político contactó a la empresa para una entrevista y pedir postura sobre el tema, pero no recibió respuesta.

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Foto: especial

 

La lucha de los vecinos de San Damián

Patricia Velázquez Marvan, quien vive en San Damián desde hace cuarenta años, decidió organizarse con sus vecinos. Despertaban temprano para bloquear las obras con sus carros, iban de casa en casa hablando de sus implicaciones, hacían guardia y organizaban marchas, plantones, rifas para pagar abogados y presentar amparos

“Fue de 2021 a 2023: dos años de estrés, de agotamiento emocional y físico”, recuerda Patricia.

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En su cuenta de Facebook, los vecinos de la colonia San Damián de Mérida publican artículos sobre accidentes a gasoductos relacionados de alguna forma a la empresa Engie: dan seguimiento a las explosiones en Matamoros y monitorean nuevos casos, como dos fugas que se registraron durante julio, una en Zapopan y otra en Puebla.

Para detener las obras de Engie, los vecinos de San Damián presentaron cuatro amparos. Están todos fundamentados en las amenazas al medio ambiente que la obra conlleva y en la falta de consulta.

“Nuestros amparos se fundamentan en violación en cuanto al acceso a la información y a la participación pública en asuntos ambientales: la Constitución reconoce que frente a cualquier proyecto que tenga un impacto sobre el ambiente las autoridades tienen que brindar informaciones sobre el proyecto a los afectados, que sean indígenas a no, y garantizar mecanismos de participación donde puedan expresar sus preocupaciones. Además, éstas se tienen que tomar en cuenta”, explica Roberto Sánchez Campos, abogado de Kanan Derechos Humanos, organización que apoyó a los vecinos en la presentación de dos amparos.

La empresa intentó violar la suspensión en varias ocasiones. “Acudimos al lugar para impedir que trabajaran, nos manifestamos con nuestros vehículos y nos paramos frente a ellos”, dice Mario Cupul Aguilar, otro de los vecinos. “No se puede vivir tranquilos con Engie, no se sabe cuándo pueden regresar”.

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Foto: especial

 

Peligro de fugas y explosiones

Emiliano Monroy-Ríos, experto en karst, es decir, especializado en el estudio de las formaciones geológicas características de los terrenos kársticos, egresado de la Northwestern University, dice que la construcción de cualquier infraestructura en suelo kárstico conlleva peligros y, en el caso de un gasoducto, hasta el más mínimo hundimiento del terreno podría generar una fuga. 

“Además, si los ductos entran a contacto con el agua subterránea aumenta la posibilidad de fugas pues, a pesar de ser dulce, esta agua tiene una gran cantidad de iones de sal que pueden corroer la tubería”, explica el académico.

Esto hace necesario que se utilicen métodos de protección catódica en la infraestructura instalada. Los expertos del Virginia Cave Board también afirman que la corrosión de las tuberías podría ser acelerada por la pirita, un mineral que se encuentra en la roca caliza y que puede provocar la producción de ácido sulfúrico, aunque su presencia no ha sido reportada ampliamente en Yucatán.

La presencia de un ambiente kárstico preocupa a los vecinos de la colonia San Damián también porque, en caso de fugas, las cuevas subterráneas se podrían llenar de gas. “El gas podría meterse a las cuevas y caminar por todo el subsuelo. Si encontrara una fuente de ignición causaría una grandísima explosión”, dice Gabriela Reyes Gómez, también vecina.

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Las inquietudes de Gabriela tienen una base científica, como las investigaciones del ya citado Virginia Cave Board, cuyos expertos aclaran que la posibilidad de un accidente así no es altísima, sin embargo, si sucediera sería un desastre mayor.

También hay estudios que documentan la rapidez con la que el contaminante se propagaría en el agua de las cuevas subterráneas e investigaciones sobre cómo la construcción y operación de oleoductos y gasoductos, sobre todo en zonas kársticas, puede reducir la cantidad y calidad del agua, afectar especies endémicas dentro de las cuevas, alterar la dirección de los flujos e incluso causar la pérdida de fuentes de agua para las poblaciones. 

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Foto: especial

 

Voracidad de energía

El gasoducto Zona Metropolitana de Mérida, cuyas obras han sido detenidas por los cuatro amparos presentados por los vecinos, se conecta con otro ducto de Engie, llamado Mayakán, igual que otros gasoductos que cruzan la ciudad.

Desde 1999, Mayakán transporta metano del centro procesador de gas de Nuevo Pemex, en Tabasco, hasta la ciudad yucateca de Valladolid. En su camino surte cuatro centrales de ciclo combinado que, a través del vapor del gas, generan el 80% de la energía eléctrica que se produce en la Península de Yucatán. 

Como muestran los frecuentes apagones, las centrales de la región no satisfacen su apetito de energía, especialmente la voracidad de la industria turística quintanarroense, en continua expansión, y el crecimiento poblacional que la acompaña: por sí solas, Cancún y Playa del Carmen cubren alrededor del 35% del consumo eléctrico de toda la Península.

Por esto, de acuerdo con el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2023-2037, la Península “importa” de Chiapas unos 4.900 GWh al año y en los próximos 15 años va a querer todavía más, pues según el PRODESEN su consumo eléctrico aumentará del 60%. 

Con el Tren Maya aumentará considerablemente el consumo eléctrico en la Península, alerta el colectivo Geocomunes en su documento Reestructuración energética en México: subordinación territorial en el noroeste y sureste de México.

De acuerdo con la investigación, este incremento se debe especialmente a que el 44% de la ruta del Tren Maya está electrificada, pero también a la necesidad de sostener los proyectos que el ferrocarril detonará. “Además del aumento en el movimiento de mercancías y de la expansión de complejos industriales-extractivos, el proyecto del Tren Maya fomentará la expansión turística e inmobiliaria en la región”, dice el texto.

En el caso del rstado de Yucatán, el “Plan Renacimiento Maya” del gobernador electo Joaquín Díaz Mena establece los pormenores de esta expansión. Entre otras cosas, prevé el impulso a zonas industriales dedicadas a la agroindustria, al sector textil y a la producción de alimentos y bebidas, que serán alimentadas con gas.

gasoductos merida yucatan riesgo ambientales

 

Problemas de soberanía energética

“Ya se tiene contratado el gas en Texas, es lamentable que no lo estemos extrayendo en México”, dijo el presidente López Obrador en 2020, al anunciar el Plan Integral de Energía para Yucatán.

Para Luca Ferrari, investigador del Instituto de Geociencias de la Universidad Autónoma de México (UNAM), México tiene un problema de soberanía energética.

“Alrededor del 90% del gas que el sector eléctrico consume viene de EU, aunque no tenemos seguridad sobre su abastecimiento en el futuro. Estamos invirtiendo en una enorme infraestructura de transporte de gas y en centrales de ciclo combinado, pero hay analistas independientes que, a diferencia de lo que afirma la Agencia Internacional de Energía (IEA), prevén que ya el próximo año EU tocará su pico de producción”, dice Luca Ferrari. “Además, hay que considerar que el metano es un combustible fósil y no es renovable. Es cierto, como dice el gobierno, que produce menos partículas y emisiones de gases de efecto invernadero que el combustóleo o el carbón, pero sigue contaminando muchísimo”.

Gasoductos y proyectos estrella de la 4T

Los gasoductos actualmente en construcción en el Sureste acompañan a las infraestructuras estrella de la 4T: desde Tuxpan (Veracruz), Puerta al Sureste llega hasta la refinería Dos Bocas y se conecta con otro que va de Jáltipan (Veracruz) a Salina Cruz (Oaxaca), siendo parte del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Desde el Istmo se desprenderá un ducto, llamado Prosperidad, que seguirá otra vía férrea prevista por el mismo megaproyecto: la que del Istmo lleva a Guatemala.

En junio también empezaron las obras de la duplicación de Mayakán, el gasoducto que corre casi paralelo a una parte del ferrocarril Coatzacoalcos- Palenque, que es parte del Corredor Interoceánico, y a los primeros cuatro tramos del Tren Maya.

Con estas obras, López Obrador cumple el sueño que fue del Plan Puebla Panamá de Vicente Fox y del Proyecto Mesoamérica de Felipe Calderón: construir una red de gasoductos que conectan Estados Unidos, México y Centroamérica.

El gasoducto Cuxtlal II

La duplicación del gasoducto Mayakán, diseñado para transportar hasta 567 millones de pies cúbicos diarios, responde a la necesidad de sostener la creciente demanda turística e industrial en la Península de Yucatán con gas proveniente de Estados Unidos.

Desde 2009, cuando México alcanzó su pico de producción, esta ha caído un 67%. Según el Plan de Negocios de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) 2022-2026, el 80% del metano consumido en México es importado, principalmente de Estados Unidos, donde los precios son bajos debido a un excedente de producción.

En 2022, Engie afirmó que, a través de su subsidiaria Energía Mayakán, iba a invertir 1500 millones de dólares en una nueva obra llamada Cuxtal II -denominada también “ampliación de Mayakán”-, cuya construcción empezó este 12 de junio y se prevé que termine en 2027. 

El ducto inicia su camino de más de 700 kilómetros en el complejo procesador de Cactus, en Chiapas, y lo terminará en Valladolid. La obra no tiene una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), según contestó la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA) a una solicitud de información, y CFE prevé que, en una fase sucesiva, llegue hasta Cancún.

A partir de mayo de 2025, Cuxtal II tendría que alimentar a las dos plantas termoeléctricas de ciclo combinado que, con una inversión total de 1200 millones de dólares, se están construyendo en Yucatán. Una se llama Mérida IV, se encuentra en la homónima ciudad yucateca y tiene capacidad de 499 megawatts. La otra es la central Riviera Maya en Valladolid, que tiene capacidad de 1,020 megawatts. 

Los vecinos de San Damián están preocupados porque, sobre todo a causa de la presencia del suelo kárstico, la amenaza no existe sólo en su colonia, sino en cada rincón de Mérida y de la Península de Yucatán que es atravesado por un gasoducto.

“Legalmente podemos impedir su paso sólo frente a nuestras propiedades, pero en el resto de la ciudad también nos preocupa: una podría ir a la tienda y explotar”, dice Silvia Reyes Gómez. “Es un riesgo constante y lo que realmente ayudaría es que esté bien legislado”.

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Ahorsy

hace 6 meses

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De 27 países europeos en los que opera y 48 a nivel internacional ENGIE México es la úniva filial que más accidentes se ha visto involucrada. Aunque existe la PROFEPA y la COFEPRIS aún no contamos con un organismo federal capacitado técnica y legalmente para supervisar la correcta instalación, operación y mantenimiento de infraestructura industrial. Teniendo en cuenta que PEMEX es la paraestatal que mayor cantidad de accidentes ambientales y de alto impacto presenta al año, sería bueno que ese nuevo organismo de seguridad industrial federal empezara con meter en regla las pésimas prácticas de operación que existen en este sector. 
Imagen BBC
Los Algodones, la ciudad mexicana que vive de cuidar la sonrisa de los extranjeros
6 minutos de lectura

En plena frontera con Estados Unidos, un pequeño pueblo mexicano presta servicios dentales a miles de estadounidense que cruzan la frontera a pie todos los días. Un reflejo de la interacción entre ambos países que hoy está en tela de juicio. Crónica.

26 de marzo, 2025
Por: BBC News Mundo
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Nancy Nelson le tiene miedo al dentista. Se puede poner tan nerviosa que su mandíbula se descuadra. Pero hace 25 años —hoy tiene más de 60— empezó a venir al dentista en Los Algodones, México, y no volvió a tener ese problema.

“Son muy amables, cariñosos y considerados con mi fobia”, dice, mientras hace fila para volver a Estados Unidos.

Los Algodones es un pequeño pueblo mexicano de 10.000 habitantes en la frontera con Estados Unidos donde uno de cada diez habitantes es dentista. El dato me lo confirma la alcaldesa, Herminia Marín; también dentista.

Le llaman “la capital mundial dental”, o “ciudad muela”.

Y cada día es visitado por entre 3.000 y 5.000 norteamericanos que vienen no solo al dentista, sino a tomarse un par de margaritas, comerse unos tacos y bailarse unas “rolas”.

Nancy vive en un pueblo de Wisconsin llamado Cleveland que está a 3.000 kilómetros de esta población. Es febrero y por estos días la temperatura en el norte de EE.UU. promedia los cero grados centígrados. Se reporta una tormenta, nieve. Y acá, mientras tanto, hace sol y la temperatura no baja de los 15.

Su esposo Bruce, un grandulón de bigote ranchero que lleva una gorra con la frase “no estoy en el campo porque estoy acá”, añade: “Volamos hasta aquí (Arizona), alquilamos un coche, nos quedamos un par de noches, fuimos al dentista, nos ahorramos miles de dólares y de paso disfrutamos de unas agradables vacaciones”.

Como esta pareja de jubilados, gente de toda Norteamérica se desplaza al sur de Estados Unidos sobre todo durante los meses invernales; parquea su auto en un gigante estacionamiento y cruza la frontera a pie para entrar a Los Algodones.

Alguna jerga coloquial les llama “los ángeles de la nieve”, o “las aves migratorias”.

Son turistas que luego se van de México con una sonrisa reluciente, fascinados por la hospitalidad de meseros y dentistas. Un flujo migratorio que revela cómo es —o cómo ha sido por décadas— la interacción cultural y comercial entre mexicanos y estadounidenses, a pesar del muro de acero de 10 metros de alto que se ve desde cualquier punto del pueblo.

Los Algodones
BBC
Además de servicios dentales, aquí los turistas vienen a comprar medicinas y lentes.

De algodoneros a dentistas

Los Algodones fue, como su nombre lo indica, un epicentro de la pujante industria algodonera que se desarrolló en el norte de México durante el siglo XX, tuvo su mayor auge durante la Segunda Guerra Mundial —que disparó la demanda por la fibra— y cayó en parcial decadencia a partir de los años 70.

Aunque los cultivos de algodón aún se ven cada tanto en la zona, durante las últimas décadas la economía de la frontera se volcó a los servicios para estar más a tono con la demanda que viene del norte.

“Todas las ciudades de la zona norte de México, sin excepción, reciben gigantescos volúmenes de demanda, a veces incluso promovidos por las mismas farmacéuticas, por servicios médicos desde Estados Unidos”, dice José Zavala, un ingeniero y experto en desarrollo del Colegio de la Frontera, en Tijuana.

“Lo que pasa es que en Los Algodones eso se nota más porque es un poblado pequeño y porque en esa zona, al norte de la frontera, hay muchos campos de retiro”, explica.

Turistas de EEEU en Mexico
BBC
Sheryl, Bruce y Nancy vinieron del norte frío de Norteamerica a hacerse los dientes en Los Algodones.
Fila de migración hacia EEUU.
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Turistas de EEUU esperan para cruzar el muro de vuelta a su país.

La interacción entre el norte de México y el sur de EE.UU. es histórica, arraigada, casi estructural. Millones de familias crecieron a ambos lados. Hasta los años 70 los norteños podían cruzar sin pasaporte. Lo que se ve en Los Algodones es una postal de una relación comercial y cultural de gran envergadura.

Una relación que con Donald Trump en la presidencia, con la amenaza de los aranceles a la importaciones mexicanas y con su mano dura hacia los migrantes, se ha puesto en tela de juicio. Pero que, precisamente por su arraigo histórico, es difícil de interrumpir.

“Los aranceles van a entorpecer, por supuesto, pero la continuidad de la intensa relación económica es muy difícil de desaparecer”, asegura Zavala.

Carlos Rubio fue uno de los primeros dentistas de Los Algodones en los años 80. Oriundo de Sinaloa, cuando joven vino a la frontera a probar suerte y se encontró con una demanda por servicios dentales que lo llevó a especializarse y montar un consultorio que hoy es una sofisticada clínica dental.

Mientras me da un recorrido, le pregunto qué tipo de sonrisa les gusta a sus clientes, y entonces una de sus asesoras, de origen venezolano, mete la cucharada entre risas: “A los gringos les obsesiona la sonrisa blanca tipo bleach“.

Rubio, que reside en Yuma, Arizona, y cruza todos los días al trabajo, opina que “el sistema de salud estadounidense no es social. De 300 millones que son, un 60% no tiene seguro dental o lo tiene de manera parcial. Eso son entre 80 millones y 160 millones de personas con mala cobertura. O sea entre 80 y 160 millones de oportunidades para nosotros”.

Según la Asociación Dental Americana, un tercio de los adultos entre 19 y 64 años no tiene seguro dental a pesar de tener seguro médico. Y la gran mayoría de los seguros dentales no cubren más que una limpieza o un control.

Para todo lo demás los estadounidenses no tienen otra opción que sacar decenas de miles de dólares de sus bolsillos. O ir a Los Algodones.

Dentista en Los Algodones
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Juan Ramón Soto,
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Juan Ramón Soto es mexicano, pero vive hace años en EEUU. Y viene a México a hacerse los dientes.

El problema del seguro dental en EEUU

Roger Graves es un veterano de guerra de Florida que vino con su esposa y su hija por cuarta vez a Los Algodones a hacerse tratamientos dentales. Esta vez se quedaron un par de noches, y hacen si fila para volver a cruzar la frontera con maletas y entre vendedores ambulantes de artesanías y alimentos mexicanos.

“Yo tengo seguro médico por ser veterano, pero no incluye tratamientos dentales, y como mis ingresos son los de un retirado, así como los de mi esposa, esta opción es muy buena para nosotros”, dice.

Según sus cálculos meticulosos, se ahorró entre un 67 y un 75% de dinero con venir acá.

“El sistema médico estadounidense necesita ser arreglado, es demasiado caro”, añade, en una queja que todos los entrevistados coinciden.

“Es un sistema inflado, solo un poco”, dice con ironía June Spinler, originaria de Iowa pero que pasa los inviernos en el sur.

Y Juan Ramón Soto, un campesino de origen mexicano que es ciudadano estadounidense, añade: “Me puedo sacar todos los dientes aquí y ponérmelos de nuevo y aun así me va a salir más barato que sacarme una muela allá”.

Restaurante en Los Algodones
BBC
Turistas toman margaritas en Los Algodones
BBC

La falta de regulación de precios, la fragmentación del sistema, el poder de las farmacéuticas y los costos administrativos, entre otras cosas, hacen del sistema de salud estadounidense el más caro del mundo.

El mexicano también tiene profundos problemas, pero en el norte ha desarrollado una infraestructura moderna con especialistas entrenados para aprovechar la demanda que viene de EE.UU.

Y lo hacen con esa hospitalidad típica de los mexicanos: te recogen en carrito de golf en la frontera, te llevan al consultorio y luego dejan en alguna de las plazoletas de comida al aire libre donde te comes unas enchiladas, te tomas una margarita y escuchas música en vivo.

June Spinler lo resume así: “Es como un negocio de ventanilla única. Lo tienes todo en un solo lugar”.

Así parece más fácil luchar contra la fobia al dentista.

Algodones en Los Algodones
BBC
Línea
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Ahorsy

hace 6 meses

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De 27 países europeos en los que opera y 48 a nivel internacional ENGIE México es la úniva filial que más accidentes se ha visto involucrada. Aunque existe la PROFEPA y la COFEPRIS aún no contamos con un organismo federal capacitado técnica y legalmente para supervisar la correcta instalación, operación y mantenimiento de infraestructura industrial. Teniendo en cuenta que PEMEX es la paraestatal que mayor cantidad de accidentes ambientales y de alto impacto presenta al año, sería bueno que ese nuevo organismo de seguridad industrial federal empezara con meter en regla las pésimas prácticas de operación que existen en este sector. 

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